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MATAR A MI MUJER?
INTEGRANTES:
• Melina Celi
• Daniel Espinosa
• Luis Jiménez
• Elvis Curipoma
• Daniel Soto
TERCERO
“M”
¿QUIÉN ME AYUDA A MATAR A MI MUJER? (PÁGINA 9)
Dije Dios mío ayúdame, tomé aire e hice girar el pomo de la puerta del dormitorio con silencio y
lentitud de ladrón de joyas, y entre con la carabina lista para matar a mi mujer. La cerré con
silencio y lentitud semejantes para impedir que un descuido mío y la brisa de la noche, encerrada
en la habitación o la fuerza de los ronquidos de animal obeso de María Rosa, la cerraran de
improviso y produjeran un ruido delator.
Tenía el corazón al galope y me quede junto a la puerta para esperar que se amansara un poco y
los whiskys me permitieran reconocer bien el lugar, porque todo parecía distinto, como si me
hubiese equivocado de día, de casa, de dormitorio, de víctima, y como si no fuera yo el matón.
A pesar de las cortinas corridas, su color claro y la blancura que venia de las lámparas de flúor de
la calle o de una luna imprevista me permitían adivinar bien los objetos de costumbre, lentos y
misteriosos dentro de la oscuridad que los contenía. La sombra de la cama en el centro, con el
gran bulto de mi mujer roncando con buen ritmo de rumiante mayor. Sobre la pared de la
cabecera, el dibujo del crucifijo. Al lado izquierdo de la cama, el manchón del ropero empotrado
y de la veladora atestada de libros que ella ya no leía, de ruleros, de sobres de Valium para los
nervios, de libretas con pedidos de sus clientas, y la lámpara de noche. Al otro lado, entre la
ventana y la cama, la cuadrada oscuridad de la cómoda color caoba, en una de cuyas gavetas con
llave María Rosa guardaba sus joyas adoradas. Y después de la ventana, la negrura de la entrada
del baño, el sitio que tanta desnudez, deterioro y soledad nuestros había visto transcurrir.
Descontados mis vómitos de borracho, que tenían allí su santuario preferido.
1. ESTRATEGIA: COMPROBACIÓN DE LA
COMPRENSIÓN DE PALABRAS Y ORACIONES QUE
FORMAN EL PÁRRAFO
Dije Dios mío ayúdame, tomé aire e hice girar el pomo de la puerta del dormitorio con silencio y
lentitud de ladrón de joyas, y entre con la carabina lista para matar a mi mujer. La cerré con
silencio y lentitud semejantes para impedir que un descuido mío y la brisa de la noche, encerrada
en la habitación o la fuerza de los ronquidos de animal obeso de María Rosa, la cerraran de
improviso y produjeran un ruido delator.
Tenía el corazón al galope y me quede junto a la puerta para esperar que se amansara un poco y
los whiskys me permitieran reconocer bien el lugar, porque todo parecía distinto, como si me
hubiese equivocado de día, de casa, de dormitorio, de víctima, y como si no fuera yo el matón.
A pesar de las cortinas corridas, su color claro y la blancura que venia de las lámparas de flúor de
la calle o de una luna imprevista me permitían adivinar bien los objetos de costumbre, lentos y
misteriosos dentro de la oscuridad que los contenía. La sombra de la cama en el centro, con el
gran bulto de mi mujer roncando con buen ritmo de rumiante mayor. Sobre la pared de la
cabecera, el dibujo del crucifijo. Al lado izquierdo de la cama, el manchón del ropero empotrado y
de la veladora atestada de libros que ella ya no leía, de ruleros, de sobres de Valium para los
nervios, de libretas con pedidos de sus clientas, y la lámpara de noche. Al otro lado, entre la
ventana y la cama, la cuadrada oscuridad de la cómoda color caoba, en una de cuyas gavetas con
llave María Rosa guardaba sus joyas adoradas. Y después de la ventana, la negrura de la entrada
del baño, el sitio que tanta desnudez, deterioro y soledad nuestros había visto transcurrir.
Descontados mis vómitos de borracho, que tenían allí su santuario preferido.
• COMPRENSIÓN DE ORACIONES(Extracción de la
idea que subyace la oración)
PRIMER PÁRRAFO:
ORACIÓN: Dije Dios mío ayúdame, tomé aire e hice girar el pomo de la puerta del dormitorio
con silencio y lentitud de ladrón de joyas, y entre con la carabina lista para matar a mi mujer.
EXTRACCIÓN: Tomé aire e hice girar el pomo de la puerta del dormitorio con silencio y
lentitud y entre con la carabina para matar a mi mujer
ORACIÓN: La cerré con silencio y lentitud semejantes para impedir que un descuido mío y la
brisa de la noche, encerrada en la habitación o la fuerza de los ronquidos de animal obeso de
María Rosa, la cerraran de improviso y produjeran un ruido delator.
EXTRACCIÓN: La cerré con silencio y lentitud para impedir que un descuido mío la cerrara de
improviso y produjera un ruido delator
SEGUNDO PÁRRAFO:
ORACIÓN: Tenía el corazón al galope y me quede junto a la puerta para esperar que se amansara
un poco y los whiskys me permitieran reconocer bien el lugar, porque todo parecía distinto, como
si me hubiese equivocado de día, de casa, de dormitorio, de víctima, y como si no fuera yo el
matón
EXTRACCIÓN: Me quedé junto a la puerta para esperar que se amansara y los whiskys me
permitieran reconocer el lugar porque todo parecía distinto
TERCER PÁRRAFO:
ORACIÓN:A pesar de las cortinas corridas, su color claro y la blancura que venia de las
lámparas de flúor de la calle o de una luna imprevista me permitían adivinar bien los objetos de
costumbre, lentos y misteriosos dentro de la oscuridad que los contenía.
EXTRACCIÓN: Las cortinas corridas, su color claro y la blancura de las lámparas de la calle o
de la luna me permitían adivinar los objetos de costumbre dentro de la oscuridad que los
contenía
ORACIÓN: La sombra de la cama en el centro, con el gran bulto de mi mujer roncando con
buen ritmo de rumiante mayor.
EXTRACCIÓN: La sombra de la cama y la de mi mujer roncando con ritmo de rumiante
ORACIÓN: Sobre la pared de la cabecera, el dibujo del crucifijo
EXTRACCIÓN: Sobre la pared de la cabecera, el dibujo del crucifijo
ORACIÓN: Al lado izquierdo de la cama, el manchón del ropero empotrado y de la veladora
atestada de libros que ella ya no leía, de ruleros, de sobres de Valium para los nervios, de libretas
con pedidos de sus clientas, y la lámpara de noche
EXTRACCIÓN: Al lado izquierdo de la cama el manchón del ropero empotrado, la veladora y
la lámpara de noche
ORACIÓN: Al otro lado, entre la ventana y la cama, la cuadrada oscuridad de la cómoda color
caoba, en una de cuyas gavetas con llave María Rosa guardaba sus joyas adoradas.
EXTRACCIÓN: Entre la ventana y la cama, en una gaveta con llave María Rosa guardaba sus
joyas
ORACIÓN: Y después de la ventana, la negrura de la entrada del baño, el sitio que tanta
desnudez, deterioro y soledad nuestros había visto transcurrir
EXTRACCIÓN: después de la ventana, la negrura de la entrada del baño, el sitio que tanta
desnudez, deterioro y soledad nuestros había visto transcurrir
ORACIÓN: Descontados mis vómitos de borracho, que tenían allí su santuario preferido.
EXTRACCIÓN: Descontados mis vómitos de borracho, que tenían allí su santuario preferido.
2.ESTRATEGIA: Ayudan a parafrasear un párrafo de
manera que lo que el lector escriba refleje la idea que el
párrafo quiere comunicar
• PRIMER PÁRRAFO: Dije Dios mío ayúdame, tomé aire e hice girar el pomo de la
puerta del dormitorio con silencio y lentitud de ladrón de joyas, y entre con la carabina
lista para matar a mi mujer. La cerré con silencio y lentitud semejantes para impedir que
un descuido mío y la brisa de la noche, encerrada en la habitación o la fuerza de los
ronquidos de animal obeso de María Rosa, la cerraran de improviso y produjeran un
ruido delator.
• IDEA: Tomé aire e hice girar el pomo de la puerta del dormitorio y entre con la carabina
lista para matar a mi mujer. La cerré con silencio y lentitud para impedir que un descuido
y la brisa de la noche, la cerraran de improviso y produjeran un ruido delator
• IDEA: Me quedé junto a la puerta para esperar que se amansara un poco y los whiskys
me permitieran reconocer bien el lugar porque todo parecía distinto
• TERCER PÁRRAFO:A pesar de las cortinas corridas, su color claro y la blancura que
venia de las lámparas de flúor de la calle o de una luna imprevista me permitían adivinar
bien los objetos de costumbre, lentos y misteriosos dentro de la oscuridad que los
contenía. La sombra de la cama en el centro, con el gran bulto de mi mujer roncando con
buen ritmo de rumiante mayor. Sobre la pared de la cabecera, el dibujo del crucifijo. Al
lado izquierdo de la cama, el manchón del ropero empotrado y de la veladora atestada de
libros que ella ya no leía, de ruleros, de sobres de Valium para los nervios, de libretas con
pedidos de sus clientas, y la lámpara de noche. Al otro lado, entre la ventana y la cama, la
cuadrada oscuridad de la cómoda color caoba, en una de cuyas gavetas con llave María
Rosa guardaba sus joyas adoradas. Y después de la ventana, la negrura de la entrada del
baño, el sitio que tanta desnudez, deterioro y soledad nuestros había visto transcurrir.
Descontados mis vómitos de borracho, que tenían allí su santuario preferido.