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ALIMENTAMOS

NUESTRA FE CON EL
PAN DE LA PALABRA
Tomó el pan,
pronunció la oración de acción de gracias,
lo partió y se lo dio.
Lc 24,30
CRISTO, PAN DE VIDA EN SU
PALABRA Y EN LA EUCARISTÍA
Y esto es precisamente lo que ocurre con los discípulos en el camino a Emaús,
cuando Jesús poniéndose a caminar con ellos con aquellos discípulos desanimados
(cf. Lc. 24, 13-24), Los llevaba a encontrarse con Él,
1. En la palabra que Él mismo les explica (cf. Lc. 24, 25-27),
2. En la fracción del pan, gesto eucarístico y
3. En el reencuentro con la comunidad cristiana.
Los evangelios muestran que Cristo es el pan de vida que viene a saciar todas
nuestras necesidades más profundas.

Jesús, pan de vida en su Palabra y en la Eucaristía.

La Iglesia, asumiendo el encargo el encargo del mismo Señor, tiene por misión la de
repartir el este Pan de Vida, “tanto en la palabra de Dios como del Cuerpo de
Cristo, sobre todo en la sagrada liturgia”.
Palabra y Eucaristía están íntimamente vinculadas entre sí, de modo que la Palabra
proclamada interpela la vida de la comunidad creyente que la escucha, y la misma
comunidad al recibir el pan eucarístico, confirma que acoge la Palabra y quiere vivir
de acuerdo con ella. De aquí se desprende el carácter sacramental de la Palabra.
Así como cuando participamos en el banquete eucarístico, realmente comulgamos
el Cuerpo y la Sangre de Cristo, cuando se proclama la Palabra de Dios en la
celebración, es Cristo mismo quien está presente y se dirige a nosotros.
LA PALABRA DE DIOS EN LA
LITURGIA Y EN LOS SACRAMENTOS.
Uno de los desafíos que debe enfrentar la ABE es el de hacer patente, en la acción pastoral de la Iglesia, la
estrecha relación que existe entre Palabra, liturgia y sacramentos. La liturgia de la Palabra es la parte esencial
de la celebración de cada uno de los sacramentos de la Iglesia.
La Palabra anuncia y explica lo que el sacramento realiza en la persona que lo recibe. De ahí que se hace
necesario que la catequesis sacramental esté también inspirada en la Palabra, para que los fieles puedan
comprender en profundidad el significado del sacramento que reciben. En este sentido, la ABE tiene la misión
de ayudar a los fieles a descubrir el carácter ´performativo´ ( al proclamarse realiza la acción que significa) de la
Palabra, que consiste en el hecho de que la palabra realiza en el fiel lo que ella anuncia (cf. Is 55, 10-11).

Nota: En Sagrada Liturgia se dice que el sacramento contiene lo que significa.


PRESENCIA DE CRISTO EN LA LITURGIA
7. Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio
de la Misa, sea en la persona del ministro, "ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz",
sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con su fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo
quien bautiza. Está presente en su Palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es El quien habla. Está presente, por último,
cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de
ellos" (Mt., 18,20). Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia
siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno.
Con razón, pues, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su
manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público
íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por
excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia.
CONCILIO VATICANO II, Constitucion Dogmatica Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia (1963), N° 7. disponible em www.vatican.va
CELEBRACIONES COMUNITARIAS
DE LA PALABRA
De ahí que otra de las tareas de la ABE sea la de fomentar la realización de las celebraciones
comunitarias de la Palabra, con el fin de despertar un amor cada vez mayor por ella en nuestras
comunidades. Estas celebraciones buscan destacar su lugar central y facilitar una mejor
comprensión y asimilación de la Palabra, de modo que ella sea fuente de unidad y luz para la vida
cotidiana de la comunidad.
De cara a los desafíos anteriores, es necesario que “se multipliquen los ministros de la palabra
capaces de ofrecer al pueblo de Dios el alimento de la Palabra, que alumbre el entendimiento,
confirme la voluntad y encienda el corazón en el amor a Dios”. por ello, será tarea primordial de la
ABE la de fomentar ministros o servidores de la Palabra que puedan guiar estas celebraciones
comunitarias de la Palabra.

Se trata de personas que habiendo sido instruidas en el conocimiento de la Sagrada Escritura,


tengan un acercamiento vital a ellas y las habilidades humanas y comunicativas necesarias para
provocar ese encuentro vital con la Palabra en las personas que asisten a dichas celebraciones .
LA PALABRA QUE SE HACE DIÁLOGO
EN LA ORACIÓN , LOS SALMOS
La oración del salmista es la oración inspirada por el Espíritu Santo; es decir, en los salmos aprendemos a dirigirnos
a Dios con las palabras que Dios mismo inspiró en cada salmista. Los Salmos son una escuela de la oración que nos
enseña a vivir la vida orientada siempre a Dios ofreciéndole diariamente las situaciones cotidianas .
En los salmos encontramos lo siguiente :
• La oración de intersección (cf. Ex. 33)
• Del canto de júbilo por la victoria (cf. Ex. 15)
• De lamento en el cumplimiento de la propia misión (cf. Jr. 20,7-18)
• Salmos de alabanza (cf. Sal. 8)
• De Acción de Gracias (cf. Sal. 18)
• De súplica en la aflicción (cf. Sal. 22)
• De petición de perdón (cf. Sal. 51)
LOS SALMOS
• Los salmos son la oración de Israel nacida en los mas diversos momentos de la
vida. Son la expresión de la experiencia humana vuelta hacia Dios. Son expresión
de la vida de un pueblo arrastrado por Dios. La vida del individuo es el recorrido
consciente de suertes alternas: lo que uno elije, lo que uno pasa.
• La vida del pueblo es su historia, que él mismo crea o padece. Todo esto se ha ido
convirtiendo en oraciones, vivas y variadas por arte de autores muy diversos… los
Salmos son también oración privilegiada de la comunidad cristiana y del individuo
aislado. Muchos fueron rezados por el mismo Jesús quien les dio la plenitud del
sentido que podían transportar. La experiencia de Israel y del hombre pasa por
Cristo y debe encontrar de nuevo expresión en estas oraciones…
• El libro de los Salmos es un repertorio que suministra textos para diversas
ocasiones y a diversos niveles; su lectura puede interesar pero solo rezados serán
realmente comprendidos.
LA PALABRA ORADA EN EL EN LA
LECTIO DIVINA
La Lectio divina es por excelencia una fuente de crecimiento en la relación con Dios. Es la
lectura creyente de la Palabra, animada por el silencio contemplativo, por la que el
mensaje divino se siembra en nosotros como el grano que cae en tierra buena, para que
produzcamos fruto abundante. Adentrémonos, entonces, en este ejercicio espiritual en el
que el Espíritu hace posible el encuentro con Dios. 

Les invitamos a seguir los 4 momentos de la Lectio divina, a partir de la siguiente


orientación.  
Paso 1 : Comprender la palabra El primer momento de la LECTIO está muy relacionado con
LECTURA la ADMIRACIÓN. La admiración es un afecto provocado, volitivo y
afectivo, más que un ejercicio meramente intelectual. Es semejante a
la experiencia que vive el niño al entrar por primera vez a un lugar por
él nunca antes visto y que le causa asombro, donde todo le sorprende,
todo le maravilla, por lo que basta solo abrirse a la experiencia de ver.
Es una forma de estremecimiento producido en nosotros por el
Espíritu, como consecuencia de la contemplación de la verdad. En ese
sentido, leamos el pasaje bíblico, admirándonos de cada palabra y
acción de Jesús, del lugar, los oyentes y la obra prodigiosa hecha por
Jesús. 
Paso 2: Acoger la palabra La meditación nos lleva a rumiar el texto bíblico a fin de que
Meditación extraigamos de él lo que Dios quiere darnos.
La MEDITACIÓN es RELACIÓN. Justamente, al meditar el texto lo
vemos como una obra de arte, como una pintura, que, luego de
admirarla, comenzamos a relacionar en sus partes, sus colores, sus
trazos, su estilo, hasta llegar al sentido que la obra nos quiere
comunicar.  
Paso 3: Responder a la La ORACIÓN se relaciona con el DIÁLOGO, ya que, si en la meditación
ORACIÓN palabra nos habló el Señor, en la oración le hablamos a él, a partir de lo que
su palabra ha dejado en nuestros corazones.

Paso 4: Inspirar la vida La contemplación nos lleva a reposar en el Señor y su mensaje. Es


CONTEMPLACIÓN en la Palabra semejante a la experiencia que se vive al amanecer, cuando el sol
brilla sobre la creación, por lo que basta solo extasiarse ante el
paisaje que está ante nuestros ojos. En ese sentido,
la CONTEMPLACIÓN es ADORACIÓN.  
 
MUCHAS GRACIAS!!!!!
JERSON RICÓN UMBARILA
SACERDOTE-COORDINADOR

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