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El poder constituyente ante

la crisis de la justicia social


Fundación Kairós
Docente: Fernando Rivera
¿Qué es el poder constituyente?
Poder constituyente (evento): poder creador de la forma (organización) del mundo social. Da
la forma sin estar él mismo sujeto a una forma previa, por eso se lo llema originario. El momento
creador del orden implica espontaneidad y originariedad (iniciar desde cero, sin ningún límite
impuesto). No gobierna, pero sienta las bases de cualquier forma de gobierno.
Poder constituido (forma): es la forma de organización política, jurídica, económica y social
específicamente establecida por el poder constituyente en la Constitución. Posee multiplicidad
de funciones y potestades, salvo la de actuar por sobre la forma de organización establecida.
Está limitado a ejercer el poder bajo una cierta forma constituida.
Objeto del poder: la estructura básica de la sociedad (incluye a la totalidad de los actores y
prácticas sociales), conformada por las leyes e instituciones fundamentales (ordenamiento
jurídico), el sistema económico (modos y medios de producción) y los elementos básicos de la
organización social (personas, familias, asociaciones intermedias, etc.).
¿Y la justicia? δικαιοσύνη (dikaiosyne, 'justicia')
¿Qué relación guarda el poder constituyente con la justicia social? La justicia es un atributo
(virtud) de las instituciones (estructura) antes que de los individuos (acciones o carácter), pues
estas delimitan de antemano las posibilidades de la acción individual.
¿Cuál es el sujeto del poder constituyente? ¿Cómo ejerce su poder?
Pero, ¿qué es la acción?
Elementos básicos de la acción: ¿quién hizo qué y por qué lo hizo? El agente, la
ejecución y el propósito (consecuencias intencionadas y no intencionadas).

¿QUIÉN? EL AGENTE

¿QUÉ? LA EJECUCIÓN

¿POR QUÉ? EL PROPÓSITO

¿Cómo se relacionan estos tres elementos en la teoría filosófica de la acción?


La teoría aristótelica de la acción
 “(…) toda acción y elección, parecen tender a algún bien; por esto se
ha dicho con razón que el bien es aquello a que todas las cosas
tienden. Pero parece que hay alguna diferencia entre los fines, pues
unos son actividades, y los otros, aparte de éstas, ciertas obras; en los
casos en que hay algunos fines aparte de las acciones, son
naturalmente preferibles las obras a las actividades. Pero como hay
muchas acciones, artes y ciencias, resultan también muchos los fines:
en efecto, el de la medicina es la salud; el de la construcción naval, el
barco; el de la estrategia, la victoria; el de la economía, la riqueza. Y
en todas aquellas que dependen de una sola facultad (…), los fines de
las principales son preferibles a los de las subordinadas, ya que éstos
se persiguen en vista de aquéllos. Y es indiferente que los fines de las
acciones sean las actividades mismas o alguna otra cosa fuera de
ellas, como en las ciencias mencionadas.” (Et. Nic. 1094a).
La teoría aristótelica de la acción
 “Si existe, pues, algún fin de nuestros actos que queramos por él mismo
y los demás por él, y no elegimos todo por otra cosa –pues así se
seguiría hasta el infinito, de suerte que el deseo sería vacío y vano–, es
evidente que ese fin será lo bueno y lo mejor. Y así, ¿no tendrá su
conocimiento gran influencia sobre nuestra vida, y, como arqueros que
tienen un blanco, no alcanzaremos mejor el nuestro? Si es así, hemos de
intentar comprender de un modo general cuál es y a cuál de la ciencias
o facultades pertenece. Parecería que ha de ser el de la más principal y
eminentemente directiva. Tal es manifiestamente la política. En efecto,
ella es la que establece qué ciencias son necesarias en las ciudades y
cuáles ha de aprender cada uno, y hasta qué punto. Vemos además que
las facultades más estimadas le están subordinadas, como la estrategia,
la economía, la retórica. Y puesto que la política se sirve de las demás
ciencias prácticas y legisla además qué se debe hacer y de qué cosas
hay que apartarse, el fin de ella comprenderá los de las demás ciencias
(…)” (Et. Nic. 1094b).
La teoría kantiana de la acción

 Una acción es la producción de un cambio en el mundo, es decir,


la relación del sujeto de la causalidad con el efecto (cfr. KrV, A
205 / B 250 y B 431-432). Esta producción presupone una fuerza
(Kraft) para ejercerla, pues la fuerza es la capacidad (Vermögen)
de una sustancia para producir un cambio por medio de una
acción. En este contexto, la causa se describe como el
fundamento de determinación (Bestimmungsgrund) que activa la
fuerza de una sustancia para que ésta produzca el cambio en el
mundo. Y al efecto (Wirkung) es a lo que, en rigor, se llama
acción (Handlung).
La teoría kantiana de la acción
 Lo que distingue las acciones humanas de las naturales no se
encuentra en la acción misma (en ambos casos se trata de
efectos pertenecientes a la legalidad natural), sino en su causa,
es decir, el modo en que la facultad se determina a actuar. Si el
fundamento de determinación de la facultad (desiderativa)
procede completamente de las leyes naturales o del instinto, la
acción solo puede entenderse como un suceso mecánico del
mundo natural.
 Sólo cuando la razón pura interviene en la configuración del
fundamento de determinación (principio subjetivo o máxima),
puede la acción ser juzgada moralmente (considerada como
moralmente buena o mala, justa o injusta).
El modelo estándar de la acción

 Síntesis: actuar consiste en modificar algo (actuar-sobre) guiado


por una idea acerca de cómo debería ser ese algo (propósito o
fin). Rasgos del modelo: artístico-técnico (obra), fisicalista
(mecánico), teleológico (idea del bien, propósito), conceptualista,
institucionalista (necesidad de un marco para la acción). En el
caso de la acción “política”, implica la idea de actuar “sobre los
otros” (modificar sus comportamientos), con el objetivo
(propósito) de producir la forma X deseada (idea del bien). Exige
entonces un saber previo acerca del bien o lo justo (concepto
claro). La obra de la acción política consistiría en dotar de una
forma conceptualmente pre-definida al mismísimo cuerpo social,
que aparece como una entidad pasiva, a la que puedo dar forma.
Algunas preguntas para reflexionar

¿Sólo existe esa posibilidad de concebir la acción política?


Actuar con-los-otros, en lugar de sobre-los-otros, sin imponer (producir) una
forma o idea del bien específica. Pero, si el mundo social siempre tiene una
forma de organización pre-dada (poder constituido) y el agente se juega su
propio proyecto o forma de existencia en sus posibilidades de acción
(predeterminadas por el poder constituido), ¿qué forma permitiría ejercer el
poder bajo una lógica distinta a la ‘imposición’? ¿Bajo qué condiciones sería
posible ejercer el “poder-con” en lugar del “poder-sobre”?
¿Qué papel tiene el agente (quién) en todo esto? Dimensión afectiva y
existencial. ¿Es posible relacionarse de modo afectivamente neutro con la
propia idea del bien? La idea del bien de cada cual (por intuitiva que sea)
parece poner en juego la totalidad de nuestra vida afectiva (proyecto).
Aporías de la acción

¿Qué es una aporía? Conceptos fronterizos:


contradicción, dilema, paradoja, antinomia, dicotomía.

Ejemplos para comentar: aporía de la pasividad, aporía


de la parcialidad, aporía de la motivación, aporía de la
aplicación, aporía institucional (dilema político elemental:
tensión amigo-enemigo).

¿Cómo se enfrenta una aporía? Alternativas


La aporía de la democracia
(Bobbio)
Si la democracia es aquella forma de gobierno en la que todos
participan activamente para deliberar y decidir juntos cuáles serán
las prácticas sociales que consideraremos justas, de modo que
nadie pueda imponer una concepción del bien (o de lo justo), sin
exponerla al escrutinio y juicio de todos los demás, entonces el
ejercicio democrático del poder exige transparencia total de
todos los aspectos públicamente relevantes de la acción de
cada individuo (identidad del agente, intenciones, actividades,
ideas, planes, argumentos, creencias, conocimientos, experiencias,
recursos, etc.). Pero –y aquí viene la paradoja– el ejercicio del
poder político efectivo, pareciera exigir el ocultamiento de
algunos (o todos los) aspectos recién señalados, pues la
posibilidad de modificar efectivamente el comportamiento de otros,
requeriría de este carácter secreto.

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