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¿Qué es un contrato por adhesión?

(artículo 1390 del Código Civil)


Artículo 1390 C.C.- Contrato por adhesión
El contrato es por adhesión cuando una de las
partes, colocada en la alternativa de aceptar o
rechazar íntegramente las estipulaciones fijadas
por la otra parte, declara su voluntad de aceptar.
Según una doctrina nacional, con el paso de la
producción manual a la maquinal,
computarizada, masiva se pasa del contrato
individual a la contratación en serie. La
estandarización de los bienes y servicios
conlleva la estandarización de los contratos
respectivos.
Lo que se produce masivamente, en serie, no puede ser
comercializado mediante contratos individuales, precedidos de
tratativas sobre cada una de las estipulaciones que forman su
contenido, sino a través de contratos celebrados masivamente,
en serie, mediante la utilización de formularios con contenido
uniforme predispuesto unilateralmente por el empresario y
dirigidos a los consumidores o usuarios, quienes se
encuentran en la alternativa de adherirse o no
contratar (contratos por adhesión); o mediante cláusulas
generales de contratación, redactadas previa y unilateralmente
por el empresario con el objeto de fijar el contenido de una
serie de contratos futuros con elementos propios de ellos.
Los contratos de la moderna economía de masa
están unilateralmente predispuestos. Ello
significa que el texto contractual no surge de una
tratativa entre la empresa y el cliente, en la cual
este pueda hacer valer sus razones e intereses, y
en relación a estos conformar el contrato; sino
más bien viene elaborado por la misma empresa
interesada, que presenta al cliente un contrato
completamente preconfeccionado y no
modificable.
Por esto los contratos de la economía moderna
de masa son contratos POR ADHESIÓN: el cliente
se «adhiere» al contrato estándar, vale decir, lo
acepta sin discutirlo o sin llegar a gravitar; con su
voluntad, sobre su contenido. 
En otras palabras, el desarrollo de la economía y el paso de la
producción manual a la maquina trajeron consigo a los fenómenos de
la estandarización y masificación de los bienes y servicios los cuales a
su vez tuvieron dos grandes repercusiones en el mundo contractual:

1. Llevaron inevitablemente la estandarización al


mundo contractual ya que evidentemente lo
que se produce masivamente no puede ser
comercializado individualmente ni estar
precedidos de tratativas.
2. Implicó por tanto el surgimiento ulterior de
las cláusulas generales y los contratos por
adhesión los cuales tienen como
característica común en que el contenido
contractual no sea discutido por las partes
contractuales, sino que ya venga
predeterminado por una de ellas.
En el presente artículo nos referiremos exclusivamente a los
contratos por adhesión.
El contrato celebrado por adhesión
Esta es otra de las novedades del Código Civil de 1984 y constituye una
evidencia de la transformación que se ha producido en el modelo
contractual. En efecto, al lado del sistema clásico de la negociación
paritaria o de trato preliminar, ha surgido una fórmula distinta, según la
cual el sistema queda preestablecido y la contraparte no puede
regatear y solo tiene la opción de aceptarlo en su totalidad o
rechazarlo, se trata en suma del contrato celebrado por adhesión, cuya
característica fundamental consiste en la desaparición de la capacidad
de negociar. Esta modalidad tiene excepcional importancia, por su
simplicidad y constante desarrollo y cada vez se le encuentra con
mayor frecuencia en el tráfico contractual, dada la economía en el
tiempo y gastos y claridad y unidad del sistema.
La contratación en masa es consecuencia de las
grandes transformaciones habida en el mundo de la
producción, al impulso de los avances tecnológicos
(mecanización de sistemas), el incremento de los
mercados y la competencia a nivel nacional e
internacional, con la consiguiente necesidad de
reducir costos, entre otros factores. Su origen se
remonta a comienzos del siglo XX y existía cuando
se promulgó el Código Civil de 1936, el cual no
asumió posición alguna frente a ella.
CONCLUSION:
La justificación de los contratos por adhesión
estribaría en reducir el tiempo y el dinero (costos
de transacción) en la celebración de contratos
que guarden características comunes dejando
finalmente a una de ellas la posibilidad de
aceptar o no celebrarlo.
La interpretatio contra stipulatorem
“Las estipulaciones insertas en las cláusulas generales de contratación o en
formularios redactados por una de las partes, se interpretan, en caso de duda,
a favor de la otra”

Los «contratos por adhesión» implican entonces que una


de las partes, por lo general quien se compromete a
transferir el bien o prestar el servicio, controla el integro
proceso de redacción del contrato. Dado que en estos
contratos una de las partes asume la redacción del texto
contractual se le exige claridad. Esta exigencia es una
extensión lógica del principio de que los contratos nacen
para llegar a término.
Así, si la parte que redacta el contrato incorpora
pasajes ambiguos u obscuros impedirá la
ejecución regular o sentará las bases para una
futura controversia. Con el objeto de alentar a los
proveedores a adaptar sus prácticas de redacción
contractual se forjó un criterio interpretativo, el
cual sostiene que cualquier ambigüedad u
obscuridad en el contrato será interpretada en
contra de quien redactó el documento (o
“interpretatio contra stipulatorem”.
Resulta lógico y justo el que si una de las partes
puede establecer las cláusulas contractuales sin
la intervención de la otra en caso de que algunas
de esas cláusulas resulten con un contenido
ambiguo u obscuro se interpreten en favor de la
otra.
Limitación de la autonomía privada
El hecho de tratarse de bienes de consumo
necesario hace que la libertad de iniciativa se
encuentre en ellos restringida, siendo evidente
la prepotencia de una de las partes quebrando
el presupuesto ideológico de los principios de
igualdad o equilibrio de las partes y de libertad
para contratar.
En estos casos normalmente es la empresa la que
predispone e impone el contenido del contrato a sus
clientes, en lo que se ha denominado «unilateralización
del contrato». Al destinatario del contrato en masa
solo le queda la libertad de contratar, es decir celebrar
o no el contrato, pero carece de libertad contractual en
el sentido de que no pude determinar el contenido del
contrato, puesto que solo dispone de la posibilidad de
adherirse al contrato predispuesto.
La autonomía privada de una de las partes se ve
mutilada ya que si bien el adherente es quien
decidirá al final si celebra o no el contrato
(libertad de contratar) propuesto, le estará
impedido el regular el contenido del mismo
(libertad contractual o de configuración interna).

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