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CIRCULACION

PULMONAR
                                             

Composición de la sangre
En una persona normal sana, el 45% del volumen de su sangre son células, glóbulos rojos (la
mayoría), glóbulos blancos y plaquetas. Un fluido claro y amarillento, llamado plasma,
constituye el resto de la sangre. El plasma, del cual el 95% es agua, contiene también nutrientes
como glucosa, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y los aminoácidos necesarios para la
síntesis de proteínas. El nivel de sal en el plasma es semejante al nivel de sal en el agua de mar.
El tubo de prueba de la derecha se centrifuga para separar el plasma y agrupar las células según
su densidad.
                                                                   

Linfocitos
Los linfocitos, o glóbulos blancos de la sangre, se generan en la médula.
Estas células son las principales responsables del control de las
infecciones, ya que atacan de manera directa a los antígenos, o sustancias
extrañas al organismo. Cuando se trasplanta un órgano, los linfocitos
suelen atacar a los tejidos trasplantados, causando el rechazo del
trasplante.
                                                        
Plaquetas y coagulación
Las plaquetas, son los componentes celulares más pequeños de la sangre. Cuando
encuentran un vaso sanguíneo dañado se acumulan, se adhieren unas a otras y
cierran el vaso. Secretan compuestos químicos que modifican a una proteína córnea
de la sangre, el fibrinógeno, de modo que forma una malla de fibras en el lugar
dañado. El coágulo se forma cuando quedan atrapadas entre las fibras, plaquetas y
células sanguíneas blancas y rojas.
                                                                                    

Hemostasia y coagulación
La salida de sangre de un vaso lesionado se tapona gracias a un proceso llamado hemostasia que tiene lugar en
3 fases. En un primer momento, tiene lugar una vasoconstricción local, favorecida por la liberación de
serotonina y otras sustancias vasoconstrictoras que provienen de las plaquetas: de esta manera, se reduce la
pérdida de sangre. La segunda fase consiste en la aglutinación de las plaquetas y la formación de un agregado
plaquetario que tapona rápidamente la zona lesionada. Este tapón es temporal y se transforma en un coágulo
gracias a la transformación del fibrinógeno, proteína soluble, en fibrina, insoluble. Este proceso constituye la
tercera fase de la hemostasia, denominada coagulación: se producen una serie de reacciones en cadena que,
gracias a la liberación de diversos factores, presentes en la sangre y liberados por el tejido lesionado, y a las
plaquetas, determinan la síntesis de fibrina. Las moléculas de fibrina constituyen una red tridimensional en la
que quedan atrapados los elementos que componen la sangre (plaquetas, glóbulos blancos y glóbulos rojos).
Compatibilidad
Los donantes de sangre y los receptores deben tener grupos compatibles. El grupo O-
es compatible con todos, por lo que quien tiene dicho grupo se dice que es un donante
universal. Por otro lado, una persona cuyo grupo sea AB+ podrá recibir sangre de
cualquier grupo, y se dice que es un receptor universal. La tabla que sigue indica las
compatibilidades entre grupos sanguíneos. Por ejemplo, una persona de grupo A-
podrá recibir sangre O- o A- y donar a AB+, AB-, A+ o A-.

Tabla de compatibilidad entre grupos sanguíneos


Donante

Receptor O- O+ B- B+ A- A+ AB- AB+

AB+ X X X X X X X X
AB- X   X   X   X  
A+ X X     X X    
A- X       X      
B+ X X X X        
B- X   X          
O+ X X            
O- X              
Frecuencia
La distribución de los grupos sanguíneos en la población humana no es
uniforme. El más común es O+, mientras que el más infrecuente es AB-.
Además, hay variaciones en la distribución en las distintas subpoblaciones
humanas.

Frecuencia
Tipo
O+ 39%
A+ 33%
B+ 9%
O- 7%
A- 6%
AB+ 3%
B- 2%
AB- 1%

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