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Acción Pauliana

Finalidad de los contratos


Los contratos se suscriben para ser cumplidos y en tal virtud un contrato genera dos posibles
derechos principales al acreedor:

1,- La ejecución forzosa de la obligación; y,


2.- En caso de incumplimiento total, parcial (o incluso tardío) exigir una indemnización .
(Alessandri y Somarriva)
Art. 2367.- Toda obligación personal da al acreedor el derecho de hacerla efectiva en todos los
bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente los no
embargables, designados en el Art. 1634 y los demás casos previstos en la ley.
Art. 1634.- La cesión comprenderá todos los bienes, derechos y acciones del deudor, excepto los no embargables.
No son embargables:
1. Los sueldos de los funcionarios y empleados públicos, comprendiéndose también aquellos que prestan servicios en la
Fuerza Pública. Tampoco lo serán las remuneraciones de los trabajadores. La misma regla se aplica a los montepíos, a las
pensiones remuneratorias que deba el Estado, y a las pensiones alimenticias forzosas. Sin embargo, tanto los sueldos
como las remuneraciones a que se refiere este ordinal, son embargables para el pago de alimentos debidos por ley;
2. El lecho del deudor, el de su cónyuge, los de los hijos que viven con él y a sus expensas, y la ropa necesaria para el
abrigo de todas estas personas;
3. Los libros relativos a la profesión del deudor, hasta el valor de ochocientos dólares de los Estados Unidos de América,
y a elección del mismo deudor;
4. Las máquinas e instrumentos de que se sirve el deudor para la enseñanza de alguna ciencia o arte, hasta dicho valor y
sujetos a la misma elección;
5. Los uniformes y equipos de los militares, según su arma y grado;
6. Los utensilios del deudor artesano o trabajador del campo, necesarios para su trabajo individual;
7. Los artículos de alimento y combustible que existan en poder del deudor, en la cantidad necesaria para
el consumo de la familia durante un mes;
8. La propiedad de los objetos que el deudor posee fiduciariamente;
9. Los derechos cuyo ejercicio es enteramente personal, como los de uso y habitación;
10. Los bienes raíces donados o legados con la expresión de no embargables, siempre que se haya hecho
constar su valor al tiempo de la entrega por tasación aprobada judicialmente. Pero podrán embargarse por
el valor adicional que después adquirieren.
11. El patrimonio familiar; y,
12. Los demás bienes que leyes especiales declaren inembargables.
Derechos auxiliares
Son derechos auxiliares que generan medidas de conservación y seguridad en beneficio de los
acreedores, a fin de que se mantenga el patrimonio del deudor al cumplimiento de sus
obligaciones.

Los derechos auxiliares, según la doctrina, pueden ser de conservación, de sustitución y la


denominada acción pauliana.
Ejemplo de medidas de conservación:

Art. 1564.- La obligación de dar contiene la de entregar la cosa; y si ésta es una especie o cuerpo
cierto, contiene, además, la de conservarlo hasta la entrega, so pena de pagar los perjuicios al
acreedor que no se ha constituido en mora de recibir.

Medida de sustitución, mejorar la prenda.


Garantizar la existencia de los bienes:
La acción pauliana, acción de rescisión por fraude, o (conocida como acción revocatoria)

Tiene como finalidad el legitimar al acreedor para impugnar los actos realizados por el deudor en
fraude o perjuicio de su derecho. (Carmen Jerez Delgado).

“Se llama revocatoria porque mediante ella se obtiene la revocación o invalidación de los actos
ejecutados por el deudor” (Dres. Iván Torres Proaño y Cecilia Salazar Sánchez)
Art. 2370.- En cuanto a los actos ejecutados antes de la cesión de bienes o la apertura del concurso, se
observarán las disposiciones siguientes:
1. Los acreedores tendrán derecho para que se rescindan los contratos onerosos, y las hipotecas,
prendas, anticresis o constitución de patrimonio familiar, que el deudor haya otorgado en perjuicio de
ellos, estando de mala fe el otorgante y el adquirente, esto es, conociendo ambos el mal estado delos
negocios del primero;
2. Los actos y contratos no comprendidos bajo el número precedente, inclusos las remisiones y pactos de
liberación a título gratuito, serán rescindibles, probándose la mala fe del deudor y el perjuicio de los
acreedores; y,
3. Las acciones concedidas en este artículo a los acreedores expiran en un año, contado desde la fecha
del acto o contrato.
Nota. Remisión: “Acto por el cual un acreedor concede a su deudor una reducción total o parcial de lo que
le debe”.
¿Cúando procede? Gaceta Judicial. Año CIII. Serie XVII. No. 8. Página 2288
(Quito, 11 de marzo de 2002) RESOLUCION DEL RECURSO DE CASACION CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA.- PRIMERA SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL.- Quito, marzo 11 de 2002; las 09H00.

SEGUNDO.- Según el artículo 2391 del Código Civil, toda obligación personal da al acreedor el
derecho de hacerla efectiva en todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o
futuros, exceptuándose solamente los no embargables designados en el artículo 1661; quien
contrae una obligación personal está constituyendo una prenda general de todos sus bienes a
favor de su acreedor. En consecuencia, cuando el deudor no paga voluntariamente la deuda al
acreedor, este tiene derecho para acudir ante los órganos judiciales a fin de que se obligue al
deudor apagarle mediante la venta forzosa de sus bienes (embargo y remate), para con el
producto de esta venta cubrir su crédito; pero hay casos en el que acreedor se topa con la
novedad de que el deudor, notificado con el mandamiento de ejecución, no paga ni dimite bienes
equivalentes para el embargo.
También puede suceder que el deudor, de acuerdo con lo previsto en el Parágrafo 9, Título IV, Libro
Cuarto del Código Civil (artículos 1657 a 1667), se acoja a la cesión de bienes cumpliendo los
requisitos señalados en los artículos 527 y 528 del Código de Procedimiento Civil. En los supuestos
mencionados, el acreedor puede pedir que se inicie juicio de concurso de acreedores y,
consiguientemente, se declare insolvente al deudor; tratándose, de comerciantes matriculados el
juicio se denomina de quiebra. Ahora bien, el deudor para evadir el pago, puede recurrir al arbitrio
de enajenar y traspasar sus bienes a terceros. Esta enajenación puede tener lugar en dos momentos
distintos: 1) por actos o contratos ejecutados por el deudor, relativamente a sus bienes, antes de la
cesión de bienes o la apertura del concurso de acreedores y 2) por actos o contratos ejecutados, por
el deudor relativos a sus bienes, posteriores a la cesión de bienes o la apertura del concurso de
acreedores. El Código Civil para proteger al acreedor ha previsto acciones peculiares para cada uno
de los mencionados casos, en los artículos 2394 y 2393. El primero de los artículos nombrados regula
la acción concerniente a actos o contratos de enajenación de bienes del deudor antes de la cesión de
bienes o la apertura del concurso, y el segundo, después de producidos estos actos jurídicos.
Gaceta Judicial. Año CIII. Serie XVII. No. 8. Página 2288 (Quito, 11 de marzo de 2002)
RESOLUCION DEL RECURSO DE CASACION CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.-
PRIMERA SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL.- Quito, marzo 11 de 2002; las 09H00.
TERCERO.- La acción establecida en el artículo 2394 del Código Civil es la llamada por la
doctrina acción pauliana. Para la procedencia de esta acción, por actos o contratos onerosos,
prevista en el inciso primero del artículo citado, deben cumplirse las siguientes condiciones:
a) Que el deudor no haya pagado ni dimitido bienes equivalentes, notificado con el
mandamiento de ejecución. De lo contrario, el actor no podría alegar perjuicio, pues los bienes
de aquel alcanzarían para el pago de sus obligaciones,
y b) que entre el deudor y tercero adquiriente haya connivencia en el fraude, connivencia, que
se presume si el tercero conocía el mal estado de los negocios del primero.

La Corte desarrolla: Esta es una exigencia derivada de la seguridad de las transacciones; si bastara
la mala fe del enajenante, nadie pudiera estar seguro de los derechos que adquiera, por más que
haya pagado el justo precio y haya actuado con total buena fe.-
En cambio, para la procedencia de la acción pauliana, por actos o contratos a título gratuito,
previsto en el inciso segundo del artículo 2394 del Código Civil, basta cumplirse la condición
señalada en la letra a); la rescisión del acto o contrato a título gratuito, no supone la pérdida de
derecho de propiedad a cambio de una prestación equivalente, sino simplemente la extinción
de un beneficio, de allí que es lógico que la ley no sea tan severa como en el caso del traspaso
oneroso de los bienes.
La doctrina nos dice que los requisitos de acción pauliana
son:

a) Que el deudor no haya pagado ni dimitido bienes


b) Que el acreedor sufra un perjuicio con los actos o contratos onerosos en los que incurre el deudor
c) Que la obligación sea exigible, caso contrario solo tendría las medidas conservativas
d) Que entre el deudor y tercero adquirente haya acuerdo en el fraude, misma que se presume si el tercero
conocía el mal estado de los negocios del primero.
e) Mala fe del deudor, pues sabiendo el mal estado de los negocios perjudica su patrimonio, en perjuicio a su vez
de sus acreedores.
f) Que el acto fraudulento sea posterior al crédito
En cambio, dice la jurisprudencia y la lógica jurídica, para el caso de que la acción pauliana se efectúe en contra
de actos a título gratuito, no es necesaria la mala fe en el adquirente (Dres. Iván Torres Proaño y Cecilia Salazar
Sánchez)
Diferencias entre la acción paulinana y la
simulación de negocios jurídicos
SEXTO.- Tampoco es admisible la tesis de las recurrentes de que la acción promovida por ellas es la de nulidad por
simulación por existir equivalencia entre esta y la acción pauliana. Por lo contrario, la acción pauliana es distinta de
la acción por simulación. De acuerdo con la doctrina, recogida por nuestra legislación, las diferencias notables son las
siguientes:
1) la acción de simulación se propone dejar al descubierto el acto o contrato realmente querido y convenido por las
partes, y anular el aparente; en cambio la acción pauliana se propone rescindir un acto o contrato real o verdadero;
2) los actos o contratos de bienes hechos mediante simulación quedan sin efecto y aquellos se reintegran al patrimonio
del enajenante; en cambio, la acción pauliana no produce el reintegro de los bienes al patrimonio del deudor, sino que
se limita a remover los obstáculos para que el acreedor pueda cobrar su crédito con la venta forzosa de los bienes del
deudor;
3) el que intenta la acción de simulación no tiene necesidad de probar que el deudor no haya pagado ni dimitido bienes
equivalentes, notificado con el mandamiento de ejecución, puesto que se trata de un remedio conservatorio; en cambio,
en la acción pauliana es imprescindible esa prueba; y
4) la acción pauliana prescribe en el corto tiempo de un año, mientras que la acción de simulación está sujeta a los
plazos de prescripción generales. (sentencia 2002).
lectura
https://www.researchgate.net/publication/328467695_La_accion_pauliana_en_el_Derecho_Civil_
chileno_y_espanol_conexiones_con_el_enriquecimiento_injustificado_y_con_la_responsabilidad_
extracontractual

Carmen Jerez Delgado, Universidad Autónoma de Madrid “La acción pauliana en el Derecho Civil
chileno y español: conexiones con el enriquecimiento injustificado y con la responsabilidad
extracontractual”

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