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Las cruzadas fueron una serie de guerras religiosas En la cruzada contra los albigenses la lucha fue

impulsadas por la Iglesia Católica durante la Edad contra cristianos disidentes y los nobles que los
Media. Dichas campañas militares tenían como apoyaban, en especial contra los seguidores del
objetivo declarado recuperar para la Cristiandad la catarismo.
región del Cercano Oriente conocida como Tierra
Santa, la cual se encontraba bajo el dominio del En muchos casos, las cruzadas fueron causa de
Islam. Otras expediciones armadas con el propósito persecuciones contra los judíos, cristianos
de conquistar territorios musulmanes previamente ortodoxos griegos y rusos.
cristianos, como en España, de implantar el
cristianismo, como en Prusia, o incluso de suprimir Los participantes de las cruzadas, conocidos como
por la fuerza movimientos contra el poder de la cruzados, tomaban votos religiosos de manera
iglesia, como en el sur de Francia, también fueron temporal y se les concedía indulgencia por sus
conocidas eventualmente como Cruzadas. pecados.
• Primera 1096 – 1099 Victoria cristiana
• Segunda 1147 – 1149 Victoria musulmana
• Tercera 1189 – 1192 Victoria musulmana
• Cuarta 1201 – 1204 Conquista de
Constantinopla
• Quinta 1218 – 1221 Victoria musulmana
• Sexta 1228 – 1229 Victoria cristiana
• Séptima 1248 – 1254 Victoria musulmana
• Octava 1270 Derrota cristiana por epidemia
• Novena 1271 – 1272 Victoria musulmana
El orígen de las cruzadas nace a finales del siglo XI cuando el
papa Urbano II comienza una campaña de protección de los
territorios cristianos que estaban siendo tomados en posesión
por el avance del Islam. Luego del concilio de Clermont el papa
proclama la primer cruzada.

Jerusalén y sus tierras cercanas son de carácter sagrado para


ambas posturas religiosas, esto provocó la controversia entre
ambas religiones, al punto que consideraron necesario
enfrentarse militarmente para proteger sus ideales y su fe.

Aunque las cruzadas fueron justificadas por la iglesia católica


como una campaña de protección de sus pueblos y fe, también
son consideradas como una ambición de la nobleza feudal por
expandir sus territorios y conquistar nuevas tierras con fines
comerciales.
En el año 1095, el Papa Urbano II convocó por primera vez a una cruzada para conquistar
Tierra Santa en un concilio efectuado en la ciudad francesa de Clermont. El principal
objetivo del Sumo Pontífice era ofrecer a Bizancio los refuerzos necesarios para expulsar
a los turcos seldjúcidas del Asia Menor.
Con ello el Papa Urbano esperaba que la Iglesia bizantina, que desde el año 1054, se
había separado de la Iglesia romana, reconociera la supremacía de Roma y, de esta
manera, restaurar la unidad de la cristiandad.
A Clermont acudieron muchos clérigos y un gran número de nobles de menor categoría a
los que también se dirigió el Papa.
En este concilio, Urbano ofreció recompensas espirituales y materiales a todos aquellos
que se animaran a emprender la cruzada, la remisión de los pecados y la obtención de
territorios en Tierra Santa. Mientras el guerrero estuviera ausente, la Iglesia se
comprometía, también, a velar por sus bienes.
A medida que la asamblea se desarrollaba, sus integrantes presos de la emoción,
exclamaron una frase que se convirtió en el lema de las cruzadas: «¡Dios lo quiere!». Ese
mismo año comenzó la preparación de la primera cruzada con la reunión de pequeños
ejércitos pertenecientes a nobles europeos.
• Cada una de las batallas realizadas estuvieron bajo la orden
del papado de la época.
• Se llevaron a cabo en un total de 9 batallas durante los siglos
XI y XIII.
• Su motivación fue los intereses expansionistas ocasionados
por la nobleza feudal.
• Se realizaron entre la zona de Europa y del Oriente cercano
al Mediterráneo.
• Cada una de las cruzadas terminaron en el momento en que
los musulmanes luego de su derrota dejan Jerusalén.
• Estas campañas infundieron respeto a los musulmanes por
los cristianos.
• Finalmente, la religión católica logra ser una de las religiones
más comunes y reconocidas.
• Recuperar Jerusalén, la cual estaba en manos de los
musulmanes y lograr que esta continuara laborando como
tierra santa, bajo el poder del papa.
• La preocupación por parte de la iglesia católica por la
expansión de la religión musulmana.
• Las cruzadas prometían fama, riqueza y tierras por lo que
tuvo mucha convocatoria de participantes.
• El interés de expansión por parte de la nobleza feudal y los
comerciantes de la época.

• Logró la unidad en la Iglesia y gran expansión de su religión


hacia el oriente.
• Apertura de nuevas rutas comerciales entre el oriente y
occidente.
• Logró el fortalecimiento de la monarquía y comerciantes.
• El debilitamiento del sistema feudal, lo que impulsó a nuevo
sistema económico.
• Gran cantidad de personas perdieron la vida como
consecuencia de estas batallas, tanto fue así que en el año
2000, el papa se disculpó por las atrocidades cometidas en
aquel tiempo.
Jerusalén fue uno de los mayores centros de peregrinaje en la Edad Media. Los
cristianos acudían ahí por varios motivos. Por un lado, en esta ciudad se
encuentra el Santo Sepulcro, que fue la tumba de Cristo, desde la cual resucitó.
Por otro lado, ahí se eleva el Monte de los Olivos, donde el Señor pasó su última
noche y el Monte Carmelo, donde se lo crucificó. Por último, a un par de
kilómetros se encuentra Belén, donde Cristo nació.
Jerusalén también es importante para los musulmanes. Para ellos, Jerusalén es Al
Quds, que significa «La Sagrada», pues, según dice, desde esta ciudad Mahoma
ascendió al cielo montado sobre un corcel. Por eso, para los musulmanes,
Jerusalén es la tercera ciudad sagrada después de la Meca y Medina.
La tradición del peregrinaje a Jerusalén estaba muy enraizada entre todos los
cristianos a pesar de que, desde el siglo VII, esta ciudad había caído en manos de
los árabes. Mientras los árabes se habían mostrado siempre muy tolerantes con
los peregrinos cristianos que acudían a ella, los turcos, que ocuparon Jerusalén en
el año 1076, adoptaron una actitud hostil. Según las noticias que llegaban a
Europa, los turcos se habían convertido en implacables perseguidores de
cualquier cristiano que llegaba a la ciudad. Estas noticias contribuyeron a
movilizar los ánimos de los cristianos para reconquistar la ciudad santa.
Mientras los nobles se organizaban para la primera cruzada, un predicador
francés, Pedro el Ermitaño, comenzó a predicar su propia cruzada montando en
un asno.
Pedro logró convocar a más de diez mail campesinos franceses y alemanes, que
se encaminaron a Jerusalén mucho antes que los pomposos ejércitos de los
nobles. Casi todos eran pobres y provenían de poblaciones superpobladas en las
que el destino de los pobres era siempre una calamidad. Estos hombres y
mujeres vendieron sus escasos bienes para emprender el viaje.
Esta expedición, sin embargo, careció de organización y preparación militar, los
seguidores de Pedro el Ermitaño no llevaban ni armas, no comida, ni agua. Por
eso al principio, vivieron de la caridad.
Luego, cuando llegaron a Grecia, los cruzados comenzaron a saquear aldeas para
alimentarse. Como eran demasiado pobres para poder comprar espadas y
lanzas, atacaban con cualquier objeto: palos, cuchillos, hachas o incluso, hondas.
De esta manera, esta gran masa humana cruzó las fronteras del Imperio
bizantino convertida en una banda feroz que arrasaba con todo lo que
encontraba a su paso.
Los primero encuentros con los turcos fueron favorables. Sin embargo, la
cruzada popular dirigida por Pedro el Ermitaño terminó con un dramático
fracaso, sólo se libraron de la muerte los cruzados que renunciaron a la fe
cristiana.
Luego de Clermont, muchos predicadores
convocaron a una cruzada. El más popular fue
Pedro el Ermitaño. Este personaje, que había
nacido en Amiens, Francia, había dedicado toda
su vida al ascetismo. Iba siempre descalzo y de él
se cuenta que jamás probó ni carne ni vino.
Según los testimonios de su época sus palabras
parecían divinas. Por eso, los campesinos que lo
escucharon sintieron que su llamada era un
mensaje de libertad. Se contaba que el Señor se
le había aparecido encargándole organizar la
primera cruzada. Por este motivo se lo veneró
como a un santo.

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