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EL DESPUÉS DE LA GUERRA

• Las islas Malvinas (como se las conoce en Argentina) o Falklands (como les llama el Reino Unido)
también están en el centro de una disputa formal por soberanía entre Buenos Aires y Londres que lleva
ya 189 años, y han sido escenario de tensiones y dolor en la historia reciente de ambos países.
• Más de 3.000 personas viven en el archipiélago --que tiene importancia estratégica por su posición en
el Océano Atlántico y sus recursos naturales-- entre descendientes de los primeros colonos arribados
cuando Reino Unido tomó el control por la fuerza en 1833, inmigrantes y militares en la base de Monte
Agradable
• pero hace 40 años, el 14 de junio de 1982, se terminaba el único conflicto armado entre una potencia
nuclear y un estado latinoamericano en la historia del continente.
• La guerra duró poco más de dos meses, las miradas del mundo sobre un combate mortífero y
espectacular, con un saldo de 649 soldados argentinos, 255 soldados británicos y 3 civiles muertos.
• En Argentina, las fuerzas armadas aseguran tener registros de 52 suicidios entre veteranos, aunque
asociaciones de excombatientes hablan de hasta 500 suicidos. En Reino Unido, un estudio reciente del
Ministerio de Defensa habla de 95 suicidios entre sus veteranos, aunque organizaciones británicas de
veteranos ponen la cifra en 264.
• La derrota argentina precipitó la caída del gobierno militar en Argentina y el retorno de la democracia en 1983,
tras largos años de represión y violaciones sistemáticas de Derechos Humanos en el país.
"Ni bien terminada la guerra, con los gobiernos democráticos sucesivos, Malvinas ha quedado encorsetada
dentro de la dictadura militar", señaló Rubén Pablos, veterano de guerra y actual director de Veteranos de
Malvinas de la provincia de Río Negro.
Pero también endureció las negociaciones y la diplomacia entre ambas partes, especialmente por el rechazo de
los isleños para con Argentina tras la guerra.
Mientras que Londres aumentó su interés sobre las islas, en buena parte por los derechos de pesca y la
exploración petrolera, pero también por la cercanía estratégica de las Malvinas con la Antártida, donde Argentina
y Reino Unido también reclaman el mismo territorio.
Desde el conflicto bélico, Malvinas se convirtió en un espacio donde ingleses, argentinos y ciudadanos de todo el
mundo debieron aprender a dejar las diferencias de lado para convivir en un territorio de 12 mil kilómetros
cuadrados. En medio de este cruce notable de culturas muy diferentes
el auge económico comenzó en 1986 cuando el Londres autorizó al gobierno local a cobrar impuestos a la pesca
en las aguas del archipiélago, lo que hizo que los ingresos de las Islas tuvieran un crecimiento del 500%.
De esta manera, con una economía que continúa con buenos índices y migrantes que llegan al territorio a
desplegar sus proyectos, Malvinas se convirtió en un sitio fértil para el despliegue económico de sus habitantes.
Por este motivo, la inmigración de los latinos que llegan buscando un mejor futuro por la difícil situación que
atraviesan en sus países, dio como resultado un choque cultural sorprendente que, hasta el día de hoy, goza de
buena salud.

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