Está en la página 1de 56

MEDIDAS

PRECAUTORIAS
Son actos jurídicos procesales realizados
exclusivamente por el sujeto activo del
procedimiento, que tienen por finalidad
asegurar el resultado de la pretensión
hecha valer.
¿Cual es su objetivo?

Evitar obtener sentencias “de papel”,


sentencias que será inútil o imposible
hacer cumplir.
En doctrina, esta concepción recibe la
denominación de “perículum in mora”.
“El periculum in mora” que constituye la base de las
medidas cautelares no es, pues, el peligro genérico de
daño jurídico, el cual se puede en ciertos casos, obviar
con la tutela ordinaria; sino que es, específicamente, el
peligro del ulterior daño marginal que podría derivar del
retardo de la providencia definitiva, inevitable a causa de
la lentitud del procedimiento ordinario. Es la imposibilidad
práctica de acelerar la emanación de la providencia
definitiva, la que hace surgir el interés por la emanación
de una providencia definitiva, la que hace surgir el interés
por la emanación de una medida provisoria; es la mora de
esta providencia definitiva, considerada en sí misma como
posible causa de ulterior daño, la que se trata de hacer
preventivamente inocua con una medida cautelar, que
anticipe provisoriamente los efectos de la providencia
definitiva”.
Piero Calamandrei. “Introducción al estudio sistemático de las providencias cautelares”.
Editorial Bibliográfica Argentina. 1945. Página 42
En virtud de lo dispuesto en el
Artículo 3º C.P.C., las medidas
precautorias del Juicio Ordinario de
mayor cuantía tienen aplicación
general en todo tipo de
procedimientos.
CARACTERÍSTICAS
1. Las medidas cautelares son
infinitas:
Artículo 298 C.P.C.: “podrá también el
tribunal, cuando lo estime necesario y no
tratándose de las medidas expresamente
autorizadas por la ley...” con lo que abre
esta institución a toda medida que la
inventiva e imaginación humana puedan
crear.
2. Son esencialmente
provisionales:
“Todas estas medidas son
esencialmente provisionales. En
consecuencia, deberán hacerse cesar
siempre que desaparezca el peligro
que se ha procurado evitar o se
otorguen cauciones suficientes.”
(Artículo 301)
3. Son acumulables:
Esta característica se desprende de dos
preceptos legales: el artículo 290 y el artículo
300 C.P.C.
“...puede el demandante en cualquier estado
del juicio.., pedir una o más de las siguientes
medidas” (290)
“estas providencias no excluyen las demás que
autorizan las leyes” (300).
4. Son sustituibles por una garantía
suficiente:
Esta característica se desprende del
artículo 301, parte final: “...deberán
hacerse cesar siempre que desaparezca
el peligro que se ha procurado evitar o
se otorguen cauciones suficientes”.
5. Son medidas protectoras:
Su finalidad cautelar es notoria:
pretenden que el demandado no
eluda el futuro cumplimiento efectivo
de la sentencia. Se cautela el interés
del demandante.
6. Pueden tener el
carácter de prejudiciales:
Esto quiere decir que pueden
solicitarse y decretarse antes
de entrar al juicio.
CATEGORIAS DE MEDIDAS
PRECAUTORIAS
Primera categoría:
Son las enumeradas en el artículo 290 C.P.C.,
correspondiendo a:
1) Medida precautoria de secuestro;
2) Medida precautoria de nombramiento de
interventor;
3) Medida precautoria de retención de bienes
determinados; y
4) Medida precautoria de prohibición de celebrar
actos y contratos.
Segunda Categoría:
Se refiere a todas aquellas medidas precautorias
establecidas en la legislación chilena, general o
especial.
Estas son las que, en forma implícita, regula el
artículo 298 C.P.C.
Están autorizadas expresamente por la ley, rigiéndose
por la norma legal que las creó y desarrolló o, si
existiere remisión o en silencio de la regla especial,
por los artículos 290 y ss. del C.P.C.
Tercera Categoría:
Está constituida por todo aquel
cúmulo de medidas precautorias
que no están expresamente
autorizadas por la ley.
REQUISITOS GENERALES
PARA DECRETAR MEDIDAS
PRECAUTORIAS
1. Es necesario que exista
solicitud de parte
2. Debe existir una demanda.
El artículo 290 nos dice que la
oportunidad procesal se configura
“en cualquier instante del juicio, aún
cuando no esté contestada la
demanda...”
3. Es necesario que existan bienes del demandado.

Los bienes sobre que recae la medida, por expresa disposición de


la ley, deben estar limitados a lo estrictamente necesario para
garantizar el resultado de la pretensión hecha valer. Así lo señala
el artículo 298, parte inicial: “Las medidas de que trata este Título
se limitarán a los bienes necesarios para responder a los
resultados del juicio...”

En el Mensaje con el que el Ejecutivo envió el Proyecto de Código de


Procedimiento Civil al Congreso Nacional se expresa: “La
reglamentación de las medidas precautorias, sobre lo cual nada fijo
existe en nuestro actual procedimiento, es punto delicado, pues se
hace preciso conciliar la seguridad del derecho del actor y el respeto
a la propiedad del demandado. Menester es limitar dichas medidas a
lo estrictamente indispensable para que no se burle la acción del
demandante y evitar al mismo tiempo que con ellas sufra menoscabo
el derecho de terceros”.
4. Un requisito general, que
está inmanente en diversos
preceptos, es lo que se refiere a
las garantías económicas del
demandado, las que no deben
ser suficientes.
5. Otro requisito común a toda medida
precautoria mira a la forma de acreditar la
petición.
Artículo 298 que “las medidas de que trata
este Título se limitarán a los bienes necesarios
para responder a los resultados del juicio; y
para decretarlas deberá el demandante
acompañar comprobantes que constituyan a lo
menos presunción grave del derecho que se
reclama...”
a) Comprobantes:
El legislador no empleó la voz “instrumento”,
sino que la locución “comprobante”, expresión
que no ha definido. Por consiguiente, por
razones de seguridad jurídica, hemos de
recurrir al Diccionario de la Real Academia.
El texto antedicho señala que “comprobante es
el participio activo del verbo comprobar. Que
comprueba”. Por su parte, comprobar es
“verificar, confirmar una cosa por medio de
cotejo o de demostración”.
b) Presunción grave:
Una presunción es el resultado de una
operación racional y lógica en que,
partiendo de hechos o antecedentes
conocidos se infiere un consecuente o
hecho desconocido.
La presunción grave es aquella que lleva
a la convicción del tribunal la sensación
de que hay un principio de existencia del
hecho de que se trata.
MEDIDAS
PRECAUTORIAS
PROPIAMENTE TALES
Las medidas de mayor
importancia y aplicación práctica
son las que se encuentran
indicadas en los números 3º y 4º
del artículo 290 C.P.C., sea en su
carácter de medidas precautorias
propiamente tales o en el de
prejudiciales precautorias.
SECUESTRO DE LA COSA QUE ES OBJETO DE LA
DEMANDA.

CONCEPTO: De acuerdo al artículo 2249, inciso 1º


del Código Civil, “el secuestro es el depósito de una
cosa que se disputan dos o más individuos, en manos
de otro que debe restituirla al que obtenga una
decisión a su favor”.

En definitiva, el secuestro-medida precautoria consiste


en la sustracción, por resolución judicial, de un bien
determinado del patrimonio del demandado, bien que
éste y el demandante se disputan, para los efectos de
evitar su pérdida o deterioro.
PROCEDENCIA:
Señala el artículo 291 C.P.C. que habrá
lugar al secuestro judicial en el caso del
artículo 901 del Código Civil, o cuando
se entablen otras acciones con relación
a cosa mueble determinada y haya
motivo de temer que se pierda o
deteriore en manos de la persona que,
sin ser poseedora de dicha cosa, la
tenga en su poder”.
Las hipótesis que contempla el artículo 291 son:

a) El caso del artículo 901 del Código Civil: Señala el


citado precepto que “si reivindicándose una cosa
corporal mueble, hubiere motivo de temer que se
pierda o deteriore en manos del poseedor, podrá el
actor pedir su secuestro; y el poseedor, será obligado
a consentir en él, o a dar seguridad suficiente de
restitución, para el caso de ser condenado a restituir”.
Aquí el requisito común se encuentra contemplado en
el mismo precepto del Código Civil, pero limitado al
poseedor.

b) El caso de acciones relacionadas con cosas muebles


determinadas, pero cuando el demandado sea un mero
tenedor y no un poseedor.
PROCEDIMIENTO:
Señala el artículo 292 C.P.C. que son
aplicables al secuestro las disposiciones
que el Párrafo 2º del Título I del Libro III
establece respecto del depositario de los
bienes embargados”.

Esto quiere decir que al secuestro se le


aplican las reglas de designación,
derechos y obligaciones del depositario
del juicio ejecutivo por obligación de dar.
NOMBRAMIENTO DE UNO O MÁS
INTEVENTORES
CONCEPTO: “mirón y acusete”.
La jurisprudencia, en términos más jurídicos
ha entendido por interventor a la persona
designada por el tribunal, con la función de
velar por la legalidad de la administración de
los bienes materia del pleito, para lo cual
lleva cuenta de las entradas y gastos de los
objetos intervenidos y da noticia de toda
malversación o abuso que note en los actos
del demandado.
PROCEDENCIA:
Nuestra jurisprudencia ha señalado que
“procede el nombramiento de interventor no
sólo respecto del control de la administración
de los bienes materia del pleito, sino que
también hay lugar a nombramiento cuando
existe justo motivo de temer que los derechos
del demandante puedan quedar burlados”.
Es lo que señala explícitamente el artículo
293, Nº 4 del C.P.C.
FACULTADES DEL INTERVENTOR: En materia de
medidas cautelares, el interventor tiene limitadas
facultades. Hemos dicho que esta persona es un
“mirón y acusete” demostrándose ello en lo que
diremos en seguida.
El artículo 294, inciso 1º contempla, diríamos, el
carácter de “mirón” que presenta el interventor: “las
facultades del interventor judicial se limitarán a llevar
cuenta de las entradas y gastos de los bienes sujetos
a intervención, pudiendo, para el desempeño de este
cargo, imponerse de los libros, papeles y operaciones
del demandado”.
EFECTOS DE LA INTERVENCIÓN:
Por sí misma, la intervención no afecta a
la facultad de disposición o enajenación
del deudor. En ningún caso la
designación de un interventor generará el
objeto ilícito del artículo 1464 del Código
Civil.
RETENCIÓN DE BIENES DETERMINADOS
CONCEPTO:
El numerando 3º del artículo 290 del C.P.C. desplaza, con mucho, al
secuestro judicial, ya que asegura de una manera mucho más eficaz
los eventuales derechos del demandante al configurar el objeto
ilícito del artículo 1464 del Código Civil.

Frente a un caso determinado, donde existan bienes muebles en


juego, sean o no objeto del juicio, lo lógico lo razonable es que el
demandante pida la medida que entramos a estudiar y no el
secuestro judicial, ya que aquél configura el objeto ilícito, cosa que
éste no hace.

La retención puede ser definida como la medida cautelar que tiene


por objeto asegurar el cumplimiento efectivo de la sentencia
mediante el incautamiento de bienes muebles determinados del
demandado, impidiéndose su enajenación.
PROCEDENCIA: Nuestra
jurisprudencia ha señalado que “la
medida precautoria de retención
procede cuando las facultades del
demandado no ofrecen garantía o
hubiere motivo racional para creer
que oculta bienes”.
a) La cosa es el objeto del juicio.
El tribunal, sin calificación alguna, debe conceder la
medida solicitada, ya que por ser la cosa disputada
el objeto de la retención, la causa es suficiente.

b) La cosa no es el objeto del juicio.


En este caso el legislador es exigente, puesto que pide,
para que el juez pueda decretar la medida precautoria
de retención, que:
1º) Las facultades económicas del demandado no
ofrezcan suficiente garantía, o
2º) Haya motivo racional para creer que procurará
ocultar sus bienes, y en los demás casos determinados
por la ley (artículo 295, inciso 1º, segunda parte).
PROHIBICIÓN DE CELEBRAR
ACTOS O CONTRATOS SOBRE
BIENES DETERMINADOS
De las cuatro medidas precautorias
que contempla el artículo 290 C.P.C.
ésta, sin duda alguna, es la que mayor
amplitud presenta. En efecto, la
medida se refiere a todo acto (actos
jurídicos unilaterales) o contratos,
sean a título gratuito u oneroso. Así,
afecta a las donaciones,
compraventas, sociedad, hipoteca,
arrendamiento, etc.
a) Si la cosa sobre la que se pide la medida es el objeto
del juicio.
En este caso, la medida se concede siempre ya que el
bien es, precisamente, la cosa disputada. El artículo
296, inciso 1º, primera parte del C.P.C. señala que “la
prohibición de celebrar actos o contratos podrá
decretarse con relación a los bienes que son materia del
juicio..”
b) Si la cosa sobre la que se pide la medida no es el objeto
del juicio.
En esta circunstancia, la medida se concederá si se
demuestra la causal del artículo 296, inciso 1º, segunda
parte: La prohibición de celebrar actos o contratos podrá
decretarse “también respecto de otros bienes determinados
del demandado, cuando sus facultades no ofrezcan
suficiente garantía para asegurar el resultado del juicio”.
EFECTOS DE LA MEDIDA
En el análisis de esta materia hemos
de distinguir, una vez más, entre
bienes objeto del juicio y bienes que
no lo son
EFECTOS RESPECTO DE TERCEROS: En esta
materia, el Código de Procedimiento Civil modificó al
Código Civil en un aspecto muy importante relativo a las
prohibiciones que versan sobre inmuebles.
Vid. Manuel Somarriva Undurraga. “Evolución del Código Civil Chileno”. Ed.
Nacimiento. 1955. Págs. 494 a 496

En el Mensaje se expresa que se ha exigido la “inscripción


en el Conservador de las Prohibiciones que se decreten
sobre bienes raíces, para que puedan afectar a personas
extrañas al juicio”. Entonces, si bien la medida con su sola
dictación produce efectos y es válida, sólo será oponible a
terceros cuando sea inscrita en el respectivo registro del
Conservador de Bienes Raíces.
Señala el artículo 297, inciso 1º C.P.C. que “cuando la
prohibición recaiga sobre bienes raíces se inscribirá en el
registro del Conservador respectivo, y sin este requisito no
producirá efecto respecto de terceros”.
TRAMITACIÓN DE LAS
PRECAUTORIAS PROPIAMENTE
TALES
REQUISITOS DEL ESCRITO:
Partiendo del supuesto de que ya existe juicio
incoado, los requisitos del escrito de solicitud de
precautoria, serán:
1º) Los comunes a todo escrito;
2º) La individualización de la medida que se desea
solicitar
3º) La individualización de los bienes sobre los cuales
la medida precautoria va a recaer, para que no exista
duda alguna sobre ellos;
4º) Los requisitos específicos que la ley exige para
cada medida precautoria en particular y
5º) Dependiendo si la medida solicitada se encuentra o no
expresamente contemplada en la ley, los requisitos varían:

a) Si las medidas están expresamente contempladas en la ley:


Debe cumplirse con el requisito común a todas ellas, esto es,
acompañarse comprobantes que constituyan a lo menos presunción
grave del derecho que se reclama.
En caso de que el solicitante tenga urgencia en que se decreten las
medidas y los comprobantes no se encuentren en su poder o a su
alcance, recibe aplicación el artículo 299 C.P.C., el que permite al
tribunal ordenarlas aún sin que esos comprobantes se presenten: “En
casos graves y urgentes podrán los tribunales conceder las medidas
precautorias de que trata este Título, aún cuando falten los
comprobantes requeridos, por un término que no exceda de diez días,
mientras se presentan dichos comprobantes exigiendo caución para
responder por los perjuicios que resulten. Las medidas así decretadas
quedarán de hecho canceladas si no se renuevan en conformidad al
artículo 280”.
b) Si las medidas no están expresamente contempladas
en la ley:
Dos son las situaciones que se pueden dar a este
respecto.
En primer lugar, si se trata de medidas no contempladas
expresamente en la ley, pero se acompañan comprobantes
de acuerdo al artículo 298 C.P.C., el tribunal puede
otorgarlas siempre y cuando se constituya caución de
resultas. Artículo 298 C.P.C., segunda parte, que “podrá
también el tribunal, cuando lo estime necesario y no
tratándose de medidas expresamente autorizadas por la
ley, exigir caución al actor para responder de los perjuicios
que se originen”.
En segundo término, si se trata de medidas no contempladas
expresamente en la ley y no se acompañan los comprobantes
exigidos por ella.
TRAMITACIÓN:
Una vez que el escrito está presentado, el
tribunal puede acoger o rechazar la
solicitud.
De acuerdo al artículo 302, inciso 1º C.P.C.,
“el incidente a que den lugar las medidas de
que trata este Título se tramitarán en
conformidad a las reglas generales y por
cuerda separada...”
Nuestra jurisprudencia ha señalado que: “las
peticiones de las partes deben resolverse, por regla
general, de plano. Las medidas precautorias no
escapan a tal regla. La oposición a la medida
concedida puede dar origen a un incidente; pero si no
se ejercita derecho alguno en contra de la resolución
que concede medidas precautorias, no hay lugar a
incidente alguno”.

Nuestra jurisprudencia y la cátedra sostienen que la


solicitud de medida precautoria debe resolverse de plano,
y que la tramitación conforme a las reglas de los
incidentes se refiere a las actuaciones posteriores que
efectúe el demandado en contra de la medida decretada.
LAS MEDIDAS PREJUDICIALES
PRECAUTORIAS
1. La aplicabilidad de las medidas prejudiciales
precautorias es bastante amplia.
Se aplican a todo procedimiento establecido en
el Código de Procedimiento Civil y a cualquier
otro establecido en leyes especiales que se
remitan al referido Código Instrumental.

2. Todas las medidas precautorias que hemos


estudiado pueden ser solicitadas en el carácter
de prejudiciales.
Artículo 279 del C.P.C.: “Podrán solicitarse como
medidas prejudiciales las precautorias de que trata el
Título V de este Libro, existiendo para ello motivos graves
y calificados, y concurriendo las circunstancias siguientes:

1º Que se determine el monto de los bienes sobre que


deben recaer las medidas precautorias; y

2º Que se rinda fianza u otra garantía suficiente, a juicio


del tribunal, para responder por los perjuicios que se
originen y multas que se impongan”.
TRAMITACIÓN:

De acuerdo al artículo 289 C.P.C., último


del Título IV, “las diligencias expresadas
en este Título pueden decretarse sin
audiencia de la persona contra quien se
piden, salvo los casos en que
expresamente se exige su intervención”.
CARGAS DEL DEMANDANTE. SANCION:
Las medidas precautorias se caracterizan por su
provisionalidad, durando lo necesario para asegurar el
resultado del juicio. Esta característica no se traspasa a
las prejudiciales precautorias.
Las prejudiciales precautorias son siempre temporales y
no provisionales. Nos dice Calamandrei que “temporal es,
simplemente, lo que no dura siempre; lo que es
independientemente de que sobrevenga otro evento,
tiene por sí mismo duración limitada: provisorio es, en
cambio, lo que está destinado a durar hasta tanto que
sobrevenga un evento sucesivo, en vista y en espera del
cual el estado de provisoriedad subsiste durante el tiempo
intermedio. En este sentido, provisorio equivale a
interino; ambas expresiones indican lo que está destinado
a durar solamente el tiempo intermedio que precede al
evento esperado”.
Las prejudiciales precautorias duran breve
tiempo, según se establece del artículo 280,
inciso 1º C.P.C., pasado el cual fenecen
inexorablemente para transformarse en
precautorias, tomando el carácter de
provisionales, o para desaparecer
definitivamente en la vida del procedimiento.

Artículo 280, inciso 1º que “aceptada la solicitud a


que se refiere el artículo anterior, deberá el
solicitante presentar su demanda en el término de
diez días y pedir que se mantengan las medidas
decretadas. Este plazo podrá ampliarse hasta
treinta días por motivos fundados.”
Este precepto nos merece los siguientes
comentarios:
1. Establece un plazo fatal de diez días, el que se
cuenta desde la fecha de la resolución que otorgó la
medida prejudicial precautoria.
Este término puede ampliarse, por motivo fundado,
hasta completar treinta días. Por tanto, estamos
frente a un plazo legal que la propia ley autoriza
ampliar.
Este plazo se suspende los feriados.
2. La demanda que se presente no debe seguir las reglas
de distribución de causas, ya que el asunto se encuentra
siendo conocido por el tribunal que conoció de la
prejudicial. (Artículo 178 C.O.T.)
Entonces, la demanda se presenta directamente ante el
tribunal que conoció de la prejudicial.
3. Para dar cumplimento a lo expresado en el artículo
280, inciso 1º basta con presentar la demanda y
no es necesario notificarla.
4. En el mismo plazo en que debe presentar la
demanda, y consecuencialmente, en el mismo
escrito, el actor debe pedir explícitamente que se
mantenga la prejudicial en el carácter de simple
precautoria. Esta petición se tramita en cuaderno
separado.

También podría gustarte