promesa contractual sea vàlida y exigible, necesita de un fundamento jurídico (causa civilis). Asì contractus, para los juristas romanos, no es todo acuerdo de voluntad, sino exclusivamente aquel que da base a obligaciones sancionadas por una acción civil y por lo tanto dicho ordenamiento sólo reconoce ciertas figuras típicas contractuales. 2. ELEMENTOS DEL CONTRATO: Los elementos del contrato se clasifican en: A. Esenciales B. Naturales C. Accidentales a. ELEMENTOS ESENCIALES
Son aquellos que constituyen requisitos sine qua non
(condición sin la cual no) para la existencia misma del contrato. Si falta uno de ellos, el contrato es inexistente. Tales son: 1. Los sujetos 2. El objeto 3. El consentimiento 4. La causa 5. La forma 1. LOS SUJETOS:
Son la parte fundamental para que un contrato naza. La
persona que goce de capacidad jurìdica podrá ser invlucrada en un contrato, como acreedor y deudor, siempre y cuando no careza de edad, enfermedad, prodigalidad, incapacidad por disposición legal, etc. En los contratos también una tercera persona podría intervenir en el negocio jurídico, siempre y cuando tuviera capacidad jurìdica. 2. EL OBJETO:
El objeto del contrato es la prestación a la que el deudor está
obligado. El objeto puede consistir en un dare, facere, prestare, non facere o tolerare, o sea subdivisiones de una acción o abstención del deudor. Requisitos que el objeto debe tener: a. Que sea jurídicamente posible.
b. Que sea físicamente posible.
c. Que represente un interés para el acreedor.
d. Que sea determinado o determinable. 3. EL CONSENTIMIENTO:
El consentimiento es la congruencia de 2 o màs voluntades
declaradas. Si la oferta de una de las partes difiere de la aceptación de la otra, no hay consentimiento y por lo tanto no hay contrato. El consentimiento puede adolecer de ciertas deformaciones que se han denominado vicios del consentimiento, y que tienen su origen en: el error, el dolo, la intimidación y la lesión. a. El error: es el falso conocimiento de la realidad. Esa ignorancia, puede ser sobre un hecho o un derecho (error facti o error iuris). El error de hecho no siempre invalida el contrato: Error en la persona (in persona): se presenta si se concluye el contrato con una persona distinta de aquella con la que se pensaba contratar. Si se trata de un negocio intuitu personae, o sea, aquel en el que las cualidades o aptitudes de la persona son el elemento que motivo el contrato, si se invalida el contrato, de los contrario, el error in persona será irrelevante. Error en el contrato (in negotio): En la naturaleza del contrato. Este error consiste en que una de las partes cree celebrar determinado negocio jurídico y la otra piensa realizar un negocio diferente, como si una parte entendiera préstamo y la otra, donación. El error en estos casos, invalida el contrato. Error en la causa: surge si los motivos que impulsaron a las partes a realizar el contrato no se cumplen, es decir, que el interés subjetivo no se vio satisfecho. En tales circunstancias no se puede alegar la invalidez del negocio y este subsiste. Error en la identidad del objeto (in corpore): se presenta cuando cada una de las partes está pensando en un objeto distinto. Este tipo de error nulifica el contrato. Error en la cantidad (in quantitate): por regla general no invalida el negocio, amerita solamente ajustes en el precio. Error en la calidad (in qualitate): no invalida el contrato, si la misma no es substancial del negocio. Error en la cualidad (in substantia): o sea el que se tiene sobre las cualidades esenciales, tanto económicas como sociales del objeto, anula el contrato. El error de Derecho consiste en el desconocimiento de las disposiciones jurídicas que norman al contrato en cuestión. b. El dolo: es el engaño originado con toda la intención de cometerlo hacia él sujeto, cierta manipulación para engañar a otro, de simular una cosa y hacer otra. Los romanos si distinguen el dolus malus de la astucia que puedan tener ciertos comerciantes para sobre estimar las cualidades de mercancías, dolus bonus. c. Intimidación: el consentimiento puede verse privado de su libertad por dos clases de violencia: la física (vis absoluta o corpori illata) o la moral (vis compulsiva o animo illata). Para que la intimidación pueda alegarse, a pesar de que no suprima el consentimiento ya que èste se dio, aunque bajo coacción, debe llenar ciertos requisitos: La amenaza debe ser grave, poner en peligro la integridad, la libertad, la vida del intimidado o la de sus hijos. La amenaza debe ser real, seria y efectiva, no solamente presumible. La amenaza debe ser de tal naturaleza, que amedrente a un hombre normal La amenaza debe ser actual, aunque los daños sean futuros. d. Lesión: hay lesión cuando una de las partes se aprovecha de la ignorancia o extrema necesidad de la otra parte, rompiendo en su beneficio, la igualdad que debe existir entre la prestación y la contraprestación. 4. LA CAUSA:
Todo contrato supone el consentimiento de las partes
y para que este consentimiento sea válido es necesario, que tenga una causa lícita. No puede haber obligación sin una causa real y lícita, pero no es necesario expresarla. La pura liberalidad o beneficencia es causa suficiente en los contratos; pero debe expresar. Se entiende por causa ilícita la que es prohibida por la ley, o es contraria a las buenas costumbres o al orden público. 5. LA FORMA:
Es el molde objetivo al que las partes deben sujetarse,
para que el acuerdo de las partes, devenga obligatorio. Los contratos eran nulos si no se cumplía con los requisitos formales: pesaje, nuncupatio, testigos, preguntas seguidas de respuestas con palabras establecidas por la tradición, etc. Eran el alma de la contratación romana. Con el tiempo, la forma va perdiendo su importancia, al mismo tiempo que crece el de la causa y la libertad de formas impera en la contratación posclásica. b. ELEMENTOS NATURALES:
Elementos que singularizan y tipifican el contrato. No son
requisitos para su existencia; pero realizado el negocio, se dan como inherentes al mismo, es decir, forman parte de la naturaleza sin que las partes los mencionen. Sin embargo, pueden modificarse o extraerse del contrato y no se verá afectado. Ej. Es elemento natural de la compraventa, la obligación que tiene el vendedor de responder de los vicios ocultos de la cosa, de los cuales responderá se diga o no en el contrato; pero las partes, pueden a discreción extraer ese elemento y el contrato de compraventa no se verá afectado a pesar de que no haya liberado al vendedor de tal obligación. c. ELEMENTOS ACCIDENTALES:
Son aquellos que las partes pueden insertar en el
contrato, son expresión de su voluntad. Los más comunes son: 1. La condición. 2. El término. 3. El modo. 1. LA CONDICIÒN: Es el acontecimiento futuro , de realización incierta del cual se hacen depender el nacimiento o la extinción de los efectos de un acto jurídico. La condición puede por tanto ser suspensiva, si de ella nacen los efectos jurídicos, o resolutoria, en cuyo caso se extinguen los efectos jurídicos. 2. EL TÈRMINO: Es el acontecimiento futuro de realización cierta a partir del cual entran en vigor o se extinguen los efectos de un acto jurídico. Es decir, que el término puede ser suspensivo o resolutorio. El término no debe ser forzosamente una fecha cierta (30 de enero de 1536), puede ser un día que forzosamente llegará (el día que X se muera). 3. EL MODO: El modus o carga es un gravamen que se impone a ciertos negocios jurídicos no onerosos, es decir, a los gratuitos. Su misión consiste en obligar a la persona beneficiada por el negocio a que haga algo según indicación del que lo benefició. 3. CLASIFICICACIÒN DE LOS CONTRATOS: La obligatoriedad civil de un contrato puede nacer de diferentes formas. Gayo clasifica los contratos en 4 grupos: 1. Reales. 2. Verbales. 3. Literales. 4. Consensuales. CONTRATOS VERBALES: Los contratos verbis constituyen las formas de contratos más antiguas que conocieron los romanos, son esencialmente formales y las palabras solemnes que los perfecciona son fijadas por el ius civile. Los contratos verbis son 4: •El negotio per aes et libram. •La dictio dotis. •El iusiurandum liberti. •Stipulatio. El negotio per aes et libram↓ Ritual jurídico en el cual, tomaban parte las personas que se obligaban, cinco testigos y una persona que sostenía la balanza y pesaba (el libripens). Según las palabras que se pronunciarán y después de tocar la balanza con un pedazo de bronce, las partes de vinculan jurídicamente a través de: a. un nexum b. una mancipatia c. una conventio in manunm d. un testamento mancipatoria e. una fiducia a. Nexum. Una persona somete a otra , o a sí misma como garantía de una deuda contraída a modo de préstamo; para liberarse de esa sujeción personal, era necesario un acto simétrico (nexi liberatia). El nexum se utilizó para garantizar una relación de deuda ya contraída, es decir, era la Haftung de la Schuld (responsabilidad de la deuda) preexistente. Los efectos del nexum eran extremadamente rigurosos. b. Mancipatio. Las Xll Tablas se refieren a la mancipatio cuando tratan al nexum. La mancipación consiste en una declaración del adquiriente, el que se apodera formalmente de la propiedad, en presencia del propietario de la misma. c. Conventio in manum. A través de la conventio in manum realizada en forma de coemptio, una mujer sale de la domus de su padre para entrar a la de su marido, adquiriendo la posición legal de hija (filiae familias). Esta forma contractual cayó pronto en desuso como consecuencia del auge de los matrimonios sine manu. d. Testamento mancipatorio. A través de este testamento, el testador transfiere la propiedad al comprador formal de la herencia (familiae emptor) quien se obliga a distribuirla a la muerte del primero. e. Fiducia. A través de la fiducia, se confiaba la propiedad de una res mancipi a una persona, fiduciario, el cual se obligaba a restituirla, en determinado momento al fiduciante. La dictio dotis↓ Es un contrato por medio del cual, la mujer o quien tenga sobre ella la patria potestad, se obliga (antes o durante el matrimonio) a contribuir a las cargas económicas del matrimonio. El iusiurandum liberti↓ Este contrato conocido también con el nombre de promissio iurata liberti, consiste en el juramento que hace el liberto al patrono de prestarle servicios (operae) como agradecimiento por haber sido manumitido. La stipulatio↓ La stipulatio (estipulación) es un contrato verbal, unilateral y abstracto, en el que el futuro acreedor (estipulante) preguntaba al futuro deudor (prominente) si estaba dispuesto a prometer algo, esto es, a entregar alguna cosa o realizar algún servicio; apenas el deudor contestaba prometiendo, quedaba obligado a entregar la cosa o realizar el servicio prometido. Ej: Estipulante: ¿prometes darme cien? Prominente: prometo. Características del contrato de stipulatio romano Era un contrato verbal, ya que el vínculo obligatorio surgía a partir del momento en que eran pronunciadas las palabras. Y unilateral pues sólo surgen obligaciones para el prominente. Era abstracto, pues la mención de la causa o finalidad económico-social por la cual se prometía no constituía un requisito esencial del contrato. Así en la estipulación ¿prometes darme cien?. Prometo, apenas pronunciadas las palabras surgía la obligación, aunque no se indicara porqué ni con qué fin el acreedor se hacía prometer 100 y el deudor prometía entregarlos. Requisitos de la stipulatio Oralidad: La pregunta del acreedor y la respuesta del deudor deben ser orales. De ahí que los sordos y los mudos no pudiesen utilizar esta forma contractual. Aunque normalmente la lengua empleada era el latín, se admitió que las declaraciones podrían hacer en lengua extranjera, siempre que las partes comprendiesen el significado. Según Gayo, aunque la fórmula originaria propia de los ciudadanos romanos era spondes? spondeo (¿te comprometes? Me comprometo), pronto se admitieron otras fórmulas accesibles a los extranjeros, tales como promittis? promitto (¿prometes? Prometo), fidepromittis? fidepromitto (¿empeñas fielmente tu palabra? La empeño), facies? faciam (¿harás? Haré) etc. Presencia de las partes: Ambas partes deben hallarse presentes al celebrarse el acto, y la estipulación no podía concluirse entre ausentes. Además, pregunta y respuesta debían formularse una a continuación de la otra, de forma inmediata y sin interrupciones. Este requisito se denomina "unidad del acto". Congruencia entre pregunta y respuesta: Si, por ejemplo, el estipulante preguntaba ¿prometes darme cien?, y el prominente contestaba prometo darte 50, la estipulación era nula. Tales requisitos fueron perdiendo gran parte de su rigidez hasta su desaparición en Derecho justinianeo donde, eso sí, la presencia de las partes todavía resultaba condición indispensable.