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VENCIER
E
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado
la fe. Por lo demás, me
está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día; y no sólo a
mí, sino también a todos los que aman su venida.” (2 Timoteo
4:7,8)
Pablo pudo hacer eso al final de su vida y
fue capaz de decir confiadamente lo qué él
hizo en su vida cristiana. “He peleado la
buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe."
En este verso se ve las palabras de un
mártir, pero también las de un conquistador.
La iglesia es un jardín divino que ha sido
regado y enriquecido con la sangre de sus
mártires, especialmente en el siglo primero,
a Esteban, Jacobo y al mismo apóstol
Pablo; “Porque yo ya
estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi
partida está cercano”.
El mundo es un altar donde las vidas
de muchos hijos
de Dios han sido ofrecidas.
Recordemos a Juan el Bautista y los
que se mencionan en Hebreos
11:37 "Fueron apedreados, aserrados,
puestos a prueba, muertos a filo de
espada......."
La iglesia es un jardín divino que ha sido
regado y enriquecido con la sangre de sus
mártires, especialmente en el siglo primero,
a Esteban, Jacobo y al mismo apóstol
Pablo;
“Porque yo ya
estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi
partida está cercano”.
Pablo y todos estos mártires
estuvieron luchando durante
toda su vida, pero no lo hizo
solo, estuvo acompañado de
Jesús y por eso alcanzo la
victoria, no terrenal si no
celestial.
Pablo dijo: He peleado la buena
batalla.