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SOPORTE EMOCIONAL EN NIÑOS Y

ADOLESCENTES

NIÑEZ Y ADOLESCENCIA – CICLO II


DOCENTE: HELDER ZAMUDIO VARGAS SALAS
PROBLEMAS EN LA NIÑEZ Y LA DOLESCENCIA

La infancia y la adolescencia es un momento especialmente importante


en el desarrollo humano y puede comportar la aparición de un conjunto
de alteraciones que son exclusivos en esta edad. La variedad de
trastornos que pueden aparecer durante estas etapas pueden ser muy
amplia, y casi tan extensa como la propia problemática que presenta el
adulto, aunque la expresión de sus signos y sintomatología se ajuste a las
características propias de las edades en las que aparecen, sucediendo
precisamente que determinados trastornos van a estar específicamente
vinculados a una determinada etapa en el desarrollo.
PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO

Una de las principales dificultades y preocupaciones de los padres es saber cómo


manejar las conductas de sus hijos para poder hacer frente a problemas de
conducta cómo la agresividad, la impulsividad, la ira, la desobediencia, las
rabietas, la rebeldía, la sumisión, la timidez y, en general aquellos problemas que
interfieren en el desarrollo del niño y en el medio en el que se desenvuelve como
en la familia, en el colegio, en su grupo de amigos y en la sociedad en general.
Los psicólogos infanto-juveniles realizan la intervención ante este tipo de
problemas con el niño y con la familia para orientar y asesorar a los padres sobre
el manejo más eficaz de las conductas del niño y desmontar los intentos de
solución que están llevando a cabo y están resultando ineficaces o incluso en
algunas ocasiones nocivos.
ANSIEDAD Y MIEDOS

La diferencia fundamental entre los miedos evolutivos con respecto a los miedos
desadaptativos o ansiedad infantil consistiría en que, estos últimos, interfieren de modo
importante en el funcionamiento de los niños en algún área (familia, amigos, colegio…) o se
manifiestan con una elevada intensidad. En relación al miedo y la ansiedad, los niños
atraviesan en el curso de su desarrollo por diferentes fases evolutivas en cuanto al tipo de
objetos y situaciones a las que suelen desarrollar miedo o ansiedad. El miedo natural en el
niño cumple un mecanismo de protección, evitando la ocurrencia de diferentes peligros. Al
mismo tiempo que aparecen a determinadas edades, desaparecen una vez cumplida su fase
evolutiva. Sin embargo, cuando estos miedos son reforzados, aprendidos o generalizados
por influencia del ambiente familiar, pueden llegar a convertirse en crónicos y/o plantear
determinados problemas de adaptación. , utiliza técnicas para disminuir la ansiedad y
aumentar la competencia del niño en la situación que se asocia con la ansiedad. El abordaje
terapeútico (APOYO DE PROFESIONALES) se basa en una evaluación integral del
niño/adolescente y de la familia, ya que de los resultados de esta evaluación se obtendrá la
información para proponer un plan de acción con las técnicas necesarias para conseguir un
cambio.
DEPRESION INFANTIL Y EL ADOLESCENTE

Al igual que los adultos, los niños y adolescentes pueden tener problemas de
estado de ánimo. La depresión es un trastorno emocional mantenido en el tiempo
que se caracteriza por variados síntomas a diferentes niveles: emocional,
conductual, cognitivo y somático. La depresión infantil puede estar
enmascarada, por eso debemos estar atentos a ciertos síntomas: Tristeza,
cambios bruscos de humor, aumento de la irritabilidad, pérdida de interés por
actividades que antes les gustaban, aburrimiento constante, aislamiento social,
problemas para dormir y/o pesadillas, pérdida de peso y/o apetito, disminución
importante del rendimiento escolar. El tratamiento de la depresión infantil
consiste en enseñar a los niños habilidades para moderar sus síntomas,
habilidades de solución de problemas para afrontar las dificultades cotidianas y
ayudarles a procesar la información de una forma más adaptativa.
ACOSO ESCOLAR

El acoso escolar se defina como una conducta agresiva que se mantiene a lo largo del
tiempo y que ejercen un@s chic@s hacia algún compañero del colegio con el fin de
hacerle daño, humillar o incomodar. En los casos de bullying se manifiesta una
relación desigual entre la víctima y el agresor, ya que la víctima es más débil o no
tiene recursos para hacer frente a la agresión pues se siente incapaz de defenderse o
de hacer algo para evitar dicho acoso. El acoso escolar puede ir desde la agresión
física y verbal hasta la exclusión social produciendo un gran nivel de sufrimiento y
consecuencias psicológicas importantes. Es difícil explicar cómo se inicia un proceso
de acoso escolar, ha pasado de ser contemplado como un fenómeno circunstancial
propio de la inmadurez de las relaciones entre niños y adolescentes a convertirse en
una cuestión altamente preocupante por la alta incidencia con que se está
produciendo. La mayoría de las veces los padres y los profesores son los últimos en
enterarse de lo que les ocurre, la vergüenza que tienen y/o el miedo a las represalias
provocan que lo oculten. De una forma u otra, hay algunos signos que te ayudarán a
detectar si tu hijo está pasando por esta situación:
 -Cambios en el comportamiento del niño.
 -Cambios de humor
 -Tristeza, llantos o irritabilidad
 -Perdida de autoconfianza
 -Disminuye el rendimiento académico
 -Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito
 -Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos
 -Pierde o se deterioran sus pertenencias escolares o personales de forma frecuente
 -Aparece con golpes, hematomas o rasguños
 -No quiere salir, ni se relaciona con sus compañeros
 -No acude a excursiones, visitas, etc…, del colegio
 -Quiere ir acompañado a la entrada y a la salida
 -Se niega o protesta para ir al colegio.
 Estos signos o síntomas no siempre indican que el niño está siendo acosado, pueden tener
su base en otro problema, pero no obstante, si notas algunas de estas señales, lo ideal es que
hables con tu hijo sin presionarle demasiado y que te mantengas al tanto de los cambios en
su comportamiento. Es importante que desde el primer momento sepa que puede contar
con tu apoyo incondicional.
Las consecuencias del acoso escolar son numerosas y graves: fracaso y dificultades
escolares, alto nivel de ansiedad, miedo a ir al colegio, déficit de autoestima, cuadros
depresivos, intentos de suicidio, autoimagen negativa, desesperanza e indefensión.
Hay ocasiones en que el acoso se extiende a Internet (ciberbullying), sobre todo cuando se
trata de adolescentes, se trata de una forma de acoso especial que puede venir acompañada
o no de la violencia física en el ámbito escolar pero que causa igualmente profundas heridas
emocionales.
DIFICULTADES DE APRENDIZAJE Y FRACASO ESCOLAR

Una de las cuestiones que más preocupan a los padres, los profesores y la sociedad en
general, es el fracaso escolar. Las causas son múltiples, estas son las más frecuentes:
Trastornos de aprendizaje: destacando en importancia la dislexia.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Factores emocionales, motivacionales e intelectuales: depresión, baja autoestima,
trastornos de ansiedad, situaciones estresantes (muerte o enfermedad de un ser querido,
abandono, separación, estilo educativo de los padres, etc.), niños con altas capacidades
(superdotado).
Déficit de habilidades, estrategias y técnicas de estudio inadecuadas.
Para resolver con éxito los problemas escolares es importante evaluar y diagnosticar la
causa de la dificultad en el aprendizaje. De este modo podemos llevar a cabo un
tratamiento individualizado ofreciendo en cada caso las estrategias más adecuadas para
conseguir unos buenos resultados. Se ha visto la importancia de dotar al niño de técnicas y
estrategias que le permitan aprender de forma eficaz a través de técnicas de estudio, con el
objetivo de desarrollar en el niño/adolescente una sensación de competencia y
afrontamiento que incidirá positivamente en su autoestima y motivación para el cambio.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un trastorno del comportamiento que se
caracteriza por síntomas de desatención, hiperactividad, impulsividad o inquietud motora. Los
síntomas que pueden aparecer en los niños que presentan este trastorno pueden ser los siguientes:
Síntomas relacionados con hiperactividad: El niño está inquieto, se retuerce en el asiento; se levanta del
asiento en situaciones en las que debería estar sentado, como por ejemplo en clase; con frecuencia corre
o salta en situaciones en las que no es apropiado; está continuamente moviéndose y tocándolo todo; le
cuesta jugar tranquilamente; habla en exceso (verborrea).
Síntomas relacionados con la impulsividad: Al niño le cuesta esperar su turno; suele interrumpir las
actividades de los demás, como por ejemplo cuando están jugando o hablando; responde antes de que
terminen de formularle una pregunta.
Síntomas relacionados con el déficit de atención: Con frecuencia no presta atención a los detalles o
comete errores por descuido en las actividades escolares; le cuesta prestar atención a las tareas escolares
o a los juegos; a menudo parece no escuchar cuando se le habla; suele dejar las tareas sin terminar y le
cuesta seguir instrucciones; se distrae fácilmente con estímulos externos; no le gusta o evita realizar
tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido, como por ejemplo tareas escolares o domésticas;
suele perder objetos como libros, lápices, juguetes, etc.
Dificultades de relación-habilidades sociales

La seguridad en uno mismo es clave para desarrollarse y crecer como persona.


En el caso de los niños y adolescentes, es fundamental que les dotemos de las
mejores herramientas para que se relacionen eficazmente consigo mismos y con
su entorno. Los problemas para relacionarnos con los demás se inician en la
infancia. Lo que se aprende de las relaciones mientras crecemos, cómo nos tratan
o lo que observábamos en las conductas de los adultos, se convierte más tarde en
una conducta. También pueden existir otros factores que puedan contribuir a
mantener esos problemas para relacionarnos como pueden ser: ser tímido; tener
baja autoestima; o incluso padecer algún tipo de trastorno de personalidad que
haga aislarte de los demás.
Para reducir los problemas en las relaciones sociales debemos buscar las
herramientas más adecuadas buscar estrategias que te ayudarán a que te sientas
mejor en tus relaciones sociales y seas capaz de disfrutar más, de conseguir más
amigos, incrementar tu autoestima y expresar tus opiniones.
Autoestima e inseguridad
La autoestima es la capacidad que tenemos de valorarnos por ser quienes somos. Un niño con una sana
autoestima no se cree mejor que nadie sino que aprende a aceptarse con sus defectos y virtudes.
Desarrollar la seguridad en uno mismo es algo muy útil para que el menor ingrese en la edad adulta con
garantías de éxito. A continuación presentamos algunos factores más frecuentes que llevan a un niño y/o
adolescente a tener una baja autoestima:
 Hijos de padres separados/divorciados que han viviendo dicha separación con mucha confusión.
 Con dificultades de aprendizaje que puedan hacer que se sientan inferiores a los demás niños.
 Los niños no pasan el tiempo que necesitarían con sus padres.
 Una excesiva protección hace que el niño no aprenda a ser autónomo y sienta que no puede sólo y/o
que no confían en él.
 Cuando se siente presionados y con miedo a no cumplir las expectativas de los demás.
 Víctimas de acoso escolar.
 Apego inseguro con sus figuras parentales.
 Sufrir rechazo por los demás hace que la inseguridad aumente.
 Los cambios hormonales ya que durante la adolescencia dan mucha importancia al aspecto físico.
 No dejarles crecer ni tomar decisiones por sí mismo.
 Fracaso escolar.
Los síntomas más frecuentes, entre otros, que pueden presentar los niños y/o
adolescentes con una baja autoestima son los siguientes:
• El niño se frustra fácilmente con cualquier reto no conseguido.
• Suelen ser pesimistas.
• Son muy críticos con ellos mismos.
• Rehuyen del contacto visual.
• Evitan contacto físico.
• Evitan situaciones sociales.
Se recomienda empezar a intervenir para solucionar el problema cuanto antes para
evitar problemas emocionales, buscar estrategias en caso se agrave buscar ayuda
profesional.
Trastornos del sueño (terrores nocturnos y pesadillas)

El sueño ocupa una parte importante en la vida del niño. Los trastornos del sueño en niños,
son frecuentes y, aunque no suelen tener consecuencias graves, son bastante molestos para
la familia. Son habitualmente provocados por circunstancias ambientales y generalmente se
remedian con breves y sencillas intervenciones terapéuticas que lleva a cabo el psicólogo
infantil e informando a los padres de sencillas técnicas para que el niño adquiera hábitos
saludables. Los terrores nocturnos aparecen normalmente a los 2 ó 3 años, pero pueden
presentarse hasta los 12 años. Durante estos episodios el niño experimente momentos de
llanto intenso y miedo, mostrándose agitado, angustiado y con dificultades para conciliar el
sueño. Los niños que experimenta terrores nocturno no suelen recordar nada de lo
sucedido. Generalmente suelen resolverse de forma espontánea, pero cuando no es así, será
necesario realizar un tratamiento psicológico para abordar los problemas que pueden estar
generando tensión en el niño como problemas en casa, problemas en el colegio, etc.
Problemas de alimentación

Los trastornos de alimentación son cada día más frecuentes y preocupantes en nuestra sociedad,
sobre todo porque suelen aparecer en edades muy tempranas, durante la adolescencia y la
juventud. La familia tiene un papel fundamental para la prevención, detección y tratamiento de
estas enfermedades. En nuestra sociedad ha aumentado la preocupación por el aspecto físico,
convirtiéndose la delgadez en el ideal de belleza. Por ello es tan importante que enseñemos a
nuestros hijos a valorarse por cualidades distintas al físico, como la generosidad, la empatía, las
habilidades sociales, etc. Para que una persona desarrolle un trastorno de alimentación deben
darse una serie de factores relacionados con características psicológicas de cada individuo, el
contexto familiar y social, acontecimientos vitales, etc Si creemos que alguien de nuestro entorno
puede estar padeciendo algún tipo de trastorno alimenticio, lo mejor es que lo hablemos con esa
persona, intentando en todo momento ponernos en su lugar y tratando de entender sus miedos y
preocupaciones. También es muy importante que recibamos información de profesionales para
poder ayudar a estas personas y prestarles nuestro apoyo para que acudan a los profesionales que
le van a ayudar a superar esta enfermedad.
Trastornos del desarrollo

Un trastorno de desarrollo muestra un retraso a nivel físico, cognitivo o mental. A


continuación aparecen los más comunes: ? Autismo. El niño tiene problemas con la
interacción social y en ocasiones puede mostrar algo de retraso mental. ? Trastorno por
déficit de atención con hiperactividad. Es un trastorno del comportamiento que se
caracteriza por síntomas de desatención, hiperactividad, impulsividad o inquietud
motora. ? Síndrome de Tourette. Es un trastorno neurológico caracterizado por
movimientos involuntarios repetidos (tics). ? Problemas de comportamiento. Los
problemas de conducta pueden comenzar cuando el niño muestra hostilidad y
agresividad hacia personas de su entorno o cosas. ? Enuresis. Cuando el niño no
controla sus esfínteres y dada la edad que tiene debería controlarlo. Dependiendo del
trastorno la causa puede ser neurológica, que se puede solucionar en muchas ocasiones
con la medicación adecuada, o consecuencia de alguna experiencia que haya podido
influir en el desarrollo del niño.
Trastornos del Lenguaje

Los trastornos del lenguaje son problemas que se detectan rápidamente por
padres y profesores en el medio escolar. Estas deficiencias del habla o del lenguaje
deber ser tratadas para recuperar un estadio comunicacional normal en el niño.
Dentro de los trastornos del lenguaje, la tartamudez o disfemia es un trastorno
del lenguaje que se caracteriza por repeticiones frecuentes o prolongaciones de
sonidos o sílabas, así como otras alteraciones en la fluidez del habla tales como
pausas dentro de una palabra, bloqueo silencioso o sonoro, sustitución de ciertas
palabras por otras que se evitan, interjecciones, excesiva tensión física al
pronunciar determinadas palabras y repeticiones de monosílabos. El inicio de la
tartamudez se produce generalmente entre los dos y los siete años. Algunos niños
sufren durante algunos meses alteraciones en el habla que se resuelven de forma
espontánea. Si consideras que tu hijo necesita ayuda y un tratamiento no dudes
en buscar ayuda de profesionales.
PROBLEMAS COMUNES EN LA NIÑEZ:

- BULLYING
- HOGARES DISFUNCIONALES
- MALTRATIO INFANTIL
- TRABAJO INFANTIL
¿Qué es el bullying en los niños?

La conducta bullying se define como la violencia


mantenida, física o mental, guiada por un individuo en
edad escolar o por un grupo, dirigida contra otro
individuo también en edad escolar que no es capaz de
defenderse a sí mismo en esta situación, y que se
desarrolla en el ámbito escolar.
¿Qué es el bullying y cuáles son sus consecuencias?

El bullying o acoso escolar hace referencia al maltrato


psicológico, físico o verbal que se da entre escolares,
tanto dentro del aula como en redes sociales
(ciberbullying). Suele darse durante un tiempo
prolongado.
¿Qué es el bullying en resumen?

Bullying significa acoso escolar y es una conducta


repetitiva e intencional, por cualquier medio, por
la que (un alumno) pretende intimidar, someter,
amedrentar y/o atemorizar, emocional o físicamente, a
la víctima (otro alumno), ya sea dentro de las
instalaciones de una institución educativa o fuera de
ella.
¿Cuáles son las consecuencias para el agresor del bullying?

Consecuencias para el agresor


Bajo rendimiento académico, fracaso escolar y rechazo a la
escuela.
Muchas conductas antisociales y delictivas.
Dificultades para el cumplimiento de normas.
Relaciones sociales negativas.
Extroversión.
Autoconcepto negativo pero alta autoestima y nula auntocrítica.
Falta de empatía.
¿CÓMO COMBATIR EL BULLYING?

Padres de niños acosados


Observe la actitud de su hijo para detectar señales de acoso: No siempre los niños
son propensos a decir que los están intimidando. Entre las señales de que un niño está
siendo acosado figuran: ropa desgarrada, temor a ir a la escuela, disminución del
apetito, pesadillas, llanto o depresión y ansiedad general. Si descubre que su hijo es
objeto de acoso, no recurra a frases como “no le hagas caso” ni “aguanta sin quejarte”.
Por el contrario, sostenga conversaciones abiertas en las que pueda enterarse de lo que
ocurre en la escuela con el fin de tomar medidas apropiadas para rectificar esa
situación. Pero esto es lo más importante: hágale saber a su hijo o hija que está
dispuesto a ayudarle y que no intente contraatacar al acosador.
Maestros y administradores escolares

Estar informados y alertas: Los maestros y administradores deben estar conscientes


de que si bien el acoso ocurre generalmente en sitios como los baños, el patio de
juegos, los pasillos llenos de personas y los autobuses escolares, además sucede con
teléfonos celulares y computadoras (donde existe poca o ninguna supervisión); debe
ser tomado muy en serio. Los maestros y administradores deben enfatizar que
informar no es delatar. Si un maestro observa un caso de intimidación en el aula, debe
intervenir inmediatamente para impedirlo, reportar el incidente e informar a los
administradores escolares correspondientes para que sea investigado. No es
recomendable realizar una reunión conjunta con el acosador y el acosado, pues sería
vergonzoso e intimidaría enormemente al estudiante que ha sido objeto del abuso.
¿Qué es una familia disfuncional?

La familia disfuncional es aquella que emplea pautas


insanas para relacionarse, y ello conlleva un deterioro
claro de la salud mental o física de sus miembros. Esto
ocurre, en muchas ocasiones, porque los padres atraviesan
situaciones problemáticas que no llegan a resolver y se
perpetúan en el tiempo
¿Cómo afecta a los niños una familia disfuncional?

Este tipo de conflictos pueden generar un gran deterioro en la salud mental,


que afecta a los miembros del grupo familiar, lo que impide, que especialmente
los niños, crezcan de una forma adecuada, física y emocionalmente, en ese
sentido, como no se satisfacen las necesidades básicas de afecto, los mismo
integrantes de la familia no tienen empatía y existen constantemente malos
trato, situación que afecta a los niños.
En términos generales, podríamos afirmar que el entorno familiar puede facilitar
o dificultar el desarrollo psicológico del niño. Muchos de los problemas en el
mundo comienzan en una familia disfuncional, por esta razón si se siente
identificado, trate de hablar con cada miembro que integra su núcleo familiar , y
pidan apoyo profesional.
¿QUÉ ES EL MALTRATO INFANTIL?

El abuso infantil es un patrón de maltrato o


comportamiento abusivo que se dirige hacia el niño y que
afecta los aspectos físico, emocional y/o sexual, así como
una actitud negligente hacia el menor, a partir de la cual
se ocasiona amenaza o daño real que afecta su bienestar y
salud.
 El maltrato infantil adopta distintas formas, que suelen presentarse al mismo tiempo.

Maltrato físico. El maltrato físico infantil se produce cuando alguna persona, de manera
deliberada, daña o pone en riesgo la integridad física de un niño.
Abuso sexual. El abuso sexual infantil es toda actividad sexual con un niño, como tocar, tener
contacto oral-genital, mantener relaciones sexuales, explotarlo sexualmente o exponerlo a
material pornográfico.
Maltrato emocional. El maltrato emocional infantil supone atacar la autoestima o el bienestar
emocional del niño. Comprende los ataques verbales y emocionales, como desvalorizar y
reprender continuamente al niño, al igual que aislarlo, ignorarlo o rechazarlo.
Maltrato médico. El maltrato médico infantil se produce cuando alguien brinda información
falsa sobre una enfermedad en el niño que requiera atención médica, sometiéndolo a un riesgo de
sufrir lesiones y recibir atención médica innecesaria.
Abandono. El abandono infantil consiste en no proporcionar alimentos, refugio, afecto,
supervisión, educación o atención médica o dental adecuados.
En muchos casos, el maltrato infantil es perpetrado por una persona conocida y de confianza del
niño; a menudo es uno de los padres u otro familiar. Si tienes sospechas de que un niño puede ser
víctima de maltrato, infórmalo a las autoridades correspondientes.
Síntomas
Los niños maltratados quizás se sientan culpables, avergonzados o confundidos. Es posible que
teman contar a los demás sobre el maltrato, en especial si quien los maltrata es uno de los padres,
otro familiar o un amigo de la familia. Es por ello que hay que estar atento a las señales de
alarma, tales como las siguientes:
• Aislamiento de los amigos o las actividades de rutina
• Cambios en el comportamiento, como agresión, enojo, hostilidad e hiperactividad, o cambios
en el rendimiento escolar
• Depresión, ansiedad o miedos inusuales, o una pérdida repentina de la confianza en sí mismo
• Aparente falta de supervisión
• Ausencias frecuentes en la escuela
• Rechazo a irse de las actividades escolares, como si no quisiera ir a casa
• Intentos de huir de casa
• Comportamiento rebelde o desafiante
• Daño a sí mismo o intento de suicidio
Los signos y síntomas específicos dependen del tipo de maltrato y pueden variar. Ten en cuenta
que los signos de alarma son solamente eso, signos. La presencia de tales signos de alarma no
implica necesariamente que exista el maltrato.
Signos y síntomas de abuso físico
• Lesiones inexplicables, como moretones, fracturas o quemaduras
• Lesiones que no coinciden con la explicación dada
Signos y síntomas de abuso sexual
• Comportamiento o conocimiento sexual inapropiado para la edad del niño
• Embarazo o una infección de transmisión sexual
• Sangre en la ropa interior del niño
• Declaraciones de que sufrió abuso sexual
• Contacto sexual inapropiado con otros niños
Signos y síntomas de maltrato emocional
• Desarrollo emocional tardío o inapropiado
• Pérdida de la confianza en ti mismo o de la autoestima
• Aislamiento social o pérdida del interés o el entusiasmo
• Depresión
• Evitar ciertas situaciones, como negarse a ir a la escuela o tomar el autobús escolar
• Búsqueda desesperada de afecto
• Bajo desempeño escolar o pérdida de interés en la escuela
• Pérdida de las habilidades de desarrollo previamente adquiridas
Signos y síntomas de la negligencia
• crecimiento deficiente, o aumento de peso o sobrepeso;
• higiene deficiente;
• falta de ropa o suministros para satisfacer las necesidades físicas;
• tomar alimentos o dinero sin permiso;
• ocultar alimentos para más tarde;
• registro de asistencia escolar deficiente;
• falta de atención adecuada de problemas médicos, dentales o psicológicos o falta de una atención de seguimiento
necesaria;
Comportamiento parental
A veces, el comportamiento o la conducta de los padres envía señales de advertencia sobre el
abuso infantil. Las señales de advertencia incluyen a un padre que:
• Muestra poca preocupación por el niño
• Parece incapaz de reconocer la angustia física o emocional del niño
• Culpa al niño por los problemas
• Constantemente menosprecia o reprende al niño, y describe al niño con términos negativos,
como “inútil” o “malvado”
• Espera que el niño le brinde atención y cuidado, y parece estar celoso de que otros miembros
de la familia reciban atención del niño
• Ejerce una disciplina física dura
• Exige un nivel inadecuado de rendimiento físico o académico
• Limita duramente el contacto del niño con los demás
• Ofrece explicaciones conflictivas o no convincentes para las lesiones del niño o no ofrece
ninguna explicación en absoluto
Los expertos en salud infantil condenan el uso de la violencia en cualquier forma, pero algunas
personas siguen utilizando el castigo corporal, como los azotes, como una forma de disciplinar a
los hijos. Cualquier castigo corporal puede dejar cicatrices emocionales. Los comportamientos de
los padres que causan dolor, lesiones físicas o traumas emocionales, incluso cuando estos tienen
lugar en nombre de la disciplina, pueden ser abuso infantil.
GRACIAS
TRABAJO SEMANAL

- CON EL MATERIAL PROPUESTO Y EL TUYO, ELABORA


UNA EXPOSICION DEL TEMA TRATADO
- FECHA DE EXPOSICIÓN MIERCOLES 21 DE JULIO

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