Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Su madre se afanaba sobre la máquina de coser para cooperar a la mantención de la numerosa familia. Violeta
sufría continuamente de enfermedades, incluyendo un ataque de viruela a los tres años. Mientras mejoraba, se
divertía junto a sus hermanos en las aguas del vecino río Ñuble y en los aserraderos y barracas del sector.
Los niños revelaron precozmente su inclinación al espectáculo. Imitaban a los artistas de los circos que se
instalaban en las proximidades del hogar. Se disfrazaban con atuendos de papel; Violeta y su hermano Lalo,
cantaban a dúo y montaron varias representaciones por las que cobraban entradas a los niños. Violeta empezó
a tocar la guitarra a los 9 años, mientras que a los 12 compuso sus primeras canciones.
Realizó los cursos primarios y estuvo un año en la escuela normal, que abandonó para trabajar en el campo y
ayudar a su familia debido a que su padre enfermó gravemente. Los hijos de la familia lucharon por sobrevivir
saliendo a cantar en restaurantes, posadas, circos, trenes, campos, pueblos, calles e incluso burdeles.
Su adolescencia
Violeta Parra desde los doce años comenzó a escribir sus primeros versos que reflejan una infancia difícil junto
a sus nueve hermanos, quienes con campechana humildad, muy pronto también destacarían de diversa forma
en variadas disciplinas del arte popular y docto.
Temprano debe abandonar sus estudios para trabajar en el campo y ayudar así a sus padres, su afición por la
música le viene por ambas vertientes, pero sus primeros contactos con la guitarra los tiene de su madre que le
cantaba hermosas melodías campesinas mientras ejercía su oficio de costurera. El repertorio de don Nicanor lo
constituían valses, habaneras y cantos de salón de fino corte romántico, características expresiones urbanas de
fines de siglo. En la esencia de sus creaciones se advierte la manifestación de un universo íntimo exuberante
en vivencias de profundo contenido humano donde la sensibilidad por los problemas sociales que marcaban
su entorno en aquellos años resulta ser un verdadero espejo para reflejar su existencia marcada por la tristeza,
frustraciones e infelicidad.
Su hermano Nicanor que estudiaba y trabajaba en Santiago y que debió asumir la responsabilidad de guiar,
educar y alimentar la larga familia, llama un día a Violeta a la capital con el propósito de encauzar su educación
formal.
Errante y obviando los consejos de su hermano y con el propósito de obtener sus ingresos, se dedica al canto
en la nocturna farándula de los arrabales santiaguinos, donde enriquece su conciencia al ver tanta bajeza
humana.
Su vida
En 1937 conoce a Luis Cereceda, empleado ferroviario, con quien contrae matrimonio
y de donde nacen sus dos primeros hijos, Isabel y Ángel. Esta unión se mantiene en
forma precaria hasta 1948, año en que definitivamente se separan y continúa su tarea
de coleccionar canciones antiguas de Chile. Al año siguiente vuelve a casarse con el
tapicero Luis Arce.
Nacen sus hijas Carmen Luisa y Rosita Clara que fallecería al poco tiempo.
• En 1954 Violeta Parra viaja invitada a Polonia, recorre la Unión Soviética y Europa
permaneciendo dos años en Francia. Graba aquí sus primeros LP con cantos folklóricos y
originales. Tiene contactos con artistas e intelectuales europeos, regresando a Chile para
continuar su labor creadora. En 1958 incursiona en la cerámica y comienza a bordar
arpilleras. Viaja al norte invitada por la universidad donde organiza recitales, cursos de
folklore, escribe y pinta. De regreso a Santiago Violeta expone sus óleos en la Feria de
Artes Plásticas al aire libre. Durante los arlos siguientes Violeta continúa en su trayectoria,
incansable.
• En 1961 Violeta inicia una gira con sus hijos invitada al Festival de la
Juventudes en Finlandia. viajan por la URSS, Alemania, Italia y Francia donde
permanecen en Paris por tres años. Actúan en boítes del barrio latino y
programas para radio y televisión. ofrecen recitales en UNESCO, Teatro de las
Naciones Unidas. Realizando una serie de conciertos en Ginebra y
exposiciones de su obra plástica. En 1964 expone las arpilleras, óleos, en el
Pavillon de Marsan, logrando así ser la primera artista latinoamericana que
exhibe individualmente.
Está principalmente formada por Arpilleras y Oleos realizados sobre tela, madera,
y cartón. Los temas son cotidianos: familia, recuerdos de infancia, pasajes de la
historia. Fueron creadas por Violeta entre los años 1954 y 1965 en Santiago,
Buenos Aires, Paris, y Ginebra y han sido expuestas en varios museos del mundo.
Hoy día todas ellas son patrimonio de La Fundación Violeta Parra, creada por sus
herederos para rescatar, preservar, y de esta artista universal.
Una de sus frases
Amiga soy de la lluvia
porque es un arpa cantora
de alambres y de bordonas
que tuntunean con furia...
Violeta Parra
Sus canciones
La incomprensión del público chileno fue uno de los factores que
desencadenó su muerte. El final de su relación con Gilbert Favre, que
se marchó a Bolivia en 1966 (originando una de sus canciones más
conocidas, Run Run Se Fue Pa'l Norte la dejó en un estado de ánimo
muy vulnerable, lo fue a ver a Bolivia y lo encontró casado. Las últimas
canciones que escribió se reunieron en el notable disco Las Últimas
Composiciones , lanzado ese mismo año, grabado junto a sus hijos y al
músico Alberto Zapicán, y que incluye sus himnos humanitarios
Gracias a la Vida y Volver a los 17, además de otras canciones
igualmente importantes y conocidas, como el Rin del Angelito, Pupila
de Águila, Cantores Que Reflexionan y El Albertío, famosas hasta el día
de hoy.
Su legado
Violeta Parra dejó una gran cantidad de música inédita, que se ha ido conociendo después de su
muerte. Sus Décimas autobiográficas (ya editadas en libro), que habían sido grabadas con voz de
Violeta, fueron recopiladas en un Long Play editado por Alerce en 1976 (después ampliadas en
Décimas y centésimas); Warner Music Chile sacó en 1999 el concierto que dio en Ginebra (Violeta
Parra en Ginebra) y sus peculiares Composiciones para guitarra.
Además del gran legado de sus propias grabaciones, Violeta Parra ha sido versionada por una
innumerable cantidad de músicos chilenos, entre los que se cuentan Víctor Jara, Quilapayún, Illapu,
Patricio Manns, Los Jaivas, Inti Illimani, (que, además de diversas grabaciones individuales de
canciones de Violeta, ejecutó la obra de Luis Advis Canto para una semilla, musicalización de las
Décimas autobiográficas). Un tributo rock producido por Álvaro Henríquez con la participación de
artistas como Los Bunkers, Pettinellis, Lucybell, Javiera Parra (su nieta), Chancho en Piedra y Juanita
Parra (baterista de Los Jaivas) que vio la luz en 2001 con el título de Después de vivir un siglo. Incluso
baladistas populares como Myriam Hernández, Gloria Simonetti y Luis Jara han incorporado la
música de Violeta en sus repertorios.
Un aporte importante a la música es el rescate de la tradición musical chilena por parte de Violeta: el
canto a lo divino («El rin del angelito», «Verso por una niña muerta», por ejemplo), el lamento
mapuche («Qué he sacado con quererte»), sus canciones nortinas, sin dejar de lado su gran
sensibilidad social, como en «Mazúrquica modérnica», «Rodríguez y Recabarren» y «La carta», entre
otras.
Cabe destacar en el legado musical de Violeta sus interesantes composiciones instrumentales para
guitarra, donde conjuga folclorismo y modernidad.
Su Muerte
El 5 de febrero de 1967, a los 49 años de vida, y
tras varios intentos fallidos, Violeta Parra se
suicidó en la carpa de La Reina, dejando un legado
de esfuerzo y sacrificio a Chile y el mundo. Resulta
paradójico que quién escribiera la canción Gracias
A La Vida , todo un himno a la vida, terminara
suicidándose sólo un año después de publicarla.
de Violeta Parra en el Cementerio General.
Conclusión
El aporte de Violeta Parra al quehacer artístico y
musical chileno se considera de gran valor y
trascendencia. Su trabajo sirvió de inspiración a varios
artistas posteriores, quienes continuaron con su tarea
de rescate de la música del campo chileno y las
manifestaciones constituyentes del folclore de Chile y
América Latina. Sus canciones han sido versionadas
por diversos artistas, tanto chilenos como extranjeros.