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¿Y SI REGULAMOS LA TELEVISIÓN?

EL ESPEJISMO DE LA REGULACIÓN

En el Perú la vigilancia de la calidad de la televisión está a cargo de los propios


canales. No existe, como en Chile o Estados Unidos, un ente regulador que,
desde una posición de independencia y prestigio, otorgue y retire las licencias
para usar las ondas electromagnéticas (propiedad intangible de la nación) y
fiscalice el contenido de las emisiones.

De acuerdo a la Ley de Radio y Televisión (28278), aprobada en el 2004, todos


los canales poseen un código de ética que establece los límites de su
producción.
El de Frecuencia Latina, por ejemplo, dispone en su artículo tercero que los
programas se orienten por principios como “la defensa de la persona humana y
el respeto a su dignidad” y “el respeto al honor, la buena reputación y la
intimidad personal y familiar”.
LA LIBERTAD COMO FUNDAMENTALISMO

Desde que el país se libró del control perverso que ejercía sobre los
medios el fujimorismo, todo intento de regulación ha sido visto con
exaltado recelo por broadcasters y periodistas.

La libertad de expresión, invocada por igual tanto por investigadores de


lacorrupción como por reporteros de espectáculos, ha devenido en algo
así como un derecho absoluto.

Un poder sin contrapoder. Algunas quejas contra los medios han debido
llegar al Poder Judicial para recién encontrar solución
SÍ HAY REGULACIÓN EN OTROS PAÍSES

En mayo pasado el canal chileno Mega se atrevió a poner al aire


el programa de Laura Bozzo, versión Televisa. Las imágenes de
personas realizando todo tipo de pruebas grotescas a cambio de
dinero revolvió la televisión mapuche.

Varias personas presentaron quejas ante el Consejo Nacional de


Televisión, el organismo regulador de las comunicaciones en ese
país, y el espacio se canceló a inicios de junio. “Nos dimos cuenta
de que es un contenido complejo y que no nos representa”, dijo
Francisco Henríquez, gerente de la televisora.

El Consejo es un ente independiente y especializado integrado


por personalidades probas y prestigiosas que otorgan las
concesiones de radiodifusión y vigilan la calidad de los
contenidos.
EL APORTE DE LOS ANUNCIANTES

La ANDA ha sido el ente regulatorio


de facto en los últimos años en el país.
Su semáforo ético ha clasificado, en
base a una encuesta, los programas
televisivos en luz verde, ámbar o roja
de acuerdo a su calidad. Cuando un
espacio se ganaba el color rojo, esta
institución disponía que los
anunciantes retiraran de él su
publicidad.

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