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Modelo Pan - 17 Nov
Modelo Pan - 17 Nov
Tanto su modelo de los Estados del Yo como su teoría del guion de Vida nos ayudan a entender
cómo nuestros patrones conductuales y relacionales se originaron en nuestra infancia como un
mecanismo de adaptación y de supervivencia y también nos permite propiciar el cambio ya que
nos da los recursos y estrategias necesarios para re-decidir nuestra vida como adultos en el aquí y
ahora.
En este sentido, no es una teoría de la personalidad determinista. En la práctica terapéutica y EN
LOS TALLERES DE DESARROLLO PERSONAL, SE POTENCIA A LA PARTE ADULTA DE LA PERSONA
PARA PERMITIRLE DESARROLLAR SU AUTONOMÍA Y SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS QUE SE LE
PLANTEEN UTILIZANDO TODOS SUS RECURSOS.
2. Todo el mundo tiene la capacidad de pensar. Es decir, todos tenemos un potencial y una serie
de capacidades y habilidades que nos permiten pensar y tomar nuestras propias decisiones
de forma autónoma, con lo cual cada uno es responsable de su propia vida y de su propia
felicidad. Por tanto, las personas somos libres. Ni yo dependo de ti ni tú dependes de mi.
3. Las personas tienen la capacidad de cambiar y de redecidir sus vidas. En principio, todos
estamos bien. Pero, en ocasiones, nos sentimos mal y actuamos de tal manera que nos
generamos sufrimiento. Esto se debe a que revivimos situaciones de la infancia y
reproducimos modelos de conducta aprendidos cuando éramos niños; es decir, actuamos
según nuestro Guion de vida, según aquellas primeras decisiones tempranas e inconscientes
acerca de nosotros mismos (de nuestra valía), de la de los demás y del mundo que nos hacen
tomar decisiones y realizar acciones que nos hacen sentir mal, iniciando juegos psicológicos
que lo retroalimentan.
La terapia basada en el Análisis Transaccional POTENCIA EL ESTADO DEL YO ADULTO DE LA
PERSONA PARA QUE PUEDA CAMBIAR ESAS DECISIONES TEMPRANAS Y ASÍ SALIR DE SU GUION
DE VIDA Y CONSEGUIR UNA VIDA AUTÓNOMA Y FELIZ, HACIENDO A LAS PERSONAS
RESPONSABLES DE SU PROPIA VIDA.
El modelo de los Estados del Yo (PAN)
Berne diferenció tres Estados del Yo que son manifestaciones psicológicas de nuestra
personalidad.
EL ESTADO DEL YO PADRE: Decimos que estamos en Estado del Yo Padre cuando me comporto,
actúo o siento de manera similar a como lo hacían mis padres o figuras de autoridad para mi.
Por ejemplo, cuando de manera automática respondo como lo haría mi padre o tengo las mismas
opiniones sin haberlas cuestionado. Como hombre puedo reprimir mis sentimientos porque
nunca he visto a mi padre llorar. En este sentido, reproduzco una manera de ser y de actuar de mi
padre.
EL ESTADO DEL YO ADULTO: Decimos que estamos en el Estado del Yo Adulto cuando me
comporto o actúo de manera objetiva, según lo que está sucediendo en el presente y con la
información y los recursos de que dispongo. Es la parte más lógica de la persona, la que recaba
información, se centra en los hechos, evalúa pros y contras, etc.
EL ESTADO DEL YO NIÑO: Decimos que estamos en el Estado del Yo Niño cuando me siento o me
comporto como lo hacía en el pasado cuando era un niño pequeño. En este caso, estoy
reproduciendo patrones conductuales, relacionales y emociones de la infancia. Por ejemplo,
cuando una persona adulta siente miedo ante el hecho de hablar en público, está respondiendo
desde su Estado del Yo Niño porque podría estar reviviendo una situación de su infancia en la que
se le ridiculizó en la escuela al tener que exponer la lección ante sus compañeros.
Para tener una personalidad integrada, conviene que seamos consciente desde qué Estado del Yo
estamos sintiendo, decidiendo y actuando. Asimismo, tenemos que tener un equilibrio entre
todos los Estados del Yo; es lo que Berne denominada Adulto Integrado pues necesitamos un
Estado del Yo Adulto para solucionar de manera eficaz los problemas diarios, un Estado del Yo
Padre con las normas de convivencia que nos permiten vivir en sociedad y la espontaneidad,
creatividad e ilusión del Estado del Yo Niño para poder disfrutar de la vida.
En nuestro día a día, pasamos de un Estado del Yo al otro con mucha facilidad en función de lo
que nos sucede, de las interacciones que tenemos con las demás personas, de cómo lo
interpretamos y de cómo nos sentimos respecto a ello. De alguna manera, es como si en nuestro
interior existieran distintos «yoes» o «personajes» que se van manifestando de manera
inconsciente según las circunstancias.
La situación objetiva y concreta que está viviendo una persona, la interpreta según las creencias
que tiene sobre ellas en función de las decisiones tempranas tomadas en su primera infancia.
Berne habla de las posiciones existenciales que son consecuencia de estas primeras decisiones
sobre nosotros mismos, los demás y el mundo. Decisiones que Berne define como “ciertas
convicciones que el niño pequeño tiene sobre sí mismo y sobre la gente que le rodea”. Estas
decisiones, si no son revisadas, quedan en el inconsciente y hacen que la persona adulta entre
en su Guion de Vida.
Las posiciones existenciales pueden clasificarse en:
1. Yo estoy bien.
2. Tú estás bien.
3. Yo no estoy bien.
4. Tú no estás bien.
Cuando las combinamos, tenemos las cuatro posiciones existenciales que determinan las
creencias sobre uno mismo, los demás y el mundo en general:
En la terapia de Análisis Transaccional se potencia al Adulto de la persona para que haga una
redecisión que le lleve a la posición existencial sana:
El concepto de guion de vida junto al modelo de los Estados del Yo es la base del Análisis
Transaccional.
Berne define el guion como «un programa en curso. Desarrollado en la primera infancia bajo la
influencia parental, que dirige la conducta del individuo en los aspectos más importantes de su
vida».
Hay una estrecha relación entre el guion de vida y las posiciones existenciales ya que desde
pequeño, el niño con esas primeras decisiones está escribiendo su guion de vida. Todas las
experiencias vividas de pequeño, todos los mensajes que le den sus padres y otros adultos para él
importantes, las prohibiciones, los permisos, las expectativas que se tengan sobre él,... serán
interiorizados por el niño y le llevarán a tener un concepto tanto de sí mismo, como de los
demás y del mundo. Así decidirá si es una persona digna o no de amor, de si puede o no confiar
en los demás o de si el mundo es o no un lugar seguro.
Esa decisión temprana le llevará a tomar una posiciones existencial concreta que determinará su
guion de vida. Esa posición existencial y ese guion de vida condicionará su manera de interpretar
el mundo, con qué tipo de personas se relacionará en el futuro y cómo responderá a los retos que
se le presenten ya que la persona hará todo lo posible por reforzar su guion y confirmar su
posición existencial.
De esta manera, una persona con una posición existencial de «Yo no estoy bien, tú estás bien»,
cometerá una y otra vez los mismos errores, fracasará en todo cuanto se proponga y buscará
relaciones de dependencia que no le harán feliz pero que le permitirán ser fiel a su guion de vida.
En los juegos psicológicos, las personas que intervienen se mueven dentro de lo que Berne
denominó EL TRIÁNGULO DRAMÁTICO, REPRESENTANDO DISTINTOS ROLES: EL DE
PERSEGUIDOR QUE JUZGA, CRITICA Y HACE SENTIR MAL AL OTRO, EL DE SALVADOR, QUE
ACONSEJA DE MANERA SISTEMÁTICA PERO SIN AYUDAR REALMENTE AL OTRO PORQUE LE
NIEGA LA CAPACIDAD DE PODER PENSAR Y DECIDIR POR SÍ MISMO Y EL DE VÍCTIMA, LA
PERSONA QUE SE QUEJA CONSTANTEMENTE SIN TOMAR NINGUNA DECISIÓN NI BUSCAR UNA
SALIDA REAL A SUS PROBLEMAS.
LA AUTONOMÍA
La terapia basada en el Análisis Transaccional tiene como finalidad potenciar el Estado Adulto de
la persona para que ésta se haga consciente de su posición existencial y de los juegos
psicológicos que lleva a cabo para confirmar su guion de vida.