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Cifras para recordar

De acuerdo con la Convención sobre los Derechos


del Niño, todos los lactantes y niños tienen derecho a
una buena nutrición.
Un 45% de las defunciones de niños se asocia a la
desnutrición.
Se calcula que en 2016, a nivel mundial, 155 millones
de niños menores de 5 años sufrían retraso del
crecimiento y 52 millones presentaban un peso bajo
para su talla; 41 millones tenían sobrepeso o eran
obesos.
Son pocos los niños que reciben alimentación
complementaria segura y adecuada desde el
punto de vista nutricional; en muchos países,
menos de un cuarto de los niños de 6 a 23
meses cumplen los criterios de diversidad de la
dieta y frecuencia de las comidas apropiados
para su edad.
Si todos los niños de 0 a 23 meses estuvieran
amamantados de forma óptima, cada año se les
podría salvar la vida a más de 820 000 niños de
menos de 5 años. La lactancia materna mejora el
coeficiente intelectual y la asistencia a la
escuela, además de asociarse a mayores
ingresos en la vida adulta
La mejora del desarrollo infantil y la reducción
de los costos sanitarios gracias a la lactancia
materna generan beneficios económicos para
las familias y también para los países

Aproximadamente un 40% de los lactantes de 0


a 6 meses se alimentan exclusivamente con
leche materna
Vision general
La cifra estimada de muertes de niños debidas a
la desnutrición es de 2,7 millones, lo cual
representa el 45% de todas las muertes de
niños. La alimentación del lactante y del niño
pequeño es fundamental para mejorar la
supervivencia infantil y fomentar un crecimiento
y desarrollo saludables. Los primeros dos años
de la vida del niño son especialmente
importantes, puesto que la nutrición óptima
durante este periodo reduce la morbilidad y la
mortalidad, así como el riesgo de enfermedades
crónicas, y mejora el desarrollo general.
Lactancia materna
El inicio temprano de la lactancia materna (en la
primera hora de vida) protege al recién nacido
de las infecciones y reduce la mortalidad
neonatal. El riesgo de muerte por diarrea y otras
infecciones puede aumentar en los lactantes
que solo reciben lactancia parcialmente
materna o exclusivamente artificial.
La leche materna también es una fuente
importante de energía y nutrientes para los
niños de 6 a 23 meses. Puede aportar más de la
mitad de las necesidades energéticas del niño
entre los 6 y los 12 meses, y un tercio entre los
12 y los 24 meses. La lecha materna también es
una fuente esencial de energía y nutrientes
durante las enfermedades, y reduce la
mortalidad de los niños malnutridos.
La mayor duración de la lactancia materna
también contribuye a la salud y el bienestar de
las madres. Reduce el riesgo de cáncer de
ovarios y de mama y ayuda a espaciar los
embarazos, ya que la lactancia exclusiva de
niños menores de 6 meses tiene un efecto
hormonal que a menudo induce la amenorrea.
Se trata de un método anticonceptivo natural
(aunque no exento de fallos) denominado
Método de Amenorrea de la Lactancia
Alimentación
complementaria
Alrededor de los seis meses, las necesidades de
energía y nutrientes del lactante empiezan a ser
superiores a lo que puede aportar la leche
materna, por lo que se hace necesaria la
introducción de una alimentación
complementaria
¿Qué es la alimentación complementaria?

L a Organización Mundial de l a Salud (OMS)


define la alimentación complementaria como “el
acto de recibir alimentos sólidos o líquidos
(excepto medicamentos en gotas y jarabes)
diferentes a la leche, durante el tiempo que el
lactante está recibiendo leche materna o
fórmula infantil.
¿Cuándo iniciar la alimentación
complementaria?

El inicio de los alimentos sólidos implica un


período de transición entre la alimentación
líquida (leche materna o fórmula infantil) y la
alimentación característica del resto de la vida
(principalmente sólida)
Objetivos de la alimentación complementarias

Contribuir con el desarrollo del aparato


digestivo.
Suplementar nutrientes insuficientes.
Enseñar a distinguir sabores, colores, texturas y
temperaturas diferentes.
Colaborar con la conformación de hábitos de
alimentación saludable.
Estimular el desarrollo psicosocial.
Fases de la alimentación del niño :

La alimentación de un niño se clasifica en tres


etapas: lactancia, de transición y modicada del
adulto.

Lactancia
Edad: primeros seis meses de vida .Alimentación:
láctea exclusivamente.
De transición
Edad: entre los 6 y 8 meses de vida.

Alimentación: se introducen alimentos dife-


rentes a la leche y el tamaño de la “porción” va
en aumento.
Modificada de adulto
Edad: entre los 8 y 24 meses de vida.

Alimentación: los niños manejan los mismos


horarios de alimentación que los adultos.
Pueden comer casi todos los alimentos, aunque
varía la “consistencia”. Cuando el niño consigue
con sus dedos hacer el movimiento de pinza,
debe fomentarse y promover que “tome”
alimentos más sólidos y se los lleve a la boca.
Alrededor del año de edad, el niño es capaz de
cerrar los labios, apretarlos contra el vaso y
tomar líquido del recipiente que otra persona
sostiene. Durante el segundo año de vida, los
niños ya pueden tomar líquido del recipiente sin
necesidad de ayuda.
Qué tipo de alimentos
se deben utilizar para la alimentación
complementaria?
La principal razón por la que el bebé debe comen-
zar a comer alimentos diferentes a la leche, tal como
ya se ha expresado, es de tipo nutricional. Las
necesidades de energia ́ , protein
́ as, vitaminas y
minerales se incrementan a partir del sexto mes de
vida, y, por esto, los alimentos seleccionados deben
ser ricos en: calorías, proteínas, hierro, zinc, calcio,
vitaminas A-C-D, entre otros. Los alimentos elegidos
“complementarán” al alimento básico que continúa
siendo la leche (al menos hasta el primer año de
vida) y ayudarán con la cobertura de los
requerimientos de los nutrientes.
Alimentación en niños
mayores de 2 años
Preescolar: 2 a 6 años

La etapa preescolar tiene una particular


importancia en el establecimiento de los hábitos
alimentarios, por ser años de aprendizaje y
formación; las costumbres adquiridas durante
este lapso repercutiran a lo largo de toda la vida
del individuo.
Entre los 3 y 6 años de edad, los incrementos
anuales en el peso y la talla son de alrededor de
2 kilos y 6 centimetros, respectivamente.

en este periodo el niño tiene una tasa de


crecimiento menor que en los años anteriores y
por lo tanto sus re- querimientos disminuyen.
Igualmente el organismo en ésta etapa no
almacena grasa y se presenta una aparente
delgadez que es causa de preocupación .
Es importante que los padres conozcan estas
características de desarrollo del niño, las
entiendan y eviten entrar en conflicto y generar
problemas alimentarios. El maltrato y el utilizar
los alimentos como premio o castigo conducen a
selecciones inadecuadas y desinterés por la
comida.
Escolar: 7 a 12 años

A esta etapa se le ha denominado período de


creci- miento latente, porque durante ella son
muy estables las tasas del crecimiento somático
y los cambios corporales se producen de una
manera lenta y gradual. En este pe- ríodo se
acentúan el dimorfismo sexual y las modificacio-
nes en la composición corporal son evidentes.
Así mismo en esta etapa los incrementos en el
peso y la estatura se mantienen constantes.
Conforme aumenta la edad, las mujeres van
teniendo mayores incrementos que los hom-
bres en el peso y la talla.
Algunos factores asociados a la edad escolar:

Obesidad: es una enfermedad multifactorial y


compleja en cuyo desarrollo intervienen
factores genéticos y am- bientales. En algunos
casos la alimentación puede contri- buir a la
obesidad; no se debe recomendar una restric-
ción energética severa, porque se corre el
riesgo de menoscabar el crecimiento y el
desarrollo; la meta es man- tener el peso o
reducir su ritmo de ganancia.
Inactividad física: Se ha identificado la
inactividad fí- sica como un factor clave en el
desarrollo de la obesidad y se ha asociado al
exceso de tiempo viendo la televi- sión, que se
ha convertido en un agente importante y
responsable de esa falta de actividad física.
Caries: Entre los hidratos de carbono, se
considera a la sacarosa como el más
cariogénico; el consumo de azú- car,
especialmente entre comidas, aumenta la
posibili- dad de que aparezcan caries. El
problema no radica solo en la cantidad de
azúcar que se ingiere sino también en la
frecuencia con que se consume, el tiempo que
perma- nece en la boca y en la forma del
alimento que hace que se adhiera a la superficie
del esmalte, aumentando el tiem- po de contacto
de este con el agente cariogénico.

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