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DERECHO ROMANO

CONTRATOS

Pedro Leal, Ismael Polo, Sharon Gonzales, Paula


Garaviño
1. CONCEPTO DE CONTRATO:

 En el derecho romano precisa, que para que una


promesa contractual sea vàlida y exigible,
necesita de un fundamento jurídico (causa civilis).
Asì contractus, para los juristas romanos, no es
todo acuerdo de voluntad, sino exclusivamente
aquel que da base a obligaciones sancionadas
por una acción civil y por lo tanto dicho
ordenamiento sólo reconoce ciertas figuras típicas
contractuales.
2. ELEMENTOS DEL CONTRATO:
Los elementos del contrato se clasifican en:
A. Esenciales
B. Naturales
C. Accidentales
a. ELEMENTOS ESENCIALES

Son aquellos que constituyen requisitos sine qua non


(condición sin la cual no) para la existencia misma del
contrato. Si falta uno de ellos, el contrato es
inexistente. Tales son:
1. Los sujetos
2. El objeto
3. El consentimiento
4. La causa
5. La forma
1. LOS SUJETOS:

Son la parte fundamental para que un contrato naza. La


persona que goce de capacidad jurìdica podrá ser
invlucrada en un contrato, como acreedor y deudor, siempre y
cuando no careza de edad, enfermedad, prodigalidad,
incapacidad por disposición legal, etc.
En los contratos también una tercera persona podría intervenir
en el negocio jurídico, siempre y cuando tuviera capacidad
jurìdica.
2. EL OBJETO:

El objeto del contrato es la prestación a la que el deudor está


obligado. El objeto puede consistir en un dare, facere,
prestare, non facere o tolerare, o sea subdivisiones
de una acción o abstención del deudor.
Requisitos que el objeto debe tener:
a. Que sea jurídicamente posible.

b. Que sea físicamente posible.

c. Que represente un interés para el acreedor.


d. Que sea determinado o determinable.
3. EL CONSENTIMIENTO:

El consentimiento es la congruencia de 2 o màs voluntades


declaradas. Si la oferta de una de las partes difiere de la
aceptación de la otra, no hay consentimiento y por lo tanto
no hay contrato. El consentimiento puede adolecer de
ciertas deformaciones que se han denominado vicios del
consentimiento, y que tienen su origen en: el error, el dolo, la
intimidación y la lesión.
a. El error: es el falso conocimiento de la realidad. Esa
ignorancia, puede ser sobre un hecho o un derecho (error
facti o error iuris).
El error de hecho no siempre invalida el contrato:
 Error en la persona (in persona): se presenta si se concluye
el contrato con una persona distinta de aquella con la que
se pensaba contratar. Si se trata de un negocio intuitu
personae, o sea, aquel en el que las cualidades o aptitudes
de la persona son el elemento que motivo el contrato, si se
invalida el contrato, de los contrario, el error in persona
será irrelevante.
 Error en el contrato (in negotio): En la naturaleza
del contrato. Este error consiste en que una de las partes
cree celebrar determinado negocio jurídico y la otra piensa
realizar un negocio diferente, como si una parte
entendiera préstamo y la otra, donación. El error en estos
casos, invalida el contrato.
 Error en la causa: surge si los motivos que impulsaron a
las partes a realizar el contrato no se cumplen, es decir,
que el interés subjetivo no se vio satisfecho. En tales
circunstancias no se puede alegar la invalidez del
negocio y este subsiste.
 Error en la identidad del objeto (in corpore): se presenta
cuando cada una de las partes está pensando en un
objeto distinto. Este tipo de error nulifica el contrato.
 Error en la cantidad (in quantitate): por regla general no
invalida el negocio, amerita solamente ajustes en el
precio.
 Error en la calidad (in qualitate): no invalida el
contrato, si la misma no es substancial del negocio.
 Error en la cualidad (in substantia): o sea el que se
tiene sobre las cualidades esenciales, tanto
económicas como sociales del objeto, anula el
contrato.
 El error de Derecho consiste en el desconocimiento
de las disposiciones jurídicas que norman al
contrato en cuestión.
b. El dolo: es el engaño originado con toda la
intención de cometerlo hacia él sujeto, cierta
manipulación para engañar a otro, de simular una
cosa y hacer otra. Los romanos si distinguen el dolus
malus de la astucia que puedan tener ciertos
comerciantes para sobre estimar las cualidades de
mercancías, dolus bonus.
c. Intimidación: el consentimiento puede verse
privado de su libertad por dos clases de violencia:
la física (vis absoluta o corpori illata) o la moral
(vis compulsiva o animo illata).
Para que la intimidación pueda alegarse, a pesar
de que no suprima el consentimiento ya que èste se
dio, aunque bajo coacción, debe llenar ciertos
requisitos:
 La amenaza debe ser grave, poner en peligro la
integridad, la libertad, la vida del intimidado o la de
sus hijos.
 La amenaza debe ser real, seria y efectiva, no
solamente presumible.
 La amenaza debe ser de tal naturaleza, que
amedrente a un hombre normal
 La amenaza debe ser actual, aunque los daños sean
futuros.
d. Lesión: hay lesión cuando una de las partes se
aprovecha de la ignorancia o extrema necesidad de
la otra parte, rompiendo en su beneficio, la igualdad
que debe existir entre la prestación y la
contraprestación.
4. LA CAUSA:

Todo contrato supone el consentimiento de las partes


y para que este consentimiento sea válido es
necesario, que tenga una causa lícita. No puede
haber obligación sin una causa real y lícita, pero no
es necesario expresarla. La pura liberalidad o
beneficencia es causa suficiente en los contratos; pero
debe expresar. Se entiende por causa ilícita la que es
prohibida por la ley, o es contraria a las buenas
costumbres o al orden público.
5. LA FORMA:

Es el molde objetivo al que las partes deben sujetarse,


para que el acuerdo de las partes, devenga obligatorio.
Los contratos eran nulos si no se cumplía con los requisitos
formales: pesaje, nuncupatio, testigos, preguntas seguidas
de respuestas con palabras establecidas por la tradición,
etc. Eran el alma de la contratación romana. Con el
tiempo, la forma va perdiendo su importancia, al mismo
tiempo que crece el de la causa y la libertad de formas
impera en la contratación posclásica.
b. ELEMENTOS NATURALES:

Elementos que singularizan y tipifican el contrato. No son


requisitos para su existencia; pero realizado el negocio, se dan
como inherentes al mismo, es decir, forman parte de la
naturaleza sin que las partes los mencionen. Sin embargo,
pueden modificarse o extraerse del contrato y no se verá
afectado.
Ej. Es elemento natural de la compraventa, la obligación que
tiene el vendedor de responder de los vicios ocultos de la cosa,
de los cuales responderá se diga o no en el contrato; pero las
partes, pueden a discreción extraer ese elemento y el contrato
de compraventa no se verá afectado a pesar de que no haya
liberado al vendedor de tal obligación.
c. ELEMENTOS ACCIDENTALES:

Son aquellos que las partes pueden insertar en el


contrato, son expresión de su voluntad. Los más
comunes son:
1. La condición.
2. El término.
3. El modo.
1. LA CONDICIÒN:
Es el acontecimiento futuro , de realización incierta
del cual se hacen depender el nacimiento o la
extinción de los efectos de un acto jurídico. La
condición puede por tanto ser suspensiva, si de ella
nacen los efectos jurídicos, o resolutoria, en cuyo caso
se extinguen los efectos jurídicos.
2. EL TÈRMINO:
Es el acontecimiento futuro de realización cierta a
partir del cual entran en vigor o se extinguen los
efectos de un acto jurídico. Es decir, que el término
puede ser suspensivo o resolutorio. El término no debe
ser forzosamente una fecha cierta (30 de enero de
1536), puede ser un día que forzosamente llegará (el
día que X se muera).
3. EL MODO:
El modus o carga es un gravamen que se impone a
ciertos negocios jurídicos no onerosos, es decir, a los
gratuitos. Su misión consiste en obligar a la persona
beneficiada por el negocio a que haga algo según
indicación del que lo benefició.
3. CLASIFICICACIÒN DE LOS
CONTRATOS:
La obligatoriedad civil de un contrato puede nacer
de diferentes formas. Gayo clasifica los contratos en
4 grupos:
1. Reales.
2. Verbales.
3. Literales.
4. Consensuales.
CONTRATOS VERBALES:
Los contratos verbis constituyen las formas de
contratos más antiguas que conocieron los romanos,
son esencialmente formales y las palabras solemnes
que los perfecciona son fijadas por el ius civile.
Los contratos verbis son 4:
•El negotio per aes et libram.
•La dictio dotis.
•El iusiurandum liberti.
•Stipulatio.
El negotio per aes et libram↓
Ritual jurídico en el cual, tomaban parte las personas que
se obligaban, cinco testigos y una persona que sostenía la
balanza y pesaba (el libripens). Según las palabras que
se pronunciarán y después de tocar la balanza con un
pedazo de bronce, las partes de vinculan jurídicamente a
través de:
a. un nexum
b. una mancipatia
c. una conventio in manunm
d. un testamento mancipatoria
e. una fiducia
a. Nexum.
Una persona somete a otra , o a sí misma como
garantía de una deuda contraída a modo de
préstamo; para liberarse de esa sujeción personal,
era necesario un acto simétrico (nexi liberatia). El
nexum se utilizó para garantizar una relación de
deuda ya contraída, es decir, era la Haftung de la
Schuld (responsabilidad de la deuda) preexistente.
Los efectos del nexum eran extremadamente
rigurosos.
b. Mancipatio.
Las Xll Tablas se refieren a la mancipatio cuando
tratan al nexum. La mancipación consiste en una
declaración del adquiriente, el que se apodera
formalmente de la propiedad, en presencia del
propietario de la misma.
c. Conventio in manum.
A través de la conventio in manum realizada en
forma de coemptio, una mujer sale de la domus de
su padre para entrar a la de su marido, adquiriendo
la posición legal de hija (filiae familias). Esta forma
contractual cayó pronto en desuso como consecuencia
del auge de los matrimonios sine manu.
d. Testamento mancipatorio.
A través de este testamento, el testador transfiere la
propiedad al comprador formal de la herencia
(familiae emptor) quien se obliga a distribuirla a la
muerte del primero.
e. Fiducia.
A través de la fiducia, se confiaba la propiedad de
una res mancipi a una persona, fiduciario, el cual se
obligaba a restituirla, en determinado momento al
fiduciante.
La dictio dotis↓
Es un contrato por medio del cual, la mujer o quien
tenga sobre ella la patria potestad, se obliga (antes
o durante el matrimonio) a contribuir a las cargas
económicas del matrimonio.
El iusiurandum liberti↓
Este contrato conocido también con el nombre de
promissio iurata liberti, consiste en el juramento que
hace el liberto al patrono de prestarle servicios
(operae) como agradecimiento por haber sido
manumitido.
La stipulatio↓
La stipulatio (estipulación) es un contrato verbal,
unilateral y abstracto, en el que el futuro acreedor
(estipulante) preguntaba al futuro deudor
(prominente) si estaba dispuesto a prometer algo,
esto es, a entregar alguna cosa o realizar algún
servicio; apenas el deudor contestaba prometiendo,
quedaba obligado a entregar la cosa o realizar el
servicio prometido.
Ej:
Estipulante: ¿prometes darme cien?
Prominente: prometo.
Características del contrato de stipulatio romano
Era un contrato verbal, ya que el vínculo obligatorio
surgía a partir del momento en que eran pronunciadas las
palabras. Y unilateral pues sólo surgen obligaciones para
el prominente. Era abstracto, pues la mención de la causa
o finalidad económico-social por la cual se prometía no
constituía un requisito esencial del contrato. Así en la
estipulación ¿prometes darme cien?. Prometo, apenas
pronunciadas las palabras surgía la obligación, aunque
no se indicara porqué ni con qué fin el acreedor se hacía
prometer 100 y el deudor prometía entregarlos.
Requisitos de la stipulatio
Oralidad: La pregunta del acreedor y la respuesta del
deudor deben ser orales. De ahí que los sordos y los mudos no
pudiesen utilizar esta forma contractual. Aunque normalmente
la lengua empleada era el latín, se admitió que las
declaraciones podrían hacer en lengua extranjera, siempre
que las partes comprendiesen el significado.
Según Gayo, aunque la fórmula originaria propia de los
ciudadanos romanos era spondes? spondeo (¿te comprometes?
Me comprometo), pronto se admitieron otras fórmulas
accesibles a los extranjeros, tales como promittis?
promitto (¿prometes? Prometo), fidepromittis?
fidepromitto (¿empeñas fielmente tu palabra? La
empeño), facies? faciam (¿harás? Haré) etc.
Presencia de las partes: Ambas partes deben hallarse presentes
al celebrarse el acto, y la estipulación no podía concluirse entre
ausentes. Además, pregunta y respuesta debían formularse una a
continuación de la otra, de forma inmediata y sin interrupciones.
Este requisito se denomina "unidad del acto".
Congruencia entre pregunta y respuesta: Si, por ejemplo, el
estipulante preguntaba ¿prometes darme cien?, y el prominente
contestaba prometo darte 50, la estipulación era nula.
Tales requisitos fueron perdiendo gran parte de su rigidez hasta
su desaparición en Derecho justinianeo donde, eso sí, la
presencia de las partes todavía resultaba condición
indispensable.

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