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Manos a la Obra
Crisdayanne Zayas Viera
Es un programa industrial que en el 1947
marco el comienzo de una nueva etapa de
planificación industrial basada en el
capital externo y en las exenciones
contributivas
manos a la obra”?
mismo año y que se apoyaba en la
exención de impuestos federales que ya
existía en la Isla bajo el Artículo 9 de la
Ley Jones.
El principal logro del programa industrial Manos a la Obra fue que consiguió su objetivo de rápida
industrialización y crecimiento económico. Evidencia de que hubo industrialización en Puerto Rico
fue que el sector agropecuario descendió de 18% del Producto Bruto Nacional (PBN) en 1950, a 3.6
% en el 1980. Al mismo tiempo, el manufacturero aumentó su participación en la economía de 16%
en 1950 a 48.1% en 1980. Otros cambios producidos por la industrialización fueron el crecimiento en
el sector financiero y el sector gubernamental. El financiero creció de 10% del PBN en 1950 a 14.4%
en 1980. Este crecimiento refleja la mayor liquidez en la economía producida por fondos extranjeros
depositados en el sector financiero particularmente después de aprobada la Ley 936 en 1976.
El sector gubernamental también creció al aumentar su participación de 10% del PBN
en 1950 a 17.1% en 1980. La proporción de empleos gubernamentales marcó un
crecimiento mayor, puesto que en 1950 empleaba sólo 7.6% de la fuerza laboral. Sin
embargo, para 1980, se había convertido en el patrono más grande con 24.4 de los empleos
nacionales. El crecimiento del PBN en la década de los cincuenta fue de 5.3% en términos
reales (ajustados por la inflación) y aceleró a 7% en la década subsiguiente. Vino
acompañado de un impresionante aumento en el PBN per cápita que creció de $154 en
1940 a $342 en 1950 y a $716 en 1960. Ya para 1980, había llegado a $3,479 con lo que
superaba a la mayoría de los países en Latinoamérica. A la par con el aumento en ingresos
vemos un incremento importante en el jornal promedio por hora que aumentó de $0.42 ó
28% del nivel en Estados Unidos en 1950 a $0.94 ó 41% en 1960 y $2.59 ó 59% en 1975.
Otro dato que refleja la prosperidad de la época es el crecimiento en la tasa de inversión.
Aumentó de 15% en el 1950 a 21.2% en el 1960 y llegó a un máximo histórico de 30.5%
en el 1972. El alto crecimiento económico en Puerto Rico en las décadas del cincuenta y el
sesenta lo convirtió en un modelo de progreso y desarrollo planificado para el Caribe y
Latinoamérica.
Aspectos sociales de Manos a la Obra
Aunque las estadísticas del crecimiento sin precedentes en los cincuenta y
los sesenta sugieren que éstos fueron tiempos de gran prosperidad, es
importante reconocer que la rápida industrialización del país también produjo
importantes disloques sociales. Unos de los aspectos más reveladores del
impacto social de la industrialización fue el efecto que tuvo en la creación de
empleos y en la participación laboral. Sorprendentemente, como resultado del
alto crecimiento económico en los cincuenta y los sesenta sólo se vio un
moderado descenso en la tasa de desempleo en Puerto Rico. Comenzó en 12.9
en 1950, subió ligeramente a 13.3% en 1960 y bajó de nuevo a 10.3% en 1970.
Sin embargo, el alza de tres puntos porcentuales en el desempleo obtenida en
las dos décadas entre el 1950 y el 1970 es igual a la obtenida en una década
con el plan de industrialización “criollo” entre 1940 y 1950.