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EXPLOTACION HUMANA Y

CONSERVACION

Interacción entre el hombre y el resto de la


naturaleza:
Los humanos siempre han establecido estrechas relaciones
positivas y negativas, con animales y plantas.
Desde el principio dependemos de ellos como alimento, vestido, abrigo y herramientas.
A su vez fuimos presa de grandes carnívoros y hospedadores de una serie de parásitos.
Las primitivas tecnologías permitieron a los cazadores un
mayor éxito en la explotación de los animales, conduciendo
a algunos de ellos, como por ejemplo a los mamíferos del
Pleistoceno, a la extinción.
Después domesticamos algunas plantas y animales,
permitiéndonos formar unidades sociales más grandes e
interdependientes.
Algunas especies animales resultaron ser competidores o una amenaza para los animales y plantas domesticas.
Algunas especies de plantas invadieron los nuevos hábitats
que les proporcionaron los campos para la agricultura y
entraron en competencia con los cultivos.
Las crecientes poblaciones humanas y los cambios
culturales exigieron una mayor explotación de los recursos.
Los bosques fueron talados para obtener materiales de construcción para las ciudades, barcos y ejercito .
Se dio muerte a los grandes mamíferos para ser utilizados como alimento y su número
disminuyo en círculos cada vez mas grandes alrededor de los núcleos de población
humana.
Otros animales, incapaces de sobrevivir en hábitats alterados o empobrecidos, desaparecieron.
Junto con esta dependencia y enemistad creció una relación
cultural hacia las plantas y animales.
Mamíferos tales como el oso de las cavernas, el lobo y el gato, y vegetales como el
roble y la azucena se convirtieron en símbolos religiosos y objetos de veneración.
Incluso en medio de la alta tecnología persiste esta relación simbólica en
nuestro uso de los animales como símbolos estatales y nacionales y como
nombres y mascotas de los equipos deportivos.
Animales y plantas han influido en el desarrollo del teatro, el arte, el baile y la medicina.
A pesar de esta compleja relación.
Solo recientemente un segmento de la población humana
se ha dado cuenta de que las poblaciones naturales con las
que compartimos la tierra están disminuyendo rápidamente
debido a la sobre-explotación , perdida de hábitats y
envenenamiento de sus ambientes naturales .
Por razones económicas, estéticas o morales, y a consecuencia de la
supervivencia humana a largo plazo, esta gente ha empezado a gestionar y
conservar las poblaciones salvajes.
Abordan el problema de tres maneras distintas:

1. Manteniendo las poblaciones de animales y plantas


explotadas.
2. Aumentando las poblaciones de otras especies en peligro de extinción.
3. Reduciendo las poblaciones de aquellas especies que son consideradas como
perjudiciales para los intereses humanos.
CONSUMO DE ALIMENTOS POR EL HOMBRE.

El consumo de alimentos por el hombre se hace con el fin de


satisfacer una necesidad biológica en primera instancia.
Adicionalmente, el hombre obtiene y consume alimentos
para satisfacer necesidades psicológicas y sociales
La alimentación es un proceso natural, es una realidad que confronta el individuo constantemente.
Antiguamente, la selección de los alimentos que
conformaban la dieta se hacía cumpliendo los lineamientos
dictados por las diferentes cocinas tradicionales.

 
Estos lineamientos establecían los productos considerados comestibles así
como las combinaciones de alimentos y sabores permitidos en cada cultura.
La concentración de grandes masas de población en
ciudades generó la necesidad de producir mayor cantidad
de alimentos.
La distribución de la producción a los centros de consumo requirió
el desarrollo de procesos industriales para evitar el deterioro de los alimentos.
El desarrollo tecnológico de los medio
de comunicación facilitó la influencia de culturas foráneas,
debilitándose la cocina autóctona.
El ritmo de vida que se desarrolla en las grandes ciudades en muchos casos, limita
el tiempo disponible para la adecuada selección, preparación y disfrute de los alimentos.
Ahumado esto al conocimiento actual que relaciona los patrones de
consumo de alimentos con los patrones de padecimiento
de enfermedades en las diferentes poblaciones, frecuentemente el
individuo esta frente a una situación que no le favorece al intentar
mantener un estado de salud adecuado que le permita mantener en el
presente y en el futuro la calidad de vida.
La nutrición ha pasado de ser un tema de interés exclusivo
de los nutricionistas, a ser un tema que recibe la atención de
gran porción de la población.
En forma progresiva vemos cada vez más, la aplicación de la
ciencia y tecnología de los alimentos en la vida rutinaria de la persona.
Los medios de comunicación le dedican una gran espacio a  temas  referentes a la  alimentación y nutrición.
Comer bien y sentirse saludable se ha convertido en una meta importante en nuestra sociedad.
La realidad actual requiere una participación activa y
consciente del individuo ante las diferentes alternativas para
la alimentación que se le presentan diariamente.
El estudiante debe aprender a adecuar el conocimiento contemporáneo en alimentación y
nutrición con las
necesidades de su entorno psicológico, social y económico.
Esto redundará en un mayor bienestar personal y con seguridad facilitará su integración global a la sociedad.
CARACTERISTICAS ECOLOGICAS ASOCIABLES A LA ESPECIE HUMANA

1.- Interacción entre el hombre y el resto de especies.


sucesión y regresión. Teoría de las perturbaciones.
2.- Algunas características ecológicas asociables a la especie humana. Consumo de
alimentos. Transporte. Metabolismo externo. Contaminación. Enfermedades. Dinero.
3.- Explotación. Formas de explotación: forestal, agrícola, ganadera,
minera, pesquera. Efectos de la explotación sobre los ecosistemas.
4.- Contaminación. Formas de contaminación: orgánica, química, radiactiva, térmica.
Efectos de la contaminación sobre los ciclos biogeoquímicos.
CONSERVACION DE LOS RECURSOS NATURALES.

La conservación de los recursos naturales es de


fundamental importancia para mantener la base productiva
del país y los procesos ecológicos esenciales que
garanticen la vida.
En lo referente a los recursos naturales no renovables o agotables, se deben tener en
cuenta dos aspectos fundamentales:
Evitar el despilfarro. O sea, reservar recursos suficientes
para el futuro. Con demasiada frecuencia, y por la urgencia
de obtener ganancias, no se planifica un uso prudente de
estos recursos, con una visión hacia el futuro.
Evitar que su uso tenga consecuencias negativas para el medio ambiente, el hombre y otros recursos.
Este aspecto se refiere esencialmente a evitar la contaminación ambiental .
Con frecuencia , los impactos sobre el ambiente y otros
recursos naturales (agua, aire ,suelo ,diversidad
biológica)son tan intensos que disminuyen la rentabilidad a
futuro por la explotación de los recursos no renovables
En lo referente a los recursos naturales renovables, las
prioridades deben estar orientadas a mantener la base
productiva mediante un manejo de los mismos, que implica
utilizarlos con prácticas que eviten el deterioro y regenerar
los que están degradados.
En este sentido, es de altísima prioridad en el país:

1.-Manejar los recursos marinos y evitar la explotación


irracional que reduzca los stocks disponibles .Casos como
la sobre explotación de la anchoveta y la reducción
drástica de las poblaciones de lobos marinos y aves
guaneras no deben repetirse. El mar y sus recursos son una
fuente inagotable de alimentos y recursos, si se manejan
técnicamente.
2.-Manejar los recursos hidrobiológicos de las aguas continentales
son de alta prioridad el manejo del camarón de rio en la costa, los
espejos de agua de la sierra y los recursos pesqueros en la
amazonia .El desarrollo y la difusión de técnicas de acuicultura y el
control de la contaminación de las aguas son de suma importancia
para el futuro.
3.-La conservación de las tierras agrícolas es una de las necesidades más urgentes
por su escasez y los procesos de deterioro en curso, que están comprometiendo la
seguridad alimentaria.
4.-La conservación del agua, especialmente en la costa, en las vertientes
occidentales y en la sierra es otro aspecto de extrema urgencia. El manejo
del agua debe tener dos aspectos prioritarios:
-El manejo integral de las cuencas.
-El control de la contaminación ambiental.
5.-La conservación de la cobertura vegetal en la costa y la sierra es
no menos urgente .En estas regiones se hace necesario contar con
agresivos programas de reforestación, de urgencia para la
conservación de las cuencas y para generar recursos forestales a
futuro. El manejo de las pasturas alto andinas es extremadamente
urgente para evitar la erosión.
6.-El ordenamiento o zonificación del espacio en la selva alta y en la selva
baja, para el uso ordenado de los recursos y la protección de las
comunidades indígenas. Aquí prevalece un desorden muy peligroso, que es
causa de tensiones y de despilfarro de recursos.
7.-La conservación de la diversidad biológica de las especies, los
recursos genéticos y los ecosistemas representativos es una
necesidad impostergable. El Perú no puede seguir perdiendo sus
recursos vivos, que son fuente de beneficios económicos (alimentos,
turismo, cultivos, materias primas, medicinas, etc.), cultural y científica.
ACCION DEL HOMBRE SOBRE LA EVOLUCION DE LAS
ESPECIES.
Durante el florecimiento de las especies de antropoides que
precedieron a los seres humanos actuales y en el transcurso
de muchos milenios de la presencia de la especie humana
moderna en la Tierra.
El hombre fue un animal omnívoro más, incorporado en la trama de los
ecosistemas naturales, en los que sobrevivía como cazador de aves y
mamíferos y recolector de partes vegetales comestibles y animales
pequeños, y aunque la idea nos repugne ahora, también de carroña.
En este nivel de desarrollo de las sociedades humanas la
densidad de población de las áreas colonizadas por el
hombre era muy baja y el efecto de sus actividades sobre la
estructura y composición de las comunidades naturales,
intrascendente.
Actualmente aún subsisten pequeños grupos humanos para los cuales la caza y
recolección tienen un lugar importante en la dieta, pero su número es insignificante.
Un buen ejemplo de esto lo encontramos en la región amazónica en Sudamérica. (shiwiar- entre Perú y Ecuador)
La antropóloga norteamericana Betty Meggers (1976) ha
descrito con detalle la forma de subsistencia y organización
social de varios grupos indígenas.
Estos grupos en todos los casos conocen y practican la
agricultura en mayor o menor escala , depende también en
forma significativa de los recursos que se les ofrece el
ecosistema natural en el que se han establecido , aunque la
alteración de este ha sufrido y ha sido mínima.
En nuestra visión de la historia de la humanidad se nos ha
enseñado a considerar el descubrimiento de la agricultura y
la domesticación de algunos animales como grandes
avances en el desarrollo de las sociedades humanas.
Pero hay algunos investigadores que no están totalmente de
acuerdo con este punto de vista y basan su argumentación en
criterios ecológicos y de salud humana, y opinan que esos
descubrimientos marcaron el principio de la destrucción de las
comunidades, la erosión acelerada de los suelos, la extinción
inducida de especies.
Y en último término, permitieron la explosión demográfica, que llevó a la especie
humana de decenas o centenas de miles a miles de millones de individuos, lo
que constituye una amenaza para la misma sobrevivencia de la especie .
En relación con el efecto de la agricultura y la ganadería
sobre la salud humana, Jared Diamond (1987)

Jared Mason Diamond es un


geógrafo y escritor
estadounidense de literatura
científica, biólogo, fisiólogo
evolucionista y biogeógrafo.
Doctor por la Universidad de
Cambridge, Reino Unido. 
Comenta que la dieta de los cazadores y recolectores
era considerablemente más saludable y variada que la
de los agricultores, de manera que muchas de las
enfermedades que aquejan al hombre sedentario,
como obesidad, diabetes, ateroesclerosis, artritis,
algunos tipos de cáncer, estreñimiento, etc.
Son consecuencia de la escasa diversidad de alimentos que la agricultura
produce en muchos lugares, de la riqueza en carbohidratos y grasas frente a
la pobreza en fibras, vitaminas y minerales de muchas de las plantas y
animales domesticados.
Hasta los grandes descubrimientos de la medicina moderna ocurridos
en el último siglo, la esperanza de vida de la población humana no era
significativamente diferente de la de algunos pueblos cazadores y
recolectores, cuya vida resultaba mucho más llena de peligros en otros
aspectos que la del hombre sedentario moderno.
Con el desarrollo de la agricultura y la domesticación de
algunas especies se inicia el incremento demográfico en
regiones localizadas del planeta y el desarrollo de las
sociedades urbanas, en las que parte de sus miembros está
desligada de la obtención y producción directa de los
alimentos, y en este momento histórico se inicia
irremediablemente la transformación extensiva de las
comunidades naturales y la extinción de especies.
Es posible que la extinción de especies animales haya incluso precedido al desarrollo de la agricultura extensiva.
En el continente americano la colonización por grupos humanos procedentes de
Asia se inició hace alrededor de 30,000 años.
En ese momento aún existía en América una fauna de mamíferos
ungulados (con pezuñas), proboscídeos (elefantes), edentados
(armadillos) y de otros grupos, no sólo diversa sino de gran talla.
Se ha encontrado que existe una relación directa entre el
avance de la colonización humana de norte a sur a lo largo
del continente y la desaparición de muchas de estas
especies hacia finales del Pleistoceno (hace 10,000 años),
las que ahora sólo encontramos como fósiles, a veces con
una abundancia notable, como en ciertas zonas del Valle de
México.
Se calcula que en ese periodo del Pleistoceno se extinguieron 34
géneros de grandes mamíferos y una especie grande de reptil en
Norteamérica, o sea, el 71% de los animales de gran talla. la
desaparición de gran parte de los grandes mamíferos en América es
posiblemente la primera extinción masiva de especies cuya causa
puede asociarse al hombre (Mosimann y Martin, 1975; Kurten, 1988).
Sin embargo, en el continente africano, en el que la
relación hombre fauna se estableció desde el origen
mismo de la especie humana, el efecto de hombre sobre la
fauna parece haber sido también muy grande hace
alrededor de 50,000 años, cuando una cultura homogénea
de cazadores muy eficientes se extendió por África.
Después de ese periodo, en el que desapareció el 39% de las grandes
especies de mamíferos de ese continente, el número de animales
grandes se ha mantenido relativamente estable hasta épocas recientes,
en equilibrio con la población humana (Martin, 1966).
Puede decirse que terminaron por generarse relaciones de
convivencia y explotación que no dieron origen a una
extinción masiva posterior.
Algo similar ocurrió en América entre las tribus nómadas de
las praderas y las gigantescas manadas de bisontes que ahí
existieron hasta la llegada de los europeos.
Sin embargo, en regiones más densamente pobladas y culturalmente
más avanzadas de Mesoamérica y Sudamérica, el efecto del hombre
sobre el medio natural fue más drástico, ya que la agricultura, no
importa cuán avanzada o bien diseñada esté, implica necesariamente
una simplificación de las cadenas alimentarias de los ecosistemas.
Las especies perennes son sustituidas por una o pocas
especies anuales y el hombre se convierte en el consumidor
preponderante del ecosistema transformado, desplazando a
la mayoría de los otros consumidores, y los que persisten se
transforman en plagas.
Al desarrollarse la agricultura, la diferencia entre un deterioro extensivo o
localizado de los ecosistemas naturales depende principalmente de la presión
demográfica de la población humana y de la capacidad productiva de las tierras
disponibles.
Contamos con poca información acerca del grado de
deterioro de las comunidades naturales que pudo haber
tenido lugar en el México prehispánico, y la natural
tendencia a ver esa época de la historia de México con una
fuerte carga de romanticismo y nostalgia nos ha hecho
asociar automáticamente el inicio del deterioro del ambiente
natural con la conquista europea.
Sin embargo, algunos indicios indirectos sugieren que
existió alteración de la naturaleza en algunas regiones del
México prehispánico.
La población calculada en el momento de la Conquista era, según el censo ordenado
por Cortés en el Anáhuac, de 3 720 000 habitantes, pero aún no se definía claramente
lo que incluiría la Nueva España.
Según los cálculos de fray Bernardino de Sahagún, la población era de 9 120 000 habitantes.
Existe mucha controversia sobre este punto, ya que los cálculos realizados sobre la población
indígena en el momento de la Conquista tienen una variación considerable (entre 4.5 y 25 millones
de personas).
Lo que se sabe con mayor certeza es que después de la
Conquista hubo una drástica reducción en la población,
debido principalmente a las nuevas enfermedades que
causaron un decremento en el número de pobladores,
llegando a 2.5 millones en 1568 y a sólo cerca de un millón
en 1605.
A pesar de la llegada de peninsulares y negros, principalmente, que se sumaron a la
población de la Nueva España, al final de la Colonia se calcula que sólo había 6
millones de habitantes en el territorio (Alba, 1984).
Muchas poblaciones de lo que hoy es México habían
alcanzado en diferentes épocas un gran desarrollo agrícola
y urbanístico.
Las grandes movilizaciones humanas ocurridas en
Mesoamérica, así como el ascenso y decadencia de
civilizaciones, han sido atribuidas por diversos autores a
causas ambientales y ecológicas como la disminución de la
productividad, presiones demográficas sobre los recursos
naturales, sequías, etc.
Solo para citar un ejemplo, se puede mencionar que la ciudad de
Teotihuacán llegó a tener durante su máximo apogeo más de 100 000
habitantes, cálculo basado en la superficie ocupada por el área urbana
(McClung de Tapia, 1984).
Esta población obtenía sus recursos en una amplia
superficie cultivada de aproximadamente 30 000 hectáreas.
Y además, sin tomar en cuenta el uso doméstico de leña y
carbón y el uso de madera en la construcción, sólo para
producir la cal necesaria para fabricar el estuco y barro
cocido para la cerámica (que eran utilizados en grandes
cantidades en una urbe de ese tamaño, y posiblemente se
exportaban a otras regiones)
Fue necesario contar con una cantidad considerable de leña y carbón,
cuya extracción indudablemente tuvo una gran repercusión sobre los
bosques circunvecinos, al grado que se piensa que en el momento de la
decadencia de la ciudad había desaparecido la mayor parte de la
cubierta arbórea de la región (Lorenzo, 1968).
Durante todo el periodo colonial la población de la Nueva España fue pequeña, pero la intensa actividad
económica de la Colonia, así como las actividades agrícolas, ganaderas y la explotación minera tuvieron un
efecto sobre el medio ambiente natural, que fue más intenso en algunas zonas del Altiplano y en las costas
del Golfo.
La minería y el uso doméstico del carbón debieron afectar
grandemente a los bosques, sobre todo a los de encinos,
que proporcionan el mejor carbón para el procesamiento de
los minerales.
La destrucción de los bosques causada por la minería fue muy considerable
en los alrededores de Jerez, Zacatecas, Querétaro, Guanajuato, Pachuca y
otras ciudades mineras en las que hubo una alteración total de la vegetación
circundante.
Incluso fue necesario, en algunos casos, traer leña y madera
de lugares distantes. Sin embargo, debido a la baja densidad
de población que tuvo México durante muchos siglos, el
deterioro extensivo y radical de la naturaleza es un
fenómeno moderno.
A principios de siglo México tenía sólo alrededor de 13 millones de habitantes
confinados principalmente en valles del Altiplano y la costa central del Golfo, y
existían enormes regiones casi despobladas en el norte y el sureste del país,
que conservaban casi intactas sus comunidades naturales.
En este siglo la población de México se ha quintuplicado, la
esperanza de vida se ha duplicado y el nivel de vida y el
grado de industrialización han avanzado notablemente.
Se ha colonizado todo el país y se ha acelerado el uso de los recursos
naturales. Todo esto ha tenido en muy corto tiempo consecuencias drásticas
sobre la naturaleza, que apenas comenzamos a apreciar y a evaluar.

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