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De las Autoridades Civiles

Capítulo: 24

Confesión de Fe Bautista de Londres de 1689


Párrafo 1. Dios, el supremo Señor y Rey del mundo entero, ha
instituido autoridades civiles para sujetarse a él y gobernar al
pueblo1 para la gloria de Dios y el bien público;2 y con este fin,
les ha provisto con el poder de la espada, para la defensa y el
ánimo de los que hacen lo bueno, y para el castigo de los hacen
el mal.3
Juan 19:10 Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas?
¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que
tengo autoridad para soltarte? 11 Respondió Jesús:
Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada
de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor
pecado tiene.
Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades
superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios,
y las que hay, por Dios han sido establecidas.
Daniel 2:21 Él muda los tiempos y las edades; quita reyes,
y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los
entendidos.
Romanos 13:3 Porque los magistrados no están para
infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres,
pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás
alabanza de ella;
Párrafo 2. Es lícito para los cristianos aceptar cargos
dentro de la autoridad civil cuando sean llamados a
ocuparlos;1 en el desempeño de dichos cargos deben
mantener especialmente la justicia y la paz, según las
buenas leyes de cada reino y estado; y así, ahora con este
propósito, bajo el Nuevo Testamento, pueden hacer
lícitamente la guerra en ocasiones justas y necesarias.2
Proverbios 29:2 Cuando los justos dominan, el pueblo se
alegra; Mas cuando domina el impío, el pueblo gime.
Daniel 3:4 Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh
pueblos, naciones y lenguas, 5 que al oír el son de la bocina, de la flauta,
del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento
de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey
Nabucodonosor ha levantado; 6 y cualquiera que no se postre y adore,
inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. 16
Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor,
diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. 17 He
aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego
ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18 Y si no, sepas, oh rey, que
no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has
levantado.
Párrafo 3. Habiendo sido instituidas por Dios las
autoridades civiles con los fines ya mencionados, se les
debe rendir sujeción1 en el Señor en todas las cosas lícitas2
que manden, no sólo por causa de la ira sino también de la
conciencia; y debemos ofrecer súplicas y oraciones a favor
de los reyes y de todos los que están en autoridad, para que
bajo su gobierno vivamos una vida tranquila y sosegada en
toda piedad y honestidad.3
1 Timoteo 2:1 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas,
oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los
hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en
eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en
toda piedad y honestidad. 3 Porque esto es bueno y
agradable delante de Dios nuestro Salvador,
Jeremías 29:7 Y procurad la paz de la ciudad a la cual os
hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su
paz tendréis vosotros paz.
LA GLORIA SEA A DIOS POR SIEMPRE,
AMÉN.

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