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GRETEL
Título en Español: Hansel y Gretel
.
había caído la noche. Gretel empezó a llorar: —¡Nos
abandonaron! ¿Cómo regresaremos a casa? —Espera
a que salga la luna, verás que encontraremos el
camino a casa. Y cuando salió la luna, el niño tomó a
su hermana de la mano y siguió el camino de
blancas piedrecillas. Llegaron a casa y la madrastra
sorprendida solo atinó a regañarlos por quedarse en
el bosque. Su padre en cambio, estaba muy feliz.
Pero la miseria continuó. La madrastra convenció de
nuevo al hombre para abandonar a los niños en lo
profundo del bosque. Hansel los escuchó de nuevo y
se dispuso a repetir su plan anterior. Sin embargo, la
malvada mujer había cerrado la puerta con llave.
Hansel decidió entonces, marcar el camino con su
hogaza de pan. Mientras sus padres los guiaban a lo
profundo del bosque, él dejaba caer migas de pan
por el camino. De nuevo, dejaron a los niños en
medio del bosque, con una fogata y la promesa de
volver. Los niños se quedaron dormidos luego de
compartir la hogaza de pan que correspondía a
Gretel. Cuando la luna salió, Hansel tomó la mano de
su hermana y se dispuso a seguir el camino de migas
que había dejado pero ¡Que mala suerte! Los
pajaritos del bosque se las habían comido todas .
.
Deambularon por el bosque durante toda la noche y todo
el día siguiente, sin encontrar la salida. Estaban
hambrientos, pues solo habían comido algunas bayas del
bosque. Estuvieron perdidos por tres días, alcanzando lo
más profundo del bosque cada vez más. Cuando ya
estaban desfallecidos, siguieron un pajarito blanco de
hermoso canto hasta un claro en el bosque, pues ¿Cómo
un pajarito tan lindo podía engañarlos? Encontraron en
medio del claro una casita ¡No podían creer lo que veían!
Las paredes eran de pan, las ventanas de azúcar y el
tejado de biscocho bañado en chocolate. Hambrientos,
corrieron hacia ella. Gretel partió una ventana y empezó
a comer, mientras Hansel arrancó un gran trozo del techo.
—¿Quién se come mi casita? —rugió una voz desde el
interior. —El viento—respondieron los niños sin dejar de
comer. La puerta se abrió bruscamente y salió una mujer
muy anciana que se apoyaba en un bastón. Los niños
iban a correr, pero ella les dijo: —Mis pobrecitos niños,
muriendo de hambre en el bosque, vengan, vengan a
compartir mi mesa y quédense conmigo el tiempo que
gusten. Hansel y Gretel confiaron en la apariencia
amable de la anciana y la .
acompañaron al interior de la cabaña.
Encontraron sobre la mesa un gran .
festín y hambrientos, compartieron con
ella todo tipo de platillos. Pero pronto,
se dieron cuenta que era una anciana
bruja que había construido aquella
casita para atraer a los ni ños y
comérselos. Era muy poderosa, con un
gran olfato, pero casi ciega. Logr ó
encerrar a Hansel en una jaula y a
Gretel la convirtió en su sirvienta.
Gretel se veía obligada a cocinar para
su hermano, pues la bruja quer ía
engordarlo para comérselo. Poco
podía hacer la niña más que obedecer
entre lágrimas. Hansel comía todo lo
que quería, mientras que la bruja solo
servía a Gretel conchas de cangrejo.
Todos los días la bruja se dirigía a la
jaula y le ordenaba a Hansel que
sacara el pulgar para ver si estaba
cebado. El inteligente ni ño, que conoc ía
la ceguera de la bruja, sacaba un
hueso de pollo. La bruja
desconcertada, ordenaba a Gretel que
lo alimentara más. No entend ía por
qué el niño no engordaba.
Un día, perdió la paciencia y decidió comérselo.
Envió a Gretel por agua para guisar a su hermano
y le ordenó encender el horno para hacer pan. — .