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LEY DE ANGULACIÓN

LEY DE
ANGULACIÓN: A
MENOR ANGULO
R E S P E C TO A L A V E R T I C A L
MENOR RESISTENCIA DEL
ANCLAJE
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TRIANGULO DE FUERZAS
Un técnico de trabajos verticales se enfrenta diariamente a
situaciones en las que debe valorar la resistencia de un
anclaje o del elemento estructural sobre el que se instala. Si
bien los dispositivos de anclaje normalizados según la
norma técnica europea EN 795:1996 (recientemente
actualizada por la EN 795:2012, aún en fase de
armonización) ofrecen plenas garantías en utilizaciones
“normales”, su resistencia puede verse seriamente
comprometida cuando, por necesidades del día a día,
debemos suspender una carga de una cuerda, anillo de
cinta o similar que trabaja sobre dos o más anclajes
simultáneamente. Se forma entonces una figura geométrica
con forma de triángulo conocida como triángulo de fuerzas.

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En este triángulo actúan unas fuerzas cuya
intensidad será mayor o menor en función del
ángulo que forman los segmentos de cuerda o
cinta entre sí. Conocer su funcionamiento es
esencial para trabajar de manera segura con
instalaciones tan recurrentes como el reparto de
cargas o el montaje de tirolinas.

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EL REPARTO DE CARGAS
• Hablar de repartos de cargas entre anclajes suele ser el tema de
conversación de barra de bar preferido por un amplio espectro de frikis de la
vertical: verticaleros, escaladores, espeleos, barranquistas y demás fauna
podemos pasarnos horas hablando de ángulos, cargas, resistencias y demás
sin ningún problema, y lo que es más divertido, ¡sin llegar nunca a ponernos
de acuerdo!

• Si bien el concepto de triángulo de fuerzas es aplicable a cualquier montaje


que implique la solicitud de dos o más anclajes simultáneamente, solemos
utilizarlo fundamentalmente para referirnos al reparto de cargas entre
anclajes. El propósito de un reparto de cargas es, obviamente, repartir la
carga entre diferentes anclajes. Lo que no es tan obvio, sin embargo, es que
hacerlo a ciegas, sin un mínimo de conocimientos técnicos, puede producir
el efecto exactamente contrario: multiplicar la carga que recibe cada anclaje.

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Repasemos de nuevo

La teoría —¡y la experiencia!— nos


Cargas del anclaje
dicen que cuanto mayor es el ángulo
formado por los segmentos de cuerda
o cinta cuando se suspende una carga
entre dos anclajes mayor es la fuerza
que reciben estos anclajes. Al
contrario, cuanto menor es ese
ángulo, menor es la fuerza que
reciben, siendo el mínimo el 50% de la
carga.

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Pongamos un ejemplo: si consiguiéramos formar un
triángulo de fuerzas donde el ángulo fuera de 0
grados —esto sólo es posible en teoría pues
siempre existe una separación entre anclajes, por
mínima que sea— los segmentos de cada uno de los
2 anclajes recibiría exactamente la mitad de la
fuerza total que se genera en el triángulo. Sin
embargo, a medida que fuéramos abriendo el
ángulo de este triángulo, la fuerza recibida por los
anclajes iría aumentando progresivamente. Si con
0º la fuerza recibida por cada anclaje es del 50 %,
con un ángulo de 180º esta tiende al infinito. Por
supuesto estos son casos teóricos y en el día a día
nunca trabajamos con estos extremos. El mundo
real, el que nos interesa, se encuentra entre estos
dos extremos. 7
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• Existe una fórmula para calcular la fuerza generada por un triángulo de
fuerzas:
• F’=F/2/cos X
• donde F’ es la fuerza que recibe cada anclaje, F es la fuerza aplicada al
triángulo de fuerzas (la masa que colgamos), y X el ángulo formado respecto
a la vertical (si el ángulo que forman los dos segmentos de cuerda cinta es de
30º, el ángulo respecto a la vertical será de 15º). O lo que es lo mismo: la
fuerza generada es igual a la mitad de la carga suspendida partido por el
coseno del ángulo respecto a la vertical del triángulo.
• Un ejemplo: si ejercemos una fuerza de 100 Newtons (N) sobre un anillo de
cinta cuyos segmentos forman un ángulo de 60º entre anclajes obtendremos
F=50/cos 30, es decir 60N.

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• Si el ángulo entre anclajes es de 120º (60º respecto a la vertical),
obtenemos F=50/cos 60, es decir 100N. En este caso, la fuerza recibida
por cada uno de los anclajes es idéntica a la fuerza ejercida sobre el
triángulo: ¡aquí el concepto “reparto de cargas” empieza a perder
sentido!
• Todo esto está muy bien pero sinceramente, en el día a día es demasiado
farragoso y complicado. Una manera más sencilla de calcular la fuerza
que reciben los anclajes que utilizamos durante un reparto de cargas es
guiarnos por la siguiente tabla:

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TÍTULO:

Una rápida ojeada a esta tabla nos permite sacar dos conclusiones
claras:
El ángulo máximo aceptable para un reparto de cargas debería ser de 60º.
A partir de 120º, dejamos de repartir carga y pasamos a multiplicarla, justo lo
contrario de lo que pretendemos.

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TÍTULO:
Tipos de triángulos de fuerzas

Cuando hablamos de triángulos de fuerza para referirnos a un reparto de


cargas diferenciamos tres tipos distintos. Suelen realizarse con anillos de
cuerda o cinta.

Triángulo de fuerzas bloqueado

En un triángulo de fuerzas bloqueado (estático, unidireccional, etc.) existe


una distribución óptima de la fuerza que reciben los anclajes siempre y
cuando no varíe la dirección del tiro. Si esta cambia, uno de los dos (o tres, o
cuatro, dependiendo del sistema instalado) brazos recibe automáticamente
menos tensión que el otro.

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TÍTULO:
Triángulo de fuerzas dinámico
En un triángulo de fuerzas dinámico los brazos del triángulo siguen
recibiendo la misma tensión aún cuando se cambie la dirección del tiro.
Y esa es su gran ventaja, que se ajusta automáticamente ante un
cambio de dirección de la carga, aunque también puede suponer su
principal desventaja: en caso de fallo de uno de los anclajes, se produce
un tirón de ajuste sobre el anclaje restante que puede llegar a
sobrecargarlo.

Es por ello que este tipo de triángulos solo se aconsejan cuando se


utilizan anclajes a prueba de bombas, es decir, lo mínimo requerido en
trabajos verticales

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El caso de las tirolinas TÍTULO:
Cuando instalamos una tirolina o sistema horizontal de cuerda tensa, el ángulo
formado por los segmentos de cuerda una vez suspendida la carga suele ser
relativamente alto: en torno a los 140º. Como hemos visto en la tabla más arriba,
una ángulo excesivamente abierto puede generar importantes tensiones en los
anclajes, algo que debemos evitar a toda costa cuando nuestro propósito es hacer
un reparto de cargas. Ahora bien, cuando instalamos una tirolina, el propósito no es
el de repartir carga, sino el de desplazar una carga horizontalmente.

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TÍTULO:
Para hacerlo con seguridad basta con cumplir unas sencillas reglas:

1. Los anclajes deben ser a prueba de bombas. En caso de instalar anclajes


tipo EN 795 A1 (lo que habitualmente denominamos “chapa”, “parabolt”,
“químico”, etc.) se debe hacer SIEMPRE un reparto de cargas mediante
triángulo dinámico.

2. Respetar la regla del 10%: la longitud de la flecha generada por la carga una
vez suspendida de la tirolina (su variación respecto a la horizontal) no debería
ser inferior al 10% de su longitud total. Por ejemplo, en una tirolina de 30
metros, la flecha generada por la carga no debería ser inferior a 3 metros. De
esta manera nos aseguramos de no sobrecargar el sistema.

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TÍTULO:

3. Las tirolinas diseñadas para desplazar personas o grandes cargas contarán


siempre con dos cuerdas paralelas con tensión similar.

4. Se elegirán siempre los nudos más resistentes para fijar las cuerdas: nueve,
nudo sin tensión, etc.

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TÍTULO:
Carga x Longitud/4 x Flecha

Ejemplo: Si en una tirolina de 40 metros suspendemos una carga de 100 kg y


se genera una flecha de 5 m obtenemos: 100 x 40/4 x 5 = 200 kg

Triángulos de fuerzas

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TÍTULO:

Funciona de manera muy precisa (margen de error inferior al 5%) con un


ángulo igual o superior a 140º, que suelen ser los habituales en montajes de
tirolinas). Desgraciadamente, el margen de error aumenta
considerablemente con ángulos inferiores.

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TÍTULO:
Cable de acero vs cuerda
Aunque siempre defenderé la recomendación de no sobretensar una tirolina,
conviene aclarar que esto es mucho más difícil de conseguir utilizando
cuerdas que utilizando cable de acero. Diferentes estudios han demostrado
que sobrecargar una tirolina montada con cuerdas es sumamente difícil, en
parte por la elasticidad del material del que están hechas. Sometidas a
tensión, las fibras textiles tienden a estirarse, lo que tiene por efecto de
aumentar la flecha del sistema y en consecuencia de reducir el ángulo de
incidencia. Por otro lado, los propios nudos de las cuerdas tienen una clara
función de absorción de energía, lo que limita la posibilidad de sobretensión.

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TÍTULO:
Los que hayáis tensado una tirolina con ayuda de un dinamómetro lo habréis
comprobado: en cuanto dejamos de tensar, la tensión que recibe el sistema
baja rápidamente. No digamos ya después de haber suspendido la carga.

Esto sin embargo no es así cuando instalamos sistemas de cable. La —


prácticamente— nula capacidad de estiramiento del acero sumada a la
ausencia de un sistema de fijación del mismo con capacidad de absorción de
energía como ocurre con los nudos en sistemas basados en cuerdas exige
prestar la máxima atención a la hora de su confección.

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GRACIAS

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VIDEO

https://youtu.be/cObvjbVO3ro

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