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ENFOQUES TEÓRICOS PARA EL DESARROLLO DE LA

IDENTIDAD

Erikson (1968) es una figura clave en cualquier análisis del desarrollo


de la identidad. Concebía la vida como una serie de estadios, asociado
cada uno de ellos con una tarea evolutiva particular de naturaleza
psicológica, en la lactancia por ejemplo, la cuestión es establecer un
sentimiento de confianza básica, y combatir la desconfianza. Se
considera aquí que la relación materna es crucial en la creación de una
base sobre la que el bebé puede construir relaciones de confianza
posteriores.
Por lo que la adolescencia se refiere, la tarea i plica el establecimiento
de una identidad coherente, y la anulación del sentimiento de difusión
de la identidad. Erikson creía que la búsqueda de identidad se hace
especialmente, aguda en este estadio como resultado de varios
factores. Así, destacó el fenómeno del rápido cambio biológico y
social durante la adolescencia, y señalo especialmente la importancia
para el individuo de tener que tomar en esta época decisiones
importantes en casi todas las áreas de vida. Afirmaba o suponía que es
necesaria alguna forma de crisis para que el joven resuelva la cuestión
de la identidad y venza la difusión de la identidad.
Según Erikson (1968), la difusión de la identidad tiene cuatro componentes
principales.

En primer lugar, esta el reto de la intimidad. Aquí, el individuo puede temer el


compromiso o la aplicación en relaciones interpersonales intimas a causa de la
posible pérdida de su propia identidad. Este temor puede llevar a relaciones
estereotipadas, formalizadas, al aislamiento, o el joven puede, como expresa
Erikson: “en repetidos intentos febriles y fracasos deprimentes, buscar intimidad
con los compañeros más improbables”.

En segundo lugar, existe la posibilidad de una difusión de la perspectiva


temporal. Aquí, el adolescente encuentra imposible hacer planes para el futuro, o
conservar cualquier sentido del tiempo. Se planea que este problema esta
asociado con preocupaciones por el cambio y el proceso de hacerse adulto, y a
menudo “consiste en una decidida incredulidad en la posibilidad de que el
tiempo puede traer cambios, y sin embargo también en un temor violento a que
pueda hacerlo”.
Después de esta una difusión de la laboriosidad, en la que el joven encuentra difícil
aprovechar sus recursos de manera realista en el trabajo o el estudio. Ambas
actividades representan un compromiso, y como defensa frente a esto el individuo
puede encontrar imposible concentrarse, o puede comprometerse frenéticamente en
una única tarea con exclusión de todas las demás. Por ultimo Erikson esboza el
concepto de una identidad negativa. Se hace referencia con esto a la selección por el
joven de una identidad exactamente opuesta a la preferida por los padres u otros
adultos importantes.
La perdida de un sentido de la identidad se expresa a menudo en una hostilidad
despreciativa y presuntuosa hacia el rol ofrecido como adecuado y deseable en la
propia familia o comunidad inmediata. Cualquier aspecto del rol requerido o todo él-
sea la masculinidad o la feminidad, la nacionalidad o la pertenencia de clase, se puede
convertir en el principal foco del ácido desdén del joven.

(ERIKSON, 1968, pág.. 172)


Estos cuatro elementos, por tanto, constituyen los rasgos principales de la
difusión de la identidad, aunque desde luego no todos estarán presentes en u
individuo que experimenta una crisis de identidad. Además de estos conceptos es
preciso mencionar como rasgo importante la teoría de Erikson otra noción: la
moratoria psicosocial. Esta noción alude a un periodo durante el cual la
decisiones se dejan en suspenso. Se afirma que la sociedad permite, incluso
alienta, una época de la vida en que el joven puede retrasar elecciones de
identidad importantes y experimentar roles para descubrir la clase de persona
que desea ser.

La integración de la dotación biológica, las identificaciones significativas y las


defensas del ego con los roles ofrecidos por la sociedad de una persona son
inherentes a la conceptualización de Erikson del proceso de formación de la
identidad: por la interacción y regulación mutua de estos factores es como puede
evolucionar un sentido de la identidad interna. Los roles por los que el
adolescente entra en relación con la sociedad son, principalmente, los roles
ocupacionales, ideológicos y sexuales, y en gran parte estos caminos como se ha
explorado el proceso de formación de la identidad.
El trabajo de Marcia (1966, 1980, 1993) es primordial a este respecto. Marcia ha utilizado las
dimensiones conceptuales de crisis y compromiso de Erikson para definir cuatro niveles de identidad.
Los cuatro estadios o niveles de identidad, como se han designado, son los siguientes:
1. Difusión de la identidad. Aquí, el individuo no ha experimentado todavía una crisis de identidad ni
ha establecido un compromiso con una vocación o conjunto de creencias. Tampoco hay
indicaciones de que este intentando activamente establecer un compromiso.
2. Hipoteca de identidad. En este nivel, el individuo no ha experimentado una crisis, pero no
obstante está comprometido con sus metas y creencias, en gran parte como resultado de
elecciones hechas por otros.
3. Moratoria. Un individuo en esta categoría no ha resuelto todavía la lucha por la identidad, pero
busca activamente alternativas en un intento por llegar a una elección de identidad.
4. Consecución de la identidad. En este estadio, se considera que el individuo ha experimentado una
crisis, pero la ha resuelto en sus propios términos, y ahora esta firmemente comprometido con
una ocupación, una ideología y con roles sociales.

Los niveles de difusión, moratoria, hipoteca y difusión de la identidad caracterizan con mayor detalle
a los jóvenes que intentan resolver o evitar el trabajo de la identidad de la adolescencia. Los
individuos que han conseguido la identidad o la han hipotecado comparten un compromiso con los
papeles adultos; sin embargo, los primeros han sintetizado figuras de identificación importantes de la
infancia en una configuración original y personal, mientras que los segundos han evitado este trabajo
de desarrollo adoptando identidades creadas para ellos por otros.
En cambio los jóvenes con moratoria y difusión de la identidad comparten una falta de
compromiso. Sin embargo, para el grupo de moratoria esa falta es instrumental, actuando
como un estimulo hacia la síntesis de la identidad, mientras que para los que están en el
nivel de hipoteca representa una incapacidad para establecer un compromiso con una
forma de identidad adulta.
en su investigación original (1966) Marcia encontró que a medida que los estudiantes
pasaban por los cuatro años de facultad, la proporción de los que se encontraban en el nivel
de difusión de la identidad disminuía, mientras que el numero de los sujetos con
consecución de la identidad aumentaba de manera sostenida.
Los individuos en grupo de moratoria puntúan mas alto en las medida de ansiedad, y
muestran los mayores niveles con conflicto con la autoridad. Se ha mostrado que los que se
encuentran en el nivel de hipoteca de la identidad son mas autoritarios, tienen la necesidad
mas alta de aprobación social y el nivel mas bajo de autonomía. Por ultimo los que se hallan
en un estado de difusión de la identidad tienen niveles mas altos de problemas psicológicos
e interpersonales. También son los que muestran mas aislamiento social y tienen las peores
destrezas sociales con los iguales.
UNA REVISION DE LA INVESTIGACION SOBRE LA IDENTIDAD ÉTNICA

En primer lugar se clasifica a los jóvenes que no habían explorado o meditado sobre su identidad
étnica como de identidad “no examinada”. Para estos individuos, algún acontecimiento o incidente,
como presenciar o experimentar hostigamiento racial, había supuesto un viraje decisivo en su visión
de si mismos, y los había llevado a un proceso de búsqueda con respecto a las raíces de su origen
étnico. Por ultimo algunos conseguían llegar a una resolución de su identidad, aceptando una
posición tanto con respecto a su cultura como con respecto a la cultura mayoritaria. A estos jóvenes
se les conocía como el grupo de 2identidad lograda”.
El modelo propuesto por Berry (1990) lleva a la posibilidad de que haya cuatro posiciones para
cualquier individuo si las dimensiones, conservación de las tradiciones culturales y relaciones con la
sociedad mas amplia, se dicotomizan como alta y baja. Estas posiciones son:
1. Integración. Estos individuos se situaran alto en la dimensión de conservación de las tradiciones
culturales, pero también desarrollarían y mantendrían relaciones con la cultura de la corriente
principal.
2. Asimilación. Aquí, los jóvenes tendrían un mantenimiento alto de relaciones con la cultura
mayoritaria, mientras que presentarían un nivel bajo de retención de sus propias tradiciones
culturales.
3. Separación. Los incluidos en este grupo tendrían una conservación cultural elevada, y baja
identificación con la cultura de la corriente principal.
4. Marginación. Los individuos en este grupo estarían bajos en ambas dimensiones.
La pertenencia un grupo étnico constituye una parte tan importante de la identidad personal como el
sexo. La identidad étnica es el sentido de identidad en relación con la pertenencia un grupo racial étnico.
En los Estados Unidos, país considerado un auténtico crisol de razas, la gente se enorgullece de su
herencia étnica sin importar si sus antepasados provienen de Irlanda, Rusia, Vietnam, África, Cuba
Alemania Inglaterra. Hasta ahora, la investigación sobre la aparición de la identidad étnica se centra más
en los afroamericanos que en cualquier otro grupo.
Más aún, en pocos estudios se han diferenciado los integrantes de un grupo étnico en particular. Por
ejemplo, los adolescentes negros proceden de África del Caribe, pero generalmente se les trata como un
mismo grupo étnico. De manera análoga, los adolescentes asiaticoamericanos proceden de muchos
países de esa región, cada uno con su propia lengua, costumbres tradiciones. Puesto que la sociedad
presenta cada día una mayor diversidad cultural, los investigadores se concentran más en la función que
la etnicidad desempeña en el desarrollo personal psicológico del niño.
Cómo se adquiere la conciencia de las diferencias étnicas La investigación indica que el niño comienza
percatarse de las diferencias raciales desde los años. esta edad identifica correctamente el color de la
piel su raza etnicidad. Muchas de las investigaciones se realizan mediante experimentos con muñecas:
los niños se les pide escoger la que se parezca más ellos (Clark Clark, 1947; Katz Zalk, 1974). los años,
los niños blancos identifican su grupo étnico con una frecuencia de 100 por ciento. Por el contrario, los
afroamericanos de la misma edad lo identifican con mucha menor frecuencia, aproximadamente entre
70 75 por ciento de las veces. Los trabajos efectuados en la década de los sesenta indican que los
afroamericanos tienden menos identificarse con su raza por las características los atributos negativos
que la sociedad norteamericana atribuye esa raza (Greenwald Oppenheim, 1968). Sin embargo, la
mayoría de estos estudios se realizaron en la era de los derechos civiles, mucho antes del movimiento
"lo negro es hermoso". Si esos mismos estudios se llevaran cabo hoy día, los niños afroamericanos
identificarían la muñeca correcta con mucha mayor frecuencia.

Influencia de las diferencias étnicas en el autoconcepto en la autoestima


Como recordará el lector, Erikson pensaba que un sólido sentido de competencia de autoestima es
indispensable para la formación de la identidad personal durante la adolescencia. Antes de explicar
cómo la adquieren los niños, vamos reseñar algunas de las investigaciones sobre la influencia que las
diferencias étnicas tienen en el autoconcepto la autoestima. causa de los prejuicios étnicos raciales,
veces los niños les es difícil desarrollar sentimientos positivos de competencia de autoestima.
En general, los estudios longitudinales muestran poca diferencia en los autoconceptos en la autoestima de
niños blancos negros (Graham, 1994; McAdoo, 1985; Rosenberg, 1979). Más aún, por lo regular las
adolescentes afroamericanas tienen mayor autoestima que las blancas hispanas (aun, 1991). Sin embargo,
este patrón admite excepciones. Los niños adolescentes afroamericanos tienden mostrar mayor
autoestima cuando sus padres compañeros tienen un alto concepto de ellos (Rosenberg, 1979; Luster
McAdoo, 1995). Además, la evidencia indica que el éxito en la escuela es veces una fuente importante de
autoestima para algunos niños afroamericanos de bajos ingresos (Luster McAdoo, 1995). Es interesante
señalar que el contexto escolar influye mucho en el autoconcepto la autoestima de los niños adolescentes
provenientes de grupos étnicos minoritarios. Hay evidencia de que los estudiantes de raza negra que
asisten escuelas integradas suelen mostrar menor autoestima que los de raza negra que estudian en
planteles segregados o aislados, por lo menos en el sur de los Estados Unidos, donde se llevó cabo gran
parte de estas investigaciones (Powell, 1985). Esto se ha inter prestado así: los estudiantes afroamericanos
que asisten escuelas integradas les resulta más difícil conservar su sistema de valores. Además, este tipo
de planteles fa- CONOZCA EL YO favorece la comparación entre grupos étnicos, lo cual aminora la
autoestima de los estudiantes que no pertenecen la mayoría. En ellos los de raza blanca suelen ocupar
posiciones de poder prestigio (presidente del grupo, reina de la escuela, encargado del discurso de
despedida al finalizar el año lectivo). En cambio, los que asisten escuelas segregadas suelen compararse
con miembros de su grupo étnico. Además, el personal los estudiantes tienden un sistema común de
valores, lo cual viene ahondar el sentido de cohesión psicológica comunitaria en el plantel (Harter, 1990).
Conforme al ideal tradicional de "crisol de razas" de la cultura norteamericana, las
minorías étnicas deben integrarse la cultura mayoritaria; en cambio, los re cién
inmigrados veces prefieren que sus hijos conserven las tradiciones la len gua de su
cultura. Los niños pertenecientes las minorías viven entre las dos cultu ras en una forma
relativamente satisfactoria. La reacción de algunos consiste en rechazar su herencia
étnica. Por ejemplo, un estudio reveló que los adolescentes asiaticoamericanos tendían
más que los afroamericanos los hispanos mostrar actitudes negativas hacia su grupo
cultural (Phinney, 1993). Quizá el hecho de que se dé más importancia al logro la
conformidad en sus familias choca con el ideal de libertad autoexpresión del
adolescente. Una complicación más: estos adoles centes pueden verse rechazados por su
grupo si se asocian si se identifican mucho con la cultura de la mayoría. Así, los
estudiantes negros que "imitan los blancos" se les da el apodo de "oreos" otro término
denigrante. En opinión de algunos investigadores, los afroamericanos los latinos menudo
ocultan sus habilidades en la escuela no tienen un buen rendimiento porque temen que
su grupo étnico piense que "están portándose como blancos". En conclusión, la creación
de la iden tidad en las minorías étnicas supone encontrar el equilibrio entre el propio
grupo la cultura dominante
. La complejidad del proceso se aprecia en las siguientes observaciones de un adolescente afroamericano
inscrito en una escuela donde 95 por ciento de los estudiantes era de raza blanca: No me considero un miembro
de las minorías, pues mis amigos [blancos] ni siquiera me ven como una persona de otro color; simplemente me
ven como uno de tantos, como ellos. Otros estudiantes prefieren ser negros, les gusta juntarse con miembros de
su raza, no quieren tener nada que ver con los blancos... Yo no soy como ellos... frecuento el club de esquí les
pregunté mis amigos si querían una membresía; debiste ver su cara, se pusieron histéricos. ¿De qué habla este
tipo, el club de esquí? Los que allí se reúnen son un montón de blancos (Miller, 1989, p. 181). El proceso de
crearse una identidad étnica generalmente comienza en la adolescencia, cuando los jóvenes poseen las
habilidades cognoscitivas necesarias para entender que la información sobre su grupo étnico choca con la
referente a otros grupos, reflejando al mismo tiempo su sistema de creencias sus valores persona les. La
identidad étnica, como cualquier otro factor relacionado con el autoconcepto, no se adquiere en un solo
momento, pues requiere probar varias opciones. No es Los niños provenientes de las minorías étnicas deben
conciliar las expectativas de que se integren la sociedad general con las de sus padres, quienes desean que no
pierdan su identidad cultural. DESARROLLO PERSONAL, SOCIAL MORAL El cambio de código es el
proceso consistente en pasar de una cultura otra, generalmente la mayoría la de un grupo minoritario. raro que
los adolescentes de las minorías sufran una crisis de identidad, durante la cual ponen en tela de juicio lo que
sienten al respecto. Esta "crisis" menudo se debe un suceso que provoca sentimientos de humillación, de
inferioridad de rechazo (Cross, 1991). Por ejemplo, en su autobiografía Malcom atribuye el inicio de su
búsqueda de identidad étnica al día en que su asesor de nivel medio le aconsejó convertirse en carpintero no en
abogado, porque ese oficio era apropiado para los negros.

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