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El pastor Abdul y su esposa Fátima acogen a un peregrino en su casa de camino a La Meca, brindándole hospitalidad. Luego de una semana, Fátima ve que el peregrino no muestra intenciones de continuar su viaje, por lo que le pide a Abdul que hable con él. Abdul le dice al peregrino que su despensa está vacía y no pueden seguir atendiéndolo, a lo que el peregrino accede a irse a la mañana siguiente. Sin embargo, a la mañana el peregrino encuentra una excusa para retrasar su partida.
El pastor Abdul y su esposa Fátima acogen a un peregrino en su casa de camino a La Meca, brindándole hospitalidad. Luego de una semana, Fátima ve que el peregrino no muestra intenciones de continuar su viaje, por lo que le pide a Abdul que hable con él. Abdul le dice al peregrino que su despensa está vacía y no pueden seguir atendiéndolo, a lo que el peregrino accede a irse a la mañana siguiente. Sin embargo, a la mañana el peregrino encuentra una excusa para retrasar su partida.
El pastor Abdul y su esposa Fátima acogen a un peregrino en su casa de camino a La Meca, brindándole hospitalidad. Luego de una semana, Fátima ve que el peregrino no muestra intenciones de continuar su viaje, por lo que le pide a Abdul que hable con él. Abdul le dice al peregrino que su despensa está vacía y no pueden seguir atendiéndolo, a lo que el peregrino accede a irse a la mañana siguiente. Sin embargo, a la mañana el peregrino encuentra una excusa para retrasar su partida.
RECONSTRUYE EL ARGUMENTO DEL CUENTO DE CAMINO A LA MECA
CONSIDERANDO LAS ACCIONES PRINCIPALES Y LOS ELEMENTOS CARACTERÍSTICOS. VUELVE A NARRAR EL RELATO CON LAS PROPIAS PALABRAS. De Camino a la Meca Es de buenos musulmanes dar posada a los peregrinos. Sin embargo, lo importante es darle la hospitalidad y no cederle lo principal de la residencia. Por eso, los peregrinos deben ser alojados en un lugar secundario pero digno. Allí dejarlos hasta que decidan partir. Antes de darle la posada señalarles que no pueden quedarse todo el tiempo que quisieran. De Camino a la Meca Un peregrino que iba de camino a la ciudad santa de La Meca llegó a una aldea donde coincidió con un pastor llamado Abdul, al que preguntó por algún lugar que le pudieran dar posada. Y como ya se sabe que los buenos musulmanes siempre brindan asistencia a los peregrinos, el pastor le ofreció su casa. Cuando llegaron a la casa del pastor, la esposa de Abdul acogió al peregrino con toda hospitalidad. Tras ofrecerle un té y conversar un buen rato con él sobre las incidencias del viaje, Abdul y Fátima prepararon una cena para halagar a su huésped. Y después, cedieron al peregrino su propio cuarto para que pasara la noche. Hacía ya una semana que el peregrino había llegado y Fátima veía que su huésped no mostraba intención alguna de proseguir su viaje. Por eso Fátima hablo con Abdul y le pidió que hiciera lo posible para que el peregrino se fuera. Cuando Abdul fue hablar con el peregrino él le dijo que su despensa se ha quedado vacía y no podremos atenderte, el peregrino le dijo que a la mañana siguiente se iría. Pero llego la mañana y Abdul fue a despertarlo pero éll escucho que tenían un gallo y ya no se quería ir.