Está en la página 1de 21

PROBLEMÁTICA DEL PARAMO DE

SANTURBAN
PROBLEMÁTICA DEL PARAMO DE
SANTURBAN

INTEGRANTE:
Jimmer Barrera Becerra
FICHA: 2338891
PARAMO DE SANTURBAN
•La delimitación del páramo de Santurbán era necesaria para garantizar el
abastecimiento de agua a más de 2 millones de personas. Líderes ambientales
critican que el gobierno colombiano le haya quitado cerca de 30 000 hectáreas
al páramo.

•Las comunidades de varios pueblos mineros en Santander aseguran que el


gobierno no los tuvo en cuenta en la delimitación del páramo y que esta
decisión dejó sin empleo a miles de personas.
En el país todavía falta conciencia sobre la importancia del páramo y aún
son muchos los colombianos que desconocen datos como que “es el
ecosistema natural de mayor altitud en el mundo, el de mayor irradiación
solar del planeta, tiene una flora más rica que toda la flora de los
ecosistemas de montaña en el mundo. Tiene una diferencia entre día y
noche de a veces más de 20 grados, pero a la vez la diferencia entre
“invierno” y “verano» prácticamente no existe. Seis de cada diez especies
de plantas no crecen en ningún otro bioma, lo que es un valor muy alto
para ecosistemas continentales”, indica el Proyecto Atlas Mundial de los
Páramos 2003 de la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN).
Sin embargo, uno de los principales problemas de estos
ecosistemas en Colombia es que existen un gran número de
asentamientos humanos que llevan siglos viviendo allí y basan
todo su sustento económico en el desarrollo de actividades
agrícolas, pecuarias y de minería. 30 municipios de los
departamentos de Santander y Norte de Santander tienen por
lo menos una parte de su territorio dentro del páramo
(Ábrego , Arboledas, Bochalema, Bucarasica, Cáchira, Cácota,
Chinacota, Chitagá, Cucutilla, Gramalote, La Esperanza,
Labateca, Lourdes, Mutiscua, Pamplona, Pamplonita, Salazar,
Silos, Toledo,Villa Caro en el departamento de Norte de
Santander y California, Charta, El Playón, Guaca, Matanza,
Piedecuesta,Santa Bárbara, Suratá, Tona y Vetas en el
departamento de Santander). 
Y aquí es donde se ha creado el gran nudo para el gobierno, pues en la
justificada necesidad de delimitar los páramos para protegerlos y darles
la importancia ambiental que merecen, no ha podido ni ha sabido
responderle a estas comunidades que, entienden la importancia de la
conservación, pero necesitan alternativas para sobrevivir; más cuando
una orden estatal de repente les prohibió dedicarse a lo que han hecho
toda su vida.
La delimitación de Santurbán, oficializada el 19 de diciembre de 2014
fue un logro que el gobierno nacional celebró por todo lo alto, pero
dejó en una incertidumbre total a miles de personas. “Una población
que tenía unos derechos adquiridos, unos títulos mineros legales,
aparece de la noche a la mañana, con el trazo de la línea de
delimitación, siendo ilegal. Más de 3000 personas quedaron sin
derecho a desarrollar la actividad en un territorio donde se
encontraban hace mucho tiempo.
Sin posibilidad de nada, el gobierno no les otorgó ni siquiera
etapas de transición. Simplemente les dijeron: ‘desde ahora la
minería queda prohibida en el páramo’”, le dijo Fabio
Maldonado, ingeniero agrónomo y líder comunitario de la
región de Soto Norte en el departamento de Santander a
Mongabay Latam. Maldonado también es miembro del Gran
Pacto Social (GPS) una iniciativa de las comunidades de
algunos municipios mineros para dialogar con las empresas
que están interesadas en operar en la zona.
Sin embargo, la resolución con la cual se delimitó el páramo fue
demandada y el 30 de mayo de 2017 la Corte Constitucional le
ordenó al Ministerio de Ambiente que en el término de un año,
siguiente a la notificación del fallo, se emitiera una nueva
resolución pues la vigente se expidió sin la participación de las
comunidades afectadas.
Erwing Rodríguez-Salah fue uno de los demandantes de la
delimitación y lo hizo porque considera que el gobierno nacional
quitó más de 30 000 hectáreas del páramo según los trazados
iniciales efectuados por el Instituto Alexander von Humboldt de
Colombia. Rodríguez ha sido uno de los líderes de la defensa del agua
promovida desde el Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana y
asegura que “la nueva delimitación fue sustentada en unos nuevos
estudios económicos y sociales que aunque se los pedimos al
gobierno, nunca nos los quisieron dar a conocer”, le dijo a este portal y
añadió que le sorprendió que el área retirada del páramo fuera una
cifra bastante similar a lo que se había concesionado en títulos
mineros.
La decisión de la Corte de revisar la delimitación causó revuelo
nacional y en su momento, en un comunicado oficial, el
Ministerio de Ambiente dijo que “la sentencia no descalifica el
proceso técnico, sino que exige un ejercicio de participación con
las comunidades. El ministerio fue notificado el 17 de
noviembre de 2017 de esta decisión, fecha a partir de la cual
inició las acciones tendientes a dar cumplimiento a lo señalado
en la sentencia”.
Lo complejo de esta decisión es que en el páramo de Santurbán se ubican 30
municipios y realizar las jornadas de información y concertación es un
proceso largo y desgastante. Este año el Ministerio ya avanzó en la primera
etapa, la de información, y dio a conocer los estudios técnicos, económicos,
sociales y ambientales elaborados por la Corporación Autónoma Regional
para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) y la Corporación
Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (CORPONOR). Además del
sustento técnico entregado por el Instituto de Investigaciones Científicas
Alexander von Humboldt, es decir, todos los insumos con los cuales se
delimitó el páramo.
Dichas reuniones informativas se hicieron en nueve municipios:
Bucaramanga, California, Guaca, Ábrego, Cáchira, Cúcuta,
Mutíscua, Salazar y Pamplona. En la mayoría de las ciudades
transcurrieron en calma, pero en Bucaramanga —una de las
principales ciudades de Colombia— el proceso fue suspendido ya
que los asistentes gritaban en contra del ministro de Ambiente Luis
Gilberto Murillo, le impidieron hablar e incluso le arrojaron agua.
¿CUÁL ES EL PROBLEMA?

El páramo de Santurbán es un ecosistema


extremadamente rico tanto en agua como en
oro y ese es el principal lío. Se ha generado un
enfrentamiento entre quienes defienden el agua
y advierten de los riesgos de la minería para la
salud y el medio ambiente y quienes se han
dedicado a la minería, obtienen sus ingresos de
esta actividad y creen que la protección y la
conservación pueden coexistir con su forma de
vida.
A pesar de estas diferencias, hay algo de lo que todos son
conscientes: la riqueza natural de Santurbán. Según la CDMB se
trata de un ecosistema ubicado entre los 3000 y 4290 metros
sobre el nivel del mar que en su conjunto abarcan una superficie
aproximada de 80.000 hectáreas y donde los estudios realizados
en la zona evidencian su importancia, no sólo en términos de la
diversidad biológica, hasta ahora registrada y representada en
457 especies de plantas vasculares y helechos y 293 especies de
fauna vertebrada, 
sino también por su papel en el mantenimiento y regulación de la oferta
de agua de la que dependen las actividades productivas que se realizan
en la región y el abastecimiento de más de 2 200 000 personas de 24
municipios ( El Zulia, Ábrego, Ocaña, Arboledas, Cáchira, Cácota,
Chitagá, Cucutilla, La Esperanza, Labateca, Mutiscua, Pamplona,
Pamplonita, Salazar, Silos, Villa Caro, California, Charta, Suratá, Tona,
Vetas, Girón, Piedecuesta y Floridablanca) además de Cúcuta y
Bucaramanga —dos de las principales ciudades colombianas
Es precisamente en Bucaramanga donde se ubican los movimientos
cívicos más fuertes que se manifiestan en contra de la minería en el
páramo y sus alrededores, pues su acueducto se abastece
principalmente de ríos que nacen en Santurbán. “Es importante hablar
de Santurbán y los ecosistemas circunvecinos complementarios porque
son importantes para el buen funcionamiento del ciclo hídrico. No
puede haber proyecto de megaminería ubicado por encima de las
bocatomas del acueducto metropolitano de Bucaramanga porque de
ser aprobado afectaría nuestra agua en cantidad y calidad”
EL PUNTO CRÍTICO

Desde 2014 las actividades de estos


municipios permanecen muertas o por
lo menos en la ilegalidad. Quizás uno de
los casos que más preocupa es el del
municipio de Vetas en Santander, pues
más del 75% de su territorio quedó
dentro de la delimitación del páramo
por lo que, según la ley 1450 de 2011,
se prohíben actividades agropecuarias,
de exploración o explotación de
hidrocarburos y de minerales.
Lo que suceda con la delimitación del páramo de Santurbán es de suma
importancia para Colombia y mientras avanza el proceso de revisión ya se
habla de la posibilidad de hacer consultas populares en municipios
como Vetas y California. Esas mismas consultas que en otras zonas del
país le dijeron no a la minería el año pasado, aquí, por el contrario,
podrían decirle sí. Durante siglos sus habitantes se han dedicado a esta
actividad. Por otro lado, estaría el panorama catastrófico que se imagina
Erwing Rodríguez-Salah: “Si Santurbán fue el ejemplo para delimitar los
otros páramos del país, es probable que en ellos también ocurra algo
parecido a lo que está pasando aquí”.

También podría gustarte