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Poderosa Sangre de Cristo

Oh Mi Adorado Jesucristo,
infinito ser bondadoso, piadoso,
humilde y guerrero,
luchador de batallas terrenales y espirituales
en contra de Satanás. 
Ciertamente bajo la voluntad de Dios sanaste
y curaste  de enfermedades a quienes
estaban desahuciados,
de igual manera recibiste
a quienes moribundos se encontraban,
y trajiste de la muerte
a quienes sin vida se hallabann 
Por eso hoy recurso a tu gran poder de Sanación,
para que la Sangre Santificadora de Cristo,
libere de enfermedades y males del cuerpo
a todos aquellos seres que han caído en derrota
ante padecimientos y malestares. 
Por ello, permite que la sanidad toque sus vidas,
que sus cuerpos estén libres de enfermedad
y que también se fortalezca la fe
para que la oración constante
los haga cada vez más sanos y fuertes
ante las penumbras de la vida.
 
Además santifica los cuerpos
y las almas de la humanidad
que carece de fe en Dios,
 para que cuando vean tu milagrosa bondad,
se conviertan en testigos
del amor que nos profesas.
 
Igualmente cancela las dolencias
de los cuerpos débiles y caídos,
por favor sella todo dolor
y frustración de su espíritu
y hazlos hijos obedientes
ante los ojos de Dios. 
Honorable Jesucristo que tu Santa Sangre
libra de enfermedades al mundo,
que las pestes, las pandemias, los virus,
y las dolencias desaparezcan de la faz de la tierra
además que la sanidad toque los cuerpos y las almas
de todos los que te adoren.
Jesús de la Misericordia, Padre
Dios de la eternidad, tu que expresaste
tu amor tan infinito, a esta humanidad.
 
Decidiste dar ese amor tan grande,
tan bondadoso e infalible,
para que nosotros tuviésemos,
misericordia y perdón de pecados. 
Amaste a esta humanidad desde el
principio, recibes con olor grato nuestra
obediencia, los cielos se regocijan.
 
Cuando tus hijos te adoran,
para entonces dar alabanzas a tu nombre.
 
Señor Jesús quiero pedirte,
sanidad, que pongas tu mano sanadora,
en cada persona que este padeciendo,
sea cual sea la enfermedad. 
Acudimos a ti porque sabemos de tu
poder, sabemos que por tus llagas somos
sanados, que en la cruz obtuvimos
sanidad, siendo nosotros indignos. 
Eres admirable, tu poder no tiene
comparación, así como sanaste al ciego,
cuando por la fe fue sanada,
aquella mujer del flujo de sangre. 
Trajiste sanidad a tu pueblo,
así mismo quiero que en este tiempo,
hagas estas mismas señales, que el
mundo vea que eres Dios de poder. 
Danos hoy Señor la dicha,
de poder acercarnos más a ti,
que podamos ser dirigidos,
y muéstranos el camino. 
Ese camino de amor y paz,
que nos guía a ti. 
No nos dejes caer en la duda,
regálanos cada día más,
la seguridad que necesitamos,
para que nuestra fe sea mayor. 
Nuestras oraciones,
en todo momento, están hechas
con humildad, pidiendo nos acobijes bajo
tus alas, así mismo seamos protegidos.

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