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Adicciones

Adicción.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adicción como "un trastorno de salud
mental y un trastorno del comportamiento caracterizado por la necesidad compulsiva de
consumir una sustancia (p. ej., alcohol, drogas, tabaco) o de realizar una actividad (p. ej., juego,
sexo, trabajo) a pesar de los problemas negativos asociados con dicho consumo o actividad".
La OMS destaca que las adicciones pueden tener un impacto grave en la salud física y mental
de las personas y en su capacidad para llevar a cabo actividades importantes en la vida, como
el trabajo y las relaciones personales.
La adicción ocurre cuando los individuos buscan compulsivamente sustancias o actividades por
placer a pesar de sus consecuencias negativas. Este ciclo puede conducir a la dependencia
física y psicológica de las drogas, el alcohol, el juego, la comida, el sexo o cualquier otro
comportamiento que produzca placer.
Sustancias.
Las sustancias psicoactivas son diversos compuestos naturales o
sintéticos, que actúan sobre el sistema nervioso generando alteraciones en
las funciones que regulan pensamientos, emociones y el comportamiento.
Existen regulaciones para el control y fiscalización del uso de estas
sustancias, ya sea para uso recreativo, como el alcohol o el tabaco; para
uso farmacológico, como los tranquilizantes o analgésicos opiáceos, o de
uso general, como los solventes industriales. Hay un grupo cuyo uso es
considerado ilícito y solo autorizado con fines médicos o de investigación,
como el caso de la cocaína y sus derivados.
Trastorno de juego
patológico.
• El DSM 5 reubicó esta categoría diagnóstica dentro del capítulo de los Trastornos relacionados
con sustancias y otras adicciones. Lo que motivó el cambio fue el parecido que existe entre el
juego y otras adicciones. En las dos entidades estarían implicados los mismos mecanismos
cerebrales, en particular aquellos que tienen que ver con el sistema de recompensa.
Tratamiento.

Existen dos objetivos terapéuticos: la abstinencia completa o el juego controlado. La elección de uno u
otro se hará en función del perfil de cada paciente. No obstante, la más usada es la abstinencia completa.

Grupos de Autoayuda “Jugadores anónimos”.


Consideran el juego como una enfermedad crónica y progresiva sobre la que se puede intervenir para
frenar su desarrollo, pero no curar. El grupo constituye una red de apoyo social, pero las tasas de
abandono son altas desde las primeras sesiones. No sería útil en pacientes en primeras fases, sino
más bien en aquellos con más problemas asociados.
Farmacoterapia.
Se pueden utilizar tres tipos de abordaje en este sentido: los estabilizadores del ánimo como el
carbonato de litio junto a neurolépticos, los ISRS como la fluoxetina e incluso la naltrexona por su
parecido con las adicciones a sustancias.
• la mayoría de los trabajos se centran en el análisis de rasgos de la personalidad mediante cuestionarios, y
apenas se ha investigado esta cuestión mediante entrevistas diagnósticas estructuradas para llegar a un
diagnóstico preciso. En una investigación realizada en nuestro país en la que se empleó el SCID-II, se
encontró que el 44% de los pacientes cumplían criterios para alguno de los trastornos de personalidad
según el DSM-III-R54. En un estudio de comorbilidad55, los trastornos de la personalidad encontrados
con más frecuencia fueron el obsesivo-compulsivo, seguido por el evitativo y el esquizoide. A pesar de
los estudios realizados, no ha sido posible delimitar una personalidad común en los jugadores
patológicos y tampoco un trastorno de la personalidad específico asociado.
Debido a que inicialmente el juego patológico se ha considerado como una adicción,
se ha ensayado, especialmente en los primeros momentos, técnicas terapéuticas
que han mostrado su utilidad en el control del alcoholismo y de la drogadicción96.
Sin embargo, si bien son abundantes las técnicas empleadas, resultan escasos los
estudios publicados en los que se compare la eficacia diferencial de distintas
aproximaciones terapéuticas. Las técnicas mejor estudiadas hasta la fecha son la
desensibilización imaginada y la exposición en vivo con prevención de respuesta
junto con el control de estímulos. El resto de las técnicas, o bien han caído en
desuso, o bien remiten a estudios de casos.
La utilización de técnicas reductoras de ansiedad (la desensibilización sistemática principalmente)
está estrechamente relacionada con el “mecanismo de ejecución conductual” como teoría
explicativa del mantenimiento del juego.
La hipotesis plantea que en el sistema nervioso central se establece un mecanismo neurofisiológico
de ejecución de una conducta cuando dicha conducta se convierte en habitual. El mecanismo es
activado cuando la persona está en presencia de estímulos que precedieron la realización de la
conducta habitual en el pasado o cuando la persona piensa en llevar a cabo dicha conducta.
Si la conducta no es completada cuando el sujeto es estimulado para llevarla a cabo, el mecanismo
de ejecución conductual produce un aumento de la activación, y por tanto de tensión subjetiva. El
malestar producido por esta situación fuerza al sujeto a completar la conducta, incluso aunque no
desee hacerlo.
Trastorno por consumo de alcohol
Un modelo problemático de consumo de alcohol se manifiesta al menos por dos de los hechos siguientes
en un plazo de 12 meses:
Intoxicación por Abstinencia de
alcohol alcohol
Trastornos relacionados con la cafeína
Intoxicación por cafeína
Abstinencia de cafeína
Trastorno por consumo de cannabis
Intoxicación por Abstinencia de
CANNABIS CANNABIS
COMORBILIDAD
Marín-Navarrete, R., Benjet, C., Borges, G., Eliosa-
Hernández, A., Nanni-Alvarado, R., Ayala-Ledesma, M., ...
& Medina-Mora, M. E. (2013). Comorbilidad de los
trastornos por consumo de sustancias con otros trastornos
psiquiátricos en Centros Residenciales de Ayuda-Mutua para
la Atención de las Adicciones. Salud mental, 36(6), 471-479.
Terapias Motivacionales
• La Terapia motivacional de Miller y Rollnick (8) es una intervención
sistematizada, destinada a provocar un cambio en los pacientes con
problemas de alcohol; está basada en los principios de la psicología
motivacional (las personas cambian sólo si tienen suficiente motivación;
hay dos tipos de motivación, interna y externa
TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL DE ENTRENAMIENTO
EN HABILIDADES

• Terapia de amplio espectro. Está destinada a mejorar las habilidades


cognitivas y de conducta para cambiar el consumo de alcohol y mantener la
abstinencia. De forma simple este tipo de terapia ayuda a los pacientes a
RECONOCER las situaciones de consumo, EVITARLAS y
ENFRENTARSE a ellas. Es una estrategia terapéutica estructurada,
orientada hacia objetivos concretos y centrada en los problemas inmediatos
(aquí y ahora); sin embargo es flexible y adaptable a las necesidades
individuales de cada paciente y es compatible con cualquier otro tipo de
intervención terapéutica.
PREVENCIÓN DE RECAIDAS
• Se parte del principio que la recaída es un proceso transitorio, no un fracaso
terapéutico, en la evolución de la enfermedad y empieza bastante antes de
reiniciar el consumo de alcohol. Un aspecto central de este modelo son los
factores de riesgo que pueden precipitar una recaída y las respuestas que el
sujeto da a estas situaciones. Las personas con respuestas ineficaces a estas
situaciones experimentarán falta de confianza que junto con las expectativas
positivas por el consumo de alcohol pueden provocar un consumo del
mismo, generando sentimientos de culpa que con el efecto positivo del
alcohol le inducirá a seguir bebiendo.
• Se asignan tareas para realizar en casa y se realiza la escenificación de
diferentes situaciones de riesgo. Hay dos fases: primero analizar las
situaciones de riesgo actuales y/o futuras y aprendizaje de habilidades
para enfrentarse mejor a las situaciones de riesgo. Las estrategias que se
utilizan son variadas pero todas persiguen aprender habilidades de
enfrentamiento, conseguir una reestructuración cognitiva y buscan un
equilibrio en el estilo de vida del paciente
OTRAS TERAPIAS CONDUCTISTAS O
CONDUCTUALES
• Tratamiento de Exposición a Estímulos
• Tratamiento Aversivo
• Contratos De Contingencias
• Terapia de Refuerzo Comunitario

OTRAS TERAPIAS…..
• TERAPIA DE PAREJA/FAMILIA
• GRUPOS DE AUTOAYUDA/TERAPIA DE GRUPO
• ESTRATEGIAS DE REDUCCIÓN DEL CONSUMO
Trastorno relacionado con los inhalantes no
especificado 292.9 (F18.99)
Los opioides son una clase de medicamentos utilizados para
reducir el dolor. Incluyen analgésicos disponibles legalmente a
través de una receta médica, así como drogas ilegales tales
como la heroína.
Trastorno relacionado con los inhalantes no
especificado 292.9 (F18.99)
• 1. Se consumen opiáceos con frecuencia en cantidades superiores o durante un tiempo más prolongado
del previsto.
• 2. Existe un deseo persistente o esfuerzos fracasados de abandonar o controlar el consumo de
opiáceos.
• 3. Se invierte mucho tiempo en las actividades necesarias para conseguir opiáceos, consumirlos o
recuperarse de sus efectos.
• 4. Ansias o un poderoso deseo o necesidad de consumir opiáceos. 5. Consumo recurrente de opiáceos
que lleva al incumplimiento de los deberes fundamentales en el trabajo, la escuela o el hogar.
• 6. Consumo continuado de opiáceos a pesar de sufrir problemas sociales o interpersonales persistentes
o recurrentes, provocados o exacerbados por sus efectos.
• 7. El consumo de opiáceos provoca el abandono o la reducción de importantes actividades
sociales, profesionales o de ocio.
• 8. Consumo recurrente de opiáceos en situaciones en las que provoca un riesgo físico.
• 9. Se continúa con el consumo de opiáceos a pesar de saber que se sufre un problema
físico o psicológico persistente o recurrente probablemente causado o exacerbado por ellos.
• 10. Tolerancia, definida por alguno de los siguientes hechos: a. Una necesidad de consumir
cantidades cada vez mayores de opiáceos para conseguir la intoxicación o el efecto
deseado. b. Un efecto notablemente reducido tras el consumo continuado de la misma
cantidad de un opiáceos.
• . Nota: No se considera que se cumple este criterio en aquellos individuos
que sólo toman opiáceos bajo supervisión médica adecuada.
Intoxicación por opiáceos A.
• Consumo reciente de un opiáceo.
• B. Comportamiento problemático o cambios psicológicos clínicamente significativos (p.
ej. euforia inicial seguida de apatía, disforia, agitación o retraso psicomotores, juicio
alterado) que aparecen durante o poco después del consumo de opiáceos.
• C. Contracción pupilar (o dilatación debida a una anoxia en caso de sobredosis grave) y
uno (o más) de los signos o síntomas siguientes, que aparecen durante o poco después
del consumo de opiáceos:
• 1. Somnolencia o coma. 2. Habla pastosa. 3. Deterioro de la atención o de la memoria.
• D. Los signos o síntomas no se pueden atribuir a ninguna otra afección
médica y no se explican mejor por otro trastorno mental, incluida una
intoxicación con otra sustancia.
• Especificar si: Con alteraciones de la percepción: Este especificador se
puede utilizar en las raras ocasiones en las que aparecen alucinaciones con
una prueba de realidad inalterada, o aparecen ilusiones auditivas, visuales
o táctiles, en ausencia de síndrome confusional.
Abstinencia de opiáceos 292.0 (F11.23)
• 1. Cese (o reducción) de un consumo de opiáceos que ha sido muy intenso
y prolongado (es decir, varias semanas o más).
• 2. Administración de un antagonista de los opiáceos tras un consumo
prolongado de opiáceos. B. Tres (o más) de los hechos siguientes, que
aparecen en el plazo de unos minutos o varios días tras el Criterio A:
• 1. Humor disfórico. 2. Náuseas o vómitos. 3. Dolores musculares. 4.
Lagrimeo o rinorrea. 5. Dilatación pupilar, piloerección o sudoración. 6.
Diarrea. Abstinencia de opiáceos 291 7. Bostezos. 8. Fiebre. 9. Insomnio.
Intoxicación por estimulantes A. Consumo reciente de una
sustancia anfetamínica, cocaína u otro estimulante

• Comportamiento problemático o cambios psicológicos clínicamente significativos (p. ej. euforia o


embotamiento afectivo, cambios en la sociabilidad, hipervigilancia, sensibilidad interpersonal, ansiedad,
tensión o rabia; comportamientos esterotípicos, juicio alterado) que aparecen durante o poco después del
consumo de un estimulante.
• C. Dos (o más) de los signos o síntomas siguientes que aparecen durante o poco después del consumo de
un estimulante:
• 1. Taquicardia o bradicardia. 2. Dilatación pupilar. 3. Tensión arterial elevada o reducida. 4. Sudoración o
escalofríos. 5. Náuseas o vómitos. 6. Pérdida de peso. 7. Agitación o retraso psicomotores. 8. Debilidad
muscular, depresión respiratoria, dolor torácico o arritmias cardíacas. 9. Confusión, convulsiones,
discinesias, distonías o coma. D. Los signos o síntomas no se pueden atribuir a ninguna otra afección
médica y no se explican mejor por otro trastorno mental, incluida una intoxicación con otra sustancia.
1. Taquicardia o bradicardia.
2. Dilatación pupilar.
3. Tensión arterial elevada o reducida.
4. Sudoración o escalofríos.
5. Náuseas o vómitos.
6. Pérdida de peso.
7. Agitación o retraso psicomotores.
8. Debilidad muscular, depresión respiratoria, dolor torácico o arritmias cardíacas.
9. Confusión, convulsiones, discinesias, distonías o coma. D. Los signos o síntomas no se pueden atribuir a ninguna
otra afección médica y no se explican mejor por otro trastorno mental, incluida una intoxicación con otra sustancia.
Trastorno por consumo de tabaco
• A. Un modelo problemático de consumo de tabaco que provoca un deterioro o malestar clínicamente
significativo y que se manifiesta al menos por dos de los hechos siguientes en un plazo de 12 meses:
• 1. Se consume tabaco con frecuencia en cantidades superiores o durante un tiempo más prolongado del
previsto.
• 2. Existe un deseo persistente o esfuerzos fracasados de abandonar o controlar el consumo de tabaco.
• 3. Se invierte mucho tiempo en las actividades necesarias para conseguir tabaco o consumirlo.
• 4. Ansias o un poderoso deseo o necesidad de consumir tabaco.
• 5. Consumo recurrente de tabaco que lleva al incumplimiento de los deberes fundamentales en el
trabajo, la escuela o el hogar (p. ej. interferencia con el trabajo).
• 6. Consumo continuado de tabaco a pesar de sufrir problemas sociales o interpersonales persistentes o recurrentes, provocados o
exacerbados por los efectos del tabaco (p. ej., discusiones con otros sobre el consumo de tabaco). Trastorno por consumo de
tabaco 307
• 7. El consumo de tabaco provoca el abandono o la reducción de importantes actividades sociales, profesionales o de ocio.
• 8. Consumo recurrente de tabaco en situaciones en las que provoca un riesgo físico (p. ej. fumar en la cama).
• 9. Se continúa con el consumo de tabaco a pesar de saber que se sufre un problema físico o psicológico persistente o recurrente
probablemente causado o exacerbado por el tabaco.
• 10. Tolerancia, definida por alguno de los siguientes hechos: a. Una necesidad de consumir cantidades cada vez mayores de
tabaco para conseguir el efecto deseado. b. Un efecto notablemente reducido tras el consumo continuado de la misma cantidad
de tabaco.
• 11. Abstinencia, manifestada por alguno de los hechos siguientes: a. Presencia del síndrome de abstinencia característico del
tabaco (véanse los Criterios A y B de la abstinencia de tabaco). b. Se consume tabaco (o alguna sustancia similar, como la
nicotina) para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.
TRATAMIENTO
• el tratamiento de los trastornos adictivos requiere un abordaje
multidisciplinar, donde las intervenciones psicoterapéuticas desempeñan
un importante papel. Una aproximación que ha adquirido gran expansión
en el tratamiento de los trastornos adictivos ha sido la terapia cognitivo
conductual (TCC).
• Una estrategia conductual del estudio de las adicciones se enfoca en la
identificación de conductas observables y cuantificables en relación con
acontecimientos del entorno, lo que se denomina un análisis funcional de
la conducta. Con este análisis se pueden conocer, de manera precisa,
detalles de la frecuencia e intensidad del consumo y las condiciones bajo
las cuales ocurre (situaciones -dónde, cuándo y con quién-, pensamientos ,
estados de ánimo, sensaciones físicas, pistas condicionadas, impulsos de
consumo, etc.).
El apoyo del grupo y el poder compartir problemas similares
entre los miembros del grupo tiene efectos terapéuticos
beneficiosos.
• El terapeuta de grupo establece unos límites y unas normas apropiadas
para el buen desarrollo de la interacción grupal, en un ambiente de
confianza y respeto, esto es lo que se denomina el marco terapéutico. Con
el tiempo, las relaciones interpersonales establecidas, así como las
intervenciones del terapeuta, ayuda a los miembros del grupo a establecer
mecanismos de defensa del yo más maduros y más adaptativos, así como
a reducir el consumo de sustancias y a aliviar el malestar psicológico.

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