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Descripción de

los principales
tipos de trauma
Atención de urgencias
Integrantes del equipo
• Laura Itzel Martínez Hernández
• Leslie Noemi Martínez Hernández
• Liliana Sinahi romero Vázquez
• Reyna Sinhay Ceballos tapia
• Priscila Almaraz alonso
• Julio Alberto Juarez Velasco
Definición, factores de riesgo y tratamiento
urgente en los tipos de choque
Se considera trauma a todas las lesiones internas o externas provocadas por la
acción de agentes físicos o mecánicos exteriores. Este tipo de lesiones ocurren con
mucha frecuencia y pueden ser causadas por accidentes de tránsito, domésticos,
laborales, deportivos y hasta por la delincuencia.
Causas de un trauma
Las principales causas de un trauma se producen por:
Accidentes laborales.
Accidentes de tránsito.
Riñas o peleas.
Caídas de altura.
Lesiones deportivas.
Enfermedades degenerativas o crónicas.
Tipos de trauma
Existen diferentes tipos de traumas, que se
clasifican según la zona del organismo que
afecten. Los tipos de trauma son los siguientes:
Traumas de partes blandas: afectan a la piel y
tejidos subcutáneos.
• Contusiones.
• Hematomas.
• Quemaduras.
Traumas articulares: afectan a las
articulaciones.
• Esguince.
• Luxación.
Traumas óseos: afectan, dañan o quiebran los
huesos.
• Fracturas.
• Traumatismo de cráneo y cara.
• Traumatismos de la columna vertebral.
• Politraumatismo.
Síntomas del trauma
Como es posible sufrir un trauma en casi todas las partes del
organismo, cada uno tiene sus propias características y síntomas.
También variarán según el tipo de trauma que afecte a la persona,
ya sea óseo, articular o de las partes blandas. Algunos de los
síntomas generales que se dan frente un trauma son:
• Dolor en la zona traumatizada.
• Dificultad de movimiento si hay una articulación involucrada.
• Sangramiento por ruptura en la piel.
• Estado de shock si el trauma es de alta gravedad.
• Pérdida del conocimiento en el caso de traumatismos craneales.
• Hinchazón de la zona.
• Extremidad o articulación fuera de su lugar.
Tratamiento del trauma
Cada trauma necesitará de un tratamiento distintivo, según sus
características y gravedad. Pero en líneas generales, el tratamiento de
un trauma consiste en:
• Inmovilización de la zona con férulas o yeso.
• Medicamentos para calmar el dolor.
• Cirugías si el trauma es de gravedad.
• Terapia física o kinesiología.
Prevención del trauma
Aunque es muy difícil prevenir las lesiones por completo, es posible
tomar algunas medidas simples para prevenir traumas:
Utilizar equipos de protección al hacer deporte, sobre todo los de
alto impacto.
Si se trabaja en altura o con maquinaria pesada, utilizar el equipo de
protección necesario.
No consumir alcohol ni drogas.
Seguir las normas del tránsito al manejar.
Siempre utilizar cinturón de seguridad.
Evitar deportes y actividades para las cuales no se tenga
entrenamiento.
Choque hipovolémico
El choque hipovolémico es una afección
mortal, que se conoce también como
choque hemorrágico, y se produce cuando
se pierde más del 20 por ciento (una quinta
parte) de sangre o líquidos del organismo.
Esta pérdida grave de líquidos impide que el
corazón bombee suficiente sangre al
organismo. El choque hipovolémico puede
desencadenar la disfunción de varios
órganos. Esta afección requiere atención
médica de emergencia inmediata para que
la persona afectada pueda sobrevivir.
causas
El choque hipovolémico se desencadena a partir de una pérdida masiva de
sangre o líquidos, que puede deberse a lo siguiente:
• una hemorragia por un corte o herida
• una hemorragia por una lesión traumática profunda ocasionada por un
accidente o una convulsión
• una hemorragia interna originada en el tracto gastrointestinal o en la ruptura
de un embarazo ectópico
Además de la pérdida de sangre en sí, la pérdida de líquidos corporales puede
desencadenar una disminución del volumen sanguíneo. Es posible que suceda
en los siguientes casos:
• diarrea excesiva
• quemaduras graves
• vómitos prolongados y cuantiosos
• sudoración excesiva
Ante una hemorragia profusa, los órganos no reciben la irrigación que necesitan.
Como la sangre transporta el oxígeno y otras sustancias esenciales a los órganos
y tejidos, estos comienzan a dejar de funcionar porque pierden las sustancias
más rápido que lo que las reciben. Cuando el corazón falla y ya no puede
bombear una cantidad suficiente de sangre al organismo, se manifiestan los
síntomas del choque. La presión arterial desciende bruscamente y se produce un
descenso masivo de la temperatura corporal, que puede ser mortal.
Primeros auxilios y
atención de emergencia
Debido a que el choque hipovolémico constituye una
emergencia médica, debe llamar inmediatamente al 911 si
observa que una persona presenta los síntomas de esta
afección. Hasta la llegada del equipo de rescate, haga lo
siguiente:

• recueste a la persona sobre una superficie plana con los pies


elevados a aproximadamente 30 centímetros del piso
• evite moverla si sospecha que existe una lesión en la cabeza,
el cuello o la espalda
• manténgala abrigada
• evite darle líquidos por vía oral porque puede atragantarse
No le eleve la cabeza. Quítele la suciedad visible del área de la
herida. Si la herida tiene atascado un trozo de vidrio, un cuchillo,
una vara, una flecha o cualquier otro objeto punzante, NO lo
retire. Si el área no tiene suciedad ni hay objetos visibles en la
herida, debe rodearse la herida con un paño, como una camisa,
una toalla o una manta, para así minimizar la pérdida de sangre.
Aplique presión sobre el área. Si es posible, ate o encinte el
paño sobre la herida.
Tratamiento

Una vez en el hospital, si se sospecha que un


paciente padece un choque hipovolémico, se
le administrarán líquidos o sangre por vía
intravenosa. También es posible que se le
administren medicamentos para incrementar
la función de bombeo del corazón, entre los
que se encuentran dopamina, dobutamina,
epinefrina o norepinefrina.

Para determinar la eficacia del tratamiento,


se realizará un control minucioso de la
función cardíaca y renal.
Choque anafiláctico
La anafilaxia es la manifestación alérgica más grave que existe. Se define
como una reacción alérgica generalizada, de instauración rápida y que puede
llegar a ser mortal. A diferencia de otras enfermedades alérgicas que afectan
únicamente a un órgano, como ocurre por ejemplo en la rinitis alérgica (que
afecta sólo a la nariz), en este caso la reacción alérgica es sistémica, lo cual
significa que afecta a todo el organismo, y puede dar síntomas variados en
diversos sistemas. Además, es una reacción que aparece velozmente,
normalmente en pocos minutos. Puede llegar a ser grave, produciendo
síntomas respiratorios como el ahogo, o cardiovasculares, con caída de
tensión y pérdida de conocimiento. En casos muy extremos, puede conducir a
un desenlace fatal, especialmente si no se reconocen los síntomas y no se
actúa rápidamente.
Cuando la anafilaxia sucede con afectación cardiovascular y bajada de la
presión arterial, se denomina choque anafiláctico. Los pacientes que tienen
mayor riesgo de presentar anafilaxias más graves son aquellos con una
historia previa de asma o de enfermedades cardiovasculares.
La anafilaxia es, pues, una urgencia médica. Es muy importante que todos los
profesionales sanitarios sean capaces de diagnosticar inmediatamente un
paciente que presenta una anafilaxia, para poder iniciar el tratamiento
adecuado rápidamente.
causas
Las causas más habituales de la anafilaxia son los medicamentos, los alimentos y las
picaduras de abejas y avispas. En los adultos, la principal causa son los fármacos, y entre
ellos destacan los antibióticos como las penicilinas y sus derivados, seguidos en frecuencia
por la aspirina y los antiin­flamatorios. El segundo lugar lo ocupan los alimentos, entre los
cuales destacan las frutas como el melocotón, los frutos secos y el marisco. En los niños, el
desencadenante más común son alimentos como el huevo, la leche, los frutos secos, el
pescado y el marisco.

Otras causas menos frecuentes son el látex, especialmente relevante en el contexto


sanitario, donde se usan los guantes de goma para realizar la mayoría de exploraciones y
procedimientos médicos; o el Anisakis, que es un parásito que se encuentra en el pescado.
En general, no se trata de sustancias nocivas en sí mismas, sino de productos inocuos para
la mayoría de personas que no son alérgicas, y que se pueden encontrar en el día a día en
muchos contextos. En algunos casos, la anafilaxia puede deberse a otros agentes, como el
ejercicio o el frío. Además, existen otras enfermedades poco habituales que pueden
manifestarse clínicamente con reacciones anafilácticas; tal ocurre con las mastocitosis,
donde hay un exceso de mastocitos que se activan con facilidad, liberando las sustancias
que desencadenan los síntomas alérgicos. En un porcentaje no despreciable de casos, no
se halla una causa específica, incluso después de un estudio alergológico exhaustivo
tratamiento
El tratamiento de una anafilaxia debe ser precoz e intenso. El de un paciente con anafilaxia no es el
mismo si se aplica en la calle, de forma ambulatoria, o en un hospital. Los recursos disponibles y la
accesibilidad a un hospital condicionan la asistencia. En la calle debe solicitarse de forma rápida una
ambulancia para un traslado a un servicio de Urgencias (tel. 112).
Los pacientes que han sufrido un episodio de anafilaxia deben ser puestos en una posición cómoda,
tumbados, con las piernas elevadas para así aumentar el flujo sanguíneo al corazón. Esta posición no es
aconsejable en caso de vómitos o dificultad respiratoria. Han de evitarse los cambios posturales,
especialmente levantar al paciente o mantenerlo de pie. Los que estén inconscientes, con respiración
espontánea, deben colocarse tumbados de lado. Las mujeres embarazadas deben colocarse del lado
izquierdo para evitar compresión de la vena cava por el útero gestante. Si el paciente está en un entorno
médico, se administrará oxígeno y se medirá la presión arterial. El fármaco de elección para el
tratamiento de la anafilaxia es la adrenalina (o epinefrina) intramuscular. Se trata de un medicamento
que actúa rápidamente y que mejora la mayoría de síntomas de la anafilaxia. Además, se considera que
puede mejorar la supervivencia tras ella. Se puede repetir varias veces la administración de la dosis de
adrenalina a los 5-10 minutos si la respuesta obtenida es insuficiente. Posteriormente, se monitorizarán
las constantes del paciente y se administrarán sueros endovenosos si se precisa.
Aunque su efectividad no está tan clara, según las circunstancias podrán administrarse antihistamínicos o
corticosteroides. Los antihistamínicos disminuyen los síntomas cutáneos, y los corticosteroides pueden
disminuir la probabilidad de una reaparición de los síntomas al cabo de unas horas (anafilaxia bifásica).
Cuando estén presentes síntomas de broncospasmo, como ahogo o silbidos en el pecho, se administrará
un inhalador broncodilatador como los que se utilizan para aliviar el asma bronquial.
Definición , factores de riesgo y tratamiento
en emergencias traumatológicas
Las fracturas son generalmente acompañadas por más o menos lesiones a
las partes blandas circundantes, y éstas son consideradas como
complicaciones de la fractura; pero en el sentido estricto de la palabra,
usualmente reservamos el término de complicación para ciertas
condiciones que son de suficiente gravedad como para demandar
tratamiento inmediato, urgente, y afectar seriamente el pronóstico de la
lesión. En algunas circunstancias la complicación puede ser de mayor
importancia que la fractura misma, y el tratamiento y pronóstico de la
lesión dependerá del diagnóstico y tratamiento de la complicación. En
adición, pueden haber otras fracturas, que es el caso del polifracturado,
y/o lesiones en otros órganos y regiones del cuerpo, caso del
politraumatizado. La complicación, además, puede revestir signos de tal
gravedad, que ponen en situación de peligro la conservación del miembro
y aun la vida del paciente, pasando a ocupar un primer plano en el
tratamiento de la fractura. El pronóstico de ésta, dependerá del éxito en
el tratamiento de la complicación.
Cráneo encefálico TCE
Disfunción cerebral ocasionada por un impacto externo,
generalmente un golpe violento en la cabeza.
Las lesiones cerebrales traumáticas se producen como resultado
de una lesión deportiva grave o un accidente automovilístico.
Los síntomas inmediatos o diferidos pueden incluir confusión,
visión borrosa y dificultad para concentrarse. Los bebés pueden
llorar sin parar o mostrarse irritables.
El tratamiento puede incluir reposo, medicamentos y cirugía.
Atención de urgencia inmediata
La atención de urgencia para los traumatismos
craneoencefálicos de moderados a graves se centra en
garantizar que la persona cuente con un suministro suficiente
de oxígeno y un suministro adecuado de sangre, mantener la
presión arterial y evitar cualquier lesión adicional en la cabeza
o el cuello.

Las personas que presentan lesiones graves pueden tener otras


lesiones que deben abordarse. Los tratamientos adicionales en
la sala de urgencias o en la unidad de cuidados intensivos de
un hospital se centrarán en minimizar el daño secundario
causado por la inflamación, el sangrado o el suministro
reducido de oxígeno al cerebro.
fracturas
Si el hueso roto rompe la piel, se denomina fractura
abierta o compuesta. Las fracturas en general ocurren
debido a accidentes automovilísticos, caídas o lesiones
deportivas. Otras causas son la pérdida de masa ósea y la
osteoporosis, que causa debilitamiento de los huesos.
Tipos de fracturas
• Existen distintas formas de clasificar las roturas de los
huesos. Dependiendo del tipo de daño, se clasifican de la
siguiente manera:

• Fractura completa: El hueso se rompe en dos partes.


• Fractura en tallo verde: El hueso se rompe pero no se separa
en dos partes. Es típica de los niños.
• Fractura simple: El hueso se quiebra por una parte.
• Fractura conminuta: El hueso se quiebra en más de una
parte o se astilla.
• Fractura abierta: El hueso sobresale a través de la piel.
• Fractura cerrada: Hay rotura pero no sobresale el hueso por
la piel.
Tratamiento
Es importante que la persona que ha sufrido una fractura realice la menor cantidad de movimiento
posible, ya que puede causar más dolor o complicaciones. Se debe esperar a que lleguen profesionales
médicos que sepan cómo actuar. En caso de que se trate de una fractura abierta, es necesario intervenir
rápidamente para evitar que se infecte.
El médico que intervenga al paciente realizará una radiografía para identificar la posición del hueso
fracturado. Es importante conocer la causa de la fractura, pues ayuda al médico a identificar los huesos
dañados y cómo tratarlos. Una vez identificada, se recolocará el hueso en su posición original. Si el hueso
es muy largo o se ha fracturado en más de dos partes, es posible que el médico realice una cirugía e
introduzca un clavo de metal para consolidarlo. Este clavo será quitado una vez el hueso haya sanado.
Si no hay necesidad de insertar un clavo, el hueso se recompondrá de forma natural. Los huesos
comenzarán a producir células y vasos sanguíneos que irán cerrando las partes fracturadas del hueso
hasta recuperar su forma original. También se pueden utilizar injertos óseos para acelerar la cicatrización
que producen estas células.
Cuando los huesos se han desplazado en gran medida más allá de su posición original, se lleva a cabo
una osteosíntesis, es decir, una cirugía para recolocar los huesos. Esto se hace mediante placas, tornillos,
agujas o cerclajes con alambres.
Una vez recolocado el hueso, el médico aplica una escayola sobre la parte afectada y no la retirará hasta
que el hueso se haya soldado, proceso que puede tardar de una o varias semanas dependiendo de la
gravedad de la fractura.
prevención
Mantener los huesos fuertes puede evitar una fractura. Para ello es imprescindible realizar
ejercicio de manera habitual, especialmente aquellos que impliquen saltar o correr. La
dieta también es importante; consumir calcio y vitamina D ayuda al desarrollo de los
huesos y a su fortalecimiento.
También es importante utilizar la equipación adecuada al realizar ejercicio: casco, coderas
o rodilleras pueden evitar que un hueso se rompa al caer o frente a un impacto fuerte.
Los niños corren más riesgo de sufrir una fractura al no tener los huesos completamente
desarrollados, por lo que también es importante que estos se mantengan en un entorno
seguro para evitar caídas que puedan tener consecuencias graves. Sin embargo, los niños
tardan mucho menos tiempo en recuperarse de una fractura que un adulto.
De la misma forma, las personas mayores son más propensas a sufrir una fractura por la
debilitación de sus huesos con el paso de los años. Otras acciones como fumar o consumir
alcohol también pueden afectar a la densidad de los huesos y facilitar su fractura.

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