26 de febrero de 2021 1.- El texto: Mateo Mt 5,13-16 Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se salará? Ya no sirve para nada, sino para tirarla fuera y que la pisen los hombres. Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de una montaña. Tampoco se enciende una lámpara de aceite para cubrirla con una vasija de barro; sino que se pone sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille su luz delante de los hombres de modo que, al ver sus buenas obras, den gloria a su Padre que está en los cielos. 2.- El contexto La enseñanza de Jesús sobre los discípulos como sal y luz de la tierra forma parte del llamado sermón del monte que, en el evangelio de Mateo, constituye el bloque literario que va de 5,1 a 7,29. El evangelista coloca los vv. 13 al 17 del capítulo 5, después de las bienaventuranzas y antes de sus precisiones sobre la ley mosaica. Pretende mostrar, por un lado, que la manera de ser sal de la tierra y luz del mundo es teniendo en cuenta la realización de las bienaventuranzas y, por otro lado, diferenciándose por su manera de concebir la práctica de la ley recibida de Israel. Mateo busca presentar la identidad del nuevo pueblo de Dios, representado por los primeros cuatro del grupo de los doce, que serán sus discípulos más cercanos (cfr. Mt 4,18- 22), y el resto de sus seguidores (Cfr. Mt 4,25). En nuestro caso particular, nosotros llevaremos a cabo una contextualización de la enseñanza de Jesús al ámbito educativo basándonos en su actitud de maestro (Mt 5,2) que enseña contracorriente: “oyeron que… pero yo les digo…” (Mt 5,21.27.31.33.38.43, etc). 3.- Qué dice el texto
En el texto encontramos dos realidades de la vida cotidiana: la
sal y la luz, con sus respectivas finalidades y dos situaciones contrarias a las mismas, aparentemente ilógicas, que representan lo que no debe suceder con los discípulos: perder la identidad u ocultarla con la consecuencia de no cumplir su función en el mundo.
La identidad de los discípulos
Ustedes son la sal de la tierra. La sal sazona, preserva de la descomposición y también puede tener funciones terapéuticas. Esto lo sabe cualquier persona que tenga un poco de experiencia en la cocina. Jesús diciendo a los discípulos: ustedes son… afirma que ellos cumplen esa función con respecto a la tierra. - Ustedes son la luz del mundo. La luz posibilita la visión y la realización de las actividades “cuando llega la noche”. En cierta manera, podría decirse que prolonga el día, es el día. Su simbolismo está asociado al de la lámpara y el candelabro que posibilitan su irradiación a un espacio más amplio. La luz también es expresión de la realidad inmaterial y simboliza la realidad espiritual de Dios. La misión de los discípulos.
De acuerdo al dicho de Jesús, los discípulos cumplen una misión universal, esto se deriva de la equiparación de la tierra con el mundo: la sal es a la tierra lo que la luz es al mundo. Ambas representan la identidad de los discípulos y su misión. Jesús no compara a los discípulos con la sal o la luz, sino que los identifica con ellas y la función que desempeñan. Mediante la vivencia de las bienaventuranzas y yendo más allá de lo especificado por “la ley”, practicando cuanto les ha enseñado Jesús, los discípulos serán “sal de la tierra” y “luz del mundo”. De ese modo, los hombres darán gloria al Padre de los discípulos, y de todos los hombres, “que está en los cielos”. 4.- ¿Cómo ser sal de la tierra y luz del mundo en nuestra realidad educativa?
La Pastoral Educativa de la Diócesis de Granada está llamada a ser sal de la tierra y luz del mundo mediante “una pedagogía del encuentro, del discernimiento, del acompañamiento y del testimonio” (Vayan y Enseñen, 34). Esta pedagogía propone como tareas prioritarias de la Pastoral Educativa en América Latina y, por lo mismo, en Nicaragua: el acompañamiento de los procesos educativos, la participación en ellos de los padres de familia, y la formación de los docentes. La Pastoral Educativa será Luz del mundo y Sal de la tierra en la medida en que ponga en práctica la pedagogía de Jesús Maestro (Cfr. Lc 24): – que se acerca existencialmente al otro, – que sabe adaptarse a los procesos personales (pedagogía de la humildad y de la paciencia), – que reconoce y valora la riqueza y la experiencia de los otros, – que manifiesta una actitud de escucha, – que instruye, – que educa en la libertad responsable, – que acompaña en la definición del proyecto existencial, – que –en cada comunidad– descubre y disfruta de la multiplicidad y diversidad de los talentos y carismas personales, – que enseña iluminando con la Palabra y el testimonio de vida (Vayan y enseñen 36). Para ser Luz del mundo y Sal de la tierra, la Pastoral Educativa en la Diócesis de Granada debe:
- promover la formación integral de la persona teniendo su
fundamento en Cristo, con identidad eclesial y cultural, y con excelencia académica. - impulsar una educación de calidad para todos, y a todos los niveles, especialmente para los más pobres. - Legitimar y salvaguardar la libertad de educación ante el Estado y el derecho a una educación de calidad de los más desposeídos. - Rescatar la identidad católica de nuestros centros educativos por medio de un impulso misionero valiente y audaz, de modo que llegue a ser una opción profética plasmada en una Pastoral de la Educación Participativa. - Generar solidaridad y caridad con los más pobres (cfr. Aparecida 334 y 337).