Está en la página 1de 27

ESCUELA NACIONAL DE

FORMACIÓN PROFESIONAL DE LA
POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

El derecho a la protesta
social y su relación con la
violencia.
ESCUELA NACIONAL DE
FORMACIÓN PROFESIONAL DE LA
POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

Integrantes
• Mayor PNP SUAREZ WEISSY, Rolando Oswaldo
• Mayor PNP UNTIVEROS QUIROZ, Yamint Ali
• Mayor PNP ALZAMORA RODRIGUEZ, Martin Giovanny
• Mayor PNP VALVERDE VALVERDE, Eddy Eulogio
• Mayor PNP AYLAS VALENZUELA, Wilmer Cesar
ESCUELA NACIONAL DE
FORMACIÓN PROFESIONAL DE LA
POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

CONTENIDO
• Introducción.
• Derechos involucrados en la protesta social.
• Derecho a la Protesta – Contexto Nacional.
• Restricciones al Derecho a la Protesta.
• Protestas que se tornan violentas.
• Conclusiones.
Introducción
En el presente ensayo se exponen los
argumentos y principios de derechos
humanos que consideramos deben tenerse
en cuenta al momento de analizar el
derecho a la protesta social. Las protestas o
movilizaciones sociales son
manifestaciones del ejercicio de la libertad
de expresión y de asociación, y del derecho
de reunión, todos ellos reconocidos por la
Constitución y los tratados internacionales
de derechos humanos.
Como detallamos en el cuerpo del
presente trabajo la Corte
Interamericana de Derechos Humanos,
ha subrayado que‚ el derecho a la
libertad de expresión no es un derecho
más sino, en todo caso, uno de los
primeros y más importantes
fundamentos de toda la estructura
democrática: el socavamiento de la
libertad de expresión afecta
directamente el sistema democrático.
Derechos
involucrados en la
protesta social.
Tanto en el ámbito del Sistema
Interamericano de Derechos
Humanos como en el universal y en
otros sistemas regionales, se ha
afirmado que los Estados tienen
obligaciones de respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos
en contextos de protesta.
Derechos asociados a protesta.

Derecho a la Libertad de Libertad sindical y


Derecho de Reunión Libertad de Asociación
Expresión derecho de huelga.

Económicos Sociales,
Participación Política. Culturales y
Ambientales.
Una protesta puede involucrar o abarcar otros
derechos específicos vinculados a los grupos,
actores o intereses involucrados, como la
igualdad de género en los movimientos de
mujeres, o derechos que protegen a los
migrantes, a los niños, niñas y adolescentes, o
pueblos indígenas. La protesta también ha
sido y es una herramienta fundamental en la
región para que distintos grupos de la
población expresen su identidad y reclamen
contra la intolerancia y la discriminación,
como las personas LGBTIQ y las poblaciones
afrodescendientes.
Derecho a la Protesta –
Contexto Nacional
El derecho fundamental en cuestión está
regulado en la Constitución Política de 1993
en el artículo 2°, inciso 12, en el cual se
establece que: “Toda persona tiene derecho:
A reunirse pacíficamente sin armas. Las
reuniones en locales privados o abiertos al
público no requieren aviso previo. Las que se
convocan en plazas y vías públicas exigen
anuncio anticipado a la autoridad, la que
puede prohibirlas solamente por motivos
probados de seguridad o de sanidad pública”,
El Tribunal Constitucional de Perú dictaminó la
sentencia que aborda el derecho a la protesta
(expediente N.º 0009-2018-AI/TC). El derecho a la
protesta es entendido por el Máximo Tribunal como
un derecho de rango constitucional, amparado por
la Carta Magna, lo cual se evidencia a través de los
procesos constitucionales, lo cual implica que ni una
ley ni norma reglamentaria se lo puede modificar,
violar o restringir, convirtiéndose en un parámetro
de validez de decisiones del Estado, en un límite de
la actuación de éste y de los poderes privados, a tal
punto que todo acto que lo desconozca tiene un
vicio de nulidad.
Cualquier limitación al derecho fundamental
a la protesta se deberá realizar a través de
una ley en sentido formal, o por medio de
una norma que satisfaga la reserva del acto
legislativo, garantizando los principios de
generalidad e igualdad del trato.
Restricciones al
Derecho a la
Protesta
La libertad de expresión y de reunión
no son derechos absolutos, y no es
posible justificar actos violentos o
delictivos simplemente porque han
sido cometidos en el marco de una
manifestación pública, cualquier
limitación a la protesta‚ debe
responder a una rigurosa justificación y
sólo proceder conforme las causales y
condiciones establecidas en los
tratados internacionales.
Toda medida que prohíba o restrinja cualquier forma
pacífica de libertad de expresión o manifestación debe
evaluarse caso por caso
Sobre el Estado pesa entonces la obligación, por un lado, de
abstenerse de intervenir (cuando se le exige no censurar las
movilizaciones en función de su motivación o contenido) y en
otros su acción (cuando debe brindar protección a los
manifestantes frente a la violencia de terceros).
Aunque los Estados tienen la
obligación de garantizar el orden
público, es importante que las
autoridades muestren un cierto
grado de tolerancia ante la
alteración inevitable que las
manifestaciones suponen.
Protestas que se
tornan violentas.
Aunque la labor policial durante las
manifestaciones es difícil y
compleja, y en ocasiones la PNP
pueden tener que utilizar la fuerza
para cumplir con la
responsabilidad del Estado de
mantener el orden y la seguridad y
evitar la delincuencia, al realizar su
trabajo debe cumplir las
obligaciones contraídas por el
Estado en virtud del derecho
internacional.
Las normas internacionales
relativas a las labores de
cumplimiento de la ley
establecen claramente que
todo uso de la fuerza por
parte de la policía debe ser
excepcional y debe cumplir
las obligaciones
internacionales contraídas
por el Estado.
Los principios de legítimo
propósito y estricta
necesidad y
proporcionalidad
englobados en esta
disposición se exponen con
detalle en los Principios
Básicos de la ONU sobre el
Empleo de la Fuerza y de
Armas de Fuego por los
Funcionarios Encargados de
Hacer Cumplir la Ley.
Los Principios Básicos establecen
también que todo uso de la
fuerza que dé lugar a lesiones
deberá comunicarse a las
autoridades superiores;
asimismo, estipulan que esos
incidentes deben ser sometidos a
un proceso de revisión eficaz,
que debe haber autoridades
administrativas o judiciales
independientes que estén
dotadas de competencia a este
respecto, y que las personas
afectadas deben tener acceso a
un proceso independiente,
incluido un proceso judicial.
Conclusiones
Se concluye:

• El derecho a la libre manifestación y a la protesta pacífica son elementos esenciales del funcionamiento y la
existencia misma del sistema democrático.

• Como hemos señalado de forma reiterada, la protesta es un derecho humano que se configura a partir de otros
derechos expresamente reconocidos por la Constitución.

• El Estado deben asegurar el disfrute de los derechos a la libertad de expresión, reunión y asociación a todas
las personas y a todos los tipos de organizaciones y asociaciones sin necesidad de autorización.

• El diseño de los operativos policiales que se ordenen en función de manifestaciones y protestas deben
contemplar la diversidad de aspectos vinculados a la protección de los derechos de los manifestantes, de
terceros y la seguridad del personal policial.

• El uso de la fuerza debe ajustarse a estrictos principios de excepcionalidad, necesidad, progresividad y


proporcionalidad.
Gracias

También podría gustarte