DEPENDENCIA A NIVEL ECONOMICO Y LA TRANSFERENCIA
INTERNACIONAL DE RECURSOS Los móviles de las conquistas en la Antigüedad hasta el surgimiento del capitalismo liberal eran bastante evidentes, a pesar de los velos ideológicos de carácter religioso, jurídico o moral que asumían. Los conquistadores volvían a sus tierras llenos de esclavos, de oro y plata, y en general de objetos saqueados y los pueblos colonizados les pagaban de manera regular pesados y fuertes tributos. Esta forma de dominio colonial se mantuvo incluso hasta inicio de siglo sin causar mucho revuelo. Siempre se ha encontrado la forma de aliar la vocación universalista y humanista de la doctrina cristiana y posteriormente del Iluminismo con la tarea de subyugar y saquear a pueblos enteros. Además, los intelectuales, religiosos, moralistas, siempre tenían la posibilidad de considerar que su tarea civilizadora se separaba de las acciones mezquinas y explotadoras de los negociantes y traficantes que la ensuciaban con su codicia. En el intercambio internacional, por lo tanto, no se produce un proceso de explotación de la fuerza de trabajo. Pero sí se genera una expropiación por parte de un propietario privado de una porción del resultado del trabajo apoderado por otro propietario. (inelasticidad del consumo de productos básicos, según Friedrich Engels) La verdadera causa del intercambio desigual y de la pérdida de los términos de intercambio para los países dependientes debe ser encontrada en el carácter monopólico del mercado mundial. Los mecanismos según los cuales este opera el transporte de los productos y su comercialización capacidad de operación internacional “balcanización”. Reacción frente al Imperialismo La reacción posible de los países productores para mantener sus precios es solo una: su unión política, militar y económica. Esta se viene fortaleciendo en los últimos años; El control nacional de fuentes productoras, de transporte y comercialización de los productos traducidos en su nacionalización masiva. “la existencia de un libre intercambio internacional” El otro mecanismo por el cual se transfieren grandes cantidades de recursos producidos en los países dependientes a los dominantes son los pagos de servicios. Estos son esencialmente los fletes, los seguros, los servicios técnicos y el pago de patentes. La cancelación de tales servicios parece ser algo “justo” y parte necesaria del moderno intercambio entre los pueblos. Pero de hecho no es así. Están supravalorados y en muchos casos o son inexistentes o se constituyen como simples resultados de un monopolio de marcas y patentes que se asemeja a una forma moderna de la renta de la tierra, es decir, de un derecho puramente jurídico a expropiar con una renta a los verdaderos agentes de la producción: una transferencia de excedentes generales en la producción a los ociosos que especulan con la propiedad monopólica del conocimiento humano. Según afirma el autor Theotonio dos Santos, relatando su asistencia al país de Venezuela en pleno proceso de confrontación: “Asistimos hace poco tiempo a una importante confrontación en Venezuela, cuyo proyecto de nacionalización del petróleo incluía, según las recomendaciones de la comisión creada ad hoc, una pretensión de control de su transporte y comercialización. El proyecto original apoyado por la izquierda fue modificado por el gobierno y aprobado con una nueva redacción que permitía la formación de empresas mixtas en los sectores de transporte y comercialización del petróleo” La utilización de ciertas máquinas, procesos y patentes trae consigo un sobrecargo que se expresa en un contrato de “asistencia técnica”. Estos contratos de carácter extorsivo son formas directas de expropiación de recursos de los países dependientes. Pero no es solamente el know-how el que se vende a precios expropiatorios. También cuesta, y en gran medida, el simple derecho a usar una cierta marca o un cierto producto, cuya publicidad le asegura desde el inicio el control del mercado. la exportación de capitales desde los centros imperialistas hacia el exterior lo que constituye la esencia del imperialismo moderno. Se logró constituir un mercado internacional de capitales que entregó a la mayoría de los trabajadores del mundo a la explotación del capital internacional. La inversión extranjera permite, además de controlar directamente los recursos naturales de los países en que invierte, apropiarse directamente de la plusvalía producida por sus trabajadores. Asimismo, la formación de un aparato bancario y de inversiones permite centralizar y apropiarse del ahorro local (caso de Bolivia cuando se creó el Banco Nacional de Bolivia, cuyo principal administrador y gerente era un norteamericano, constituyéndose Bolivia de esta manera, como un país dependiente de EE.UU.; Bolivia era para Estados Unidos, uno de sus satélites, ya que la economía, en particular, y el desarrollo del país, en general, era controlado e influenciado por país norteamericano). La vinculación y control de los Estados locales. la remesa directa de las ganancias percibidas (dejando una mínima parte para la reinversión local); a través de falsas “reinversiones”, que son grandemente infladas por recursos contables; a través del sobreprecio de las mercancías compradas a las matrices (maquinarias para instalar las empresas en los países subdesarrollados, materias primas y partes utilizadas como insumo casi siempre de ensamblaje final de productos). Es posible entender la relación directa que hay entre este sistema de relaciones internacionales e internas de cada país, la constante rebelión de los pueblos dependientes y el constante recurso de la dictadura, la extorción, la violencia y la tortura como formas principales de conservación del sistema. LOS MECANISMOS ACUMULATIVOS DE LA DEPENDENCIA: LA DEUDA EXTERNA Y LA “AYUDA” INTERNACIONAL Bajos precios de exportación, altos precios de los productos importados Pagos de fletes y seguros por los productos importados De ahí viene la aparente “solución”: el Estado de los países imperialistas (los contribuyentes de estos Estados, por lo tanto) financia bajo la forma de “ayuda externa”, “préstamos internacionales”, etc., este comercio desigual, con lo que permite saldar estos enormes déficits. Solo así puede existir este comercio mundial tan explotador y desigual. Un mundo que tiene en la explotación del hombre por el hombre su fundamento material, tal como lo indico Thomas Hobbes al referirse al comportamiento de los hombres entre ellos mismos: “el hombre es el lobo del hombre”, no puede dejar de tener la característica arcaica de ser un mundo de barbarie institucional y moral.