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Por medio de Cristo

la esperanza
cristiana está segura
y fundamentada
sobre tres pilares
poderosos e
inquebrantables: su
encarnación, su
muerte y su
resurrección.
“Quien fue declarado Hijo de Dios con poder,
según el Espíritu de santidad, por su
resurrección de entre los muertos, a saber,
nuestro señor Jesucristo” Rom. 1:4

“y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana…”


(1 Cor. 15:17).
La resurrección de
I.Jesús: un hecho
anunciado
Durante su
ministerio en la
Tierra, Jesús
realizó varios
milagros.
Durante su ministério,
Jesús afirmó
categóricamente que
moriría y que al tercer
día resucitaría.
Mat. 12:40;26:61
Mar. 8:31; 9:31;
10:34; 14:58
Juan 2:19; 10:18
La resurrección, sin
embargo, es un
asunto bíblico.

Job 19:25-27
Isaías 25:8; 26:19
Daniel 12:2
El propósito de
Dios es restaurar
plenamente la vida
que él tenía en
mente en el
principio, la cual
superará la tragedia
del pecado y de la
muerte.
La resurrección de
II. Jesús: Actitudes
prácticas para la vida
La esperanza cristiana
de la resurrección es
una esperanza que
promueve la vida y el
cuidado del cuerpo en
el presente.

1 Cor. 6:13-15
Como Jesús
resucitó, cada
persona puede
desarrollar una
actitud más
apropiada y realista
con relación a la
muerte.
La esperanza que es
esperanza no
descuida el tiempo
presente. Impulsa a la
persona a trabajar por
la vida presente y por
el bienestar de su
semejante.
La resurrección
III. de Jesús:
Finalmente libres
La resurrección de
Jesús nos trajo la
garantía de liberación
total.
La inmortalidad
es dada a los
salvos como un
don en ocasión
de su segunda
venida.
Jesús es la clave
para la vida del
creyente, él vive
en nuestro
corazón por el
Espíritu Santo.

1 Juan 5:12-13
La resurrección de
Jesús fue un hecho
anunciado y
confirmado por la
Biblia. Sin ella,
nuestra fe en el
evangelio perdería
su fuerza y su
poder.
La encarnación, la muerte y la
resurrección de Jesús son garantías
de que su ministerio fue perfecto en
nuestro favor y que seremos
finalmente liberados del pecado y de
la muerte.

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