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Desertificación

La desertificación es la disminución o eliminación irreversible de la

cobertura vegetal. Se origina cuando se actúa inadecuadamente

sobre el territorio. En contraposición, el concepto desertización se

refiere a procesos de origen natural, como el origen de desiertos a

lo largo del tiempo geológico. Casi un tercio de la superficie

terrestre se encuentra en una situación delicada frente a la

desertificación, donde vive un 20% de la población mundial.


La desertificación se define como la degradación
de las tierras de zonas áridas, semiáridas y
subhúmedas secas, que resulta de factores de
origen climático y de actividades antropogénicas
como:

 la deforestación,
 el sobrepastoreo,
 la expansión de áreas agrícolas hacia áreas
frágiles
 y la sobreexplotación de la vegetación para uso
doméstico
 La desertificación está asociada a la disminución de la
capacidad del suelo para soportar vida vegetal o a la
pérdida por erosión del propio suelo.
 La disminución de la fertilidad se puede deber a la
menor disponibilidad de humedad, aumento de la
salinidad, o contaminación.
 Desde 1977 la desertificación ha pasado a ser
oficialmente un problema mundial que afecta a países
ricos y pobres, en los primeros provoca pérdidas
económicas pero en los segundos provoca serios
problemas de hambre, especialmente en África.
Existen, principalmente, siete procesos responsables de la
desertificación:

1. degradación de la cubierta vegetal


2. erosión hídrica
3. erosión eólica
4. salinización
5. reducción de la materia orgánica del suelo
6. encostramiento y compactación del suelo
7. acumulación de sustancias tóxicas para los seres vivos.
Causas de la desertificación
 En las regiones áridas, la desertificación se ha
atribuido tanto a factores relacionados con las
acciones humanas como a eventos climáticos.
En la desertificación se halla todo un conjunto
de procesos interrelacionados; físicos,
biológicos, históricos, económicos,
culturales y políticos, cuya manifestación
plantea una diversidad de niveles de resolución,
tanto en escala espacial como temporal
 Condiciones ambientales. Las zonas áridas
se caracterizan por su precipitación pluvial
anual baja con lluvias intensas que
frecuentemente caen como tormentas aisladas,
especialmente al comenzar la estación lluviosa,
cuyos inicio y término pueden variar año con
año.
 Modificaciones en el patrón de lluvias y
sequía. La variación anual de la lluvia y la
consecuente acentuación de los periodos de
sequía, como principal factor de
desertificación, pueden reducir el agua
disponible debido al deterioro de los flujos
hídricos.
 Sobreexplotación agrícola y ganadera. Las áreas
agrícolas son abandonadas cuando las prácticas de
cultivo agotan los nutrientes del suelo y los
rendimientos tienden a reducirse. El sobrepastoreo
ocurre al incrementar la cantidad de ganado o al
disminuir el área aprovechable para pastorear; en
ambos casos, hay un incremento en el número de
individuos en una unidad de área, provocando daños a
la producción anual de pastura y a la vegetación en
general.
 Erosión. La alteración de la cubierta vegetal acelera la
erosión hídrica y eólica, es decir, la decapitación de los
horizontes edáficos superiores y la acumulación de
sedimentos al pie de las laderas, vaguadas, lechos
fluviales y embalses; aumenta también la pedregosidad
del suelo y afloramiento del material parental.
 Vegetación. La vegetación de las regiones áridas está
fuertemente influida por la estacionalidad de la
precipitación. En condiciones naturales, la cubierta
vegetal decrece durante la estación seca, haciendo que
las áreas sean naturalmente propensas a la
desertificación. Si este proceso se agudiza a causa de las
actividades productivas, suceden cambios y deterioro
en la ecodiversidad terrestre, pero también se reduce la
biomasa (productividad primaria neta, relación biomasa
radicular/biomasa aérea)
 Riego, salinización y desertificación. El riego,
suministro de agua a los campos de cultivo por medios
artificiales, ha aumentado la producción agrícola de
manera radical en regiones que suelen recibir pocas
lluvias
Consecuencias de la desertificación
Una de las consecuencias más negativas para el ser
humano es:
 la aparición del hambre en amplias zonas
semiáridas, debido en parte, a la disminución de la
productividad del suelo.
 El medio natural también se ve afectado, al
reducirse la capacidad del territorio para
sustentar vegetación.
 Procesos de desertificación a escala regional
pueden afectar también al clima, haciéndolo más
riguroso. Estos procesos se dan tanto en países
ricos como en los pobres.
DEMANDAS Y PROPUESTAS PARA LA
LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN
 Política hidráulica: Cambiar la política hidráulica tradicional
centrada en la ejecución de grandes obras, que ha
demostrado su ineficacia, hacia una gestión más hidrológica y
ambientalista. El agua es un bien escaso y limitado, por lo que
la solución a la escasez está en una gestión racional y de
fomento del ahorro.
 Protocolo de Kioto: Reducir la emisión de gases de efecto
invernadero para cumplir con Kioto, con una fuerte apuesta
para el ahorro energético y la gestión de la demanda de
energía y la sustitución de las centrales térmicas y nucleares
por renovables. Además, es fundamental que se tomen en
cuenta parámetros medio ambientales en la política
energética. Actualmente está centrada en producir
electricidad sin tener en cuenta los efectos del cambio
climático y la escasez de los recursos hídricos.
 Política forestal: Proporcionar una política forestal
acorde con las necesidades del país, con medidas de
reforestación y de control del suelo urbanizable,
lucha contra incendios y talas indiscriminadas, que se
protejan los bosques primarios promoviendo el uso
de madera certificada FSC.

 Política agrícola: Primar la agricultura ecológica y


el uso de variedades locales adaptadas al clima en
detrimento de los monocultivos intensivos y de las
variedades transgénicas, altamente demandantes en
agua, productos químicos y petróleo.

 Política urbanística: Poner freno a la edificación y


a la construcción de campos de golf desaforada,
sobre todo salvaguardando las costas.
 Infraestructura hidráulica: Tomar conciencia desde
las Administraciones de lo que va a suponer la escasez y
el cambio climático en la disponibilidad de los recursos
hídricos. No es razonable seguir discutiendo sobre la
necesidad de construir trasvases, canales y embalses,
cuando la falta de caudales y la calidad del agua harán
totalmente inviables estas infraestructuras.

 Contaminación de las aguas: Apostar desde las


administraciones por recuperar cauces, reforestar áreas
para evitar los procesos erosivos y favorecer la
infiltración y la recarga de los acuíferos. Es prioritaria la
lucha contra el grave estado de contaminación que
sufren nuestras aguas continentales (superficiales,
subterráneas y costeras).
 Deforestación: Comenzar una lucha seria a nivel
internacional para detener la deforestación
causada por la extracción irresponsable de
recursos forestales y la quema de bosques
primarios para introducir ganadería y cultivos
como la soja, destinada en gran medida a la
alimentación animal.

 Control del uso del agua: Trabajar desde las


Confederaciones Hidrográficas para conocer
cuánta agua se gasta, quién la usa, qué usos se le
da y cuánto supone la recuperación económica
que estas actividades generan, pues aún se
desconoce el 75% de estos usos.
 Gestión de residuos: Primar, por parte de las
Administraciones, la recuperación material de la fracción
orgánica que proviene de los residuos agrícolas, forestales
y urbanos ,teniendo en cuenta que la falta de materia
orgánica en suelos es uno de los factores que está
provocando la desertificación. Además, para que el
aprovechamiento energético de la biomasa sea compatible
con la conservación dela fracción orgánica de los suelos.

 Sumideros de CO: No utilizar los sumideros de


carbono como medio para contabilizar reducciones de
emisiones de CO en los mecanismos del Protocolo de
Kioto. No hay evidencias científicas de que estos gases
capturados por la masa vegetal no pueda fácilmente
volver a la atmósfera (a causa, por ejemplo, de incendios,
descomposición natural o cosecha de madera para
quemar).

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