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EVOLUCION DEL

DERECHO
COMERCIAL
ROMA
ÁMBITO HISTÓRICO
La historia del derecho comercial no debe ser confundida con la historia del
comercio, pues esta última nace desde que se evidencia en el hombre la
necesidad de intercambiar productos con otros semejantes, para satisfacer sus
necesidades y el surgimiento del Derecho Comercial como disciplina autónoma
se presenta en la edad media; razón por la cual la existencia de algunas normas
jurídicas que aparecieron, inclusive siglos antes del surgimiento del Imperio
Romano, pueden llegar a constituir a lo sumo sus remotos antecedentes, pero de
ninguna manera constituyen un sistema de normas y principios que permitan
inferir que se trate de una disciplina homogénea y autónoma.
CÓMO ERA EL COMERCIO
EN LA ANTIGUA ROMA?

COMERCIO TERRESTRE COMERCIO MARITIMO

Era un sistema económico que tenía un fin muy concreto, alimentar a esas legiones que se
situaban en los extremos del Imperio para defenderlo de las poblaciones bárbaras, y por el otro
lado para satisfacer los gustos más extravagantes de los aristócratas.
COMERCIO TERRESTRE

Sin duda, para conocer sobre el comercio en la antigua Roma, debemos tener claro que las
calzadas eran indispensables para el comercio terrestre, un comercio que estaba
relacionado con productos pesados y poco lujosos (dado que el bandolerismo estaba muy
extendido por todas las zonas de los pueblos sometidos a dominio romano).
Las Calzadas eran un elemento
fundamental para el abastecimiento de
las tropas situadas en los extremos del
Imperio, tropas que se encontraban
acuarteladas con el objetivo de defenderse
de posibles invasiones producidas por los
pueblos de Germania o provenientes de Asia.

Hasta ahí, el Gobierno, debía mandar


alimentos, ropajes, armas y todo lo necesario
para que las tropas tuvieran lo suficiente para
poder realizar sus actividades.

Del mismo modo, debía mandárseles su


salario, pues el retraso de este o no enviarlo,
podía ocasionar que las tropas dejasen de
acatar las órdenes del Imperio.
COMERCIO MARÍTIMO

La ciudad de Roma, que llegó a contar con un millón de habitantes, necesitaba proveerse de mercaderías que le
llegaban desde todas partes. Una gran cantidad de rutas comerciales atravesaban el imperio cruzando el Mar
Mediterráneo o aprovechando los excelentes caminos pavimentados.

Sin duda, la forma más económica y rápida de transportar mercaderías era a través del mar. Los romanos
contaban con una gran red de puertos, el principal de los cuales era Ostia, a solo 20 kilómetros de Roma, en la
boca el río Tiber.
IMPORTANCIA DEL COMERCIO MARÍTIMO
La Ruta de Seda era
importante porque
ayudaba a generar
transacciones y
comercio entre
numerosos reinos e
imperios diferentes.
Esto ayudo a que las
ideas, culturas,
invenciones, y
productos únicos se
esparcieran a lo largo
de buena parte del
mundo establecido.

Era un comercio mucho más rápido que el terrestre y el valor de las mercancías solía ser mucho más
valioso, un ejemplo de ello lo tenemos en la Península Ibérica de dónde provenía el aceite de oliva, el vino y
los metales (de la Bética) y desde el otro lado del Imperio, también desde el mar, tanto desde
Constantinopla, como desde la costa Siro-palestina, las especias, la seda y productos orientales (ruta de la
seda).
MEDIOS DE PAGO EN EL COMERCIO ROMANO

Los intercambios
comerciales eran
pagados inicialmente
en bueyes u ovejas. La
primera moneda fue
la libra de cobre y
después vinieron las
monedas de plata
(denarios y
sestercios).

El principal medio de pago en el comercio romano eran las monedas que podían ser de oro (aureus), de plata
(Denarius), de bronce (sestersius) o de cobre (dupondius). Las monedas romanas tenían valor por sí mismas,
ya que estaban hechas de metales valiosos y no necesitaban de ningún respaldo. Se utilizaron por seiscientos
años y llegaron hasta la India.
LOS FENICIOS Y SU COMERCIALIZACIÓN

Los fenicios comerciaron a los largo de todo el mediterráneo con una gran diversidad de productos, desde
madera, piedras, metales, esclavos,… y con el tiempo fueron especializándose en tejidos, cerámicas, vidrio
y joyas; un comercio de lujo que les permitió estar presente en todo el Mediterráneo, y parte del Índico y el
Atlántico, pues llegaron a circunnavegar África.
LOS FENICIOS Y EL TRUEQUE

Hasta la invención de la moneda, los fenicios comerciaron mediante el trueque (hasta que ellos mismos
expandieron el uso de la moneda), según los historiadores griegos, los fenicios depositaban sus mercancías en
las playas y se alejaban en sus barcos a una distancia prudente, y mediante antorchas anunciaban su llegada a las
poblaciones vecinas, una vez allí, éstos depositaban todas aquellas cosas que pensaban que podían compensar
las mercancías fenicias, estos volvían y si el precio era justo, los fenicios se llevaban el pago, de lo contrario
volvían al barco y esperaban a que los interesados incrementaran el pago.
LOS FENICIOS, LOS SEÑORES DEL MEDITERRANEO

Los fenicios ofertaban


madera de cedro,
tejidos (entre ellos los
célebres de color
púrpura), marfiles
tallados, muebles de
maderas nobles,
colgantes, cuencos y
jarras de oro y plata,

Pese a ser poco numerosos, estar políticamente divididos y no contar apenas con fuerzas de guerra, los
fenicios se convirtieron en dueños del Mediterráneo. Lo lograron gracias a su afán de aventura, su habilidad
como navegantes y su ambición mercantil.
En su momento hicieron posible un intercambio económico y cultural sin precedentes entre los
pueblos de Oriente y Occidente.
Más tarde Fenicia pasó a la órbita de Roma, que incorporaría su territorio a la provincia de Siria.
FENICIOS

Gracias a este comercio que realizaron los Fenicios, durante mucho tiempo crecieron hasta el punto de poder
fundar colonias en Sicilia e islas cercanas, en África y Cerdeña y en Iberia”.Vendían en Grecia, en Italia, en todas
las costas bañadas por el Mediterráneo, el incienso y la mirra de Arabia, las piedras preciosas, las especias y
marfil de la India, la seda de China, los esclavos y caballos del Cáucaso.

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