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LOS SIETE MAESTROS

LA GENERACIÓN DE 1915
LA SOCIEDAD DE CONFERENCIAS Y CONCIERTOS
TENIA COMO META PROPAGAR LA CULTURA ENTRE
LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE LA CIUDAD
DE MÉXICO. LA SOCIEDAD FUE FUNDADA EL 5 DE
SEPTIEMBRE DE 1916 Y FUE CONOCIDA EN EL
AMBIENTE CULTURAL DE AQUELLA ÉPOCA COMO
LA SOCIEDAD DE "LOS SIETE SABIOS DE MÉXICO",
MOTE QUE LES FUE IMPUESTO POR SUS
COMPAÑEROS EN BURLONA REFERENCIA A LOS
SIETE SABIOS DE GRECIA Y QUE, SIN EMBARGO,
PRONTO SE CONVIRTIÓ EN TÍTULO DE PRESTIGIO
PARA LOS INTEGRANTES FUNDADORES DE LA
SOCIEDAD.
MANUEL GÓMEZ MORÍN
VICENTE LOMBARDO 1897-1972
TOLEDANO FUNDADOR DEL BANCO DE
1894-1968 MEXICO (1925)
CREADOR DE LA CTM FUNDADOR DEL PARTIDO
24 DE FEB. 1936 ACCION NACIONAL (1939)

JOSÉ VASCONCELOS
1897-1972 DANIEL COSÍO VILLEGAS
CREADOR DE LA 1898-1976
SECRETARÍA FUNDADOR DEL FONDO
DE EDUCACIÓN PUBLICA ANTONIO CASTRO LEAL DE CULTURA ECONÓMICA
(1921) 1896-1981 (1934)
ESCRITOR Y ENSAYISTA FUNDADOR DE LA ESCUELA
ALFONSO CASO NACIONAL DE ECONOMÍA
1896-1970 (1939)
FUNDADOR DEL COLEGIO
NACIONAL (1943) Alberto Vásquez del Mercado,
COFUNDADOR DEL INAH quien sería un extraordinario
(1939)
ministro de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación
LOS CONTEMPORÁNEOS
Los Contemporáneos es el nombre de un grupo de jóvenes intelectuales
mexicanos, agrupados en torno a la revista Contemporáneos, que se
encargaron de difundir muchas de las innovaciones del arte y la cultura en
la sociedad mexicana de la primera mitad del siglo XX, en cierto sentido
eran opositores del estridentismo.

El 17 de enero de 1925, Jiménez Rueda publicó "El decaimiento de la


literatura mexicana", en el que aclara que al hablar de afeminamiento se
refiere a "el reblandecimiento medular que padecen nuestras letras", el cual
se debe a "modas nuevas, cansancio espiritual, desgaste nervioso producido
por años de tormentosa existencia, desorientación moral, carencia de
espíritu analítico [...]".
LOS CONTEMPORÁNEOS
Tanto Carlos Pellicer, Jaime Torres Bodet, Bernardo Ortiz de Montellano,
José Gorostiza, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Enrique González Rojo
y Gilberto Owen, estaban en contacto desde la Escuela Nacional
Preparatoria.

Aparecida a principios de mayo de 1928 y firmada por Jorge Cuesta, la


Antología de la poesía mexicana moderna fue la primera obra en llevar el
nombre de Contemporáneos, pues fue publicada un mes antes del primer
número de la revista homónima.
LOS CONTEMPORÁNEOS
Aunque fue firmada y prologada por Jorge Cuesta, existen numerosas
dudas y teorías en torno a la autoría intelectual de la Antología—Jaime
Torres Bodet se acredita como el autor, acompañado por Villaurrutia,
Cuesta, Ortiz de Montellano y González Rojo; por su parte, Salvador Novo
recuerda que la hicieron Owen, Cuesta y Villaurrutia—. No obstante, sin
importar quién fue el iniciador, se puede afirmar con base en numerosos
testimonios que la Antología fue producto de un trabajo colectivo
abanderado y defendido vigorosamente por Cuesta.
Los relatos contemporáneos reflejan temas como:

• La desigualdad social
• El terrorismo y la guerra
• La alienación del ser humano en sociedad
• La política y la corrupción
• El medioambiente y la falta de consciencia de su cuidado
• La ética y la moral
• La economía y las clases sociales
• La desigualdad de género
La literatura contemporánea refiere a los estilos literarios surgidos
a partir de 1930 hasta la actualidad, período que se caracteriza por
los avances tecnológicos y los constantes cambios a nivel social,
cultural, político.

La literatura contemporánea se origina en el previo de la Segunda


Guerra Mundial, hecho que le da impulso a un cambio de
mentalidad social.

Los autores reflejan su pensamiento rompiendo con los modelos y


parámetros estéticos de las épocas anteriores (como la
renacentista, barroca o ilustrada).
Se origina una literatura que recrea un carácter de ficción, fantasía
y misterio, basado en los hechos de la vida real. Además, las
innovaciones tecnológicas e industriales permiten aumentar la
cantidad de publicaciones de las obras (impresión de ejemplares a
gran escala).

Surge una nueva cultura de masas atraída por los nuevos géneros
de la literatura contemporánea, como la historieta (o comic) o el
cyberpunk (un subgénero de la ciencia ficción).
La literatura contemporánea se caracteriza por
reflejar una nueva visión del mundo, reflejando un
quiebre de las costumbres y creencias tradicionales.

Surgen nuevos géneros literarios que se mezclan con diferentes


técnicas de escritura. Las obras contemporáneas, además,
representan el mundo interior de los personajes, su inconsciente y
subconsciente.
En la literatura contemporánea el tiempo no transcurre de forma
lineal, sino que rompe con el orden cronológico de los hechos
pudiendo comenzar un relato desde el final de la historia, luego
narrarlo desde el pasado y volver a otro punto en el tiempo.

En la literatura contemporánea (a diferencia de los textos


narrativos), no existe una única voz del narrador que todo lo sabe.
No existe un único punto de vista, lo que genera relatos más
empáticos con el lector.
Existen tantos puntos de vista como narradores, sin embargo, es
importante destacar un punto en común en las obras
contemporáneas: el autor siempre se encuentra disconforme con la
realidad que describe.

En el caso de la poesía contemporánea se diferencia


sustancialmente de la poesía de tiempos añejos, porque claro, se
encuentra totalmente empapada e influida por las vanguardias que
acaecieron el siglo pasado y que se caracterizaron por enfrentarse
a las propuestas clásicas, que dominaron la escena poética por
largos años, al respecto de la métrica y la rima.
LAS VANGUARDIAS LITERARIAS
CRIOLLISMO, INDIGENISMO
Y NOVELA REVOLUCIONARIA
El criollismo es un movimiento literario que surgió a
fines del siglo XIX y se extendió en el siglo XX.
Apareció casi simultáneamente en toda
Latinoamérica como una búsqueda de lo autóctono,
lo local y aquello que identificaba a toda la región.

Su objetivo era representar a los sectores excluidos y populares de cada


nación y rescatar las tradiciones y costumbres.
Se relaciona con otros movimientos literarios de épocas cercanas, como el
indigenismo, pero se diferencia de ellos ya que no solo se concentra en
individuos sino también en los paisajes y en el contexto social moderno
que los excluye.
EL CRIOLLISMO COMO MOVIMIENTO LITERARIO
DEL SIGLO XIX Y XX ELIGIÓ COMO PERSONAJES
PRINCIPALES A LOS GRUPOS POPULARES QUE
SE CONVIRTIERON EN EXCLUIDOS COMO
CONSECUENCIA DE LA MODERNIZACIÓN.

ASÍ COMO LOS PROPIOS CRIOLLOS HABRÍA


EXPERIMENTADO EL RECHAZO DE LOS
ESPAÑOLES EN SU MOMENTO, DESDE EL SIGLO
XVI.
INDIGENISMO
ARTE NACIONAL
La narrativa indigenista parte del problema del indio
como ente segregado y explotado por los grupos
dominantes, y por esto constituye una manifestación
de protesta social, económica y política.

El escritor encuentra su inspiración en los indígenas


para hacer fuertes denuncias sociales, hurgar en la
identidad nacional o aspirar a la justicia.
En México, esta literatura se empieza a perfilar con claridad
después de la Revolución, dando lugar a la Narrativa de la
Revolución y a la novela revolucionaria.

Se intentará subrayar la búsqueda de identidad a partir de las


formas de vida y las costumbres de un grupo social.

Algunos de los autores que destacaron con alguna obra son:


Antonio Mendíz Bolio (1884- 1975), con la obra “La tierra del
faisán y el venado” (1922);
Andrés Henestrosa (1906-2008), “Los hombres que dispersó la
danza” (1929);
Emilio Abreú (1894-1971) “Canek: historias de un héroe maya”
(1940)
NOVELA
REVOLUCIONARIA
LOS GRITOS DEL PUEBLO
El relato sigue la figura central de un caudillo, o bien la
narración cuyo protagonista es el pueblo; otras veces, se
prefiere la perspectiva autobiográfica, y, con menos frecuencia,
los relatos objetivos o testimoniales.

Merece notarse que algunas de estas obras, a las que supondría


se revolucionarias por su espíritu, además de por su tema, son
todo lo contrario. No es extraño encontrarse en ellas el
desencanto y, tácitamente, el desapego ideológico frente a la
Revolución.
Agotados los temas que proporcionaba la Revolución o
perdido el interés por ellos, casi todos los novelistas que
participaron en esta tendencia derivaron a la novela rural y de
la ciudad.
Fue, pues, fundamentalmente un llamado a la tierra y a la
justicia social lo que vinieron a significar las obras de este
género.
Algunas de las obras más destacadas de este género serán:
“Los de abajo” (1915), de Mariano Azuela. Y “La sombra del
Caudillo” Martín Luis Guzmán” (1930)

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