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La importancia del

Perdón
¿Has tratado de correr una carrera de resistencia cargando un gran peso? Si lo has
intentado sabrás que es imposible resistir y llegar a la meta cuando no llevamos
solo lo indispensable para el trayecto; en lo personal considero que la mayor carga
que el ser humano puede llevar en el corazón es el odio. El odio paraliza nuestra
mente y no podemos tomar decisiones objetivas porque todo nuestro ser se
entrelaza, nuestro ser integral (espíritu, alma y cuerpo) necesita de un balance y
cuando una de ellas está dolida las demás no funcionan correctamente.
No se si has notado que el odio puede desencadenar enfermedades físicas, que el
odio lleva a pensamientos de venganza los cuales muchas veces son llevados a la
practica y terminan metiendo a la persona en serios problemas fruto de que no
sanaron correctamente su corazón. Imagina por un momento: odias a alguien, te
enfermas, piensas maldades e incluso tramas la venganza, sin embargo esa
persona ni se da por enterada de que la odias por lo que no se afecta en lo más
mínimo, la pregunta entonces es ¿Quién se afecta con tu odio?

Ora conmigo: amado Padre, gracias por tu Palabra porque ella es guía a mi
caminar, en el nombre de Jesucristo te pido que me ayudes a despojarme de
todo peso que carga mi ser y trata de impedir que corra con paciencia la buena
carrera, sé que si cargo odio en mi corazón entonces no seré verdaderamente
libre y estoy en peligro de cansarme en el trascurso de la carrera y quedar
descalificado; quiero llegar a la meta de estás contigo por la eternidad y recibir
ese galardón que has preparado para mí, por eso quiero ser libre de todo peso
innecesario, amén.
Lee:
Hebreos 12:1
Mateo 8:21-22
Marcos 11:25
Muchas personas no comprenden lo autodestructivo que es el odio para nuestras
vidas. La Palabra nos dice que el perdón más que liberar a los demás nos liberta a
nosotros mismos. Cuando decidimos perdonar a quienes nos han ofendido podemos
reposar porque nuestro corazón no tendrá ese peso que muchas veces se arrastra de
manera innecesaria; el odio muchas veces nos impide estar delante de la presencia
de Dios.
La Palabra nos habla muchas veces y de diversas maneras sobre el perdón, las
consecuencias del odio y la barrera que el odio crea para presentarnos delante de
Dios. Por eso es importante que comencemos a escudriñar en las Escrituras y
entendamos que, si odiamos a alguien, debemos tomar decisiones importantes para
nuestra vida; somos nosotros quienes tenemos la potestad de obedecer o
desobedecer lo que se nos manda, somos nosotros quienes debemos humillarnos
muchas veces para buscar estar en paz con los demás. Sé que no es fácil y que
muchas veces vamos a tender a justificar nuestra desobediencia, sin embargo, a
Dios no podemos engañarlo.

Ora conmigo: amado Padre, gracias por el don maravilloso del perdón,
gracias porque cada día muestras tu misericordia para con nosotros y nos
amas con ese amor eterno y paciente por el cual nos sigues hablando y
recordando sobre la importancia de estar en paz entre nosotros; ayúdanos, en
el nombre de tu amado Hijo te lo pedimos, para tener discernimiento y saber si
estamos guardando odio, resentimiento o amargura en nuestro corazón, amén.
Lee:
Colosenses 3:13
Efesios 4:32
Lucas 6:37
A diario tomamos decisiones y muchas veces no sabemos las repercusiones de
cada una de ellas en nuestro futuro, sin embargo si tenemos claridad de que
tenemos libre albedrio y Dios respeta cada una de nuestras decisiones, recordemos
que Él desea orientarnos y por ello nos muestra el mejor camino.
Dios es caballero, Él nos da la opción de hacer lo correcto y recibir las
bendiciones que tiene para nosotros, solo el enemigo desea quitarnos esa libertad
de decisión y por ello trata de cegar nuestra mente para evitar que pensemos con
claridad. Como te dije el día de ayer un odio arraigado en el corazón nos podría
llevar a un estilo de vida encadenado al dolor, la miseria y lleno de sed de
venganza. Por eso es nuestra decisión perdonar, aun cuando ello vaya muchas
veces contra lo que nuestra mente racional puede pensar. Sé que es difícil
humillarse y reconocer errores, pero es mucho más difícil asumir errores ajenos
con la intención de encontrar soluciones a los problemas, sin embargo la Palabra
nos dice que son benditos los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de
Dios (Mateo 5:9), queda en ti y en mi asumir este reto.

Ora conmigo: amado Padre, sabemos que día a día debemos enfrentar retos los
cuales nos llevan a tomar decisiones difíciles, muchas veces en ellas debemos
decidir entre lo que nos conviene y lo que deseamos, por eso te pedimos, en el
nombre de tu amado Hijo, que nos des la sabiduría para poder ser obedientes a
tu Palabra y ser pacificadores, sabemos que si así lo hacemos entonces
seremos llamados hijos tuyos y esa es la mayor bendición que podemos recibir,
amén.
Lee:
Deuteronomio 11:25-28
Mateo 5:9
Mateo 6:12
Conozco a muchas personas que se creen superiores a Dios, personas que, aun diciéndose
cristianas, siguen sus propias leyes de vida y arraigan elementos perjudiciales. La ley de la
siembra y la cosecha también aplica en este caso, no porque Dios no quiera perdonarnos, al
contrario, Él nos ama tanto que dio a su Hijo para morir en una cruz de la peor forma
posible: lacerado, golpeado, vituperado y clavado en el madero. Así fue la forma en que Dios
nos demostró su amor pagando el precio del pecado por nosotros. Ahora bien, si Dios hizo
todo eso ¿Por qué nos atribuimos no perdonar a las personas por las pequeñas ofensas que
nos hacen?
Jesucristo antes de morir, con sus últimas fuerzas exclamaba “Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen” si el Hijo de Dios, hombre perfecto en su actuar, a pesar de tener toda la
potestad para reclamar venganza, en lugar de ello pidió que fuésemos perdonados ¿porque
nosotros no perdonamos a quienes nos ofenden? Muchas veces nos creemos superiores a
Dios, muchas veces nos creemos mejores que el mismo Jesucristo y arraigamos el odio y no
queremos perdonar a los demás. Entonces ¿Cómo podríamos pedirle a Dios que nos
perdone? Este tema debemos reflexionarlo porque si tenemos esa actitud no vale ningún
sacrificio, ofrenda o acción que tratemos de darle a Dios porque Él no lo recibirá.

Ora conmigo: amado Padre, gracias por esa muestra tan grande en la Cruz,
sabemos que nos amas tanto que diste a tu Hijo para que tomara nuestro lugar,
perdónanos, en el nombre de tu amado Hijo te lo pedimos, si hemos sido
arrogantes y esa arrogancia nos ha llevado a creernos superiores a Jesús,
ayúdanos a perdonar de corazón a quienes nos han ofendido así como tu Hijo
nos mostró que debemos hacerlo, amén.
Lee:
Mateo 6:14-15
Lucas 23:34
¿Te has puesto a pensar que sucedería si este es tu último día de vida? Sé que es
una pregunta muy dura y nos llama a la reflexión, nos confronta con el hecho de el
que somos seres cuya existencia es frágil y en cualquier momento se puede acabar.
El camino de la vida puede culminar en cualquier momento y, querámoslo o no,
Tendremos que dar cuentas a nuestro Creador por cada decisión que tomamos, ya
sea buena o mala.
Reflexiona: si este fuese tu ultimo día de vida ¿con quien necesitas ponerte a
cuentas? ¿Cuál persona te ha lastimado y llevas resentimiento en ti? Que ese
pensamiento te lleve a una acción, busca ponerte a cuentas con esa persona porque
puedes ser llamado a cuentas y si no aprovechaste la oportunidad el juez te puede
entregar para ser llevado al lago de fuego y azufre, allí será el lloro y crujir de
dientes para aquellos que no aceptan a Jesucristo como Señor y obedecen sus
mandato. Recuerda lo que nos dice Jesucristo ¿Por qué ustedes Me llaman: 'Señor,
Señor,' y no hacen lo que Yo digo? (Lucas 6:46) Obedece la voz de Dios y ponte a
cuentas con tu adversario.

Ora conmigo: amado Padre, gracias porque nos das una nueva oportunidad de
estar contigo por la eternidad, sabemos que debemos ser obedientes a tus
mandatos y por eso te pedimos, en el nombre de Jesucristo, que nos ayudes a
perdonar a quienes nos han ofendido, queremos estar contigo en la eternidad y
por eso decidimos perdonar a quienes nos han ofendido, no deseamos llevar
más esa carga de odio, rencor o resentimiento que nos intenta arrastrar a un
mundo de dolor y miseria, sabemos que tienes lo mejor para nosotros y que
depende de nosotros mismos aceptar esas ricas bendiciones, gracias Padre por
tu paciencia y amor, amén.

Lee:
Mateo 5:25-27
Lucas 6:46
1 Juan 2:2

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