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LA IDEA DE DIOS

Introducción a la filosofía
FUENTES
Y BIBLIA
• Nuestra idea de Dios depende, en Occidente, históricamente de dos
fuentes: la biblia y la filosofía griega
• Jeremías vio la ruina de todo lo que había perseguido durante su vida;
su país, su pueblo que se pierde; en Egipto, lo que quedaba aún se
hace infiel a la fe en Yahveh y sacrifica a Isis. Su discípulo Baruch se
desespera: “Me canse de suspirar y no encontré descanso”. Jeremías
responde: “Así habla el eterno. Eh aquí la verdad: lo que construí lo
destruiré, lo que planté lo arrancaré, y tú ¿buscarás grandes cosas? No
las buscas más”.
• En una situación como esa, las
palabras significan: Dios es, y es
mucho.
• Que exista la inmortalidad o no,
no se pide más; que Dios
perdone o no, no es una cuestión
de primer plano.
• El hombre no importa más; su
voluntad es la fuente de su
propia salvación y de su
eternidad…
• Se comprende que el mundo en
su conjunto no puede tener en él
mismo una significación
cumplida, ni una duración eterna
pues todo ha sido creado por
Dios, sacado de la nada por él y
todo se encuentra en sus manos.
• Si el hombre renuncia totalmente
a él mismo y a sus fines, esta
realidad puede revelársele como
la única.
• Los que vivimos en el mundo se
esfuerzan por alcanzar el bien y
creyendo se dejan dirigir por Dios
aunque puede conducir al fracaso,
sin embargo queda solo una
realidad desmedida: Dios es.
• Pero no se revela primero,
abstractamente y por tanto es
necesario vivir la vida concreta en
el mundo y es aquí donde se
revela, en el límite.
• Las palabras de Jeremías son
rudas
• No están ligadas más a una voluntad
históricamente condicionada, de obrar
eficazmente en el mundo.
• Esa voluntad las ha precedido, ha
durado toda una vida, y son ellas que, al
final, en la destrucción total, le permiten
tener su significación.
• Son palabras simples, exentas de todo
elemento fantástico, y contienen una
verdad inagotable, justamente porque
ellas renuncian a todo contenido
formulado, a toda solidez definitiva en
el mundo.
LA FILOSOFÍA

500 años antes de Cristo, Jenofanes dijo: un Dios


único reina, no se parece a los mortales ni por la
apariencia ni por el pensamiento.
Platón concibe la realidad divina – el Bien – como
la fuente de todo conocimiento
Lo que es cognoscible y no solamente conocido a
la luz de la divinidad, pero es quien, sobrepasando
el ser mismo por dignidad y por fuerza, dona su
ser.
• Los filósofos griegos lo han
comprendido: solo por costumbre
hay un gran número de dioses
pero por naturaleza existe sólo
uno.
• Dios no se ve con los ojos, no se
parece a nadie, no se deja conocer
por medio de una imagen
• La divinidad es concebida como
razón o ley universal, como destino
y providencia, o como arquitecto
del universo
• En el pensamiento griego
hay un Dios pensado no el
Dios viviente de Jeremías…
• Las dos significaciones se
encuentran. En occidente, la
reflexión teológica y
filosófica se nutren, con
variaciones sin fin, en esta
doble raíz: que Dios es y es
lo que es.
LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

• Los filósofos contemporáneos


parece que eluden
intencionalmente el problema de
la existencia de Dios. No afirman
su realidad y no la niegan.
• Sin embargo la filosofía debe
hablar sobre Dios
Cuando Dios es puesto en
duda, la filosofía debe dar
una respuesta; a menos que
sea la filosofía escéptica en la
cual no se puede dar una
respuesta, ni declaración, ni
afirmar o negar.
“No se puede hablar de lo
que no se puede saber nada”
• Se examina el problema de Dios sobre
la base de principios contradictorios
que debemos recorrer sucesivamente:
[1] El principio teológico es: nosotros no
podemos saber de Dios más que lo que
ha sido revelado por Cristo y antes por
los profetas. Sin revelación, Dios no tiene
ninguna realidad para el hombre. Dios
es accesible no por el pensamiento sino
por la obediencia de la fe.
• Pero la certeza de la realidad divina ha
existido por largo tiempo antes de la
revelación bíblica y fuera de su zona de
influjo. Y al interior del mundo cristiano
occidental, muchos hombres han estado
ciertos de la existencia de Dios sin la
garantía de la revelación.
• Opuesto al principio teológico existe un
viejo principio filosófico: [2] nosotros
sabemos algo de Dios porque su
realidad puede ser probada. Las
pruebas de la existencia de Dios son
magnificas en su conjunto.
• Si las pruebas de la existencia de Dios,
se consideran con la “evidencia
científica” de las demostraciones
matemáticas o de las verificaciones
experimentales, se las hace falsas.
• [3]Surge el siguiente principio: la
refutación de todas las pruebas de la
existencia de Dios significa que Dios no
existe.
• Esta deducción es falsa. En efecto si no
se puede probar la existencia de Dios,
no se puede probar su inexistencia. Las
pruebas y su refutación muestran: [4] un
Dios probado no es Dios, él no será otra
cosa que una cosa en el mundo.
• Contra las pretensiosas
pruebas y refutaciones de la
existencia de Dios la verdad
parece ser ésta: las pruebas
de la existencia de Dios no
son pruebas sino vías por
las cuales, por medio de su
pensamiento, el hombre se
asegura de su ser.
ALGUNOS EJEMPLOS

• La prueba más antigua es la que se


llama cosmológica. Se induce del
cosmos la existencia de Dios. Todo tiene
una causa en el devenir universal, se
deduce la existencia de una causa
primera; del movimiento se induce la
existencia de su fuente, el motor
primero; de la contingencia de los seres
individuales se concluye la necesidad
de todo.
• El pensamiento que guía a esta
conclusión toma un sentido diferente
cuando no pretende ser una prueba. Su
apariencia demostrativa deviene una
metáfora que sirve para despertar en
nosotros la consciencia del misterio
presente por el simple hecho que el
mundo exista y nosotros en el mundo.
• ¿Por qué algo y no la nada?
• Desde esta pregunta somos conducidos
al englobante, sin encontrar una
respuesta.
• Todo lo que hay en el mundo de belleza, de finalidad, de orden y de
perfección relativa a este orden, todo lo que está en el espectáculo de
la naturaleza posee y se muestra con una plenitud inagotable… la
finalidad de los seres vivos, la belleza de la naturaleza en todas sus
formas, el orden del mundo en su conjunto se hace cada vez más
misterioso.
• Pero cuando se quiere concluir a la existencia de Dios creador de todo,
se choca en todo lo que es feo, torcido, caótico en el mundo.
• Pareciera más factible concluir con la existencia del demonio que en la
de Dios. El misterio de la trascendencia no se disipa se profundiza.
EL MISTERIO DEL MUNDO NO MUESTRA QUE DIOS EXISTA
Lo que es decisivo es lo que llamamos la imperfección del mundo. El mundo no está terminado,
continua transformándose, el conocimiento que tenemos de él no se acaba nunca, el mundo no
se explica a él mismo…
DIOS NO ES UN OBJETO
DE CONOCIMIENTO, NO
PUEDE SER PUESTO EN
FORMULAS
No es objeto de la experiencia
sensible. Él es invisible. No se le
puede ver, a lo más se puede creer
en él.
¿DE DÓNDE VIENE LA FE?

• Proviene de la libertad del


hombre. El hombre que es
consciente verdaderamente de su
libertad adquiere al mismo tiempo
la certeza de Dios.
• La libertad y Dios son
inseparables…
• ¿por qué?
• Estoy seguro de una cosa: como soy un ser
libre, no existo por mí mismo sino que soy
donado a mí mismo como un don. En efecto
puedo no existir pero no puedo conquistar
mi libertad por la fuerza.
• Cuando soy verdaderamente yo mismo estoy
seguro de no ser por mí mismo.
• La libertad suprema, libre de toda
contaminación por parte del mundo, se sabe
al mismo tiempo ligada de la manera más
profunda a la trascendencia.
LA LIBERTAD
• La libertad del hombre nosotros la llamamos su existencia.
• Estoy seguro que Dios existe por la decisión misma que me hace existir. Esta
certeza no encierra a Dios en una formula pero lo hace una presencia por la
existencia.
• Si la certeza de la libertad implica la certeza de Dios, hay una relación entre
la negación de la libertad y la de Dios.
• Sino no hago la experiencia milagrosa de ser un sujeto autónomo, no tengo
alguna necesidad de una relación con Dios; me contento con la realidad de la
naturaleza, de multíplices dioses, de demonios.
Y hay una relación entre la afirmación de una
libertad sin Dios y la divinización del hombre.
Tal es la libertad aparente de una voluntad
arbitraria que se afirma como independencia
diciéndose absoluta: “Yo quiero”…
Me apoyo solamente sobre la fuerza de un
decreto injustificado: esta es mi voluntad y es
una imprudencia; puedo siempre morir.
Pero esto me conduce a la desesperación:
“querer desesperadamente ser yo mismo” y
“querer desesperadamente no ser yo mismo”.
• Dios es, para mí, en la medida en
que yo devengo yo mismo en la
libertad. Él no es un objeto de
estudio y de saber, él se manifiesta
en la existencia.
• Pero esclarecer nuestra existencia
como libertad no es probar la
existencia de Dios. Esto es solo
mostrar una relación donde es
posible probar certeza.
LA CONSCIENCIA DE DIOS

• En lugar del conocimiento de Dios que Su contenido para el entendimiento y


es inaccesible, esforcémonos por para la experiencia sensible es nulo.
esclarecer filosóficamente la
consciencia englobante que tenemos
No podemos percibir la presencia de
de Dios. la realidad en sí, que trasciende, que
sobrepasa la realidad empírica. El
“Dios existe”: en esta formula, el
punto culminante, el sentido de la
elemento decisivo es la realidad que
indica. Pero pensar “Dios existe” no nos vida está donde acogemos esta
hace comprender esta realidad. realidad en sí, es decir Dios.
• Esta realidad es inaccesible a la existencia
porque está originalmente en relación con
Dios excluyendo todo intermediario.
• La fe no se actualiza en artículos de fe
formulables por todos los hombres, ni en
los de alguna institución histórica, la misma
para todos, sirviendo de intermediario con
Dios.
• Es en cada situación histórica particular
que se establece directamente, sin la ayuda
de algún intermediario y en toda
independencia, la relación individual con
Dios.
SOLUS CUM SOLO

• Es en esta relación concretamente


relacionada con el momento histórico
que se deja formular y representar. No
es entonces la verdad absoluta para
todos, pero ella es, por su origen
verdaderamente absoluta.
• Si Dios existe debe ser perceptible
inmediatamente y sin medios por el ser
humano aislado.
• Si la realidad de Dios y el carácter Esas palabras significan: Dios es invisible,
inmediato de la relación histórica del está prohibido rezarle bajos formas
hombre con Dios excluyen todo divinas, de ídolos, de esculturas. La
conocimiento general y apodíctico, es prohibición se profundiza cuando se
necesario que en lugar de este entiende que Dios no sólo es invisible
conocimiento tomemos posición sino que está más allá de toda
respecto de Dios. representación, de toda imaginación.

La expresión más profunda de la Ningún símbolo lo puede significar, todos


verdadera actitud del hombre para con los símbolos sin excepción son mitos y
Dios la encontramos en el mandamiento como tal están llenos de sentido, en la
bíblico: no te harás imagen ni medida en que tienen el carácter
representación… evanescente que corresponde a su
naturaleza simbólica.
• En la reflexión filosófica donde la
representación objetiva casi desaparece, ha
conducido a probar la presencia de una
consciencia sin palabras cuyo influjo, sin
embargo, puede llegar hasta donar a nuestra
vida su fundamento.
• Cuando con la ayuda de la razón se ha
desenmascarado todo lo que es divinización de
la naturaleza, demonismo, estetismo,
superstición queda el misterio más profundo.
• La consciencia muda que queda ahí donde la
filosofía termina quisiéramos callarla lo más
rápido posible.
EL SILENCIO

• Es el silencio delante del ser. El • Ahí solo hay paz sin ser un lugar. Ahí el
lenguaje delante de lo que nos pensamiento se disuelve en la claridad.
escapa… Ahí toda pregunta cesa pues no hay
• Esta profundidad no nos es accesible si más respuesta.
no superamos todo objeto pensado Llegamos al silencio del ser. No tendrás
pero cuando llegamos no la podemos otro Dios. Lo que significa que sólo hay un
superar. Delante de ella no existe otra Dios. La vida de un hombre que cree en el
cosa que la humildad. Dios único se sitúa en otro nivel que la del
politeísta.
EL SENTIDO DE LA VIDA

Cuando se concibe el “único”


dona a la decisión de la vida su
verdadero fundamento.
Nos queda fundar la vida en la
riqueza del uno. Esto es para el
hombre un problema permanente:
saber o no fundar su vida sobre el
Uno.
• Que se haga tu voluntad. Nos
inclinamos delante del que no
comprendemos más.
• El hombre está delante de Dios y
puede aceptar el sufrimiento
como un decisión de ese Dios,
sabiendo que de alguna manera
el sufrimiento expresa un
lenguaje preciso, que será
traducido a la manera humana.
EN RESUMEN

• No nos podemos que confrontar con la


divinidad sino conforme a las exigencias
bíblicas: “sin imagen y sin
representación”; “un solo Dios” y con
reverencia: “Sea hecha tu voluntad”.
Intentar concebir a Dios es esclarecer la fe.
Pero creer no es ver. Dios está en la
distancia y en cuestión. Vivir para Él, no es
apoyarse en un saber seguro, es vivir de tal
manera que nosotros osamos creer que Dios
existe.
• El Dios de la fe es el Dios lejano, el Dios
escondido, el Dios indemostrable.
• La fe no es una propiedad. No implica
un saber seguro, solamente una certeza
eficaz para la conducta de la vida.
El esfuerzo de pensar a Dios es al mismo
tiempo un ejemplo de toda investigación
filosófica esencial: no procura la
seguridad de un saber…
… sino el espacio necesario a la decisión
de un sujeto que sea auténticamente él
mismo

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