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CONSERVACIÓN DE LOS

ACTOS PROCESALES

Prof. Héctor Lama More


LAS FORMAS PROCESALES.
Las formas procesales son garantías de buen orden y
de un debido proceso. Alsina, refiere que la lealtad en el
debate, la igualdad en la defensa y la rectitud en la decisión
exigen que el proceso se desenvuelva son sujeción a reglas
preestablecidas.

Su importancia es reconocida en la doctrina


contemporánea. Así por ejemplo Devis Echeandía sostiene
que, en virtud del principio de obligatoriedad de las formas
procesales, ni las partes, ni el juez pueden escoger libremente
el modo ni la oportunidad de lugar y tiempo para realizar los
actos procesales; ello en razón de que los actos procesales
están regulados por la ley en cuanto a su forma.
Nuestro legislador ha ubicado en el artículo IX del
Título preliminar del Código Procesal Civil, el principio de
vinculación y de formalidad, y ha establecido que las
normas procesales contenidas en el Código y las
formalidades en ella previstas, son de carácter imperativo;
no obstante, también ha fijado con regla que el juez
adecuará su exigencia al logro de los fines del proceso.

El respeto a las formas establecidas en nuestro


ordenamiento procesal no debe significar, en modo alguno,
un corset en la conducta del juez y de las partes, pues si
bien, en principio éstas deben ser respetadas, no obstante,
si el acto procesal realizado con infracción de la forma
establecida, ha logrado su finalidad, tal acto procesal debe
ser considerado válido.
Por otro lado, la elasticidad en las formas procesales
no debe significar una anarquía procesal y mucho menos la
afectación de las garantías de un debido proceso, en especial
el derecho de defensa, que incluye el de ser oído, y el
respeto al principio de la bilateralidad y del contradictorio,
indispensables en el proceso contencioso. No se logra la
finalidad del acto procesal cuando se afectan tales derechos.

El sano equilibrio y la razonabilidad en el uso y respeto


de las formas procesales, constituye el quid del asunto, para
evitar, no solo la anarquía procesal, sino además el culto a
las formas que dan a luz conductas rodeadas de un exceso
ritual manifiesto que afectan gravemente la marcha del
proceso.
ACTO PROCESAL
Refiere Peyrano que los actos procesales son
actos voluntarios lícitos realizados al interior del proceso.
Estos actos pueden ser realizados por el Juez, las partes,
los terceros legitimados, los auxiliares jurisdiccionales y
los órganos de auxilio judicial.

Sin embargo es preciso distinguir entre el acto


jurídico sustantivo y el acto procesal, se puede decir que
éste último es una especie de aquél, por lo menos en
cuanto a su contenido, no tanto en lo referido a la forma,
que la ley sustantiva y la procesal la regulan de modo
distinto, sino también en lo referentes a la voluntad del
autor del acto procesal.
Devis Echeandía, en la explicación de su “teoría de los actos
procesales”, establece diferencias entre actos y hechos
procesales, señalando que, respecto de los primeros que los
mismos son propiamente actos jurídicos procesales que
inician el proceso o ocurren dentro de él interviniendo en
ellos la voluntad humana; con relación a los segundos,
denominados hechos procesales indica que si bien son
jurídicamente relevantes no se originan en la voluntad de
una persona, pero que ocurren durante el proceso y
producen efectos jurídicos en él; así tenemos por ejemplo la
muerte de una de las partes, la destrucción por fuerza mayor
del expediente o parte de el, etc..
Son actos procesales los realizados por las partes, lo son
también los realizados por el juez, quien integra con las partes la
relación jurídica procesal; los actos del juez, a diferencia del de
las partes, como refiere Echeandía, son actos de proveimiento.
Podemos decir que serán también actos procesales aquellos
realizados por terceros ajenos al proceso -declaración de
testigos-, por terceros legitimados -coadyuvantes-, por los
auxiliares jurisdiccionales –cuando el Especialista Legal ejecuta
un secuestro, embargo o un lanzamiento; o por los órganos de
auxilio judicial -peritos, curador procesal, etc.-.

Son actos unilaterales la presentación de demanda,


interposición de medios impugnatorios; son bilaterales la
conciliación o transacción arribadas dentro del proceso;
Carnelutti señala que hay negocio jurídico cuando existen
intereses contrapuestos que se concilian por el convenio, y
habrá acuerdo cuando existan intereses comunes.
Requisitos de los actos
procesales
Éstos pueden aludir a la forma o al contenido; en
cuanto a los primeros, el acto procesal debe realizarse
siguiendo las formalidades que la ley procesal prevé para
cada caso; así, la ley establece quien debe realizar
determinados actos procesales, y la oportunidad en que los
mismos deben realizarse; de no estar establecida la forma
especifica, cualquiera que se adopte dará validez al acto
procesal; en cuanto a lo segundo, es decir, al contenido de
acto, se dice que éste debe realizarse por quienes estén
investidos de facultad legal para ello, y que exprese de modo
válido la voluntad de la persona que lo realiza.
Alsina refiere que, mientras la forma del acto
procesal constituye un elemento objetivo, vale decir,
exterioriza la voluntad del sujeto, el contenido es un
elemento puramente subjetivo, y supone un proceso
psicológico. Con relación al contenido, se pueden
distinguir tres elementos, a saber:
- la causa,
- la intención y
- el objeto
VICIOS QUE ORIGINAN LA NULIDAD
DEL ACTO PROCESAL
Con relación a los tipos de actos procesales
viciados, se identifican en la doctrina una interesante
clasificación que es preciso tener presente por su
utilidad; éstos son :

- los denominados actos inexistentes,


- los conocidos como actos nulos y, finalmente
- los llamados actos irregulares.
Se conocen como actos inexistentes los
denominados “no actos”, es decir aquellos que pudiendo
tener existencia física, sin embargo carecen por completo
y de modo evidente, de eficacia jurídica.

Refiere Alsina que son inexistentes los actos en los


que la omisión o la violación de una formalidad haya
impedido su configuración jurídica, aunque de esa
circunstancia ningún perjuicio derive para las partes.

Es el caso por ejemplo de la “sentencia” que


carecen de firma del juez, o firmada por un particular; se
reconoce que la invalidez de los mismos es tal, que no
requiere de decisión judicial para su declaración.
Por su parte se identifican, dentro de esta
clasificación, a los actos nulos como aquellos que
teniendo apariencia de validez, en realidad se encuentran
afectados con vicios que la invalidan, en algunos casos,
de modo irremediable.

Dichos defectos pueden ser subsanables o


insubsanables; en el primer caso estaríamos frente a la
conocida nulidad relativa y en el segundo a la absoluta; y
como se ha indicado, los vicios pueden ser intrínsecos o
extrínsecos.
Finalmente en este grupo aparecen los identificados
como actos irregulares, entendidos como aquellos actos
cuyos defectos o deficiencias son en realidad poco
significativas y por tal razón no afectan la validez de los
actos procesales; así tenemos el caso de la resolución que
consigna abreviaturas al designar a las sociedades
comerciales -S.A.C., S.R.L., E.I.R.L., etc-; o la que designa
las fechas o cantidades en números; en ambos casos se
contraviene lo dispuesto en el artículo 119 del C.P.C., no
obstante tal defecto no constituye causal de invalidación de
la resolución.

Lo más que podría suceder en estos casos es que el


superior recomiende la utilización correcta de las formas
establecidas en la norma procesal, pero en ningún caso
invalidar el acto procesal
LOS ACTOS NULOS
Son nulos los actos procesales cuando la ley los
sanciona con nulidad; en tal caso estamos frente a una
nulidad experesa.

Sin embargo, se conocen en materia procesal las


deniminadas nulidades implícitas, que son aquellas
que no estando previstas en la ley, de modo expreso,
como causal de nulidad, el acto resulta inválido, por
ejemplo, por no haber cumplido la finalidad para el que
estaba destinado.
Se reconoce en la doctrina los actos procesales
nulos y los anulables.

Aludiendo a esta clasificación Chiovenda refiere


que si la falta de un presupuesto procesal puede se
declarada de oficio por el juez -ejemplo la incompetencia
por razón de materia y cuantía-, entonces el acto es nulo,
pero si sólo puede serlo a pedido de parte -ejemplo la
incompetencia por razón de territorio, cuando ésta es
prorrogable-, entonces el acto es anulable.

Carnelutti, señala que si existe ausencia de un


elemento esencial o necesario de actos -ejemplo
capacidad, legitimación- existirá nulidad absoluta, pero si
lo que existe es ausencia de un elemento accesorios o
útil, estaremos frente a una nulidad relativa.
Con relación a los vicios que generan la invalidez
de los actos procesales, se identifican dos tipos de vicios,
los intrínsecos y los extrínsecos.

Los vicios intrínsecos son aquellos que se


encuentran en el contenido mismo del acto procesal; como
es el caso de la capacidad jurídica, finalidad, objeto, etc; lo
son también aquellos actos procesales que adolecen de
error, dolo, colusión, violencia, amenaza, simulación de una
deuda, nulidad de cosa juzgada fraudulenta, etc.

Por su parte los vicios extrínsecos son los que


derivan del incumplimiento de la formalidad establecida en
el ordenamiento, Ejem ausencia del Juez en la audiencia,
defectos en la notificación de la resoluciones judiciales, etc.
PRINCIPIOS EN MATERIA DE
NULIDAD DE ACTOS
PROCESALES
Principio de legalidad, conocido por algunos como de
especificidad; en virtud de éste principio, los actos
procesales son nulos sólo por causa expresa prevista en la
ley; se conoce en la doctrina éste principio como “pas de
nullité sans texte” es decir: no hay nulidad sin ninguna
disposición de la ley que la establezca.

Principio de la finalidad; por este principio, se afirma


acertadamente, no se busca el cumplimiento de las formas,
sino el cuidado del derecho de las partes en el proceso. En
nuestro sistema procesal este principio tiene una doble
perspectiva, una de ellas convalidadora y la otra
nulificadora.
Principio de trascendencia: en virtud de este principio, el
acto procesal será válido, si no se produce agravio a la parte,
aún con infracción de la forma establecida en la ley; en
aplicación de la regla pas de nulitte sans grieff -no hay nulidad
sin agravio- el interesado en lograr la nulidad de un acto
procesal, debe precisar y acreditar el agravio; por ello, se dice,
que e este caso, quien ida la nulidad debe contar con interés
para formular tal pedido; debe además precisar la defensa que
no pudo realizar por infracción de la forma.

Principio de protección; el que contribuyó a la celebración


del acto procesal viciado no se encuentra legitimado para
pedir su nulidad; en este caso tal pedido solo puede ser
formulado por quién resulte afectado por el vicio procesal. Este
principio es uniformemente admitido en la doctrina y se
encuentra recogido por la legislación contemporánea.
Principio de convalidación; muchas veces es preferible
tener actos procesales firmes, aún con infracción de las
formas establecidas, a contar con actos que pueden
invalidarse en cualquier momento o estado del proceso; ello
en razón de que las partes requieren seguridad jurídica en la
marcha del proceso; esto siempre que los vicios existentes
sean de aquellos que den lugar a un acto anulable, es decir,
que no agravie el orden público, sino el interés privado o
particular de una de las partes; para lo cual, el perjudicado por
el defecto lo acepte, de modo expreso o tácito; en este último
caso, se entiende que dio su conformidad con el acto procesal
viciado, que le agravia particularmente, si se conduce en el
proceso como si hubiere tomado conocimiento del vicio sin
denunciar tal hecho o sin pedir formalmente la nulidad
procesal en la primera oportunidad que tuvo. Se dice en este
caso que se ha producido la convalidación del acto procesal
viciado.
Principio de subsanación; resulta evidente que carecerá de
interés para solicitar la nulidad de un acto procesal realizado
con infracción de la forma establecida, si en caso se subsane
el defecto el resultado que se obtenga será siempre el mismo,
vale decir, la situación jurídica procesal no ha de variar si se
corrige el defecto denunciado.

Principio de integración; Las resoluciones judiciales que


requieren motivación -autos y sentencias- se invalidan por
afectación al principio de congruencia si no se pronuncian
sobre todos y cada uno de los pedidos o pretensiones, sea en
lo principal o accesorio, formuladas por las partes. Sin
embargo, en virtud del principio de integración el juez, y en su
caso el órgano revisor, puede evitar la nulidad de la citada
resolución, si la integra; ello podrá llevarse a cabo hasta antes
de que venza el plazo para que la misma pueda ser apelada.
LA NULIDAD COMO MEDIO IMPUGNATORIO

Cuando las partes alegan la nulidad procesal, en estricto,


están formulando un medio impugnatorio contra el acto
procesal viciado. Se dice que si el acto procesal cuestionado
esta contenido en una resolución, se trata de una nulidad como
recurso; por otro lado, si la nulidad se hace valer contra un acto
procesal no contenido en resolución -acto de notificación, acto
de remate, acto de lanzamiento, etc.- se afirma que se esta
haciendo valer como remedio. En ambos casos corresponde al
juez ante quien se realizó el acto quién deberá pronunciarse
sobre la misma, salvo el caso que la nulidad haya sido invocada
como fundamento del recurso de apelación, en cuyo caso
deberá ser resuelta por el superior.

No obstante lo expuesto, la nulidad puede hacer valer


como acción, a través de un proceso judicial distinto a aquel
donde se produjo el vicio o defecto, el que por alguna razón
adquirió la calidad de cosa juzgada.
EXTENSIÓN DE LA NULIDAD

La nulidad opera ex-nunc, es decir, hacia adelante desde


la producción de vicio que esta siendo subsanado. La nulidad no
alcanza a los actos anteriores al vicio.

Los alcances de la invalidación del acto procesal viciado,


se extienden a todos aquellos actos procesales que se
encuentren vinculados o relacionados con el acto viciado. Por
ello no subsistirán los actos procesales cuya existencia se funde
en el acto invalidado, en virtud de aforismo romano “quod nullun
est nullun producit effectum”.

La invalidez, obviamente, no podrá extenderse a aquellos


actos que resulten independientes del acto invalidado. Así, si
una resolución tiene varios extremos y éstos son autónomos, la
invalidación de uno de dichos extremos no afecta a los otros.
CRITICA AL ART. 122 DEL C.P.C.

El principio de legalidad en materia de nulidad de actos


procesales, puede llevarnos a situaciones no queridas por el sistema
procesal vigente, pues en algunos casos excepcionales, aun cuando
la norma procesal sanciona con nulidad la infracción de
determinadas formas, puede el acto procesal subsistir si el defecto
no resulta razonablemente relevante.

Es el caso del Art. 122 del C.P.C que establece los requisitos
que deben tener las resoluciones judiciales, bajo sanción de nulidad.
Según su texto, estaríamos frente a una norma de carácter
imperativa, es decir, de cumplimiento obligatorio. Sin embargo del
análisis de los siete requisitos de validez de las resoluciones
judiciales allí consignados, que a su vez constituyen un número
igual de incisos, cuatro de ellos pueden, excepcionalmente, no
producir la nulidad de dicha resolución; prevista de modo expreso -
bajo sanción de nulidad- ; es el caso de los incisos 1, 2, 6 y 7.

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