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EFECTO

INVERNADERO
INTEGRANTES:
Lucina García Catarino
Blanca Estela Severo Aguilar
El efecto invernadero es una característica natural de la atmósfera de nuestro planeta y que,
por tanto, forma parte del funcionamiento natural que permite que haya vida. Sin embargo,
cuando este efecto se potencia y es más elevado de lo que se produciría naturalmente, deja de
haber efecto invernadero natural y pasa a ser negativo, provocado principalmente por el
incremento de la actividad humana. Entre las causas del efecto invernadero negativo destaca
el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero que provienen de nuestros sistemas
energéticos. Básicamente, el uso incrementado de combustibles fósiles y sus derivados, de
gas y de carbón, provoca la emisión de estos gases que aumentan este problema.
Entre las consecuencias de este fenómeno encontramos el aumento de temperatura y la
pérdida de especies. Por suerte, hay medidas que podemos tomar como solución a este
problema..
El efecto invernadero es el efecto que se produce cuando el calor procedente de la radiación
solar que llega a la superficie de un planeta no puede volver al espacio. El calor que nos llega
procedente del sol está producido por la luz infrarroja. Cuando esta luz llega a la superficie de
un planeta (como por ejemplo la Tierra), calienta su superficie. En condiciones normales, este
calor más tarde vuelve al espacio, lo que permite que la temperatura del planeta en cuestión se
mantenga estable.
Sin embargo, cuando un planeta tiene atmósfera, existen ciertos gases, los
denominados gases de efecto invernadero, que actúan como escudo para que ese calor vuelva
al espacio. Es decir, que la radiación infrarroja que ha calentado la superficie del planeta
rebota y se dirige hacia el espacio pero, en su trayecto, se encuentra con ciertos gases en el
aire que lo atrapan y evitan que pueda llegar al espacio. En consecuencia, la temperatura del
planeta en cuestión aumentará de manera constante, ya que estos gases cuando están
presentes en una cantidad elevada en la atmósfera de un planeta terminan constituyendo un
auténtico escudo que evita que el calor pueda volver al espacio.
Esto mismo es lo que sucede en un invernadero, cuando un cultivo se cubre con un plástico o
un cristal, este elemento evita que la radiación solar pueda rebotar y escapar de esta estancia.
En consecuencia, la temperatura aumenta, lo que permite que se puedan cultivar algunas
plantas que necesitan una temperatura mayor y que, en realidad, en ciertas estaciones no se
daría de forma natural. Debido a la similitud del proceso que existe entre el efecto del calor que
se produce en los invernaderos y el proceso en el que el calor del sol queda atrapado en la
atmósfera de los planetas, este proceso se denomina “efecto invernadero”.
El efecto invernadero y el calentamiento global son procesos que se dan en muchos planetas
dependiendo de su atmósfera. Sin embargo, en el caso de la Tierra, el problema radica en que
este efecto invernadero y su consecuente calentamiento global proceden de las actividades
humanas que producen gases de efecto invernadero. Así mismo, el gran problema del
calentamiento global es que, a medida que la temperatura aumenta, el ecosistema se deteriora y
se desequilibra, lo que tiene consecuencias tanto para el medio ambiente como para la vida en la
Tierra, lo que incluye a la propia especie humana. De hecho, el calentamiento global conllevará
catástrofes para la civilización humana como pueden ser el aumento del nivel del mar (con la
consecuente destrucción de las ciudades y territorios costeros), períodos de sequías e
inundaciones que a su vez conllevará la pérdida de cosechas, así como una destrucción de una
gran parte de la biodiversidad de las plantas que se usan no solo para la alimentación, sino
también para la elaboración de medicinas y otros productos relacionados con la economía y
actividades humanas.
Como se puede ver, se trata de un escenario completamente apocalíptico y catastrofista. Sin
embargo, desgraciadamente, son las consecuencias que el calentamiento global tendrá cuando el
cambio climatico llegue a ser extremo. Debido a esto, es fundamental atacar de raíz su principal
causa: los gases de efecto invernadero vertidos a la atmósfera por las actividades humanas.
Como se puede ver, aunque los gases de efecto invernadero pueden ser muchos, los
verdaderamente dañinos y que están causando el efecto invernadero y el consecuente cambio
climático por el calentamiento de planeta se deben a aquellos que se derivan de ciertas
actividades humanas. En este sentido, la quema de combustibles fósiles representa la principal
causa de la presencia de estos gases dañinos para el medio ambiente. Así mismo, la ganadería
representa otro de los sectores que más gases de efecto invernadero emite a la atmósfera en
forma de metano.
La solución para evitar el calentamiento global pasa por reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero a la atmósfera y la presencia de los ya presentes. Para ello, es necesario
optar por energías limpias, reducir el consumo de carne, plantar más árboles y evitar la
deforestación y, en la medida de lo posible, reducir todo tipo de actividad humana que conlleve la
emisión de este tipo de gases. Esto incluye reducir el consumo de productos de “usar y tirar”,
optar por el transporte público, consumir productos de kilómetro 0 o producidos de la propia
región, así como fomentar que hay que alargar la vida de los productos de todo tipo, es decir
alargar su vida lo más posible, entre otros muchos aspectos.

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