Wallas, en 1.926, concibió la creatividad como un proceso de
cuatro etapas: preparación, incubación, iluminación y verificación Rodees, en 1.961, sintetizó más de 100 definiciones en cuatro componentes: persona, proceso, producto y presión Torrance, en 1965, definió la creatividad como el proceso de darse cuenta de las dificultades, problemas, huella de información, elementos perdidos, de hacer preguntas, suposiciones y formular hipótesis, evaluarlas, comprobarlas y finalmente comunicar los resultados Skin, en 1974, sugirió que el proceso creativo tiene tres etapas: recolección de datos del medio, preparación y comprobación de hipótesis y comunicación de resultados. Treffinger, en 1988, generó un modelo compuesto por cuatro elementos centrales: características, operaciones, contexto y resultados. Ebert y Ebert, en 1989, afirmaron que el pensamiento creativo estaba compuesto por cinco fases: percepción, pensamiento creador, pensamiento innovativo, pensamiento metacógnico y ejecución.