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HISTORIA DE LA PLANCHA

EVOLUCIÓN DE
LA PLANCHA
En la actualidad es considerada uno de los
electrodomésticos imprescindibles en el hogar
que permiten no sólo mantener el orden, sino
también lucir una buena imagen. Se trata de la
plancha, una herramienta que tiene orígenes
más allá del tiempo que podríamos imaginar.
HISTORIA

siglo IV a.C. siglo XVII Año 1882 Año 1926 Año 1978
Comienzos Termino “Plancha” plancha eléctrica plancha de vapor plancha sin cable
En la Antigua Grecia, el lucir prendas sin
arrugas demostraba una importancia, un
elevado nivel social. Para lograr este
cometido, se utilizaban rodillos de hierro
que se calentaban y se pasaban
reiteradamente sobre la ropa para alisarla y
marcar los pliegues. Algunos siglos más
tarde, en Roma, las vestimentas eran
planchadas y plisadas mediante el martilleo
con un mazo plano. Esta herramienta era
muy pesada e implicaba la tarea de golpear
sistemáticamente las prendas, por lo cual
esta actividad quedaba relegada a los
esclavos. En el siglo IV, los chinos
empleaban unos cuencos de latón provistos
de un mango dentro de los cuales se
colocaban maderas aromáticas ardientes.
Además de alisar las telas mediante el calor,
las fibras quedaban impregnadas por
deliciosos perfumes.
En Europa, hasta los vikingos se preocupaban en
emprolijar sus vestiduras mediante el planchado. Para
ello contaban con una herramienta con forma
fungoide que presionaban hacia atrás y adelante sobre
las prendas húmedas. Ya en el siglo XV, había dos
clases de planchas en Europa. Las llamadas “cajas
calientes” eran huecas y permitían introducir carbón o
un ladrillo caliente, las familias menos acomodadas, en
cambio, contaban con las planchas macizas que se
calentaban directamente al fuego.
Estas últimas contaban con la desventaja de poder
llegar a ensuciar las prendas con el hollín que se
desprendía de ellas.
Fue en el siglo XVII cuando surgió el término plancha,
las primeras más conocidas eran hechas de hierro y se
calentaban al fuego. Tiempo después aparecieron las
llamadas “planchas huecas” que eran cargadas de
brasas.
Plancha eléctrica
Este artilugio disponía de un arco voltaico abierto que no pudo ser aprovechada por dos razones importantes: en
las casas no había conexión a la red eléctrica, y no existía aún un termostato regulable que evitara que las prendasHenry W. Seely
se quemaran, por lo que se llamó al invento de Henry “el invento de los tontos”, y aunque la idea era excelente, su
aplicación no sería posible.
En 1897 un camarero de Minneapolis, Charles Carpenter, dotó a la plancha eléctrica de Henry Seely de una
resistencia espiral, solucionando algunos de los problemas que el artilugio presentaba.
En 1901 la electricidad entró en los hogares debido a que las compañías eléctricas proliferaron, y la plancha
eléctrica se vendía en el mercado
Pero un nuevo escollo hubo de ser salvado. La electricidad era concebida como medio de iluminación de las
casas, por lo que hasta 1905 los responsables de las centrales no suministraban fluido hasta el atardecer y lo
interrumpían con la primera luz del día. Era un enorme inconveniente para los fabricantes de planchas y
pequeños electrodomésticos ya que la imposibilidad de su uso diurno retraía a muchos.
De ello se dio cuenta un revisor de contadores canadiense de Ontario llamado Earl Richardson, que
acostumbraba a hablar en su trabajo con las amas de casa y sabía que éstas se quejaban de dos cosas: las Earl Richardson
planchas existentes eran muy pesadas, además de no poder ser utilizadas durante el día.
Earl Richardson, que había inventado su propio artilugio planchador, habló con los productores de electricidad y
los convenció del gran negocio que supondría suministrar fluido eléctrico durante todo el día, y les propuso
asignar un día a la semana para hacer el experimento. Así fue, se escogió el martes y se probó que Earl Richardson
estaba en lo cierto. De esta manera consiguió vender fácilmente las planchas eléctricas hechas artesanalmente
por él una a una en su casa.
mujer con plancha antigua Pero tenía un defecto: calentaba más por un sitio que por otro debido a que distribuía
irregularmente el calor, se producía un hot point, un punto caliente, que podía echar a perder el planchado.
Richardson estudió el problema, lo corrigió y se quedó con el nombre Hot point para Inventor emplearlo como
marca.
Tanto éxito tuvo que en los felices años 20 (1920-1929) se vendían en Estados Unidos alrededor de tres millones
de planchas eléctricas cada año al precio de seis dólares.
LA PRIMERA PLANCHA DE VAPOR
Para quienes no podían contar con el beneficio de la electricidad se crearon
en 1926 las primeras planchas de vapor a casi el doble de precio, porque
tenían una ventaja: no chamuscaban la ropa debido a que rodeaban la
prenda de una humedad uniforme.
El inventor de la plancha de vapor fue una pequeña empresa neoyorquina
de limpieza química llamada Eldec Company. Que desarrolló el invento y
poco a poco lo fue perfeccionando.
Independientemente de cualquier novedad e invento, la plancha de vapor
seguía teniendo su público, y como los tejidos que iban saliendo al mercado
eran cada vez más sintéticos su planchado parecía requerir cada vez más un
aporte de humedad, y el vapor se presentaba como solución ideal.
Si las primeras planchas de vapor sólo tenían un orificio de salida, en la
década de los cuarenta se fabricaron con dos para ir multiplicando esa cifra.
Los orificios de salida del vapor se convirtieron en asunto trascendental
para los fabricantes de planchas.
Plancha sin cable
En 1978 la firma Lyon & Brandfield Limited lanzó la
plancha sin cable y la plancha sin pilas, que
funcionaba con gas mediante recambios de butano o
benzina incorporado que le daba una autonomía de
cinco horas.
La plancha sin cables, invento de los ingleses Howard
O. Freckleton y John Stanley Bird, había sido
concebida para utilizar en lugares a los que no
llegaba la red eléctrica, para las acampadas y el
mundo del caravaning, por ejemplo.
PLANCHAS EN LA ACTUALIDAD

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