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CRISTOLOGÍA

CRISTOLOGÍA

1º MAGISTERIO Y
EDUCACIÓN SOCIAL

1
CRISTOLOGIA: Es la ciencia que estudia
la figura, la persona y el mensaje de Jesucristo

Centralidad de la cRISTOLOGíA:
El centro y el fundamento de la vida cristiana –de los
seguidores de Jesús- es el mismo Jesucristo. Es
necesario el acceso a la persona de Jesús y la
profundización en su conocimiento, sobre todo a
partir de las fuentes cristianas (Escritura y
Magisterio)

2
  EL DEBATE SOBRE
 
EL JESÚS HISTÓRICO Y EL CRISTO DE LA
FE
Para saber cómo fue Jesús solo contamos con los evangelios,
pero éstos se escribieron para dar testimonio de fe de que Jesús es el
Cristo, es decir el Mesías. Están hechos por cristianos convencidos que
buscan anunciar a Jesús. La duda que se plantea es la siguiente: ¿Qué
nos dicen los evangelios: cómo fue Jesús de verdad, es decir, el Jesús
histórico, o lo que los evangelistas creen sobre él y quieren que
creamos, y ese sería el Cristo de la fe?
¿Existió Jesús de verdad? ¿Fue como cuentan los evangelios o
casi todo se lo inventaron? ¿Y si los evangelistas nos engañaron y
nunca existió un Jesús como el que ellos cuentan?

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¿Este es
Jesús?

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Hace unos meses un equipo de antropólogos llevó a cabo una reconstrucción
del rostro de Jesús hecha a partir de estudios sobre la constitución física de los
habitantes de Palestina en el siglo primero. Es la que puedes ver más arriba. En
realidad esta reconstrucción fue un reclamo propagandístico para una nueva
serie de la BBC titulada "Son of God". En ella se presentaban algunos de los
descubrimientos recientes sobre Jesús.
Esta imagen contrasta con las que solemos encontrar en el arte y la piedad
cristianos. En la mayoría de los casos encontramos un Jesús más europeo y
menos oriental; más místico y menos humano... La investigación histórica sobre
Jesús es algo parecido a lo que han hecho estos antropólogos: una
reconstrucción hipotética, pero en muchos detalles más sugerente y más
cercana al Jesús que vivió en Palestina en el siglo primero de nuestra era.
El estudio de la vida de Jesús con criterios históricos comenzó en la época de la
Ilustración. Antes no se había planteado la necesidad de una investigación
crítica sobre él, porque se creía que los evangelios eran testimonios fidedignos
de lo que había dicho y hecho. Ni siquiera los estudiosos renacentistas o los
reformadores, que conocían las incoherencias de los evangelios, pensaron en
ello. El primero en plantearse esta cuestión fue Hermann S. Reimarus, un
profesor de lenguas orientales que vivió en Hamburgo en el siglo XVIII. Con él
comienza una de las empresas más apasionantes de la investigación histórica
moderna: la búsqueda del Jesús de la historia.
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EVOLUCIÓN DEL ESTUDIO SOBRE
1 EL JESÚS HISTÓRICO
 Desde finales del s. XVIII ha habido mucha gente que se ha hecho estas y otras
preguntas similares. Así ha sido la evolución de esta investigación:

 - ETAPA INICIAL: No existió el Jesús histórico, sólo el Cristo


predicado por los apóstoles (“El Cristo de la fe”), que sería un
mito.
H.S. Reimarus, a finales del s. XVIII (murió en 1768 y sus escritos fueron publicados
por Lessing entre 1774 y 1778), fue al primero que se le ocurrió que Jesús no existió.
Otros pensadores desarrollaron esta idea (Baur, Strauss y Drews). Con sus dudas nos
hicieron un gran favor: consiguieron que se investigase históricamente la figura y el
tiempo de Jesús y poco a poco se demostró que su postura (“Jesús no existió
realmente”) era absurda, porque la referencia a Jesús salía en otras fuentes aparte de
los evangelios y sin él no hubiera habido cristianismo.        

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SEGUNDA ETAPA: ¡Volvamos al Jesús histórico!
Una vez que estaba claro que Jesús había existido, algunos autores intentaron
reconstruir la historia del Jesús real, prescindiendo del “Cristo de la fe” (algo así como
buscar al verdadero Jesús dando por supuesto que la imagen transmitida por las iglesias
cristianas era falsa). Se les conoce como “Escuela Liberal”, y el más importante autor es
Adolf van Harnack (“La esencia del cristianismo” 1899).
Harnack y sus seguidores presentaron a Jesús como una especie de maestro que hacía
discursos de moral elevada, y la predicación del reino de Dios como una especie de
ética racional moderada. Uno de sus seguidores, Albert Scheweitzer, que dedicó gran
parte de su vida a la reconstrucción del Jesús histórico, escribió “Historia de la
investigación sobre la vida de Jesús”, en la que reconocía que Harnack y sus discípulos
habían construido un Jesús a su medida, y que era imposible reconstruir la figura del
Jesús histórico prescindiendo del “Cristo de los evangelios”. 

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TERCERA ETAPA: No hace falta saber nada del Jesús
histórico, nos basta con el Cristo de la fe.
Esta etapa la inauguró Martin Kähler, que en 1892 dio una conferencia “El
pretendido Jesús de la historia y el Cristo real de la Biblia”, que concluía así: “El
Cristo real es el Cristo predicado”. Bultmann, seguidor de Kähler, afirmó que el
Nuevo Testamento estaba revestido de un lenguaje mítico y no tenía sentido
buscar al Jesús histórico, sino tratar de vivir a fondo su mensaje.
No afirma que el Cristo de la fe sea un mito, pues reconocía: “en cualquier caso
la duda acerca de si Jesús ha existido realmente no tiene ningún fundamento y no
merece ser refutada. Es indiscutible que Jesús está en el origen del movimiento
histórico, cuyo primer estadio palpable lo representa la comunidad primitiva
palestinense” (Bultmann, 1926)

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CUARTA ETAPA:
(Es la postura actual) ¡Algo podemos saber!
Käsemann, seguidor de Bultmann, en su conferencia “El problema del Jesús
Histórico” (1953) dice que a través de los evangelios sí que podemos
reconstruir una imagen histórica de Jesús: es seguro que fue discípulo al
principio de Juan Bautista, que predicó sobre el Reino de Dios, que se acercó
a los marginados y pecadores, y que sufrió la condena a morir en la cruz.
Ningún historiador actual, por ateo o agnóstico que sea, se atreve a negar en
serio esos puntos mínimos. La separación entre “Jesús histórico” y “Cristo de
la fe” no es tan radical como creyeron Reimarus y compañía, y a través de los
evangelios sí que se alcanza un retrato relativamente fiable del Jesús que
existió históricamente.

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FUENTES EXTRACRISTIANAS Y CRISTIANAS
2 SOBRE LA VIDA DE JESÚS

 ¿Existen fuentes históricas que nos digan cosas sobre él, aparte de los evangelios? Sí, y las podemos
dividir en dos grandes grupos, las elaboradas por cristianos (por ejemplo los evangelios) y las
escritas por autores o historiadores no cristianos, sobre todo judíos o romanos. Las fuentes
romanas tienen mucha importancia, por ser testimonios imparciales y a veces hostiles al
cristianismo

Fuentes Extracristianas
a)      Fuentes Romanas: los romanos fueron buenos historiadores y encontramos breves referencias a
Jesús en algunos escritos:
   Tácito, historiador muerto en 117 d. C, en su obra “Anales”, que cuenta la historia que va
desde el emperador Augusto (14 d. C.) hasta la muerte de Nerón (68 d. C.), dice lo siguiente al
explicar el famoso incendio de Roma atribuido por Nerón a los cristianos:
“Para cortar los rumores, Nerón señaló como culpables, y castigó con la mayor crueldad, a una
clase de hombres aborrecidos por sus vicios, a los que la turba llamaba cristianos. Cristo, de
quien tal nombre trae origen, había sufrido la pena de muerte durante el reinado de Tiberio,
por sentencia del procurador Poncio Pilato, y la perniciosa superstición fue contenida
durante algún tiempo, pero volvió a brotar de nuevo, no sólo en Judea, patria de aquel morbo,
sino en la misma capital, donde todo lo horrible y vergonzoso que hay en el mundo se junta y
está de moda” (Anales XV, 44)     
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Suetonio, otro historiador de finales del siglo I, en su “Vida de Claudio”, cuenta que este
emperador expulsó el año 49 a los judíos de Roma, seguramente por disputas entre judíos cristianos y no
cristianos, y dice así: “Como los judíos provocaban tumultos continuos a instigación de Chrestus los
expulsó de Roma” (Vita Claudii, XXV, 14)
 
  Plinio el Joven, gobernador de Bitinia, escribió una carta hacia el año 110 al emperador Trajano
pidiendo instrucciones para obrar contra la “superstición de los cristianos” , que se “reúnen en un día fijo
para cantar un himno a Cristo como Dios” (Epist. X, 96-97)

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b) Fuentes judías

     Flavio Josefo (37-110 d. C.) fue un importante historiador judío, pero que acabó
viviendo en Roma a costa de la familia imperial. En su libro “Las antigüedades judías”
menciona a Jesús dos veces. La primera hablando de la muerte del apóstol Santiago, que era
pariente de Jesús: “Albino reunió el sanedrín de jueces e hizo comparecer ante ellos al hermano
de Jesús, que había sido llamado Cristo, cuyo nombre era Santiago, y algunos otros. Una vez
que hubo formado contra ellos la acusación de que eran infractores de la ley, se les entregó para
que fueran lapidados” (Ant. XX 9, 1)
Pero más famoso y conocido es el segundo texto, conocido tradicionalmente como “Testimonio
flaviano”, que menciona directamente a Jesús y hace un resumen de su vida. Hoy se sabe que
algún cristiano introdujo incisos favorables de Jesús en el texto que hoy conocemos:
“Apareció por entonces Jesús, hombre sabio, si es que se le puede llamar hombre, porque
realizaba obras maravillosas, maestro para quienes acogen con agrado la verdad. Se atrajo a
muchos judíos y también a muchos gentiles. Era el Cristo. Cuando Pilato, instigado por los
principales de entre los nuestros, lo condenó a la cruz, los que le amaron antes no pudieron
olvidarle, pues se les apareció vivo al tercer día; en efecto, los divinos profetas habían
predicho de él ésta y otras mil cosas maravillosas. La gente cristiana, que de él recibió este
nombre, no se ha extinguido hasta el día de hoy” (Ant. XVIII, 3, 3)

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Talmud (Tradiciones judías posteriores al siglo I).
En su versión babilónica, en el llamado “tratado” del Sanedrín, se alude a Jesús en un texto del
siglo II d. C. :
“La víspera de Pascua fue colgado Yeshua (=Jesús). Durante cuarenta días antes de que tuviera
lugar la ejecución, salió un heraldo y gritó: “Sale afuera para ser lapidado porque ha practicado
la hechicería y ha incitado a Israel a la apostasía. Todo el que pueda alegar algo en su favor que
se presente y abogue por él. Pero como nadie se presentó a su favor, fue colgado en la víspera
de Pascua” (San 43ª).
A este texto se le añadió un comentario de un rabino del siglo III;
”Ulla dijo: ¿suponéis que era alguien por quien se pudiera formular una defensa? ¿Acaso no era
un embaucador, acerca del cual dice la Escritura: No le perdonéis, ni lo ocultarás (Dt 13, 9)? En
el caso de Yeshua, sin embargo, era distinto, porque se relacionaba con la realeza”
  Como este, hay otros textos en el Talmud, siempre muy ofensivos hacia Jesús.
  De este recorrido por las fuentes romanas y judías que mencionan a Jesús se puede
sacar una importante conclusión: “Las fuentes paganas y judías son interesantes en la
medida en que confirman que los contemporáneos de Jesús que llegaron a tener
noticia sobre él, no dudaron nunca de su existencia, aunque tampoco se
preocuparon mucho por él. Únicamente los cristianos que lo confesaron como su
Señor Viviente, se interesaron por él y a ellos debemos cuanto de Jesús podemos
saber hoy” (JJ. Bartolomé)

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Fuentes cristianas
Aparte de los cuatro evangelios canónicos, se pueden buscar palabras y hechos de Jesús
 

en otras partes del Nuevo Testamento, como algunas antiguas fórmulas o himnos
que son de los años 40 y 50 (por tanto más antiguos que los evangelios) por
ejemplo: Hch 3, 13ss, Hch 4, 10 ss, 1 Cor 15, 3ss …) también en las llamadas
“agrapha”, es decir, palabras de Jesús no recogidas en los evangelios (1 Cor 7, 10;
1Cor 9, 14; 1Cor 11, 24ss, etc.) y en los evangelios apócrifos (que dentro de su
fantasía contienen algún elemento histórico).
Desde luego, los cuatro evangelios canónicos son la fuente principal para conocer a
Jesús. Hemos dicho en el punto anterior que se considera desde Käsemann que en
lo esencial dan un retrato histórico fiable de Jesús. Los estudiosos del tema llevan
todo el siglo buscando saber qué frases del evangelio es históricamente seguro que
las dijo Jesús al pie de la letra ( y hablan de frases que son “Ipssisima verba Jesu”,
las cuáles han sido puestas en su boca por la comunidad cristiana que redactó el
evangelio sabiendo ya que Jesús era el Señor Resucitado. A veces se distingue
entre Jesús prepascual –más cercano a la figura histórica- y pospascual –más
modelado por la reflexión de la comunidad cristiana).
Así, existen tres criterios que, combinados, ayudan a averiguar con bastante
fiabilidad la historicidad de pasajes concretos del evangelio:

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• Criterio de discontinuidad o ruptura: Cuando una frase o hecho de Jesús
suena muy extraña o dura para la mentalidad judía y de la comunidad cristiana
posterior a Jesús, y sin embargo está en el evangelio, suele ser señal de que
efectivamente fue hecho o dicho por el Jesús histórico. Ejemplo: usar la
palabra “Abba” (en hebreo, “papá”) para llamar a Dios o el hecho de que los
primeros testigos de la resurrección fueran un grupo de mujeres (entonces su
testimonio no contaba en un tribunal). Si los evangelios lo cuentan así, es señal
de que no se lo inventaron.
• Criterio de continuidad o conformidad: Usado en combinación con el
criterio anterior. También se aceptan palabras o hechos de Jesús cuando son
conformes y coherentes con el núcleo conocido de su actuación o mensaje y
con la situación cultural y geográfica de su tiempo. Por ejemplo, el ambiente
campesino de algunas parábolas.
• Criterio de testimonio múltiple: Cuando varias fuentes evangélicas
independientes coinciden o concuerdan suele ser señal de autenticidad
histórica. Por ejemplo, con seguridad es un dato históricamente fiable el hecho
de que Jesús comía y estaba con pecadores y marginados y que el núcleo de su
predicación era el Reino de Dios.

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3 CONTEXTO geográfico
En tiempo de Jesús, Palestina era una franja de terreno de unos 100 kms de
Norte a Sur, que limitaba al Oeste con el Mediterráneo y el Este con el río
Jordán (éste nace en el Lago de Tiberíades o Mar de Galilea o Genesaret al
Norte, y desemboca en el Mar Muerto, al Sur). Se divide fundamentalmente en
tres regiones:

 GALILEA: La tierra de Jesús. Era verde, montañosa y fértil.


Durante siglos los judíos habían convivido con paganos y los del
Sur despreciaban como menos judíos a los galileos (¿De Nazaret
puede salir algo bueno?, dice Natanael la primera vez que le
hablan de Jesús). Además en las montañas de Galilea se refugian
guerrilleros zelotas. Por ejemplo, en el año 6 d. C., fue famosa la
rebelión de un tal Judas el Galileo.
 SAMARÍA: Tierra de los samaritanos, que desde cinco siglos
antes se llevan fatal con el resto de los judíos y se habían separado
religiosamente de Jerusalén. Tan mal se llevaban, que para ir de
Judea a Galilea, o al revés, solían cruzar el río Jordán dos veces
para evitar pasar por Samaría. (Así sonaría la parábola del “Buen
Samaritano”)
 JUDEA: La tierra del Sur. Mucho más seca e inhóspita, formada
casi toda por tierras desérticas entre el Mar Muerto y el desierto del
sur, sus habitantes se consideran cuna del auténtico judaísmo, pues
cuentan con Jerusalén y su templo. Cada Pascua peregrinaban allí
todos los judíos que podían del país.
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4 CONTEXTO
HISTÓRICO

El año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato
gobernador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo
tetrarca de Iturea y deTraconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene;en
tiempos de los sacerdotes Anás y Caifás... 
(Lucas 3, 1-2)

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El año 63 a. C. el general Pompeyo entró en Jerusalén, convirtiendo Palestina en provincia romana.
Los romanos dejaban que cada pueblo siguiera con sus propios gobernantes y costumbres culturales
y religiosas con una condición: que les fueran fieles y se dejaran manejar. Para los judíos era una
humillación ser dominados por paganos, y la mayoría odiaba a los romanos. Pero algunos se habían
adaptado a convivir con dicha situación si así podían prosperar y tener poder, aunque fuera
compartido. Por ejemplo, el rey Herodes el Grande, que reinó sometido a los romanos desde el año
37 a. C. hasta el 4 d. C. Al morir, su reino fue dividido entre sus tres hijos:
-         Arquelao se quedó con Judea, pero como era un inútil como político, el año 6 d. C., los
romanos le destituyeron y gobernaron directamente dicha región mediante un procurador. Desde el
año 26 hasta el 36 el procurador romano fue un tal Poncio Pilato.
-         Herodes Antipas gobernó Galilea, desde el año 4 d. C. hasta el 39 d. C. Era un vividor y se
casó de modo irregular con su cuñada. Mató a Juan Bautista por criticar dicha situación. Jesús le
llamó “hijo de zorra” y no quiso ni contestarle cuando le interrogó durante el proceso y condena a
muerte de cruz.
-         Filipo gobernó Iturea y Traconítide, regiones menos importantes, al Noroeste del Jordán. Es
quizás más famoso por las traiciones de su hermano Herodes Antipas y su mujer Herodías.
 
En vida de Jesús hubo dos emperadores romanos: Octavio Augusto (27 a. C. – 14 d. C.) y Tiberio
(14 – 37). La tensión fue subiendo cada año que pasaba y el año 66 estalló una rebelión
antirromana que tardó cuatro años en sofocarse, hasta que el general Tito destruyó Jerusalén el año
70 y expulsó a los supervivientes. Desde entonces hasta el año 1947 los judíos estuvieron dispersos
por todo el mundo.
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5 Situación social y religiosa

Como lo religioso era tan importante para los judíos, las clases sociales estaban condicionadas en parte por las
opciones religiosas. Algunos de los grupos más importantes que salen en el evangelio:

Fariseos: Grupo religioso formado por laicos y sacerdotes. Cumplidores estrictos de


la Ley y las tradiciones orales (un montón de leyes y preceptos). Desean la independencia y esperan
que Yahvé intervenga si todo el pueblo le es fiel en el cumplimiento de la ”Torá”. El enfrentamiento
de Jesús con ellos es radical (Mateo 23), pues considera hipócrita su actitud religiosa.

Saduceos y sacerdotes: Los saduceos son familias de la nobleza sacerdotal, con mucho
dinero y colaboradores de los romanos, que no creían en las tradiciones orales ni en la resurrección
(lo que les separa de los fariseos: Mateo 22, 23-33). Los sacerdotes cuidan del culto del Templo de
Jerusalén, que tenía un montón de normas litúrgicas. Jesús criticó su actitud legalista y la
discriminación que producía el Templo (parte distinta para gentiles, mujeres y varones judíos). De
entre ellos salía el Sumo Sacerdote (en tiempo de Jesús, Caifás, 18 d. C. – 37 d. C.), que presidía
una especie de senado de ancianos y notables, el Sanedrín. Todos los grupos fueron decisivos en la
muerte de Jesús.

Esenios: Son una comunidad de monjes que viven en Qumram, en el desierto cercano al Mar
Muerto. Consideran que Israel está pervertido y se retiran del mundo, en una vida de penitencia,
oración y cumplimiento estricto de la Ley judía. Esperan una pronta venida del Mesías, que pondrá
las cosas en su sitio. Desprecian a los demás grupos y los jefes religiosos oficiales (sacerdotes,
funcionarios del templo, etc. ) Juan Bautista pudo tener contacto con ellos. 19
Zelotes: su postura es tan radical como la de los Esenios, pero en
el otro extremo. Luchan con las armas contra los romanos y cometen atentados
terroristas. Creen que luchando contra el invasor son más fieles a Yahvé. Tienen sus
bases de operaciones sobre todo en las montañas de Galilea. A causa de los zelotas,
los romanos desconfiaban de todo galileo que tuviera seguidores, por ejemplo Jesús.
El pueblo llano y marginados: Como siempre ocurre, la tensión
social y política que vivía Israel la sufre sobre todo el pueblo. En tiempos de Jesús se
daba un proceso de empobrecimiento de gran parte de la población palestina, como se
ve en los evangelios. Por si esto fuera poco, había grupos sociales despreciados y
marginados por prejuicios religiosos: los samaritanos por su lugar de nacimiento; los
enfermos como los leprosos porque se creían que padecían un castigo de Dios (“algo
habrán hecho...”); los publicanos por colaborar con los romanos; los pastores y gentes
del campo eran mal vistos por no cumplir muchas leyes cultuales; las mujeres, sólo
por serlo... 
Es muy significativo que Jesús prefiera juntarse con este último grupo y a él dirija su
mensaje, mientras que se desmarca de los demás (desprecia la hipocresía de los
fariseos, sacerdotes y saduceos; no es un esenio, porque vive en el mundo y no hace
ritos penitenciales especiales; no comulga con la violencia de los zelotes. En su
momento, todos ellos se pondrán contra él)
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APUNTE BIOGRÁFICO
SOBRE JESÚS DENAZARET
¿Cuándo nació y murió?
¿Cuándo empezó su misión pública?, etc.
 Marco cronológico
No sabemos la fecha del nacimiento y la muerte de Jesús,
pero sí podemos poner unos límites por arriba y por abajo bastante aproximados.
La vida de Jesús se desarrolló entre el año 6 a. C.(es seguro que nació antes del 4 a. C.
fecha en que murió Herodes el Grande) y el año 30 d. C.
Hay una fecha clave, que es Lucas 3, 1-3, que narra el comienzo de la predicación de Juan Bautista:
“en el año 15 de Tiberio” (o sea, entre el 28 y 29 d. C. ) “Corría el año quince del
reinado del emperador Tiberio. Poncio Pilato gobernaba en Judea; Herodes en Galilea,
su hermano Filipo, en Iturea y Traconítide; y Lisanias en Abilene. Y Anás y Caifás eran
los sumos sacerdotes. En ese tiempo, Dios habló en el desierto a Juan, el hijo de Zacarías.
Y Juan comenzó a recorrer las tierras ribereñas del Jordán, bautizando a la gente”. Esta
cita, combinada con Lucas 2,1, que dice que Jesús comenzó a predicar justo después de Juan y “tenía
entonces unos treinta años”, nos dan el marco cronológico de la vida de Jesús. Todos los personajes
que son nombrados en Lucas 3, 1-3 estaban al frente de sus cargos cuando murió Jesús (algunos
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intervinieron decisivamente: Pilato, Caifás y Anás, Herodes Antipas, ...) y conocemos cuándo
Por ejemplo, sólo entre el 26 y el 36
pudo morir Jesús, porque era cuando
todos estos personajes estaban al frente de sus puestos.
Si añadimos que la misión de Juan no pudo comenzar
antes del año 28, y Jesús “empezó un poco después”,
esto quiere decir que Jesús
difícilmente pudo morir antes del año 30.
Y tampoco murió después del 33 ó 34, pues hubiera tenido ya unos 40 años...
para resumir podemos decir “Así, pues, con toda seguridad podemos partir de
que Jesús nació en tiempos del emperador Augusto (63 a. C. – 14 d. C.; Cfr. Lc
2,1), actúo durante el régimen del emperador Tiberio (14-37 d. C.; Cfr. Lc 3,1), que
Herodes, al que llama zorro (Lc 13,22) era tetrarca de Galilea (4 a. C. – 39 d. C.;
Cfr. Lc 13, 32ss), que murió bajo el procurador romano Poncio Pilato (26-36; Cfr. Mc
15,1 y textos paralelos Mt, 27,1; Lc 23, 1; Jn 18, 28) siendo sumo sacerdote Caifás (16-36; cfr. Jn 18,

13). La historicidad de la vida y muerte de Jesús de Nazaret queda fuera de

toda duda razonable” (Cfr. JJ. Bartolomé )

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