Está en la página 1de 10

Poema del Mio Cid

El texto épico

Se considera un texto épico a


una narración heroica en verso
Se aborda las hazañas de un La narración se sitúa en una
(en contraposición a la ”saga”
héroe (individual o colectivo) edad heroica, remota, y en el
que sería escrita en prosa) y su
arraigado en un contexto caso de España va desde el
objetivo esencial sería la
comunitario. siglo V al XI
persecución del honor a través
del riesgo.
• Nace en Burgos, en Vivar, alrededor del año 1043 y se
inicia como caballero hacia finales del reinado de
Fernando I (quien unió Castilla, León y Galicia). A la
muerte de este rey, se vuelven a dividir los reinos y Ruy
ayuda a Sancho, rey de Castilla, a hacerse nuevamente
de estos reinos.
• Sancho muere asesinado y Ruy trata de vengarlo, lo que
Ruy Díaz de trae consigo diferencias con el nuevo rey Alfonso VI.
• Por estas situaciones, sufre el exilio en el año 1081.
Vivar Muere en Valencia en 1099, la cual había conquistado y
gobernado.
• Alrededor de su sepulcro comenzó un culto que fue
epicentro de historias y un culto que derivaron en
crónicas redactadas por monjes.
• El poema sobrevive gracias una copia de un tal Per
Abbat.
Nos presenta al Cid en el destierro, en el que vive con sus mesnadas del
saqueo de los moros, después de haber sufrido la confiscación de sus bienes,
Gracias a éxitos militares crecientes, que culminan con la conquista de
Valencia, consigue mucha más riqueza que antes del exilio. A pesar de su
destierro, el Cid (lo afirma insistentemente) es un leal vasallo del rey Alfonso y
le envía presentes. El rey, a su vez, se ablanda poco a poco, y permite a su

El poema
esposa e hijas que se reúnan con él en Valencia. Con angustiosa despedida se
habían separado al abandonar el Cid Castilla. El vaticinio se cumple ahora en
Valencia, cuando a Ximena y sus hijas les muestra la ciudad para ellas
conquistada.
El poema

Tras otorgarle su perdón, Alfonso dispone, en recompensa al Cid, el matrimonio de sus hijas
con dos hermanos, los Infantes de Carrión, miembros de la nobleza leonesa. No le placen al
Cid tales conciertos pero, no obstante, los acepta. Bien pronto los nfantes dan muestras de su
cobardía, tanto como de su vanidad y avaricia; alegando luego que han sido despreciados,
salen con sus esposas de Valencia y en un Robledo. Exige el héroe reparación; el rey convoca
cortes en las que el Cid convence a los jueces y desacredita a los Infantes. La humillación de
los Infantes y la venganza del Cid y de sus hijas culmina con la derrota en duelos judiciales y
con la nueva boda de las hijas con los herederos de los tronos de Navarra y Aragón. Aún
después de su muerte, el honor del Cid seguirá creciendo.
“Mis fijas e mí mugier veerme an lidiar;
1641
en estas tierras agenas verán las moradas cómmo se
Realismo fazen,
afarto verán por los ojos cómmo se gana el pan”
Trescientas lanzas serían, todas llevaban pendón;
cada jinete cristiano a otro moro derribó,
y a la vuelta , otros trescientos muertos en el campo son.
Destrozan las haces enemigas
Vierais allí tantas lanzas todas subir y bajar,

Mesura
y vierais tantas adargas horadar y traspasar;
tantas lorigas romperse y sus mallas quebrantar
y tantos pendones blancos rojos de sangre quedar,
y tantos buenos caballos sin sus jinetes marchar.
A Mahoma y a Santiago claman unos y otros ya.
Y por los campos caían tendidos en el lugar de la batalla,
los moros, unos mil trescientos ya.
Honor: bien
espiritual que debe
Pérdida y restauración del honor
defenderse y a) Su destierro
aumentarse, y que b) La conquista de Valencia y perdón del monarca
incluso puede ser c) Venganza por el ultraje de sus hijas
robado por otra
persona
Non combre un bocado por quanta ha en toda España,
Antes perdere el cuerpo e dexare el alma
Honor Pues tales malcalçados me vençieron de batalla
Estaba el Cid con los suyos en Valencia la mayor “¿Qué es esto, decid, mesnadas? ¿Qué hacéis aquí alrededor?”
y con él ambos sus yernos, los infantes de Carrión. “Un gran susto nos ha dado, señor honrado, el león.”
Acostado en un escaño dormía el Campeador, Se incorpora Mío Cid y presto se levantó,
ahora veréis qué sorpresa mala les aconteció. y sin quitarse ni el manto se dirige hacia el león:
De su jaula se ha escapado, y andaba suelto el león, la fiera cuando le ve mucho se atemorizó,
al saberlo por la corte un gran espanto cundió. baja ante el Cid la cabeza, por tierra la cara hincó.
Embrazan sus mantos las gentes del Campeador El Campeador entonces por el cuello le cogió,
y rodean el escaño protegiendo a su señor. como quien lleva un caballo en la jaula lo metió.
Pero Fernando González, el infante de Carrión, Maravilláronse todos de aquel caso del león
no encuentra dónde meterse, todo cerrado lo halló, y el grupo de caballeros a la corte se volvió.
metióse bajo el escaño, tan grande era su terror. Mío Cid por sus yernos pregunta y no los halló,
El otro, Diego González, por la puerta se escapó aunque los está llamando no responde ni una voz.
gritando con grandes: “No volveré a ver Carrión.” Cuando al fin los encontraron, el rostro traen sin color
Detrás de una gruesa viga metióse con gran pavor tanta broma y tanta risa nunca en la corte se vio,
y, de allí túnica y manto todos sucios los sacó. tuvo que imponer silencio Mío Cid Campeador.
Estando en esto despierta el que en buen hora nació Avergonzados estaban los infantes de Carrión,
y ve cercado el escaño suyo por tanto varón.
gran pesadumbre tenían de aquello que les pasó.

También podría gustarte