Dios por medio de Nuestro señor Jesucristo; por quien también AMPLIACIÓN DE LA FE tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Romanos 5:1, 2) JUSTIFICADOS (Rom. 5: 1-5.) “En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y no sólo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.” “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de Hebreos 11:6 los que le buscan” “Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la Romanos 3:30 incircuncisión” “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”
Romanos 10:17 1 Ejercer fe
En primer lugar, debemos aceptar el don de la fe
que Dios nos da, el cual puede ser afianzado por milagros en nuestra vida (Habacuc 2:4). Esta fe nos lleva a realizar obras consecuentes con ella (Santiago 2:17). 2 Crecer en la fe La fe es más que un sentimiento. La fe genuina crecerá a pesar de las dudas o las dificultades (Lucas 17:5-6). Crecemos en fe cuando nos relacionamos diariamente con Jesús, confiando en sus promesas (Gálatas 2:20).
Durante toda nuestra vida debe
crecer este “escudo” que nos protegerá de las “asechanzas del diablo” (Efesios 6:16). La fe, además de estar basada en la sana doctrina, es la confianza en la Persona de quien hablan estas doctrinas.
Jesucristo es la ROCA en la cual anclamos
firmemente nuestra fe. “Manteneos alerta; permaneced firmes en la fe, sed valientes y fuertes” 1 Corintios 16:13, NVI
“No es suficiente creer acerca de Cristo; debemos creer
en él. La única fe que nos beneficiará es la que le acepta a él como Salvador personal; que nos pone en posesión de sus méritos. Muchos estiman que la fe es una opinión. La fe salvadora es una transacción por la cual los que reciben a Cristo se unen con Dios mediante un pacto. La fe genuina es vida. Una fe viva significa un aumento de vigor, una confianza implícita por la cual el alma llega a ser una potencia vencedora” “La gracia es un favor inmerecido y el creyente es justificado sin ningún mérito de su parte, sin ningún derecho que presentar ante Dios. Es justificado mediante la redención que es en Cristo Jesús, quien está en las cortes del cielo como el sustituto y la garantía del pecador. Pero si bien es cierto que es justificado por los méritos de Cristo, no está en libertad de proceder injustamente. La fe obra por el amor y purifica el alma. La fe brota, florece y da una cosecha de precioso fruto. Donde está la fe, aparecen las buenas obras. Los enfermos son visitados, se cuida de los pobres, no se descuida a los huérfanos ni a las viudas, se viste a los desnudos, se alimenta a los desheredados. Cristo anduvo haciendo bienes, y cuando los hombres se unen con él, aman a los hijos de Dios, y la humildad y la verdad guían sus pasos. La expresión del rostro revela su experiencia y los hombres advierten que han estado con Jesús y que han aprendido de él. Cristo y el creyente se hacen uno, y la belleza del carácter de Cristo se revela en los que están vitalmente relacionados con la Fuente de poder y de amor. Cristo es el gran depositario de la rectitud que justifica y de la gracia santificante” DIOS BUSCA AL HOMBRE “A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados. Difícilmente habrá quien (Rom. 5:6-8) muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Cuando Adán y Eva transgredieron
los requerimientos divinos, Dios comenzó la reconciliación. Desde entonces, Dios ha provisto un camino de salvación e invita a los hombres a aceptarlo. “Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo” (Gál. 4:4). “No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir” (Romanos 5:14) Pablo enseña en Romanos 5:12-21 que, así como el pecado y la muerte surgieron de Adán y pasaron a toda la raza humana, así también la justificación y la vida surgieron de Cristo para toda la humanidad, y se ofrecen a todos los que deseen aceptarlas. T R A N S F E R E N C I A de la V E R D A D ¿Qué cambios necesito hacer en mi vida? ¡Tomemos una decisión!
PRINCIPIO APLICACIÓN PROBLEMA DECISIÓN
Somos 1. Creer a la La duda Desde hoy, salvados promesa a cuando las Honrar y por gracia pesar de que circunstancia glorificar a Dios las son adversas a pesar de las circunstancias circunstancia, sean adversas plenamente convencido sin dudar