causa la muerte a otra persona ya sea dolosa o culposamente homicidio simple homicidio agravado homicidio calificado homicidio concasual homicidio culposo homicidio preterintencional el homicidio simple se concreta cuando una persona, con dolo e intención, pone fin a la vida de otra pero no existen circunstancias alrededor de ese crimen que la ley considere para ya sea atenuar o agravar la figura, es decir, el homicidio simple se caracteriza porque hay una intención de matar a otro. Por esto mismo se lo considerará como homicidio simple. La acción típica en la figura del homicidio es la de matar a una persona, se produce cuando el homicida tiene la intención de provocar la muerte de la otra persona. No quiso sólo provocarle lesiones, le quiso matar intencionadamente. Es un delito cuya acción esta constituida por la muerte que un hombre causa a otro de manera intencional realizado bajo ciertas circunstancias, por lo tanto, es considerado por el legislador como un delito de mayor gravedad en relación con el homicidio simple. quien cometa homicidio por medio de veneno o de incendio u otro de los delitos previos, con alevosía o con motivos fusiles o innobles se le dan 15 años a 20 años. Se dice que existe homicidio concasual, cuando el agente a pesar de tener la intención de matar al sujeto pasivo, su sola conducta no es suficiente para producir la muerte de su victima, por lo que tiene que asociarse a otra circunstancia, desconocida por el, que aunque no depende de su voluntad, le ayuda a lograr su objetivo de destruir la vida de su sujeto pasivo. EJM: Una persona quiere matar a otra con la navaja que trae, el sujeto tiene la intención de matar, pero la acción no es suficiente para ocasionar la muerte y existe una circunstancia que se llama concausa que es lo que le ocasiona la muerte al sujeto. En el homicidio culposo, el delincuente no tenía la intención previa de matar y actuó “en el momento”, en circunstancias que pueden causar que una persona razonable se altere emocional o mentalmente. tipo más común de homicidio culposo o involuntario ocurre cuando un acusado es provocado para cometer el homicidio. En la mayoría de los casos, la provocación debe ocasionar ira o enojo en el acusado, aunque algunos casos han sostenido que el miedo, el terror o la desesperación serán suficientes. El homicidio preterintencional se verifica cuando el agresor actúa con la intención de provocar lesiones a otra persona, con un medio idóneo para ello, pero finalmente le provoca la muerte. Así, se tiene en cuenta la intención que no es la de matar y el medio que no debía razonablemente ocasionar la muerte.