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Cuando buscas valores perdurables

Muchos están
menospreciando
la vida eterna
porque todavía
consideran este
mundo con cariño.
Un joven entre dos mundos.
“He aquí vino uno a él y le dijo: Maestro, ¿qué cosa buena haré
para tener la vida eterna? Él le dijo: ¿Por qué me preguntas
acerca de lo bueno? Hay uno solo que es bueno. Pero si quieres
entrar en la vida, guarda los mandamientos...”
“...Le dijo: ¿Cuáles? Jesús respondió: No
cometerás homicidio, no cometerás adulterio, no
robarás, no dirás falso testimonio, honra a tu
padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a
ti mismo...”
“...Le dijo Jesús: Si
quieres ser perfecto,
anda, vende tus bienes
y dalo a los pobres; y
tendrás tesoro en el
cielo. Y ven; sígueme...”
“... Pero cuando el joven oyó la palabra,
se fue triste, porque tenía muchas
posesiones...” (Mateo 19: 16-22)
Muchos anhelan el
privilegio de la vida
eterna, pero no
están dispuestos a
colocar a Jesús en
primer lugar en su
vida.
No se le pide a todos
que abandonen las
riquezas, mas el
joven rico había
hecho de las
riquezas, su dios.
Confianza que
excluye a Dios.

“Y diré a mi alma:
Alma, muchos
bienes tienes
almacenados para
muchos años.
Descansa, come,
bebe, alégrate. Pero
Dios le dijo: ¡Necio!
Esta noche vienen a
pedir tu alma; y lo
que has provisto,
¿para quién será?”
(Lucas 12: 19, 20)
Acumular tesoros
en el cielo.
“No acumuléis para vosotros tesoros
en la tierra, donde la polilla y el óxido
corrompen, y donde los ladrones se
meten y roban. Más bien, acumulad
para vosotros tesoros en el cielo,
donde ni la polilla ni el óxido
corrompen, y donde los ladrones no se
meten ni roban.”
(Mateo 6: 19, 20)
Acumulamos nuestros tesoros en el Cielo,
al depositar nuestra confianza en Jesús.
Tesoros sin Dios,
pierden su valor.
Jesús estuvo dispuesto a
morir por nosotros.

¿Estamos dispuestos
a vivir por Él?

“Haya en vosotros esta


manera de pensar que
hubo también en Cristo
Jesús: Existiendo en
forma de Dios, él no
consideró el ser igual a
Dios como algo a qué
aferrarse;...
“…sino que se despojo
a si mismo, tomando
forma de siervo,
haciéndose semejante
a los hombres; y
hallándose en
condición de hombre,
se humillo a si mismo
haciéndose obediente
hasta la muerte, y
muerte en cruz”.
Filipenses 2:5-8
La pureza debe ser
nuestro deseo
dominante.

“Bienaventurados los
que tienen hambre y
sed de justicia,
porque ellos serán
saciados.”
(Mateo 5: 6)
Los bienes espirituales
deben ocupar el primer
lugar de nuestra lista
de prioridades:

“Me buscaréis y me hallaréis, porque me


buscaréis con todo vuestro corazón.”
(Jeremías 29: 13)
¿Cuán preciosos son para
usted, Cristo y Su salvación?

El reino de los cielos es


semejante a un tesoro
escondido en el campo,
que un hombre
descubrió y luego
escondio. Y con
regocijo va, vende todo
lo que tiene y compra
aquel campo...”
“... Además, el reino
de los cielos es
semejante a un
comerciante que
buscaba perlas finas.
Y habiendo
encontrado una perla
de gran valor, fue y
vendió todo lo que
tenía, y la compró.”
(Mateo 13: 44-46)
¿Qué es lo que amamos más?

“El que ama a padre o a madre más que a


mí no es digno de mí, y el que ama a hijo o
a hija más que a mí no es digno de mí. El
que no toma su cruz y sigue en pos de mí
no es digno de mí. El que halla su vida la
perderá, y el que pierde su vida por mi
causa la hallará.”
(Mateo 10: 37-39)
El aceptar el
Evangelio hará que
ame más a su familia
y semejantes.

Su deseo será verlos


aceptar a Jesús y la
verdad.

Es probable que eso


no suceda si rebaja
su padrón.
Mientras permanezca
firme en medio de la
oposición, atraerá a
otros por su fidelidad
y amor cristiano.
Nadie gana con
discusiones.

Tenga siempre tacto,


imite el ejemplo de
Cristo.
Valentía para abrazar y
practicar la verdad.

“No obstante, aun de


entre los dirigentes,
muchos creyeron en él,
pero por causa de los
fariseos no lo
confesaban, para no ser
expulsados de la
sinagoga. Porque
amaron la gloria de los
hombres más que la
gloria de Dios.” (Juan
12: 42, 43)
La terrible recompensa de los
cobardes.
“Pero, para los cobardes e
incrédulos, para los
abominables y homicidas,
para los fornicarios y
hechiceros, para los idólatras
y todos los mentirosos, su
herencia será el lago que arde
con fuego y azufre, que es la
muerte segunda.”
(Apocalipsis 21: 8)
Cobardes son los
que no ejercitan su
fe en tiempo de
pruebas.

Podrán tener la vida eterna, mas


temen ser ridiculizados por los
amigos o por otras personas.
“Porque es mejor
que padezcáis
haciendo el bien, si
la voluntad de Dios
así lo quiere, que
haciendo el mal.”
(1 Pedro 3: 17)
Sufrir con Cristo
es mejor que
sonreír sin Él.

“Porque es mejor que padezcáis haciendo el


bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que
haciendo el mal.” (1 Pedro 3: 17)
Vale la pena obedecer.
“Entonces respondió Pedro y
le dijo: He aquí, nosotros lo
hemos dejado todo y te
hemos seguido. ¿Qué hay,
pues, para nosotros? Jesús les
dijo: De cierto os digo que en
el tiempo de la regeneración,
cuando el Hijo del Hombre se
siente en el trono de su gloria,
vosotros que me habéis
seguido os sentaréis también
sobre doce tronos para juzgar
a las doce tribus de Israel...
“...Y todo aquel que deja
casas, o hermanos, o
hermanas, o padre, o
madre, o mujer, o hijos, o
campos por causa de mi
nombre, recibirá cien
veces más y heredará la
vida eterna.”
(Mateo 19: 27-29)
Vendrán pruebas
para desarrollar el
carácter del
cristiano, mas Dios
estará muy cerca
durante todo el
proceso.
No existe
entrega a
medias.

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