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El poder de las historias Estrategias discursivas

Inteligencias duplicadas
+ A cada tipo de inteligencia corresponde un tipo de lenguaje

El lenguaje de la razón: objetivo, definidor, analítico, lógico,


cerebral
El lenguaje de la totalidad: imagen, metáfora, el símbolo-
El lenguaje más persuasivo es el
destinado a la inteligencia emocional.
PODER DE LAS HISTORIAS
+ Introducir nuevos modos de relacionar la información
+ Debilitar el consciente el sistema de creencias y potenciar el
pensamiento inconsciente
+ Reencuadrar las situaciones en escenarios con otros significados
+ Convertir el problema o síntoma en un objeto, animal, planeta
+ Localizar y cambiar formas de percibir
Utilidades
+ No implican una amenaza para el sistema de creencias de quien
nos escucha
+ Captan el interés del oyente
+ Pueden ser utilizadas para eludir la natural resistencia al cambio
+ Fomentan la independencia del individuo
Miniconferencia
+ Contextualización: ubicar al espectador en un contexto de
enseñanza especifico (tema, enfoque)
+ Historia: contar la historia como parte del tema. Narrar la historia
no leerla.
+ Isomorfismo: Establecer relaciones entre la historia y la vida real y
aquello que se quiere enseñar. Dirigir el relato a la situación
deseada.
Cómo comenzar una conferencia
La primera manera es comenzar con una historia.
La historia debe ser completa, breve, no más de dos minutos de duración y que haga al público identificarse con lo relatado. Para ello la temática de la
misma debe ser universal y reflejar situaciones permanentes y será esencial que lo contado tenga un nexo de unión claro y relevante sobre lo que
nosotros queremos contar.

La segunda es comenzar con un dato estadístico.


Debe de ser un dato objetivo, irrefutable, inusual y que pueda confrontar el conocimiento de la audiencia, provocando la duda, la curiosidad o la
sorpresa.

La tercera es comenzar con una cita histórica.


Se puede poner foco en la cita, en el autor o en su contexto histórico. Al igual que el dato estadístico deberá provocar duda, sorpresa, curiosidad o
reflexión en la audiencia. Es fundamental que este contextualizada con el resto de nuestra intervención.

Y la cuarta es comenzar con una pregunta.


Tiene que ser una pregunta poderosa, que remueva al público que le haga pensar, tendremos la opción de realizar una pregunta retórica que
responderemos nosotros mismos. Preguntar directamente al público en un primer momento no es del todo recomendable pues nos podemos encontrar
sin respuestas y un silencio incómodo.
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