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ORIGEN DE LOS RECURSOS

Ing. Fernando Cano Legua


• De los 112 elementos que aparecen en la
tabla periódica, la Tierra alberga alrededor de
90.
• De éstos, 81 elementos son estables, mientras
que los 9 restantes existen como isótopos
radioactivos inestables. Los elementos
posteriores al uranio (Z=92) no se encuentran
en la naturaleza y han sido obtenidos
artificialmente mediante el uso de
aceleradores de partículas.
• La mayoría de los elementos se obtienen de la corteza
terrestre, y otros de la atmósfera y de los océanos.
Algunos se encuentran en forma libre y sin combinar.
• Sin embargo, muchos de ellos se combinan unos con
otros para formar compuestos, y éstos entre sí forman
los minerales, las rocas y los suelos.
• De los suelos se extraen los minerales que son la base
de la riqueza de algunos países del mundo.
• Los metales, en gran parte, provienen de los minerales.
Los metales más abundantes que existen en la corteza
terrestre en forma mineral son: aluminio, hierro,
calcio, magnesio, sodio, potasio, titanio y manganeso.
• El agua de mar es una rica fuente de iones
metálicos como:
• Na+, Mg+2, Ca+2, Cl-1, CO3-2, SO4-2...
• Por otra parte, la obtención de metales con
alto índice de pureza como el hierro y el
aluminio, entre otros, se logra mediante
procesos metalúrgicos.
EL ORIGEN DE LOS ELEMENTOS
QUÍMICOS
• La teoría más aceptada, hoy en día, para explicar
el origen del Universo es la del “Big Bang” o la
Gran Explosión.
• Ésta postula que hace diez mil o veinte mil
millones de años, toda la materia y energía
presente, incluyendo el espacio que ellas llenan,
se concentró en un volumen muy pequeño y por
tanto de una densidad e inestabilidad muy
grande. Al ocurrir la inmensa explosión, todo
comenzó a expandirse en un proceso que aún no
ha cesado.
• En el Universo primitivo se formó hidrógeno y
helio, a partir de las partículas elementales que
existían o se formaban como producto de la
explosión primigenia.
• Sin embargo, el resto de los elementos no podían
conformarse en tales condiciones, pues sus
núcleos atómicos se disociarían a tan altas
energías.
• A medida que ocurría la expansión del Universo,
las temperaturas fueron disminuyendo y, con el
tiempo, las estrellas se convirtieron en las
fábricas naturales de elementos.
• La capacidad que tienen las estrellas para
producir determinados elementos químicos
depende de sus masas, que pueden ir desde 0,1
hasta 100 veces la masa del Sol.
• De esta forma, la enorme fuerza gravitacional de
estos cuerpos estelares propiciará el proceso.
• Ello tiene lógica: para que dos núcleos atómicos
se fusionen es necesario vencer la fuerza
eléctrica de repulsión de estas partículas, de tal
manera que puedan acercarse a una distancia
que les permita atraerse mediante la
denominada “fuerza nuclear fuerte”.
• En sucesivas fusiones nucleares se van
conformando los núcleos de elementos cada vez
más pesados, hasta llegar al isótopo más estable
del hierro que es el 56.
• Por ser éste el núcleo más estable, a partir de allí
ya no es posible continuar la fusión de núcleos,
por lo que entra en vigencia una vía
energéticamente menos exigente: la captura de
neutrones que, al no tener carga eléctrica,
pueden penetrar en los núcleos sin ser repelidos.
• Luego este núcleo emite radiación beta, dando
origen a un nuevo elemento.
FORMACIÓN DEL SOL Y LOS
PLANETAS
No sabemos qué ocurrió en el lugar que ahora
ocupamos durante los primeros 10.000 millones de
años, si hubo otros soles, otros planetas, espacio
vacio o, simplemente, nada. Hacia la mitad de este
periodo, o quizás antes, debió formarse una galaxia.
Cerca del límite de esta galaxia, que hoy llamamos
Vía Láctea, una porción de materia se condensó en
una nube más densa hace unos 5.000 millones de
años. Esto ocurría en muchas partes, pero esta nos
interesa especialmente. Las fuerzas gravitatorias
hicieron que la mayor parte de esta masa formase
una esfera central y, a su alrededor, quedasen
girando masas mucho más pequeñas.
• La masa central se convirtió en una esfera
incandescente, una estrella, nuestro Sol. Las
pequeñas también se condensaron mientras
describían órbitas alrededor del Sol, formando
los planetas y algunos satélites. Entre ellos,
uno quedó a la distancia justa y con el tamaño
adecuado para tener agua en estado líquido y
retener una importante envoltura gaseosa.
Naturalmente, este planeta es la Tierra.
SÓLIDO, LÍQUIDO Y GASEOSO
• Después de un periodo inicial en que la Tierra era
una masa incandescente, las capas exteriores
empezaron a solidificarse, pero el calor
procedente del interior las fundía de nuevo.
Finalmente, la temperatura bajó lo suficiente
como para permitir la formación de una corteza
terrestre estable. Al principio no tenía atmósfera,
y recibía muchos impactos de meteoritos. La
actividad volcánica era intensa, lo que motivaba
que grandes masas de lava saliesen al exterior y
aumentasen el espesor de la corteza, al enfriarse
y solidificarse.
• Esta actividad de los volcanes generó una gran
cantidad de gases que acabaron formando una
capa sobre la corteza. Su composición era muy
distinta de la actual, pero fue la primera capa
protectora y permitió la aparición del agua
líquida. Algunos autores la llaman "Atmósfera I".
En las erupciones, a partir del oxígeno y del
hidrógeno se generaba vapor de agua, que al
ascender por la atmósfera se condensaba, dando
origen a las primeras lluvias. Al cabo del tiempo,
con la corteza más fría, el agua de las
precipitaciones se pudo mantener líquida en las
zonas más profundas de la corteza, formando
mares y océanos, es decir, la hidrosfera.
LA CORTEZA TERRESTRE
Desde sus orígenes, nuestro planeta está compuesto de
diversas capas que se formaron mientras los materiales
pesados caían hacia el centro y los más ligeros salían a la
superficie. Entre algunas de las capas se producen cambios
químicos o estructurales que provocan discontinuidades. Los
elementos menos pesados, como silicio, aluminio, calcio,
potasio, sodio y oxígeno, componen la corteza exterior.

Las placas que forman la corteza terrestre se encuentran


flotando sobre materiales pastosos sometidos a fuertes
presiones. Se desplazan lentamente las unas con respecto a
las otras. En el pasado estuvieron unidas, después se
separaron formando los actuales continentes.

Debido a estos movimientos y a la presión sobre los


materiales internos, se producen diversos fenómenos:
plegamientos del terreno, fallas, grietas, volcanes y
terremotos. Vivimos sobre una superficie que, lejos de
permanecer estable, va cambiando a lo largo del tiempo.
MINERALES Y ROCAS
La mineralogía es la ciencia encargada de la identificación de
minerales y el estudio de sus propiedades, origen y clasificación.

Los minerales aparecen con una amplia variedad de colores y


estructuras, incluyendo tipos tan diversos como la obsidiana
negra vítrea, el jaspe joya, los diamantes claros y duros y el talco
blando y blanquecino. Los minerales son la fuente de los metales
valiosos, extraídos como menas.

Entre los minerales se encuentran algunos con estructuras


internas que siguen patrones geométricos. Se les denomina
cristales. Por su brillo, color y propiedades algunos son
considerados como piedras preciosas.

Por su parte, una roca es cualquier agregado mineral formado de


modo natural. El término se aplica a agregados de distintos
tamaños, desde la roca sólida del manto terrestre hasta la arena y
la arcilla o barro.
ROCAS DE LA CORTEZA TERRESTRE
Las rocas son agregados de diversos minerales, aunque, en
ocasiones, pueden estar formadas por un único mineral.
Las rocas se pueden formar de muy diversas maneras y a
distintas profundidades. Una vez formadas, afloran. Se las
encuentra por toda la superficie terrestre.

Para estudiarlas, dividimos las rocas en tres grandes


grupos, según como se han formado: ígneas, formadas por
la solidificación del magma; metamórficas, formadas por
transformación de otros tipos y sedimentarias, originadas a
partir de los materiales de la erosión acumulados en una
zona concreta.
ROCAS ÍGNEAS
Las rocas ígneas se
forman por el
enfriamiento y la
solidificación de materia
rocosa fundida, el magma.
Según las condiciones
bajo las que el magma se
enfríe, las rocas que
resultan pueden tener
granulado grueso o fino.
Las rocas ígneas (del latín igneus) o
magmáticas se forman a partir de la
solidificación de un fundido silicatado o
magma. La solidificación del magma y su
consiguiente cristalización puede tener lugar
en el interior de la corteza, tanto en zonas
profundas como superficiales, o sobre la
superficie exterior de ésta.     Si la
cristalización tiene lugar en una zona profunda
de la corteza a las rocas así formadas se les
denominan rocas intrusivas o plutónicas (de
Plutón, el dios del mundo inferior en la
mitología clásica). Por el contrario, si la
solidificación magmática tiene lugar en la
superficie terrestre a las rocas se las
denomina rocas extrusivas o volcánicas (de
Vulcano, dios del fuego en la mitología clásica
que tenia su residencia bajo el volcán Etna).
Por último, si la solidificación magmática
se produce cerca de la superficie de la
tierra, de una manera relativamente rápida
y el magma rellena pequeños depósitos
(p.ej. diques, filones, sills, lacolitos, etc.) a
las rocas así formadas se las denomina
subvolcánicas o hipoabisales. Estas rocas
también reciben el nombre de rocas
filonianas, ya que habitualmente están
rellenando grietas o filones.
    La clasificación de las rocas ígneas se
basa en la composición mineralógica y en
las texturas; éstas últimas nos permiten
establecer si nos encontramos con rocas
plutónicas, volcánicas y filonianas.
Roca ígnea - Las pistas (ó líneas), de colores
claros, muestran la dirección del flujo de lava
Las rocas ígneas están compuestas fundamentalmente
por silicatos, los cuales están constituidos
mayoritariamente por  silicio (Si) y oxígeno (O). Estos
dos elementos, junto con el aluminio (Al), calcio (Ca),
sodio (Na), potasio (K), magnesio (Mg) y hierro (Fe),
constituyen más del 98% en peso de la mayoría de los
magmas que al solidificarse forman las rocas ígneas.
Además los magmas contienen pequeñas cantidades
de muchos otros elementos como azufre (S), oro (Au),
plata (Ag) uranio (U), tierras raras, gases en disolución,
etc.
La composición de una roca ígnea dependerá, por
tanto, de la composición inicial del magma a partir del
cual se ha formado. 
ROCAS SEDIMENTARIAS
Una vez que las rocas se han formado a partir
del magma que asciende y sale a la superficie,
pueden sufrir diversos procesos que las
transforman. Por una parte, pueden ser
pulverizadas por la erosión y, sus fragmentos,
dar origen a rocas sedimentarias. Por otra,
pueden hundirse - o no haber llegado a la
superficie - y ser transformada por el calor y la
presión, dando lugar a rocas metamórficas.

Las rocas sedimentarias están compuestas por


materiales transformados, formadas por la
acumulación y consolidación de materia
mineral pulverizada, depositada por la erosión.
ROCAS METAMÓRFICAS
Las rocas metamórficas son aquellas cuya
composición y textura originales han sido
alteradas por calor y presión. A este
proceso se le llama metamorfosis de la
roca. Los ambientes con calor y presión
suficientes para causar metamorfismo se
encuentran frecuentemente donde las
placas tectónicas de la Tierra se están
uniendo. Allí, las placas que chocan entre
sí, trituran las rocas y son calentadas a
grandes profundidades por el magma.

Las rocas pueden ser alteradas en


pequeñas áreas de metamorfismo por
contacto, o en grandes áreas por el
metamorfismo regional.
"Se originan por la acción de agentes externos (sustancias ácidas,
lluvias, viento, etc.) que producen la desintegración física y química
de rocas preexistentes."

Los materiales desintegrados son


transportados por el agua y por el
viento hasta que se depositan y se
acumulan como sedimentos.

Estos depósitos se compactan por el


peso de las sucesivas capas de material
y se disponen en forma de capas y
estratos. La dureza depende del grado
de cementación de los gránulos.

Los minerales más comunes en las rocas formadas por fragmentos son los
constituidos por cuarzo, feldespato y arcillas. Un mineral importante
presente en las rocas sedimentarias y metamórficas, pero no en las ígneas
es la calcita.
¿Alguna vez has ido a la playa y hundido
los dedos de tus pies en la arena? ¡En
unos cientos de años esa arena se
convertirá en parte de una roca
sedimentaria!
Las rocas sedimentarias representan más
de tres cuartos de las rocas que se
encuentran en la superficie de la Tierra. Se
forman en la superficie de medio
ambientes tales como, las playas, los ríos,
y océanos, y en cualquier parte en donde
se acumulen la arena, el barro y cualquier
otro tipo de sedimento. Las rocas
sedimentarias preservan un registro de los
medio ambientes que existieron cuando se
formaron. Al observar a las rocas
sedimentarias de diferentes edades, los
científicos pueden determinar de qué
manera han cambiado nuestro clima y
medio ambientes a lo largo de la historia.
Los fósiles de seres que vivieron en el
pasado quedan también preservados en
las rocas sedimentarias.
METALES, NO METALES Y SEMIMETALES
• El oro es hermosamente brillante; la plata, además de sus
codiciadas dotes, es un muy buen conductor de la
electricidad.
• El cobre es un gran amigo de los artesanos, pues es
maleable y dúctil.
• El mercurio, a pesar de ser líquido a presión y temperatura
ambiente, tiene un llamativo brillo y una altísima densidad.
• Por estas razones y otras propiedades a un grupo de
elementos se le ha clasificado como metales, que se
caracterizan por ser:
• Maleables, o sea fácilmente moldeables al impactarlos con
un martillo; dúctiles, pues podemos estirarlos en forma de
largos hilos; brillantes porque reflejan la luz que les
ilumina; además tienen una alta conductividad eléctrica y
térmica, y son, con frecuencia, relativamente densos y
poseen altos puntos de fusión.
• Por el contrario, elementos como el oxígeno,
el fósforo, el yodo, el azufre y el nitrógeno,
entre otros, al tener escaso o ningún brillo, ser
malos conductores de la electricidad y de la
energía térmica, además de tender a no ser
maleables ni dúctiles, y a presentar bajas
densidades y bajos puntos de fusión, a tal
extremo que muchos de ellos se nos
presentan en forma gaseosa a temperatura y
presión ambiente, deben ser clasificados
como NO METALES.
• Adicionalmente, algunos elementos tienen
propiedades que oscilan entre las que
caracterizan a los metales y aquellas que les
son propias a los no metales, por lo que se les
denomina semimetales. Ejemplos de ellos
son el germanio (Ge) y el arsénico (As).
• De los 112 elementos que se conocen, menos
de una quinta parte son no metálicos. Su
química es muy diversa y su abundancia en la
corteza terrestre es notable.
• Algunos de ellos son esenciales para los
sistemas biológicos y ciertamente sin su
existencia la Tierra sería bien distinta y la vida,
tal como la concebimos, imposible.
• Este grupo incluye, entre otros, a los gases
nobles, los halógenos, el hidrógeno, el
carbono, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre.
• El carbono es clasificado como un no metal cuando se nos
presenta en forma de grafito, el mismo material de la mina de
los lápices, y es un buen conductor de la electricidad, de allí
que se le haya utilizado en la elaboración de algunas pilas o
baterías eléctricas.

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