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LA FILOSOFIA DE LA

HISTORIA EN LA
MODERNIDAD
GIAMBATISTA VICO
Propone una filosofía de
la historia en clave
secularizada, o al menos
en intención. Su obra
“Ciencia Nueva” es un
proyecto de inmenso de
investigación en todos
los campos de las
ciencias humanas.
1668-1744
De las ideas de Vico destacamos
su propuesta sobre el
conocimiento. “Solo podemos
conocer aquello que nosotros
mismos hemos hecho, por tanto,
lo que es mas cognoscible no es
la naturaleza sino la historia”. De
tal modo rompe con el
paradigma moderno de
privilegiar el conocimiento
científico natural.
Vico ordena la
historia en tres
grandes periodos:
Los dioses, los
héroes y los
hombres. Encuentra
que en toda cultura
se dan tres
manifestaciones
culturales: religión,
matrimonio y una
actitud humana
ante la muerte.
FILOSOFIA DE LA HISTORIA
EN LA ILUSTRACION
VOLTAIRE
Inventa el termino “Filosofía
de la historia” y presenta un
desarrollo de la humanidad
completamente ajeno a la
religión y a Dios. En su obra
cuestiona de manera muy
critica y presticas a la
religión, especial la
institución de la iglesia
católica. Voltaire no es ateo,
cree en un ser supremo, es
deísta.
Uno de los
principales aportes
de Voltaire es la idea
de progreso,
concebida esta desde
el trabajo que hace el
propio ser humano
por conocer su
mundo, usando su
razón e inteligencia,
dejando de lado la
divina providencia.
KANT Y LA FILOSOFIA DE LA
HISTORIA
KANT Y LA ILUSTRACIÓN
Que es la ilustración?
• La salida del hombre de la
minoría de edad, es decir,
de la incapacidad de pensar
por cuenta propia.

• La ilustración es el
movimiento intelectual que
promueve la emancipación
humano en base al uso de
la propia razón.
Condición necesaria para la ilustración:

La libertad ilimitada de pensamiento y


palabra, que el uso de la razón no se
vea restringido de ninguna manera.
Filosofía de la historia y antropología
• Ya que no tenemos evidencia fáctica de como
empezó la historia humana se puede conjeturar
un inicio probable:
Es perfectamente lícito insertar conjeturas en el decurso de una
historia con el fin de rellenar las lagunas informativas, pues lo
antecedente -en tanto que causa remota- y lo consecuente -como
efecto- pueden suministrar una guía bastante segura para el
descubrimiento de las causas intermedias, haciéndose así comprensible
la transición entre unas cosas y otras. Ahora bien, hacer que una
historia resulte única y exclusivamente a partir de suposiciones, no
parece distinguirse mucho del proyectar una novela. Ni siquiera podría
ostentar el título de historia probable, correspondiéndole más bien el
de simple fábula. No obstante, lo que no cabe aventurar en el
desarrollo de la historia de las acciones humanas, puede muy bien
ensayarse mediante suposiciones respecto de su inicio, siempre que lo
establezca la Naturaleza. Tal inicio no tiene por qué ser inventado, ya
que puede ser reconstruido por la experiencia, suponiendo que ésta
no haya variado sustancialmente desde entonces hasta ahora: un
presupuesto conforme con la analogía de la Naturaleza y que no
conlleva osadía alguna. Una historia del primer despliegue de la
libertad a partir de su disposición originaria en la naturaleza del
hombre no tiene, por lo tanto, nada que ver con la historia de la
libertad en su desarrollo, que -ésta sí- sólo puede basarse en informes.
• Kant toma en consideración el relato bíblico
del origen del hombre, pero no lo toma en
sentido religioso sino que lo racionaliza:
Con todo, dado que las suposiciones no pueden elevar demasiado sus pretensiones de asentimiento,
teniendo que anunciarse únicamente como una maniobra consentida a la imaginación -siempre que vaya
acompañada por la razón- para recreo y solaz del ánimo, más en ningún caso como algo serio, tampoco
pueden rivalizar con esa historia que se ofrece sobre el mismo suceso y se toma como información genuina,
cuya verificación se basa en fundamentos bien distintos a los de la mera filosofía natural. Justamente por
ello, y puesto que emprendo aquí un simple viaje de placer, espero que me sea permitida la licencia de
utilizar un texto sagrado a guisa de plano e imaginar que mi expedición (llevada a cabo con las alas de la
imaginación, aunque no sin un hilo conductor anudado a la experiencia por medio de la razón) encuentra
exactamente la misma ruta que describe aquel testimonio histórico. El lector consultará los pasajes
pertinentes de aquel documento (Génesis, II-IV), comprobando paso a paso si el camino que toma la filosofía
con arreglo a conceptos coincide con el que refiere la historia.
Si no queremos dejar vagar nuestra fantasía entre suposiciones, habremos de fijar el principio en aquello
que no pueda ser deducido mediante la razón a partir de causas precedentes, por tanto, tendremos que
comenzar con la existencia del hombre y, ciertamente, del hombre adulto -pues ha de prescindir del cuidado
materno- y emparejado, para poder procrear su especie; asimismo ha de tratarse de una única pareja, para
que no se origine de inmediato la guerra -lo que suele suceder cuando los hombres están muy próximos
unos a otros siendo extraños entre sí- o también para que no se le reproche a la Naturaleza el haber
regateado esfuerzos mediante la diversidad del origen en la organización más apropiada para la sociabilidad,
en tanto que objetivo principal del destino humano, puesto que la unidad de esa familia -de la que habrían
de descender todos los hombres- era sin duda la mejor disposición en orden a conseguir ese objetivo. Sitúo a
esta pareja en un lugar a salvo del ataque de las fieras y bien provisto por la Naturaleza con todo tipo de
alimentos, esto es, en una especie de jardín que goza de un clima siempre moderado. Y, además, sólo la
considero después de que ha dado un paso gigantesco en la habilidad para servirse de sus propias fuerzas,
por lo que no comienzo con el carácter enteramente tosco de su naturaleza. Pues bien, si yo pretendiera
llenar esa laguna -que presumiblemente comprende un largo período de tiempo- a buen seguro que se
darían demasiadas suposiciones y muy pocas probabilidades para el gusto del lector.
SUPUESTOS DEL COMIENZO ORIGEN HUMANO
SUPUESTOS:

• LA EXISTENCIA DEL HOMBRE


• POSICION ERGUIDA
• ANDAR
• LENGUAJE, DISCURSO

• APAREJAMIENTO

• EL JARDIN
RAZON, ENTENDIMIENTO Y
REGULACION

INSTINTOS, PULSIONES
Y CONCUPISCENCIA
• EL HOMBRE, AMO Y SENOR DE LA NATURALEZA.
El cuarto y último paso dado por la razón eleva al hombre muy por encima de la sociedad
con los animales, al comprender éste (si bien de un modo bastante confuso) que él
constituye en realidad el de la Naturaleza y nada de lo que vive sobre la tierra podría
representar una competencia en tal sentido. La primera vez que le dijo a la oveja: la piel
que te cubre no te ha sido dada por la Naturaleza para ti, sino para mí arrebatándosela y
revistiéndose con ella (Génesis, V, 21), el hombre tomó conciencia de un privilegio que
concedía a su naturaleza dominio sobre los animales, a los que ya no consideró como
compañeros en la creación, sino como medios e instrumentos para la consecución de
sus propósitos arbitrarios. Tal concepción implicaba (aunque oscuramente) la
reflexión contraria, esto es, que no le era lícito tratar así a hombre alguno, sino que había
de considerar a todos ellos como copartícipes iguales en los dones de la Naturaleza; una
remota preparación para las limitaciones que en el futuro debía imponer la razón a la
voluntad en la consideración de sus semejantes, lo cual es mucho más necesario para el
establecimiento de la sociedad que el afecto y el amor.
Y así se colocó el hombre en pie de igualdad con todos los seres racionales, cualquiera
que sea su rango (Génesis, III, 22), en lo tocante a la pretensión de ser un fin en sí mismo,
de ser valorado como tal por los demás y no ser utilizado meramente como medio para
otros fines. En esto, y no en la razón considerada como mero instrumento para la
satisfacción de las distintas inclinaciones, está enraizado el fundamento de la absoluta
igualdad de los hombres incluso con seres superiores que les aventajen de modo
incomparable en materia de disposiciones naturales, pues esta circunstancia no le
concede a ninguno de ellos el derecho de mandar caprichosamente sobre los seres
humanos.

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