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Asimismo, muchas enfermedades físicas están relacionadas con una mala gestión de

las emociones, algunas de las más conocidas son:


Tensiones musculares
Dolores estomacales
Estreñimiento
Insomnio
Para manejar nuestras emociones debemos tener presente estos 4 pasos:
Conciencia
Percibir
Evaluar
Expresar las emociones.
Técnica # 1: Respira tus emociones
La respiración es una herramienta básica que puedes utilizar no solo para gestionar tus
emociones sino para mucho más. Hacerte consciente de la respiración te traerá calma y
por lo tanto te será más fácil reconocer y comprender lo que sucede a tu alrededor y lo
que suscita en ti.

Procedimiento:
Inspira por la nariz profundamente intentando que tu abdomen se infle, mientras lo
haces cuenta hasta 5.
Reten por 5 segundos el aire.

A continuación, deja salir el aire lentamente.


Repite el procedimiento las veces que consideres necesarias hasta sentirte en calma o
hasta que logres identificar las emociones que están en tu mente y cuerpo en ese
momento.
Técnica # 2: Plasma tus emociones
Esta técnica tiene su origen en la terapia narrativa, puedes optar por la escritura o por
el dibujo. El objetivo es dejarnos llevar por las emociones a la par que vamos
conociendo e identificando lo que nos esta sucediendo.

Procedimiento:
Toma lápiz y papel y expresa tus emociones de la forma más creativa que se te ocurra.
Recuerda que el objetivo es identificar las emociones y gestionarlas.
No te limites, escribe o dibuja como mejor te parezca.
Una vez sientas que te desahogaste con tu lápiz y papel, realiza una actividad diferente
y no retomes el tema o la situación.
Técnica # 3: Stop a tus emociones negativas
Esta técnica es muy útil para las emociones negativas como la ira y el miedo. El
nombre de esta técnica es: “el semáforo” y consiste en detener las respuestas no
constructivas de las emociones.
Procedimiento:
Piensa en un semáforo y actúa según las normas de tráfico: Detente, Piensa, Actúa.

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