Higiene personal y limpieza de entornos PRODUCTO 1: MATERIAL DE APOYO CON EL TEMA “HÁBITOS DE HIGIENE PERSONAL, DE LIMPIEZA DEL HOGAR Y DEL ENTORNO”
FREDDY ARMANDO RUFINO EUAN
Hábitos de higiene personal Ducha diaria El hábito de higiene personal más común es la ducha o el baño, algo que conviene hacer una vez al día e hidratarse la piel después de hacerlo. Para cumplir este hábito correctamente, también se recomienda usar jabones neutros, que ayuden a mantener mejor el PH de la piel. La higiene íntima Las partes genitales también merecen un cuidado especial para evitar malos olores e infecciones, sobre todo en el caso de las mujeres. Buena higiene bucodental diaria Cepíllate los dientes dos o tres veces al día, después de comer y sobre todo cuando te levantas y antes de acostarte, ya que durante la noche la actividad bacteriana es más prolongada. Además, es aconsejable cepillarse los dientes durante 3 minutos, y 20-30 minutos después de haber ingerido alimentos. Lavarse las manos frecuentemente Lla importancia de mantener una correcta higiene de manos, ya que evita numerosas enfermedades, entre ellas el contagio de la gripe.
Buena higiene bucodental diaria
Cepíllate los dientes dos o tres veces al día, después de comer y sobre todo cuando te levantas y antes de acostarte, ya que durante la noche la actividad bacteriana es más prolongada. Además, es aconsejable cepillarse los dientes durante 3 minutos, y 20-30 minutos después de haber ingerido alimentos. HÁBITOS DE HIGIENE EN EL HOGAR Limpiar diariamente objetos de contacto frecuente Desinfecten todos los días los artículos que tocan o agarran con mucha frecuencia: mesas, manijas de puertas, llaves, grifos, teléfonos fijos y celulares, teclados, controles de TV y videojuegos, tabletas, perillas de estufa e interruptores. Utilicen limpiadores y desinfectantes de uso doméstico con alcohol o cloro Cambiar la ropa de cama Con la misma finalidad de acabar con el polvo y ácaros causantes de enfermedades, cambien las sábanas y cobertores de la cama cada una o dos semanas. Asimismo, sacudan el colchón antes de colocarle ropa nueva. Desinfecta baños y cocina La limpieza de estos espacios debe ser exhaustiva. Para la higiene en el baño, utiliza cloro o amoniaco, pero nunca combinados, pues pueden producir gases tóxicos. Procura ponerte guantes. Para la higiene en la cocina, el cloro también es indispensable. Desinfecta las perillas de la estufa, los botones del horno de microondas, electrodomésticos y los grifos de la tarja. Lava cortinas y toallas Cortinas, sábanas, fundas de cojines, toallas de baño y secadores de trastos pueden ir directo a la lavadora para un proceso de lavado profundo. Todos deben lavarse las manos Entre las medidas imprescindibles de higiene familiar (y básicamente de toda la comunidad) está el lavado de manos. Háganlo por lo menos durante 20 segundos HIGIENE EN EL ENTORNO Entendemos por higiene ambiental aquellas actividades encaminadas a mejorar o mantener el estándar de las condiciones ambientales básicas que afectan el bienestar de las personas. Estas condiciones incluyen un suministro de agua limpia y segura, una calidad del aire que respiramos adecuada, una eliminación eficiente de desechos animales, humanos e industriales, la protección de los alimentos contra contaminantes biológicos y químicos y una vivienda adecuada en un entorno limpio y seguro. revenir enfermedades Al igual que la higiene ambiental tiene como objetivo cuidar nuestra salud, será la medicina ambiental la que se ocupe de estudiar las enfermedades causadas por los agentes tóxicos en el siglo XXI. Desde el año 2007, se viene celebrando en España el Congreso Internacional de Medicina Ambiental como iniciativa de la Fundación Alborada. Y es que, aunque la población no es consciente de ello, existen hoy en día más de 100.000 sustancias perjudiciales o contaminantes, en la mayor parte de los casos introducidos en el ambiente por acción humana y que pueden penetrar en nuestro organismo actuando como agentes productores de enfermedades. Un ejemplo de ello es la conocida legionelosis, una enfermedad de tipo infeccioso de aparición en la década de los años 70, y de cuya patología se desconoce el origen, aunque sí se sabe que está producida por una bacteria que nace principalmente en los aparatos de aire acondicionado, en las torres de refrigeración o en el agua de red o estancamientos de agua.